2.2.07
Nº 60 - Febrero de 2007
SUMARIO
Un Caballito de latón. La historia del caballito que dio nombre al barrio. Mario Bellocchio.
César Hipólito Bacle, precursor del arte argentino. Diego Ruiz y su Callejeando historia.
Marcas. Cicatrices del tiempo que analiza Mónica López Ocón.
Informe sobre la plaza. Las sesiones de la legislatura y su análisis.
El Gobierno de la Ciudad recibe a los representantes de Boedo. Entrevista con Javier Lebenas.
Del malvón y el tulipán. Desde Canadá nos escribe Juan Carlos Berretta del Campo.
Invasión. Un relato de Edgardo Lois sobre los modernos invasores.
San Lorenzo y el veto de Telerman . Cómo lo vieron los principales medios.
ULTIMO MOMENTO
La plaza, la ley y el veto
El Poder Ejecutivo puede vetar totalmente un proyecto de ley sancionado por la legislatura expresando los fundamentos (Constitución de la C.A. de Bs. As., Cap. III, Art. 86).
¿Qué plazo hay para vetarla?: Se considera promulgado por el Poder Ejecutivo todo proyecto de ley no vetado en el término de diez días hábiles, a partir de la recepción. (Art. 87). La mesa de entradas del Ejecutivo confirmó la entrada el día 18 de enero, por lo que el plazo se cumplió el jueves 31. Desde esa fecha cabe aguardar su publicación en el Boletín Oficial para considerar que la ley está en vigencia. SE INFORMARA POR ESTE MEDIO.
El 15 de febrero se celebra el Día del Barrio de Caballito
Un caballito de latón
Hace 186 años una veleta cobraba vida en los “pagos de Requejo”. El pequeño flete criollo comenzaba a galopar los vientos fundacionales sin saber que iba a dar nombre a todo su entorno.
Cuando Nicola Villa entró a la herrería de la calle Venezuela –entre Perú y Bolívar– quedó fascinado con un caballito paticorto recortado en chapa que Monteagudo, dueño del establecimiento, exhibía en su stock de chucherías como original coronación de una veleta. Nicola inmediatamente la agregó a sus compras del día. El nuevo chiche quedó a la espera de ubicación hasta que, tiempo después, los restos de una vieja ballenera encallada frente al Paseo de la Alameda llegaron en carreta para complementar las instalaciones de la casa que Villa acababa de edificar en la esquina sudoeste del cruce con el Camino a San José de Flores (hoy Rivadavia –desde 1857– y Emilio Mitre –desde 1909–).
Es la etapa de instalación del predio que Nicolás Vila –con la traducción de nombre y apellido que le obligaron a hacer– terminaba de adquirir el 15 de febrero de 1821 a don Juan Antonio Avalos: una hectárea circunscripta por las actuales Rivadavia, Emilio Mitre, Juan Bautista Alberdi y Víctor Martínez. Las tablas del viejo navío se convirtieron en cerca, y su mástil, al pie de los palenques de entrada, en adecuado pedestal para la veleta. Un acto simple, casi de coqueto decorativismo, pasó a ser fundacional. Desde ese momento todo parroquiano que se acercara al lugar comenzaría a recibir indicación de “a media legua del caballito”, “antes del caballito”..., enterrando para siempre la primitiva denominación de “pagos de Requejo”, tal el nombre del propietario de la hectárea contigua –hacia el oeste– desde 1799.
La casa estaba formada por cuatro amplias habitaciones de techo embaldosado con la finalidad ser utilizado como terraza. Una de ellas, la que formaba esquina, tenía acceso por ambas calles y resultó la elegida para las instalaciones de la pulpería y fonda, que comenzó a tener amplia actividad. Algunas destrezas de cocina de la Genova natal como los ravioli de los domingos –seguramente rellenos con borraja de cosecha propia– fueron sentando prestigio y atrayendo nuevos parroquianos. Ocho años después, en pleno auge del establecimiento, cuando ya el caballito se había constituido en referencia obligada, en un entrevero –nunca suficientemente aclarado– con un soldado de Lavalle, muere Nicolás Vila. Y tres años más tarde, en 1832, ante la imposibilidad de su viuda e hijo de seguir con la explotación del negocio se trasladan a la “quinta chica” ubicada en la hectárea contigua que había pertenecido a Requejo. Y la pionera pulpería cierra sus puertas.
Luis Naón, el nuevo propietario del local, decidió instalar un nuevo establecimiento en la esquina noroeste del cruce (hoy García Lorca –ex Cucha Cucha– y Rivadavia) y ahí fue a parar la veleta del caballito al galope corto de sus cortas patas. Allá por 1856 la sucesión Naón donó parte de la propiedad a la Comisión del Ferrocarril Oeste. Y tal resultó la notoriedad que el lugar recibía por su veleta, que a la actual García Lorca se la conocía –extraoficialmente– como la calle del Caballito, una huella que servía de acceso a la nueva estación ferroviaria bautizada, en su honor, con el mismo nombre. Lo que era algo así como un mote de lugareños y referencia para viajeros, se transformó en una denominación oficial: estación Caballito.
Larga fue la existencia del distintivo animalito de chapa en esa esquina. Superó la muerte de su primitivo dueño, la sucesión y la posterior adquisición por un norteamericano de nombre Henry James Ropes, quien supo adicionar productos de ultramar a las variadas ofertas del establecimiento y transformó el lugar jerarquizándolo con nuevas construcciones y un magnífico parque que el caballito de la veleta disfrutó desde las alturas de su nueva ubicación. La viruela pudo con Mr. Ropes pero no con la veleta que perduró en esa esquina hasta su venta y demolición en 1887.
Del otro lado de Rivadavia, Manuel Domato observaba, desde las ventanas de su almacén, el trabajo de la piqueta cuando decidió que no permitiría que la –ya por entonces– famosa veleta fuera a parar al desván de algún corralón. Cruzó la calle y negoció la pertenencia regresando orgulloso con el trofeo que colocó en el techo de su establecimiento. La esquina sudeste del cruce, el almacén de Domato, pasó a ser la nueva “caballeriza” y un hito geográfico ya conocido ampliamente. Allí perduró el caballito hasta 1925, en sus últimos años rodeado por una corola de luces que le daban marco y lo destacaban en las noches.
Ya lejos de aquel encantamiento inicial de Vila sobre el pequeño trabajo de herrería artesanal, el caballito comenzó su etapa de honras en el Museo de Luján. Enrique Udaondo inició la gestión y la familia Domato entregó el célebre pingo al museo en carácter de donación. Ahí le apareció un clon que recordó durante años las glorias de su hermano auténtico –coronando la esquina de su última ubicación, la sudeste– hasta que el edificio de planta baja de Emilio Mitre y Rivadavia fue sustituido por los pisos actuales. Y otra réplica, ésta salida de las hábiles manos del escultor Luis Perlotti, que, como en sus orígenes, engalana la punta de un mástil, esta vez en la plaza Primera Junta, donde aún se conserva.
Mientras tanto, el auténtico recorte de latón, el impensado causante del nombre del barrio más céntrico* de la Capital, sigue al resguardo de los muros de Luján. Un amago de galope hacia el Mercado del Progreso no tuvo rienda suficiente. El retorno al barrio parece que aguarda la finalización de obras del Museo Perlotti. Allí, cerca del lugar donde comenzó a señalar los vientos, el célebre caballito podría pialarse al definitivo palenque del recuerdo.
Mario Bellocchio
(*) En la calle Avellaneda 1023 una placa anuncia: Municipalidad de Buenos Aires, Dirección General de Catastro. En esta parcela N° 14 de la manzana 9, sección 45, circunscripción 7, se halla el centro geométrico de la ciudad.
Caballito: nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288 del 4 de mayo de1972.
Día del Barrio: Ley 950 de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: institúyase el día 15 de febrero de cada año como Día del Barrio de Caballito, en conmemoración a la fecha en que se compró el predio que dio origen a la “Pulpería del caballito”.
Límites: Ordenanza N° 23.698 del 11 de junio de 1968 completada por la Ordenanza Nº 26.607 de 1972: se conforma el territorio que llevará el nombre de Caballito, fijándose los siguientes límites: Río de Janeiro, Av. Rivadavia, Av. La Plata, Av. Directorio, Curapaligüe, Av. Tte. Gral. Donato Alvarez, Av. Juan B. Justo, Av. San Martín y Av. Angel Gallardo.
Población total (1991) y densidad poblacional (1998): total 183.740 habitantes (81.398 hombres y 102.342 mujeres), superficie: 7,1 km2; densidad poblacional: 28.337 habitantes por km2 (Fuente: Dirección General de Estadística y Censos, G.C.A.B.A., sobre la base de datos censales).
FUENTES CONSULTADAS:
Osvaldo C. Sidoli, El Barrio de la Veleta, H. Concejo Deliberante de la Ciudad de Bs. As., Bs. As., 1996. Angel Mazzei, Caballito, Fund. Bco. de Boston, Cuadernos del Aguila, Bs. As., 1990. Alberto G. Piñeiro, Las calles de Bs. As., Inst. Histórico de la ciudad de Bs. As., Bs. As., 2003.
Foto (Mario Bellocchio): la talla de Perlotti sobre el mástil de la plaza Primera Junta.
La plaza de Boedo
El gobierno de la Ciudad recibe a los representantes barriales
A raíz de una entrevista solicitada por Patricia Roselló (Asamblea Vecinal de Boedo) –mediante nota y llamada telefónica– con el Sr. jefe de Gobierno, el Sr. Sub Secretario de Ordenamiento Normativo y Acceso a la Información, Javier Adrián Lebenas, recibió a una delegación de la Red de Cultura de Boedo compuesta por Noemí Oneto (Centro de Jubilados “Noninos”), Patricia Roselló y Liliana García (Asamblea Vecinal de Boedo), Alberto Venturiello (Círculo Unidos GON), Ildefonso Pereyra (Unión de Orquestas Típicas), Rosa María Silva (Jardines de Infantes Nucleados “B” D.E. 6º “Maestro escultor Francisco Reyes”), Omar Blanco (Asociación “Baires Popular”), Mario Bellocchio (Periódico “Desde Boedo” y Asociación “Baires Popular”) y Susana Leiracha (Asamblea Vecinal de Boedo y militante de DDHH)
El lunes 8 de enero, puntualmente, a las 18, como habíamos sido citados, nos recibe el funcionario en el salón comedor del primer piso de la Casa de Gobierno de la Ciudad, quien, al comienzo, nos aclara que lo hace en nombre del Lic. Telerman y que en la división de tareas le tocó a él esta responsabilidad.
Alberto Venturiello explica a Javier Lebenas la principal causa de nuestra requisitoria de entrevista. Hace referencia a que tenemos por delante la etapa de realización de la plaza en la que las entidades que representamos a los vecinos solicitamos participación.
El funcionario relata la reciente experiencia de participación vecinal de Plaza Irlanda donde, aún habiendo tomado todos los recaudos para conformar a los vecinos, cuando se inauguró, hubo un reclamo casi unánime sobre la falta de protección de rejas.
Sobre nuestro caso puntualiza que lo primero a superar es la etapa de la expropiación donde, si hay quiebra de por medio, puede prolongarse más de lo normal.
Patricia Roselló le requiere un cálculo de tiempo para la concreción a lo que Javier Lebenas dice que estima un plazo máximo de alrededor de dos años.
Patricia Roselló le acota que había consultado al defensor del Pueblo al respecto, quien dijo que el tiempo legal es no excederse de los dos años, pero que normalmente están saliendo las expropiaciones en un año.
Mario Bellocchio le pregunta sobre quién se va a hacer cargo de la vigilancia en tan largo período para salvaguarda de “ocupaciones indebidas” de cualquier índole.
Javier Lebenas responde que va a dar traslado a la inquietud aclarando que el Gobierno de la Ciudad podría, llegado el caso, ocuparse de la vigilancia desde el interior del predio, no así desde el exterior ya que no posee poder de policía.
El funcionario aprovecha la oportunidad para señalar que el Gobierno de la Ciudad está para solucionar controversias –como la que se presentó por el predio– escuchando, en reuniones como ésta, las razones que exponen las partes sin que ello constituya un elemento de presión sino sólo de conocimiento para tomar decisiones adecuadas.
Rosa María Silva argumenta sobre la inexistencia de una rivalidad sino sólo, de nuestra parte, una larga necesidad de espacios verdes.
Javier Lebenas se manifiesta sorprendido por la forma en que escaló el conflicto.
Ildefonso Pereyra señala que superada la etapa legislativa, ganada por amplio margen de votos, se inicia el período de trabajo conjunto para la concreción de la plaza, entre el Gobierno y los vecinos.
Javier Lebenas señala al respecto que la primera tarea de gobierno es interiorizarse del estado jurídico del predio para intentar, en primera instancia, un acuerdo con el o los propietarios; si ello no fuera posible, recién ahí, llegar a juicio para su expropiación, como indica la ley promulgada.
Alberto Venturiello manifiesta que los vecinos tenemos en mente organizar un agasajo a los legisladores, pensamos para marzo, al que quisiéramos invitar al Lic. Telerman.
Javier Lebenas nos dice que cuando fijemos fecha él se lo hará saber al jefe de Gobierno.
Con respecto a las acciones de gobierno, nos invita a generar nuestras propias acciones en el “mientras tanto”. Cuando haya trabajo conjunto con gobierno va a ser necesario adaptar diseño a necesidades vecinales, no a gustos personales que pueden ser millares; un espacio público no es la casa de uno, afirma.
Ildefonso Pereyra refiere que, entre las actividades vecinales concretas para la futura plaza, se dio circulación a una urna que se ocupó de colectar posibles nombres para el espacio público.
Rosa María Silva señala al respecto que entre las familias y vecinos de los Jardines que ella dirige se colectaron más de dos mil firmas con idéntico propósito.
Javier Lebenas dice, en referencia al reclamo de la Iglesia (se refiere a la Catedral de la Fe): entiendo que es más sectario, y aclara, en el estricto sentido de la palabra que se refiere a “sector”. Tenemos que “armonizar”: ellos necesitan un lugar, probablemente no “éste”. Desde el gobierno defendemos la libertad de culto, que es una realidad, no sólo letra constitucional.
Mario Bellocchio alega que la controversia se presentó sólo luego de la primera votación legislativa –ganada por la abrumadora mayoría de 49 votos a 2– por un reclamo de plaza que lleva más de treinta años de historia. La abrupta aparición de la gente del culto en la Audiencia Pública generó un enfrentamiento de intereses que de ningún modo puede ser considerado “discriminador”. El enorme grupo vecinal que representamos cuenta con vecinos evangélicos inclusive, de manera que mal podríamos segregarlos. Sólo reclamamos en esa oportunidad –que ya recibió la aprobación legislativa– nuestros añejos derechos de un espacio público de acceso irrestricto.
Liliana García agrega que el cargo de discriminación que hace la gente del culto es totalmente injusto.
Ildefonso Pereyra señala que, en todo caso, hubo manifestaciones discriminadoras y ofensivas por parte de quien llamó a viva voz “judío de mierda”, en la sesión del 21 de diciembre, al diputado Kravetz.
Javier Lebenas alega que estaba en la sesión en uno de los pasillos y no escuchó nada al respecto. Y agrega: quizá la discriminación no provenga de los vecinos, sino que ellos se han sentido discriminados. Se ha producido un encuentro entre dos “actores” apasionados con el lógico chisporroteo y desde el Estado tenemos la obligación de mediar.
Mario Bellocchio le señala sobre las amenazas recibidas por los diputados Norberto La Porta y Silvia La Ruffa que, como consta en la versión taquigráfica de la sesión, se evidencian en el uso de la palabra del propio La Porta y la del diputado Miguel Talento para manifestar solidaridad con el diputado socialista y la diputada de su misma bancada.
Señala, de igual manera, el retiro de un directivo del culto que tuvo que ser desalojado –a pedido del Dr. Santiago de Estrada– por la fuerza pública a raíz de sus improperios, ante la pasividad, sólo alterada por manifestaciones de celebración sin ofensa alguna, por parte de los vecinos de Boedo. Pregunta, entonces, de qué lado están los intolerantes.
Rosa María Silva acota sobre el reclamo de los vecinos que resultó a todas luces más plural, lo que se puso en evidencia en la marcha en favor de la plaza realizada en Boedo, entre otras manifestaciones.
Liliana García señala la importancia de que el predio sea destinado a espacio verde donde tengan protagonismo los árboles y el pasto.
El arquitecto Omar Blanco comenta que la plaza se hace necesaria también desde lo urbanístico. La implantación de tantas torres en los alrededores requiere este espacio verde para compensarlas.
Javier Lebenas sostiene que desde el gobierno tenemos la obligación de atender a todos y tratar de armonizar. En lo que se refiere a ustedes tenemos que encontrar que la plaza sea una realidad. En nuestra ciudad, hoy, cada metro ganado al cemento es un verdadero logro.
Mario Bellocchio
Callejeando historia:
César Hipólito Bacle, precursor del arte argentino
Cuando Alois Senefelder inventó la litografía, en 1796, ocasionó una verdadera revolución en las artes gráficas. La baratura, simpleza y facilidad de aprendizaje del procedimiento, en comparación con las técnicas tradicionales del grabado, aseguraron su pronta y masiva popularización y, a partir de la segunda década del siglo XIX, en forma de propaganda política, de difusión periodística y de actualidad o, simplemente, en función estética, la litografía penetró en los hogares de todo nivel social. Su arribo a estas costas fue relativamente temprano, pues en 1827 Juan Bautista Douville, establecido con casa de comercio y librería en la calle Piedad (actual Bartolomé Mitre), asociado con el grabador Louis Laisney publica varios retratos de personajes tales como los generales Lucio N. Mansilla y Alvear y del almirante Brown.
Por esta época arribaron los Bacle a Buenos Aires, en el marco de la “inmigración ilustrada” fomentada por Rivadavia. Y decimos “los Bacle” por considerar que la tarea desarrollada por Andrea Bacle (nacida Adrienne Pauline Macaire en 1796, en el cantón suizo de Ginebra) al lado de su esposo es parte indisoluble de la obra de éste. El primer trabajo que circuló entre nosotros, no se sabe si impreso aquí o en Europa, es precisamente un retrato de Don Bernardino Rivadavia, President des Provinces Unies de Rio de la Plata dibujado por Andrea, sobre el grabado de Turner que se conserva en el Museo Histórico Nacional. Varios serán los artistas que colaborarán con Bacle, algunos de los cuales darían luego que hablar: Arthur Onslow, Charles Henri Pellegrini, Amadeo Gras, H. Moulin, Jules Daufresne, Alfonso Fermepin, J. F. Guerrin, etc.; pero fue el lápiz de Andrea –formada artísticamente con la miniaturista Jeanne Henriette Rath, discípula a su vez de Jean-Baptiste Isabey– el que más contribuyó a la producción bacleana. Su ingente obra para la empresa familiar es la que más se ha conservado, de la cual podemos destacar los retratos de Manuel Dorrego, Manuel Belgrano y Juan Facundo Quiroga, así como la Ejecución de Vicente y Guillermo Reinafé y de Santos Pérez, quedando de su labor como miniaturista tan sólo el retrato de su esposo, que éste obsequió al pintor Fernando García del Molino.
En esta primera época comenzó Bacle la publicación de los famosos álbumes Trages (sic) y Costumbres de la Provincia de Buenos Aires, cuya primera serie es de 1830, alcanzando a publicarse sólo tres láminas, “Un gaucho”, “Repartidor de pan” y “El lechero”, delineadas por Onslow, por lo que se le reconoce como introductor de la estética romántica en nuestro medio.
En 1832, tras haber tenido inconvenientes con el gobierno y su Decreto de Imprenta del 1º de febrero –que impedía regentear imprentas a los extranjeros–, Bacle debió abandonar su establecimiento de la calle 25 de Mayo, transfiriéndolo a José Alvarez como administrador y cesar el 13 de febrero la publicación del Boletín del Comercio, iniciada el 6 de septiembre de 1830. Solidariamente, Andrea cerró el Ateneo Argentino, institución educativa para señoritas que había abierto sus puertas el año anterior –tras innumerables trámites y solicitudes de permiso ante las autoridades– al lado del establecimiento litográfico. Desilusionados con las posibilidades del país, los Bacle parten con sus hijos, el 5 de marzo de 1832, a la isla de Santa Catalina para estudiar su historia natural. Allí, durante diez meses, trabajan en una Historia Natural de la Provincia de Santa Catalina, que según Alejo González Garaño –uno de nuestros mayores iconografistas– formaría una obra dividida en cuatro volúmenes, más uno de láminas, vistas del puerto, de la rada y de un gran número de plantas y flores, algunas no descritas hasta entonces, tomadas del natural por la señora de Bacle. Forman, además, colecciones considerables, compuestas de 2.000 pájaros embalsamados, así como de cuadrúpedos, insectos, de 12.000 preparaciones botánicas, etc..
A principios de 1833, la pareja recibe noticias de Buenos Aires que les aseguran poder retomar el establecimiento litográfico, por lo cual emprenden el regreso con tan mala suerte que, el 18 de marzo y a la altura de la Isla de los Lobos, el buque naufragó, perdiendo Bacle treinta y dos cajones con el trabajo realizado y, lo peor, las piedras litográficas. A pesar del quebranto moral y económico, el suizo peticiona nuevamente al gobierno y obtiene el permiso para dirigir la Litografía del Estado. Retoma entonces la publicación de los Trages y Costumbres..., editados ahora en forma de cuadernos de seis láminas cada uno, que tuvieron gran popularidad y hoy son joyas iconográficas. Se realizaron dos ediciones, una en blanco y negro y la otra coloreada a mano, entre los años 1833 al '35, siendo el más famoso de estos cuadernos, en su época y hasta nuestros días, el llamado Estravagancias (sic) de 1834 –cuyo diseño y coloreado a mano se presume de Andrea– en el cual se caricaturizaba, con gracia y delicadeza, la moda de los enormes peinetones que usaban las damas de la época.
A mediados de 1836 Bacle viajó a Chile pensando emigrar, dados los múltiples inconvenientes y encontronazos que le deparaba la situación política local. A su regreso, Calixto Vera, un familiar político de Bernardino Rivadavia, urdió una celada –hoy diríamos una cama– que llevó a Bacle, acusado de espionaje y engrillado, a la cárcel el 4 de marzo de 1837. Hasta el cuartel del Retiro se acercó su esposa, pero ni su llanto ni las posteriores diligencias y súplicas de destacados miembros de las colectividades francesa e inglesa, así como de sus cónsules, lograron conmover a Rosas. Finalmente, al borde de la locura y con la salud deshecha, Bacle fue liberado, sin explicaciones, en los últimos días de 1837 para morir el 4 de enero de 1838. Pocos días después, el juez ordenó el embargo y venta de los pocos bienes que quedaban a la familia. Andrea Bacle, acompañada por sus dos hijos, embarcó para Europa el 2 de marzo de 1838, para morir en Ginebra el 22 de octubre de 1855. Diez años habían pasado desde su llegada, llena de ilusiones, a estas tierras.
Buenos Aires fue ingrata con Bacle hasta en el recuerdo, pues su nombre fue dado a una calle de tan sólo una cuadra que corre desde Mariano Acosta hasta Martínez Castro, entre Juan Bautista Alberdi y Rafaela, en el barrio Vélez Sarsfield. Pero la semilla que sembró en el arte argentino pronto comenzó a dar sus frutos, pues para la misma época de su desgracia personal Gregorio Ibarra instalaba su Litografía Argentina, en la cual recalaron muchos de los artistas que habían trabajado con Bacle, publicando láminas y álbumes de retratos y escenas populares. Entre ellos descollaba un jovencito que, junto al ya nombrado García del Molino, integraba la primera promoción de la Escuela de Dibujo y estaba llamado a convertirse en nuestro primer pintor nacional: Carlos Morel. Pero eso sería suficiente motivo para otro callejeo.
Diego Ruiz
Marcas
El tiempo es un prisionero. Como los presos que dibujan palotes sobre los muros y tachan uno cada día, traza marcas sobre nuestro cuerpo, a modo de brújula, para no volver, desorientado, sobre sus propios pasos. La eternidad es una condena de la que no puede evadirse, pero quizá, quién sabe, a través de las marcas pueda escandirla en tiempos múltiples, intentar un calendario, inventarse un día con su correspondiente noche, dibujarse un pasado y un futuro y soñar, en fin, que alguna vez también a él le llegará la muerte.
Mucho se ha hablado de su talento pictórico, de las arrugas que dibuja con precisión de aguafuerte, del dramatismo xilográfico con que nos estampa la vejez sobre el rostro, del pincel impiadoso con que le cambia el color al cabello. Poco, en cambio, nada se ha dicho sobre su formidable talento escultórico. Todavía llevo en el dedo medio de la mano derecha una montaña diminuta que hace años esculpió para señalarse a sí mismo que para mí se había acabado el tiempo ágrafo. Del otro lado de la montaña empezaba para mí el confuso bullicio de los signos. Sobre los muros del cuaderno unas negras marcas de prisionero comenzaban a convertirse en mensajes. Seres de un tiempo pretérito habían escrito para mí que Elisa amasa la masa; que Platero se diría todo de algodón, que no lleva huesos; que en un lugar de la Mancha; que pueden llamarme Ismael; que muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento; que algún día, el tiempo se pondrá amarillo sobre mi fotografía.
Salir del tiempo ágrafo también fue una condena: nunca más las marcas negras sobre el muro de la página volverían a ser dibujos caprichosos, ornamentos pueriles de mi persistente inocencia. La montañita de mi dedo me había revelado el misterio escondido dentro de los lápices, las historias que duermen en la tinta, los secretos de las plumas que se desangraban en signos con una fúnebre sangre negra.
Es curiosa la forma en que el tiempo nos escribe sobre el cuerpo: un bultito escultórico al costado del dedo medio y abandonamos irremisiblemente la vida silenciosa que está del otro lado de la montaña, nos despertamos para siempre de la mudez de las palabras.
Palpo con el pulgar el pequeño promontorio con que el tiempo me marcó al cumplir los seis años. Es más pequeño ahora que entonces. El uso del teclado le ha suavizado las formas como el viento erosiona las montañas. Sin embargo, no puedo cruzarla en el sentido inverso a la flecha del tiempo. Padezco una lucidez implacable que me impide ignorar lo que está escrito. Busco en una enciclopedia textos árabes, caracteres cirílicos, ideogramas chinos, signos indescifrables que me devuelvan la inocencia perdida. Pero es inútil, sólo es posible ignorar por un instante. El alfabeto latino hace combinaciones terribles en los titulares de los diarios y me pone la realidad frente a los ojos aunque no quiera verla. No puedo cruzar la pequeña montaña para volver al lugar de origen. António Lobo Antunes escribe con caracteres negros su incurable nostalgia y me contagia su melancolía. Los signos agoreros me dicen que ha muerto Ryszard Kapuszinski, el cronista polaco que a partir de que el tiempo le dejó su marca escultórica en el dedo medio de su diestra pudo poner el mundo entero en palabras.
Insisto, sin embargo, en cruzar al otro lado. Estoy segura de que me he olvidado allí algún silencio como quien olvida un paraguas en un hotel de un país al que no volverá nunca. Sé que hay algo que clama por ser dicho, algo que todavía no me han revelado los lápices ni la tinta. Sé también que el tiempo me ha puesto esta marca en el dedo medio para no volver sobre sus pasos. Pero quizá, quién sabe, algún día, un resto del polvillo del silencio logre cruzar la frontera y algún sentimiento primordial, alguna pasión todavía ágrafa se cuele entre los signos negros.
Mónica López Ocón
Legislatura: segunda votación
Luego de sucesivas postergaciones –del 13 al 20 de diciembre– y, finalmente, el 21 se votó, en segunda oportunidad, la ley que ordena la expropiación del predio Vail para ser destinado a plaza de uso público. Los increíbles manejos desplegados por la Catedral de la Fe –que incluyeron la expulsión de la sala de un alto directivo y amenazas de muerte a los legisladores– finalmente fueron superados por un holgado margen de apoyo. Transcribimos los momentos salientes de la sesión tomados de la versión taquigráfica oficial.
Primer paso... en falso
- En Buenos Aires, en el recinto de la Legislatura de la Ciudad Autónoma, a veintiún días de diciembre de 2006, a la hora 18 y 18:
INICIACION DE LA SESION
Sr. Presidente (De Estrada).- Queda abierta la sesión, con la presencia de 31 diputadas y diputados.
Alteración del Orden del Día.
- Declaración de utilidad pública y sujeto a expropiación del predio conocido como Estación Vail
Sr. Cantero.- Pido la palabra. Señor presidente: solicito al Cuerpo la alteración del Orden del Día para tratar los expedientes 2511-D-05, 27-D-05, 805-D-06 y otros, de ley, sobre la declaración de utilidad pública y sujeto a expropiación el predio conocido como Estación Vail.
Sr. Presidente (De Estrada).- Se va a votar la moción del diputado Cantero para alterar el orden del día. Se requiere el voto de los dos tercios de los diputados y diputadas presentes.
- Se vota y resulta afirmativa.
Sr. Presidente (De Estrada).- El Orden del Día ha sido alterado para pasar a tratar los expedientes 2511-D-05, 27-D-05, 805-D-06 y otros. Por Secretaría se dará lectura.
Sra. Secretaria (Bello).- “Expedientes 2511-D-05, 27-D-05, 805-D-06 y otros, de ley, declarar de utilidad pública y sujeto a expropiación el predio conocido como Estación Vail”.
Sr. Presidente (De Estrada).- Como se trata de una ley de segunda lectura, se requiere poner el Cuerpo en comisión, para lo cual es necesario el voto de los dos tercios de los diputados y diputadas presentes. Aclaro que si el Cuerpo no se conforma en comisión, no se pueden tratar los expedientes.
Sr. Kravetz.- Pido la palabra. Señor presidente: el tema es muy importante. Hay diputados que están llegando al recinto y todavía no se encuentran presentes aquí. Por eso, como sé que acabamos de alterar el Orden del Día, sugiero que volvamos al orden original, de modo que no alteremos el temario de la sesión extraordinaria, y podamos seguir esperando un rato más al resto de las diputadas y los diputados.
Sr. Presidente (De Estrada).- Diputado Kravetz: ¿usted plantea una reconsideración de la votación que alteró el Orden del Día?
Sr. Kravetz.- Sí, señor presidente.
Sr. Presidente (De Estrada).- Entonces, se va a votar la moción del diputado Kravetz, para volver al Orden del Día original.
- Se vota y resulta afirmativa.
Sr. Presidente (De Estrada).- Queda aprobada la moción del diputado Kravetz. [...]
(N. de la R.) Perteneciendo, el diputado Fernando Cantero, al bloque ARI que apoyó masivamente a la plaza, entendemos que la propuesta de alterar el orden del día tuvo la cándida intención de acelerar los tiempos sin advertir que la presencia de legisladores era escasa para lograr la mayoría necesaria. La oportuna intervención del diputado Kravetz (Frente para la Victoria) pospuso la situación a mejores condiciones de quórum.
A las 19.30 la situación de concurrencia había variado a favor de lograr la mayoría...
Alteración del Orden del Día
Sr. Kravetz.- Pido la palabra. Señor presidente: solicito la alteración del Orden del Día para tratar los expedientes 2511-D-05, 2714-D-05 y 805-D-06, correspondientes al punto N° 10.
- Manifestaciones en la barra.
Sr. Presidente (De Estrada).- ¡Silencio, por favor! Se va a votar la alteración del Orden del Día. Se requieren los votos de los dos tercios de los diputados presentes.
- Se vota y resulta afirmativa.
Sr. Presidente (De Estrada).- Voy a hacerle una advertencia al público: aquí hay personas de uno y otro sector, que están a favor o en contra de esta ley. Si interrumpen la sesión vamos a disponer el desalojo del recinto. A usted, señor, lo vamos a desalojar si sigue hablando. Les pido por favor que nos permitan sesionar porque, de lo contrario, vamos a interrumpir la sesión y a disponer el desalojo de la sala.
Declaración de utilidad pública y sujeto a expropiación al predio conocido como Estación Vail
Sr. Presidente (De Estrada).- Corresponde considerar los expedientes 2511-D-05, 2714-D-05 y 805-D-06 y otros.
(N. de la R.): en la versión taquigráfica se transcriben los expedientes citados correspondientes a la primera presentación del diputado La Porta, cambio de zonificación a urbanización parque, la modificación que el propio diputado introdujo posteriormente se agrega a la anterior, la sujeción a expropiación del predio para ser convertido en plaza de uso público y la reserva de partida presupuestaria para la ejecución y la presentación del diputado Kravetz de similares características a la segunda de La Porta; todas ellas con sus respectivas fundamentaciones.
Salomón solitario
Constitución del Cuerpo en comisión
Sr. Presidente (De Estrada).- Este proyecto requiere la constitución del Cuerpo en comisión, dado que se trata de una ley de doble lectura. Se requieren los votos de los dos tercios de los diputados presentes.
- Se vota y resulta afirmativa.
Sr. Presidente (De Estrada).- El Cuerpo queda constituido en comisión.
Sr. Morando.- Pido la palabra.
Solicité la palabra con dos fines: en primer lugar, para pedir que se incorpore el expediente 3430-D-06, de mi autoría, dado que trata exactamente la misma temática y que no ha tenido consenso de parte de ninguno de los involucrados. Quiero recordarles brevemente de qué se trata. Como no he podido llegar a poner las cosas en una balanza imagino que también les sucedió a muchos de mis colegas para ver qué pesaba más, si una plaza o la actividad sumamente respetable de una congregación religiosa, y debido a que el proyecto que presenté no tiene chances de ser votado proponía disponer la mitad del predio para una plaza y la otra mitad para la congregación, solicito permiso para abstenerme, debido a que ninguno de los dos proyectos me parece razonable.
Repito: solicito la inclusión del expediente 3430-D-06 de mi autoría, según indica el Reglamento, por tratarse de la temática objeto de esta sesión.
Sr. Presidente (De Estrada).- Se agrega el expediente solicitado por el diputado Morando.
PROYECTO DE LEY
Expropiación parcial del predio Estación Vail
Artículo 1°.- Declárase de utilidad pública y sujeto a expropiación, de conformidad con la Ley 238, el cincuenta por ciento del predio conocido como Estación Vail, cuya denominación catastral es la siguiente: Circunscripción 8, Sección 30, Manzana 28, Parcela 1. El Poder Ejecutivo especificará el área a expropiar.
Art. 2°.- Desaféctase el predio a expropiarse del distrito de zonificación R2bI.
Art. 3°.- Aféctase a distrito de zonificación UP (Urbanización Parque) al predio a expropiarse, para ser destinado a espacio verde de uso público, y usos complementarios compatibles con la zonificación UP.
Art. 4°.- A los efectos del cumplimiento de la presente ley el Poder Ejecutivo procederá a realizar en el Presupuesto General de Gastos y Cálculo de Recursos para el Ejercicio 2007 una reserva de partida en la Jurisdicción 99 Obligaciones a cargo del Tesoro Bienes Preexistentes hasta la suma de cuatro millones de pesos. ($ 4.000.000.)
Art. 5°.- Publíquese y cúmplase con los artículos 89 y 90 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
MORANDO, Mario.
Reanudación de la sesión
Sr. Presidente (De Estrada).- Se va a votar el pedido de autorización de abstención del diputado Morando.
- Se vota y resulta afirmativa.
La fe descontrolada
Sr. La Porta.- Pido la palabra.
Señor presidente: en primer lugar, creo que debemos hacer algunas aclaraciones. Realmente nadie puede creer algunas falacias que han corrido por ahí respecto de que quienes apoyamos la plaza para los vecinos del barrio de Boedo estamos haciendo una discriminación religiosa. Eso no es cierto.
- Manifestaciones en la barra.
Sr. La Porta.- Sinceramente, señor presidente, eso constituye un agravio para muchos de nosotros, que más de una vez hemos sido invitados y hemos acompañado actividades de los grupos evangélicos. Por lo tanto, descartemos eso, porque incluir esa figura en el debate es una falta de respeto que no nos merecemos.
- Manifestaciones en la barra.
Sr. La Porta.- En segundo lugar, quiero decir que esta ley ha reunido todos los requisitos legales, conforme a lo establecido por la Constitución Nacional y por la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es más: los proyectos están basados en informaciones claras y terminantes proveídas por los propios organismos oficiales dependientes del Poder Ejecutivo de la Ciudad. Tengo en mi poder una declaración del Registro de la Propiedad Inmueble en la que ya en el año 1971 se señalaba la conveniencia de que este predio fuera convertido en una plaza, atento al déficit no sólo de la Ciudad de Buenos Aires en materia de metros cuadrados de espacio verde por habitante, sino también y particularmente del barrio de Boedo, afectado por no contar con ninguna plaza ni con ningún espacio verde.
- (Aplausos) Manifestaciones en la barra.
Sr. Presidente (De Estrada).- Silencio, por favor. Continúa en el uso de la palabra el diputado La Porta.
Sr. La Porta.- Señor presidente: esto queda evidenciado en el trámite que se le ha dado a esta plaza. Esto es más que evidente. Nosotros hemos presentado el proyecto antes de que se configurara la supuesta existencia...
- Manifestaciones en la barra.
Sr. Presidente (De Estrada).- Solicito silencio, por favor.
(N. de la R.: el directivo de la Catedral de la Fe, ya advertido anteriormente por la presidencia, continúa gritando descontrolado.)
Vamos a suspender un minuto la sesión hasta que se retire el señor que está gritando desde hoy. Le pido a la gente de seguridad que lo acompañe para que se retire.
- (Aplausos) Manifestaciones en la barra.
- Se suspende la sesión durante unos instantes.
Sr. Presidente (De Estrada).- A las personas que gritan las voy a hacer retirar. Se reanuda la sesión. Continúa en el uso de la palabra el diputado La Porta, a quien le pido brevedad, de acuerdo con el compromiso al que hemos llegado.
Alegatos y votos
Sr. La Porta.- Sí, señor presidente.
Quiero señalar que hemos presentado el proyecto mucho tiempo antes de que se conociera la existencia de un supuesto compromiso privado.
Para resumir y de manera telegráfica, quiero decir que de la documentación que podemos ofrecer, surge con claridad que en ningún momento nosotros hemos tenido noticias de la existencia de un boleto o de un compromiso firmado con anterioridad a la sanción de esta ley que hoy estamos tratando en segunda vuelta.
Señor presidente: quiero agregar que algunas manifestaciones vertidas en la audiencia pública ponen en claro lo que significa para los vecinos, después de treinta años de lucha, contar con este espacio verde en su propio barrio.
- (Aplausos) Manifestaciones en la barra.
Sr. La Porta.- Señor presidente: en definitiva y para no seguir agregando cosas...
Sr. Presidente (De Estrada).- Le pido que redondee, diputado.
Sr. La Porta.- ...a esta situación compleja y conflictiva, voy a insertar mi discurso en la versión taquigráfica, y lo dejo a usted en libertad de acción para seguir concediendo la palabra.
Sr. Presidente (De Estrada).- Tiene la palabra la diputada Parada.
Sra. Parada.- Señor presidente: simplemente quiero hacer mías todas y cada una de las palabras que acaba de manifestar el diputado La Porta. También quiero agregar que, en el caso de la plaza de San Lorenzo, allí no iba a haber una plaza, sino que se iba a asentar un colegio. Del colegio se logró el traslado y, luego, su aprobación y, así, se hace un acto de reparación histórica frente al cual el ARI tuvo una posición, que fue manifestada oportunamente.
- Manifestaciones en la barra.
Sr. Presidente (De Estrada).- Silencio, por favor. Como no hay más oradores ni propuestas de despacho, tomamos como despacho de comisión al proyecto. Se va a votar el cese del funcionamiento del Cuerpo en comisión.
- Se vota y resulta afirmativa.
Sr. Presidente (De Estrada).- El Cuerpo deja de estar constituido en comisión. En consideración en general la ley. Se va a votar. Requiere de 31 votos. Se utilizará el sistema de voto electrónico.
(N. de la R.: ver el detalle de la votación en “2 sesiones voto x voto”.)
Sr. Presidente (De Estrada).- El resultado es el siguiente: 49 votos emitidos; 38 a favor, 9 en contra y dos abstenciones.
- (Aplausos) Manifestaciones en la barra.
(N. de la R.: se produce un intercambio del diputado Kravetz con la Presidencia sobre el número de artículos de la ley a votar y se llega a un acuerdo.)
Tiene la palabra el diputado Romagnoli.
Sr. Romagnoli.- Señor presidente: seré muy breve. Escuché a una persona del público gritar: “¿Por qué no lo hicieron antes?” La verdad es que 30 años es una barbaridad para estar votando esto ahora. Los tiempos generan tensiones en la población, y éstas también se agudizan desde aquí dentro. Habiendo votado a favor, pido que se inserte mi discurso acerca de este problema en la versión taquigráfica.
Sr. Presidente (De Estrada).- Así se hará, señor diputado. Tiene la palabra la diputada Suppa.
Sra. Suppa.- Señor presidente: seré muy breve. Simplemente quiero adscribir a las palabras del diputado La Porta y de la diputada Parada. Quiero aclarar respecto al CBO número 1, con total dignidad, en un plenario de la escuela, la comunidad educativa resolvió sentarse a dialogar juntamente con el Ejecutivo y el Legislativo para encontrar una solución al problema. No nos encontramos en la misma situación en el día de hoy.
(N. de la R.: se produce la votación de los artículos de la ley.)
Sr. Presidente (De Estrada).- El resultado es el siguiente: 47 votos emitidos; 36 a favor, 9 en contra y 2 abstenciones.
Sr. Presidente (De Estrada).- Queda sancionada la ley.
- Aplausos y manifestaciones en la barra.
Texto definitivo Ley 2266
Art. 1º.- Declárase de utilidad pública y sujeto a expropiación, de conformidad con la Ley 238, al predio conocido como Estación Vail, en el barrio de Boedo, cuya denominación catastral es la siguiente: Circunscripción 8, Sección 30, Manzana 28, Parcela 1.
Art. 2º.- Desaféctase el predio delimitado en el Artículo 1º del distrito de zonificación R2bI.
Art. 3º.- Aféctase a distrito de zonificación UP (Urbanización Parque) al predio delimitado en el Artículo 1º, para ser destinado a espacio verde de uso público, y usos complementarios compatibles con la zonificación UP.
Art. 4º.- A los efectos del cumplimiento de la presente ley el Poder Ejecutivo procederá a realizar en el Presupuesto General de Gastos y Cálculo de Recursos para el Ejercicio 2007 una reserva de partida en la Jurisdicción 99 Obligaciones a cargo del Tesoro Bienes Preexistentes hasta la suma de siete millones novecientos mil pesos. ($ 7.900.000.)
Art. 5º.- Comuníquese, etc.
Sr. Presidente (De Estrada).- Suspendemos un momento la sesión, hasta que se retire el público.
¡Cuanta intolerancia!
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (De Estrada).- Continuamos con la sesión.
Sr. La Porta.- Pido la palabra.
Señor presidente: no acostumbro a hacer esta clase de manifestaciones o aclaraciones. Pero he vivido muchas cosas tan o más difíciles que ésta, en esta Casa.
Me llamó la atención, y quiero que conste en la versión taquigráfica, que algunos señores, evidentemente fuera de control, pertenecientes a Catedral de la Fe, acaban de proferir amenazas contra mi persona y la de Ana Suppa. Creo que más allá de que uno se “banque” estas cosas, porque forman parte de la política, me parece que habla muy mal de quienes se dicen feligreses de una religión. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Estrada).- Pido al personal de seguridad que llame a los diputados que están en el pasillo, porque en este momento no tenemos quórum, ya que hay 30 diputados. Ya hemos recuperado el quórum.
Sr. Talento.- Pido la palabra. Señor presidente: deseo expresar mi solidaridad y creo que interpreto a la totalidad de mi bloque y al resto de los colegas con los diputados que fueron amenazados, ejerciendo y desplegando su función. Evidentemente, como dijo el diputado La Porta, hemos estado acostumbrados en estos años a distintas situaciones de conflicto y entendemos también la crispación que puede manifestar o tener algunos participantes en la defensa de sus intereses. Pero nada justifica que al calor de esa pasión, atraviesen las fronteras del juego democrático y generen conductas tales como amenazas o acciones de hecho contra los diputados que están en su legítimo derecho, defendiendo distintos tipos de posiciones.
Entonces, haciendo votos para que esta situación no pase de un momento de exaltación, quiero señalar la solidaridad, tanto con el diputado La Porta como con la diputada de mi bloque, Ana Suppa.
2 sesiones voto x voto
El análisis de ambas votaciones provee elementos contundentes para validar nuestra herramienta democrática por excelencia: el voto.
El ARI, con asistencia perfecta, corroboró lo votado afirmativamente en la primera instancia.
El kirchnerismo (Frente para la Victoria) fue casi un calco de la primera votación cuando hubo dos ausencias. En la segunda el legislador Helio Rebot, recordado por su decisiva actuación en la destitución de Aníbal Ibarra, prefirió la abstención. El resto (13 legisladores) apoyó a la plaza.
En el macrismo –que había votado unánimemente por la plaza en la primera lectura– cinco legisladores dieron el “sí”. Gabriela Michetti prefirió oponerse y otros tres –Destéfano, Godoy y Herrera Bravo– estuvieron ausentes de sus bancas.
En la coalición de centro-derecha denominada Juntos por Buenos Aires predominó el “panquequismo”. El unánime apoyo a la plaza manifestado en primera instancia tornó en cuatro negativas (De Estrada, Enríquez, Majdalani y Santilli), una abstención, la del salomónico diputado Morando, dos ausencias y dos votos positivos de los diputados Alvaro González y Dora Mouzo.
Los de Recrear (López Murphy) se “emperraron” en la negativa. Los dos ausentes –Araujo y Meis– de la primera votación, concurrieron para pronunciar un contundente “no” junto a San Martino y Varela. Sería bueno recordar en este punto que Marcelo Meis fue el primer legislador que se acercó –hace algo más de un año– a nuestra convocatoria y prometió apoyo a la propuesta vecinal ¿Qué lo habrá hecho cambiar tanto?
En las minorías –bancas unipersonales o duetos de diputados– no hubo negativas. Sólo algunas ausencias se tornaron presencias y viceversa. Y otros dieron el “sí” en ambas oportunidades. Entre ellos Norberto La Porta, del Socialismo, factótum de esta conquista y presentador del primer proyecto en esta instancia definitoria; Fernando Melillo de Convergencia; Rubén Devoto de Desde Abajo y Carlos Lo Guzzo de la Unión Cívica Radical.
Otras curiosidades que pueden contribuir a sacar algunas conclusiones. Una sola diputada de los sesenta estuvo ausente en ambas oportunidades: Noemí Oliveto de Autodeterminación y Libertad, quien, al parecer, cumplió a rajatabla con la denominación de su partido.
El que se fue y el que entró. Ambos apoyaron a la plaza: Julio De Giovanni del Partido de la Ciudad, dijo “sí” en la primera y finalizó su mandato. Y Abelardo García –de Militancia Social– que debutó en la Cámara con su apoyo a nuestra plaza.
Los del Sur que no apoyan al Sur: Héctor Bidonde y Sergio Molina –pertenecientes al Partido Del Sur–, que habían apoyado con sus votos en la primera convocatoria, decidieron una “ubicua” ausencia en la segunda y definitoria.
Mario Bellocchio
Del malvón y el tulipán
Desde Vancouver, Canadá, nos escribe un colaborador que periódicamente nos da la satisfacción de contarlo entre nosotros.
Las Américas son en esencia una fusión de cuatro ingredientes étnicos principales, el latino y el sajón con raíces europeas, el nativo con raíces prehistóricas en el continente asiático, y el africano importado en la época de la colonización. Pero en una simplificación Norte-Sur podríamos decir que arriba están los “gringos” y abajo están los “hispanos” como son apodados en cada una de las regiones a las que “no pertenecen”.
Buenos Aires puso un verdadero filtro histórico en su gestación como gran ciudad, plasmando una sociedad de neto color europeo. La melancolía del porteño tiene su germen en la tragedia española y en el drama italiano. La extroversión del hombre de Buenos Aires puede parecerse a la del madrileño y su gesticulación a la del romano. En ambos rasgos hay tonos de romance y de pasión a los que los aires de las pampas agregaron un cierto atemperamiento. Esta mezcla de ingredientes originó el medio ambiente en el cual creció y formó su carácter el porteño.
Pintemos por ejemplo un patio colonial en una casona porteña del siglo XIX o principios del XX: piso de ladrillos, higuera, una parra, hasta un posible aljibe, y esparcidos espontáneamente, los humildes y principescos malvones: el rojo y el verde, más un esbozo de perfume. El malvón es un símbolo para el bonaerense genuino. Cuántos tangos lo han incluido en los balcones, junto a las verjas, en los viejos jardines en las noches de luna, o en las tardecitas estivales.
El malvón encierra una historia que se incrusta en las postales de las antiguas familias criollas, trabajadoras, esforzadas, montadas sobre un matriarcado escondido en donde la mano femenina iba poniendo estos moños prístinos al pasar en su diario trajinar. No importaba el esfuerzo, el cansancio, siempre había un momento para acariciar una flor o rociar con agua la tierra seca por el calor de enero. Es un recuerdo de la niñez, o de la juventud junto a la familia en las reuniones del patio, en la ronda del mate, o del licor de naranja.
El malvón es entonces un lugar importante en el anecdotario de la historia argentina, con presencia conspicua en los ambientes criollos y porteños. Es una alegría escondida, un optimismo introvertido, un exponente de humilde belleza que nace y muere, para no volver, al fin del verano.
En el otro extremo del hemisferio, otra ciudad, otra historia, otros sentimientos. Vancouver es una de las perlas urbanas del norte de América. En el pasaje de un invierno gris y oscuro a un verano esplendoroso y brillante, la primavera y el otoño son chispazos increíbles de color y frescura que no dan lugar a la melancolía. El azul del agua, el verde o el blanco de las montañas, el rojo brutal de los árboles otoñales y los amarillos y azules de la primavera son una inyección de permanente optimismo. Esto nada tiene que ver con la lucha diaria que también tiene el vancouveriano para su subsistencia. El vancouveriano sería el porteño del norte, ya que Vancouver es entre otras cosas un gran puerto.
Aquí la historia recién empieza, y la ciudad es un crisol étnico en donde es cada vez más difícil encontrar un canadiense de segunda generación. Todavía la ciudad está buscando su identidad. Recién está tejiendo su tradición. Sólo la cultura nativa regional, de milenios de antigüedad, los haidas, tienen una historia con personalidad propia y expresiones artísticas en la pintura, escultura, lenguaje y música.
En este lujo natural intoxicante y recio, el tulipán es una de las más exactas expresiones del color local. Mientras que el malvón crece con sus numerosas imbricaciones como para decir “hago lo que quiero y crezco como me parece”, el tulipán crece derechito rumbo al cielo dando su flor de líneas geométricas casi perfectas en una forma de individualidad acompañada que hace que docenas de flores sumen en una expresión colectiva.
Es una belleza fría, alegre, no da lugar a la melancolía, quizá demasiado perfecta para nuestro gusto. Es un símbolo que tiene sus historias y raíces en los países nórdicos, Holanda en particular, con climas similares a la Columbia Británica.
El tulipán saluda la entrada de la primavera y es el anuncio del gran desfile floral que es Vancouver en la época estival. ¿Quién lo planta? Yo diría que los ciudadanos de esta ciudad son jardineros por naturaleza, y que es un arte popular el de los jardines. Son muy frecuentes las competencias florales y las exhibiciones artísticas de jardinería. Un fenómeno curioso es el de la existencia de porciones de tierra pública, como puede ser al borde de la vía del tren, o sobre la costa, que son ocupadas por jardineros amateurs simplemente poniendo su nombre. Es un hobby en crecimiento con el beneplácito de la municipalidad y del ferrocarril.
A veces pienso que la flor del malvón es la expresión de un sentimiento, y la del tulipán la expresión de una intención. La primera aparece porque es parte del corazón de la ciudad, el segundo, porque no se puede dejar semejante belleza natural sin ornamentación.
El tulipán es también una síntesis geométrica de la mentalidad sajona con toques de forma y color apuntando al cielo. Es un símbolo del deseo de volar, muy arraigado en Vancouver. El aeropuerto internacional es uno de los más modernos del mundo y lo recibe al viajero con el murmullo de las cascadas de agua simuladas en sus corredores. La ciudad es un corredor permanente de avionetas, hidroavionetas, helicópteros y aviones comerciales.
Todos esperan ansiosos el 2010, cuando se realizarán las olimpíadas de invierno y en donde sin lugar a dudas brillarán los colores de la ciudad que siempre está vestida de fiesta. Es posible que el tulipán, aunque no presente por el clima, lo estará en los logos e imágenes comerciales. Juan Carlos Berretta del Campo
Invasión
Creo que invadían de lunes a viernes a las dieciocho horas de mi vida de pibe. Llegaban hasta Martín Coronado; invadían en blanco y negro. Todavía veo la rueda del auto pisando un cartel caído (no recuerdo qué decía) en el camino de tierra. Todavía veo el rostro del hombre cansado que manejaba el auto. Un hombre con sueño en una noche cerrada. Su nombre era o es David Vincent. David parpadea nervioso, porque ve algo inusual, un plato volador, entonces una voz en off se hace lugar en mi memoria, una voz para pintar la amenaza, Los invasores: seres extraños de un planeta que se muere; Destino: la Tierra; Propósito: apoderarse de ella; David Vincent los ha visto...
David efectivamente los ha visto; a partir de esa noche, él sabe que los invasores no son buena gente, son de un barrio muy extraño y como bien afirma el guionista: vienen a invadir. Como siempre ocurre con aquel que posee un dato de primera en este mundo, la mayoría de sus habitantes no le cree. Vincent no fue la excepción. Los invasores estaban entre los humanos; no los enfrentaban abiertamente en una guerra, sino que se camuflaban, se ponían un disfraz humano “casi perfecto” y trataban de ir ocupando puestos estratégicos en la Tierra mientras esperaban el gran zarpazo.
Si a los invasores se los pasaba por una sesión de rayos x, saltaba que los quías del espacio no tenían corazón, y al no tener corazón, su pulso era ausencia. Necesitaban regenerarse en raritos tubos de cristal y luz; de lo contrario, morían. David andaba capítulo tras capítulo buscando esos centros de regeneración; siempre encaraba hacia viejos almacenes, graneros de película y desarmaderos de autos en la provincia; a veces le salía bien y a veces no tanto; es que también en hipotéticos enfrentamientos con alienígenas, los hombres y los guionistas siempre hacen lo que pueden.
Cuando un invasor moría, se incineraba en segundos en medio de luces nerviosas y en el piso quedaba dibujada la silueta humana con un fino trazo de cenizas, que luego el viento se encargaba de borrar.
Pero es sabido, todo invasor, todo imperio que va de conquista, tiene o tendrá su punto débil; David Vincent sacó la sortija en la calesita de los invasores y agendó la falla que tenía el disfraz humano: el dedo meñique, sí, el dedo, lo llevaban duro, no lo podían doblar. Meñique erecto = invasor descubierto.
Ahora bien, en la historia o historieta de la humanidad hubo y hay distintas clases de invasores, pero invasores al fin, porque por más que no pretendan apoderarse de la ciudad o el barrio, sí están decididos a que uno, la víctima, el invadido, el potencial embambinado, se aleje, se retraiga en medio de una puteada amarga.
Para invadir el barrio, lo saben, es necesario empezar por el café.
El invasor de café presenta dos tipologías clave; una queda graficada en el que cae en paracaídas desde su plato volador y termina sentado en la silla que está frente al invadido que plácidamente se dedicaba, por ejemplo, a la lectura o a la contemplación extática de las damiselas que siempre habitan el más allá de las ventanas. Sin preguntar, el invasor invade sin importarle ni un tercio de los últimos reverendísimos carajos disponibles en el planeta. De igual manera procede este tipo de invasor cuando la mesa a invadir ya posee sobre su territorio la apariencia de una reunión. A no dudar, el invasor, invade, se suma a cualquier charla o la corta para proponer sus temas interesados.
La segunda tipología de invasor de café está representada por el invasor sonoro que generalmente ataca en grupo. En el café todo se detiene, el tiempo, la palabra, el especial de salame y queso, y las miradas hacia distintos destinos, ya que todo ha sido desplazado hacia una quinta dimensión (Fabio Zerpa se quedó corto), que es donde el grupete grita su filosofía de vida, y ojito, porque este tipo de invasor tiene su nivel, vierte claras opiniones que van desde los refuerzos de Boca para el nuevo campeonato, el gato rubio del verano, la verdad suprema en cuestiones de pareja o el camino al socialismo anunciado por Chávez y Cristo. Pensará el lector que quizá los invasores sólo son hombres, pero no, también hay mujeres y sí, ellas también invaden bonito desde las baldosas del desprevenido espacio.
Así como David Vincent encontró su sortija contra los invasores, debo anunciar que conozco la fractura en la invasión de que está siendo objeto Buenos Aires.
¿Cómo detectar a un invasor en esta ciudad?, afirmo que mejor se los descubre en el verano. Estoy seguro de que se me acusará de superficial y que como el pobre de Vincent, seré anunciado como loco, Ahí va el loco de Boedo (pero mejor loco que miserable, es sabido que Boedo es recorrido por más de un miserable), y una vez hecha pública mi denuncia se agregará la persecución a manos de los invasores otros. No importa, es mi proclama, y apunto con la palabra. En un típico día de verano dirigirse preferiblemente al subte (esto no significa que en el bondi no se pueda hallar pruebas de la tal invasión). Cuarenta y cuatro grados de térmica más el infaltable toque de humedad cercano al cien por cien, brindarán el marco justo en cualquier medio de transporte. Una vez en el subte buscar entre los pasajeros; entre ellos hay personas, me atrevo a asegurar que en cada formación, que aún llevando saco y corbata, no transpiran. Los invasores de Buenos Aires viven frescos, ni una maldita gota les va de maratón cuello abajo. Ellos tan plácidos de frescura alienígena mientras el resto del pasaje sufre besanas y surcos salados que luego degenerarán en ríos empapantes y pegotes inmundos de trapo y axila. Ellos nada, no hay el alumbramiento de la gota, no hay borde ajustado de camisa que sugiera, al menos, la sombra húmeda, prueba irrefutable de una sufriente humanidad.
Jamás confiaría en una persona que en el verano de Buenos Aires no transpira; no lo haría porque ellos vienen de otro planeta, son una segunda tanda, tal vez los que se le escaparon a David Vincent. ¿Cómo prestarle un libro?, ¿cómo pedirle el favor de que nos cuide a Boby un rato?, ¿cómo darle para leer un original si el tipo no transpira en verano?
Ellos invaden los cafés, ellos están entre nosotros, silenciosos, enseñando su diferencia; ellos no tienen que hacerle el aguante, cada vez mayor, a esta ciudad de los buenos aires contaminados de humo y ruido... Ellos entre nosotros, como entre nosotros están los otrora muchachos que servían en la Triple A y que luego del cambio de nombre de la empresa, pasaron a ser los muchachos de los grupos de tareas de la dictadura. Ellos entre nosotros mientras hoy la justicia –al fin– busca nombres y apellidos y lugares y víctimas de aquella invasión.
La historia afirma que David Vincent, el actor Roy Thinnes, fue abducido del mundo del cine y la televisión luego de su lucha contra los malos, ¿qué habrá sido de él? La historia dice que Los invasores se filmó entre enero de 1967 y septiembre de 1968, y se quedaron con cuarenta y tres episodios cuando tantos podrían haber filmado por estas tierras.
Nosotros, al parecer, estamos condenados a vivir como él o los amenazados de La casa en el límite (1908) de William Hope Hodgson, un clásico de la literatura fantástica. No hace mucho el director de cine M. Night Shyamalan filmó la película Señales (2002), no hay duda de que este hombre sabe de abrevar en los clásicos de la literatura. La casa, en la novela, está construida en el borde de un profundo barranco; en la película está construida al borde de una profunda plantación de maíz. Desde el barranco o desde el maíz vienen los invasores que llevan en el bolsillo desde la inconsciente misión de ignorar al semejante, así vivimos, hermano, hasta la muerte cobarde. Seres extraños, oscuros de mala noche, sobrevivientes del diluvio porque contaban con arca propia con espíritu y cuerpo, con subordinación y valor.
Desde la plantación de maíz que crece en el fondo de nuestro barranco, luego, allá en el fondo, donde está el río, acechan y se acercan invasores varios. La ciudad puerto de puertas abiertas duerme en la altura.
Cuando Buenos Aires se llenaba de puestitos de vendedores callejeros ofreciendo los famosos despertadores plásticos, y uno sonaba en cada puesto simulando a cada momento una nueva mañana, pensé, ahora nos despertamos, ahora nos despertamos, pero ya nos habían avisado que la casa estaba en orden y que los únicos huevos que había sobre la mesa eran los de Pascua, digo, cuando otra vez la bendita plaza allá en el pasado reciente, cuando la gente en la plaza y... no sé, a veces me pregunto ¿vivirá David Vincent?
Edgardo Lois
San Lorenzo
La restitución de un predio y el veto de Telerman
El jefe de Gobierno finalmente vetó la Ley que restituía a su legítimo dueño el predio que el Proceso usurpó a San Lorenzo. Telerman aseguró, sin embargo, a Adolfo Res y su hueste de luchadores, que sólo lo hizo por los vicios formales de la ley y que tendrá su apoyo un tratamiento ortodoxo del problema. Cómo lo vieron los principales medios.
No cederán un predio a San Lorenzo
El jefe de Gobierno, Jorge Telerman, finalmente vetó una ley que donó al Club Atlético San Lorenzo de Almagro un predio en el barrio de Boedo, donde había funcionado el viejo estadio de la institución, aprobada por la Legislatura porteña a fines del año último en medio de una fuerte polémica y la presión de los simpatizantes.
Cuando el proyecto de ley, del diputado kirchnerista Francisco Talento, llegó al recinto de sesiones, algunos colegas habían advertido que la iniciativa requería el proceso de doble lectura porque cedía un bien del dominio público. Sin embargo, dijo el legislador, durante la tramitación del expediente habían sido agregadas constancias legales que confirmaban que no era así. [...] el diputado de ARI Enrique Olivera exhibió un documento oficial que acreditaba que el predio era público y exigió someter la ley a audiencia pública y a una nueva aprobación en el recinto [...] El reclamo no prosperó entre sus pares, pero esta semana, con idénticos argumentos, llegó el veto de Telerman. (“La Nación”, 24 de enero de 2007)
Polémica de cuervos
Aunque ya está en campaña, el jefe de Gobierno Jorge Telerman podría ganarse los odios de los Cuervos. El 17 de enero, Telerman vetó una ley de la Legislatura porteña que devolvía al club San Lorenzo de Almagro la propiedad de los 4500 metros cuadrados de la plaza Lorenzo Maza. Ese predio fue cedido por San Lorenzo en forma forzosa durante la dictadura por orden del intendente de facto Osvaldo Cacciatore. Ayer, el vicepresidente de la Legislatura y confeso azulgrana, Miguel Talento, acusó a Telerman de “aceptar las ilegalidades de la dictadura militar”. Desde la Jefatura de Gobierno contestaron que la ley fue vetada porque había sido aprobada con vicios formales y no por su contenido de fondo. (“Página 12”, 28/1/2007)
Telerman dio garantías
Después de un arduo día de trabajo en la defensa de la vuelta a Boedo, la Sub Comisión del Hincha logró acceder al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien aseguró que va a apoyar el Proyecto de Ley de Reparación Histórica, que el veto que salió publicado en el Boletín Oficial es sólo una objeción formal ante la ausencia de la “doble lectura”.
El jefe de Gobierno se comprometió a trabajar para que desde el día que comiencen las sesiones de la Legislatura para que se apruebe la restitución de los terrenos a San Lorenzo de Almagro. Telerman dijo que acompaña la lucha de San Lorenzo, sólo es una cuestión de formas y de tiempo, y garantizó que todo saldrá bien. Desde la SCH queremos confiar en la palabra de Telerman, pero garantizamos que seguiremos la lucha hasta el momento en que se apruebe definitivamente la Ley. Como siempre seremos los guardianes del proyecto y de la vuelta a Boedo.
Sub Comisión del Hincha del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
(http://volveavenidalaplata.com.ar, 24 de enero de 2007)
Telerman confirmó que se devolverá el predio de los “Cuervos”
[...] El jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, confirmó este martes que se le devolverán al club San Lorenzo las tierras expropiadas compulsivamente por Osvaldo Cacciatore. [...] agregó que el veto a la ley que lo ocupó días atrás, se debió a razones de “orden administrativo para evitar impugnaciones” [...] “El dominio del predio ubicado en las calles Salcedo e Inclán, en el barrio de Boedo, será otorgado al club San Lorenzo de Almagro”, declaró Telerman. [...] El alcalde enviará a la Legislatura el proyecto en las próximas horas.
(Pablo E. Chacón, Noticias Urbanas, 31 de enero de 2007)
DESPEDIDA COMO TAL
Barrio de veinte años
como si saliera de casa y entrara
a ella cada día
nacido quizá en una inundación
de excrementos bailando
sobre el agua y alguna botella
olvidada en un rincón
allá por el invierno de 1939.
Barrio en la edad de empezar
por el potrero más cercano
con la pelota de goma
porque la número cinco era un misterio
detrás de una vidriera
quieta y parca como para
ponerse a llorar sin pensarlo
dos veces.
. . . . . . . . . . . . . .
Barrio para emigrar una sola vez y para siempre
con un desafío a la vista
o la escapada al Centro
pasando por el Parque Retiro al frente
el “vascolé y dos panchos” rituales
en el subte.
Daniel Barros
Queremos decirles que... (Editorial)
De periodismo y periodistas
La manipulación es el enemigo del periodista (Ryszard Kapuscinski, prestigioso escritor y periodista polaco fallecido el 24 de enero del año en curso).
Cuentan que el mítico Natalio Botana, contradictorio fundador de “Crítica”, en cierta oportunidad en que necesitaba incorporar un jefe de redacción, seleccionó los candidatos haciéndoles redactar una crónica sobre Jesucristo. Botana acumulaba escritos sobre el tema para tomar luego su decisión cuando uno de los postulantes, ante su consabida requisitoria sobre Jesús, le contestó: ¿Cómo la quiere, a favor o en contra? No dudó: este era el hombre que buscaba. Un hábil manipulador. (Y se non é vero...)
En las huestes del diario “Crítica”, innovador en muchos aspectos, execrable en otros tantos, convivían talentos y miserias profesionales en una eterna y básica divisoria de aguas entre quienes dicen su verdad analítica escindida de la conveniencia y quienes adaptan las circunstancias al entorno a gusto y placer de poderes diversos, incluido el morbo y las bajas apetencias de la masa. “Crítica” fue una Babel de contrastes rumbosos con una vidriera cuyas tipologías se esparcieron por todo el oficio. Las esquirlas de ese estallido ubicaron en el ascensor a los trepadores del poder, que terminaron por resaltar a quienes eligieron la escalera de la ética profesional.
Alfredo Leuco suele decir que el buen periodista debe ser fiscal del poder y abogado del ciudadano de a pie, en una armoniosa síntesis que revela la intemperie de cobijos tutelares a la que debería estar sometido quien abraza esta profesión. José Luis Cabezas enfocó su cámara y gatilló; poco le importó que quien estuviera delante de él fuera el autor de la célebre frase “tomarme una foto a mí es como si me dispararan en la frente”. No era un loquito audaz, era un profesional insobornable convencido de su objetivo. Y hace diez años que nos falta.
Mario Bellocchio