10.4.09

Nº 84
Abril de 2009



SUMARIO

Costanera Sur
El verano, como símbolo del ocio y de las ansiadas vacaciones, se escondió nuevamente tras el amarilleo de las hojas. Hace 90 años, el letargo tenía otro matiz: se cerraba la temporada de balneario y varieté de la Costanera Sur
Mario Bellocchio

CALLEJEANDO HISTORIA:
Santo Domingo y el porteño que voló (...) del arco del campanario arrancó la sábana y las insignias inglesas pero, como la cornisa estaba resbalosa por la lluvia (...) se desmoronó y el alférez emprendió vuelo hasta el atrio.

Diego Ruiz

Una mentira y ninguna flor
La mentira de Corrientes y Pueyrredón se sigue sosteniendo a pesar de lo afirmado por el autor del poema: “Setenta balcones, ni uno más ni uno menos. Los de una casa nueva en Paseo de Julio, altura del primitivo Parque Japonés, contados una noche esfumosa, en compañía de Pedro Herreros, desde un banco de piedra...” (Baldomero Fernández Moreno)
Rubén Derlis

Prelorán
Sobre el documentalista argentino Jorge Prelorán fallecido en la madrugada del sábado 28 de marzo
Emiliano Penelas

El monumento a Juan José Castelli
Miguel Ruffo

Radiodifusión: la nueva ley (I)
Que los nuevos términos no los impongan los monopolios
Horacio Cafferata

La plaza
Comisión Todos por la Plaza de Boedo. Primer trimestre 2009.
Patricia Roselló

Ecomuseo participativo barrial
Un eco multiplicador desde el barrio y hacia todos. Lugar de encuentro y de trabajo de los vecinos de Boedo.
María Virginia Ameztoy



Hansen
Bajo el prolijo gazebo, recortados sobre el paño rojo de la exhibición, podían observarse los retazos de aquellos tiempos en que la sola mención del tango hacía fruncir facciones a la alcurnia porteña.
Mario Bellocchio


3 de febrero de 1981 / 3 de marzo de 1982
[...] Una colimba entre dictadura y Malvinas, toda una experiencia. Sobre el escritorio tengo el original de Subordinación y valor (para defender a la patria); justo en estos días confusos [...]
Edgardo Lois

EDITORIAL:
Alfonsín
Mario Bellocchio

POEMA
A Troilo (Ricardo Morelli)

VER, LEER Y ESCUCHAR
Crítica literaria, teatral y discográfica de producciones que no cuentan con el gran circuito de difusión

CULTURA GRATUITA
Guía de actividades culturales barriales que no requieren erogación alguna






Costanera Sur
El verano, como símbolo del ocio y de las ansiadas vacaciones, se escondió nuevamente tras el amarilleo de las hojas. Hace 90 años, el letargo tenía otro matiz: se cerraba la temporada de balneario y varieté de la Costanera Sur

Por un momento se saca el rancho y lo usa de abanico. El saco cuelga de su brazo esperando el comienzo de la ceremonia: es preferible que la brisa del río pegue directamente sobre la camisa de Nicanor para aliviarlo de la bochornosa temperatura. Recuerda, nostálgico, la nevada de junio como un retazo alpino; hasta un muñeco de nieve pudo hacerle a los pibes que ahora corretean por la nueva rambla. Su esposa y sus padres ocupan un banco cobijado por la incipiente sombra de los retoños de plátano con que la Municipalidad pretende arbolar el paseo. Llegan más automóviles descapotados. Algunos audaces los arriesgan en las orillas arenosas del propio río. Los más prefieren los caminos naturales del paseo aunque tengan que mezclarse con la creciente afluencia de bañaderas cargadas de curiosos porteños que vienen a ver inaugurar el nuevo balneario, a despecho de la canícula. Cada vez hay más gente a pesar del miércoles laborable. Son como las tres de la tarde y nunca se ha visto por estos lares semejante multitud buscando la brisa del mar criollo y saboreando, por anticipado, el futuro lugar de chapuzón popular. Un chaparrón veraniego produce algunas estampidas hacia los sectores edificados, sobre el espigón. La mayoría, sin embargo, prefiere gozar el chubasco aliviador, ver cómo se humedecen los prolijos canteros cultivados con motivos florales al estilo de los jardines de Versalles, o se desliza el agua por las farolas y los maceteros franceses de bronce que de tan nuevos aún brillan en sectores que no tomaron verdín.
Los que prefirieron el refugio, mientras tanto, pueden conocer las comodidades de los vestuarios —provistos de duchas, armarios y bancos en casi 400 casillas individuales— para hombres y mujeres en rigurosa división. Y leer el reglamento que exige: ...traje completo de baño, de malla (mameluco) o pantalón y saco, debiendo hallarse todas las prendas en buen estado. [...] Se prohíbe el uso, para los baños, de calzoncillos comunes o de punto. En todo momento debe respetarse la divisoria de las aguas con sector masculino y femenino, convenientemente separados, y el horario de 6 a 11 y de 15 a 19, que intenta prevenir tentaciones de la concurrencia nocturna.
El alboroto indica que llegan las autoridades para inaugurar oficialmente las instalaciones. La banda corrobora la presunción con una fanfarria digna de las fechas patrias. El palco se cubre de galeras, gorras militares, sombreros femeniles y casquetes eclesiásticos. Es realmente una multitud la que canta con los acordes del Himno Nacional. El presidente Yrigoyen corta las cintas junto al intendente Llambías. Monseñor Alberti traslada la bendición del agua a las aguas produciendo un verdadero milagro: que nadie resulte lesionado en el tropel que se lanza al disfrute. Nicanor se prende a la carga de caballería multiplicando sus manos para tomar con ellas a sus párvulos y trasportar el cilindro de lona donde aloja los trajes de baño, mientras su esposa y los viejos prefieren la contemplación desde el barandal de la explanada. Con el vestuario no hay conflicto: agradece Nicanor su par de varoncitos para poder cambiarse los tres en el mismo sector. Ya están listos. ¡Al agua, patos! Los chicos chapotean y agitan las manos saludando a mamá y los abuelos. Nicanor sonríe feliz.

Hoy, 11 de diciembre de 1918, el presidente de la Nación, Dr. Hipólito Yrigoyen, junto al intendente municipal Joaquín Llambías y el secretario de Obras Públicas, José Quartino, cortaron las cintas..., decían las crónicas periodísticas de aquella inauguración proveyendo detalles con los que puede reconstruirse la historia de aquel día inolvidable. El Himno Nacional fue coreado por una multitud calculada en unas 100.000 personas, concluían afirmando para dar una idea de la masividad del acontecimiento.
Toda una era de veraneos populares había sido inaugurada mitigando los padeceres de miles de porteños cuyos ingresos no les permitían disfrutar siquiera de Mar del Plata, por no hablar de la Niza o Biarritz de las clases acomodadas. El paseo costero había llegado para saciar el hambre de horizonte que insensatos rellenos y cercenamientos mercantiles reeditarían años después. [...]

Las noches de verano en el balneario
Desde su origen, allá por el 18, las multitudes que lo poblaban prenunciaban que la oferta creciente de quioscos y comercios iba a extenderse sobre el entorno para satisfacer a quienes, caída la noche y vedado el abordaje al río, quisieran seguir gozando de la fresca brisa. Aquellos míticos maxibuses blancos entoldados llamados bañaderas comenzaron a extender sus horarios de regreso copiando al tranvía Lacroze, que llegaba hasta el propio corazón del balneario por el puente circular de Belgrano. Seguramente algún cantor guitarrero habrá encabezado la audacia de animarse entre los parroquianos para dar la señal de partida del varieté costero que pobló por años los tablados. Y el parque de diversiones, con vuelta al mundo y todo, modesta sucursal no declarada del célebre Parque Japonés de Retiro, terminó de armar, en las noches veraniegas, el entorno codiciado por multitudes de bolsillo flaco.
Unas chirolas bastaban para alegrarse la noche y, de paso, eludir el tufo de la pieza en aquellos veranos donde el abanico que regalaba el japonés tintorero a fin de año, o el diario arrugado en un extremo, oficiaban de aire acondicionado. O la media barra de hielo en la pileta de lavar la ropa como el único refrescador de bebidas conocido por el obrero. Tomar un cívico en alguno de esos boliches pasaba más por conseguir mesa que por la diferencia de cotización. El que no digería el plantón para lograr ver el espectáculo más codiciado tenía la opción de descender el nivel hacia los imitadores de los exitosos o variantes sin espectáculo como beber en los quioscos sin artistas, dar unas vueltas en el torpedo o el látigo de los juegos mecánicos —si se animaba—, o testimoniar la concurrencia con las consabidas fotos de telón, donde, con sólo un agujero para ubicar la cabeza, uno se transformaba en un forzudo, una gorda en traje de baño o el piloto de un avión biplano.
Poco a poco había ido creciendo la oferta cubriendo todos los matices que abarcaban desde la modesta parrilla animada por los “rascas” del último peldaño del escalafón, hasta el espectáculo con consumición mínima de las confiterías, donde el nivel artístico rozaba algún predicamento. Desde los cuarenta mozos de “La Rambla” esmerándose para brindar atención a la multitud de mesas desplegadas en su patio de tierra regada, la “Pilsen”, el “Niza”, la “Juan de Garay” y la pequeña “Alameda”, todas al sur de Belgrano, convivían a la sombra de la más distinguida “Brisas del Plata”, cuyos espectáculos podían rivalizar en jerarquía con los que se ofrecían en el centro de la ciudad. El llamado Balneario, con su varieté, prontamente adquirió un envidiable nivel de convocatoria destronando al “Casino”, al “Cosmopolita” y al “Esmeralda” (luego “Maipo”) durante los meses veraniegos.
La heterogénea oferta nocturna, arrastrada por el éxito de público, fue descendiendo a horas diurnas su inicio hasta transformarse en una sucesión de rutinas, alternadas por teloneros, que llegaban a comenzar a las dos de la tarde. Una jornada demoledora para cualquier zapateador americano o gauchesco, bailaora o cantaor flamencos, ilusionista o ventrílocuo, malabarista o prestidigitador, cantor o guitarrero, que podían estirar sus esfuerzos hasta las dos de la mañana como mínimo, siendo lo común la permanencia hasta las cuatro “a solicitud de la gentil concurrencia”. A pesar de la agotadora tarea nadie pedía ni daba tregua: había que aprovechar la temporada, esos cuatro meses de diciembre a marzo en que se podían juntar unos manguitos para la frazada del invierno, donde los cabarutes del interior eran hostiles y esporádicos, y los bolos que les podía conseguir el representante sólo una utopía.
Todavía el adolescente Mariano Mores no había pintado su Cuartito azul cuando ya aporreaba como solista un piano vertical en la Costanera. Y al Chúcaro —que formaba pareja con Dolores— aún le faltaba conocer a Norma Viola, aunque ya recibía las puteadas de sus compañeros que debían soportar, aguardando entrar a escena debajo del tablado, el polvo que generaba su Malambo. Rulito y la Gorda hacían llorar de risa a los que disfrutaban de sus chanchadas, pero iban a pasar algunos años más antes de que a José Marrone se lo conociera como Pepitito y recortara cuidadosamente su famoso flequillo. Uno de los pocos sobrevivientes de la época no tiene vida real (¿o sí?), se llama Chirolita y se sabe que la partera lo colocó sobre la rodilla de Mr. Chassman en un tablado veraniego. Cuentan que Charola y Triky fueron enormemente felices en esos años antes de conocer las mieles de la televisión y los verdugueos de Gerardo Sofovich. Es que las historias de los que pasaron a la notoriedad se cuentan así, con los dedos de una mano. Los más transitaban el suceso menor o mayor con la escueta modestia del entorno y sufrían su apogeo y decadencia dentro del subgénero “varieté-balneario”, yéndose al descenso, al pequeño tablado del fondo, un escenario reducido que los boliches más grandes tenían para hacer el aguante al público que aún no conseguía un sitio frente al espectáculo principal, una suerte de primera B adonde iban a parar la bailarina vieja, el cantor de gola machucada, y el malabarista al que ya se le caían las clavas, a laburar por un mísero sueldo que a veces se transformaba en la provisión de comida y los desganados aplausos. Pero el Balneario también tuvo sus estrellas internas que nunca emigraron, quizá temerosas de sacar los pies del plato, tal vez sabiamente guiadas por su instinto de ubicuidad: Popoff, el Tano Genaro o Risita convocaban verdaderas multitudes y no participaban del despropósito agotador de largas jornadas, aunque por su éxito no podían escapar a un mínimo de tres o cuatro funciones en los días de su presentación. Los capocómicos dominaban con amplitud la escena de este género ínfimo, como lo denomina con acierto Mauricio Kartún. El caso de Lorenzo Davico era emblemático: con su hermano Triky y la cantante Marta del Solar integraron el conjunto Los Refalados, donde Risita, tal era su apelativo, conducía las dislocadas parodias del terceto, con su humor directo y efectivo, con su rostro de goma, con su convicción de que ese era el ámbito creado a su medida, su cabeza de ratón.

La pendiente
Los años veinte, el crecimiento y la consolidación; los treinta y cuarenta, el apogeo; los cincuenta la decadencia. Así podrían resumirse aquellos alegres años de la Costanera Sur con su balneario que veía desgajarse los versallescos jardines producto del afrancesamiento de una época que tantos tesoros arquitectónicos nos legó y tantas narices tornó respingadas sin cirugía, mala fama de pretenciosos que supimos conseguir.
El fiel de la balanza, sin embargo, lo manejó Kálnay (Andrés) sabiamente con todos los matices de las construcciones que sembró como hitos en la zona, recorriendo desde el modesto quiosco del Punch de Naranja hasta la ostentosa Munich: un verdadero espejo social en el lenguaje arquitectónico.
En efecto: a mediados de los cuarenta, aquella masa popular que había alimentado por décadas playa y noches de la Costanera Sur tuvo su envión económico. Ahora podía acceder al mar auténtico sin hundir sus pies en el cieno fangoso y fue dándole de a poco, otra vez, la espalda al río. Para algunos, el Balneario pasó a ser “el pasado rasca que querían olvidar”. Hasta las estrellas de esas noches veraniegas debían soportar el estigma de haber participado en aquellos espectáculos (recuerdo particularmente como lo gastaban a Charola en los ensayos de Operación Ja Ja, enrostrándole haber sido “cómico de balneario”). Y la Costanera Sur, que ya sufría la competencia de El Ancla en Vicente López y posteriormente Punta Carrasco (el de acceso público, no el actual privado), frente al Aeroparque, sólo pudo disimular algo de su notoria decadencia con las expectativas que sembró en un primer momento la Ciudad Deportiva de Boca Juniors y que las sucesivas inflaciones y desmanejos prontamente devoraron. Y llegó el “proceso” con su hálito de muerte para darle el tiro de gracia. Una tarde de 1978, mientras unos pocos sobrevivientes de aquellas jornadas veraniegas aprovechaban el solcito fluvial, comenzó a arribar una hilera de camiones que hacían su descarga adentrándose en el espigón. Depositaron en ese lugar ¡15.000 metros cúbicos de escombros! Como nunca nadie declaró el plan o proyecto del despropósito, me cabe el derecho de imaginar que quisieron poner una pantalla a tanta vida arrojada al río desde aviones. La Costanera pasó a ser una avenida interior; el balneario, un desaparecido más.
El río color de león de Lugones, el leonado de Cancela, el chocolate de Capdevila, el verde y azul acero de Mallea, el oleoso y negro de Barletta, el de color mineral de Martínez Estrada, el color cobre de Fernández Moreno, el de la rojiza llanura de Arlt, y los infinitos matices que cada porteño le confiere, se tomó tiempo para la revancha y creó vida de la muerte elaborando minuciosamente la Reserva Ecológica desde donde podemos volver a ver el horizonte rodeados de árboles y fauna extraños a nuestra latitud. Un regalo de la naturaleza, que siempre intenta ser compensadora.
Mario Bellocchio

El texto trascripto forma parte del “Informe del Sur” Nº 11 “Costanera Sur, días de balneario, noches de varieté” publicado en 2004 por “Ediciones BP”, que puede conseguirse en la mesa de publicaciones de Baires Popular, los sábados de 11 a 14 en Boedo y San Ignacio (vereda del “Margot”). La foto de portada (AGN) muestra la concurrencia al lugar en la década de 1920.




Santo Domingo y el porteño que voló
El cronista callejero se ha visto sorprendido por la repercusión de sus reseñas entre amigos, conocidos y, también, simples lectores... que los hay. La noticia de que en la Vuelta de Rocha podían ser vistas tortugas nadando muy orondas motivó que crédulos e incrédulos revisitasen, quizás después de años, un barrio tan significativo como es La Boca. Y el relato de cómo la vanguardia inglesa, en la invasión de 1807, recorrió la actual avenida Boedo de punta a punta motivó que más de un boedense o almagrino inquiriera si el dato era histórico o fruto de una férvida imaginación. En consecuencia, el cronista desea aclarar que si algo lo caracteriza es su total falta de imaginación, su abrumadora incapacidad para escribir ficción, aunque sea un cuentito para hacer dormir a los niños. Desde los inicios de esta columna —hacia fines de 2003— la intención siempre fue contribuir al conocimiento de nuestra historia, ya fuese a través de la nomenclatura urbana o, a partir de este año, de hechos y sucedidos de los “cien barrios porteños”. Pero como la divulgación bien entendida significa también rigor y documentación, el cronista siempre ha citado escrupulosamente sus fuentes, no como ciertos posmodernos que llaman “intertextualidad” a copiarse páginas enteras de otro autor sin citarlo. Vaya toda esta parrafada porque en el último callejeo quedó flotando la promesa de narrar las andanzas del coronel Dennis Pack en Santo Domingo y, como el relato va a incluir un suceso extraordinario, el cronista quiere desde ya cubrirse las espaldas ante las posibles acusaciones de mendacidad, exageración o simple macaneo.
Así pues habíamos dejado a los ingleses en los corrales de Miserere, donde Whitelocke tuvo la desdichada idea de aceptar el plan de ataque del general Lewison Gower que suponía que la población se encerraría en sus casas y solamente Liniers y sus bisoñas milicias les harían frente, por lo que las órdenes indicaban que la tropa marchara sin cargar sus armas, no debiendo hacer fuego en el camino por ningún concepto. Lo cierto es que el día 5 de julio, a las cinco de la mañana, los cuerpos ingleses avanzaron hasta las actuales Callao y Entre Ríos, formaron columnas y a las seis y media, tras unos tiros de cañón —algo así como el tañido de la campana en los combates de box— iniciaron la marcha. El grupo de columnas del Norte logró tomar la Plaza de Toros, el arsenal y el cuartel defendidos por el tercio de Gallegos. El grupo del Sur, que avanzó por San Juan, Cochabamba y Humberto I, pudo llegar a la Residencia (actuales Defensa y México) a las siete de la mañana y hacerse fuerte en la posición. Pero en la zona más poblada, entre Córdoba y Rivadavia, las seis columnas del Centro encontraron una fuerte resistencia en los cantones que se habían formado sobre la línea Suipacha-Tacuarí y al mediodía, tras sufrir enormes bajas, ya se habían rendido.
¿Y Pack por dónde andaba? Nuestro coronel formaba en la brigada ligera, que bajo las órdenes del general Craufurd avanzó por Belgrano y Venezuela. Coinciden los historiadores militares, como el insoslayable Carlos Roberts, en que al llegar a Perú —seguramente por sugerencia de Pack, que conocía la ciudad— decidieron tomar las iglesias de San Ignacio y Santo Domingo, luego la de San Francisco y así dominar el Fuerte. Así pues, Pack mandó al teniente coronel Cadogan a tomar San Ignacio por Perú mientras él lo hacía por Bolívar... y ambos cayeron en la trampa. A los fondos de San Ignacio estaba el cuartel de Patricios erizado de cantones y cañones que los desbarataron en instantes. Cadogan se retiró en desorden y se refugió en la “casa de la virreina vieja”, de Perú y Belgrano, donde le hicieron tal carnicería que, según testigos presenciales como Martín Rodríguez, por los caños de desagüe de los techos corría sangre, y Pack con Craufurd optaron por refugiarse en Santo Domingo. Al encontrar allí las banderas inglesas tomadas en la Reconquista —entre ellas la de su Regimiento 71— y exhibidas como trofeos, Pack ordenó izarlas en la única torre que por entonces tenía el edificio que en el ataque subsiguiente, en el que se concentraron todas las fuerzas porteñas de la zona sur, quedó cribado a cañonazos. A las tres y media de la tarde no quedó otra opción que rendirse al coronel Elío, que envió a Craufurd con 46 oficiales y 600 soldados al Fuerte donde fueron recibidos humanitariamente por Liniers. Sin embargo, nuestro personaje no pudo asomar la cabeza pues era “perjuro”: al rendirse el año anterior, junto con Beresford, había jurado no volver a tomar las armas contra el rey de España y ahora una multitud que lo había reconocido quería lincharlo. Pack estaba bien escondido por el prior del convento pero un sobrino de éste, el alférez de caballería José Antonio Leiva entró el templo a caballo, clamando por “llevarse a la cincha” al inglés. Mucho costó tranquilizarlo mientras el piadoso tío le encomendaba subir a la torre a recuperar la sábana que, como señal de parlamento, habían izado los británicos y retirar las banderas británicas. Subió el joven Leiva, pues, a la torre con la bandera española bajo el brazo y del arco del campanario arrancó la sábana y las insignias inglesas pero, como la cornisa estaba resbalosa por la lluvia que todo el día había caído, o más seguramente porque la estructura estaba debilitada por la artillería, la misma se desmoronó y el alférez emprendió vuelo hasta el atrio. Pastor Obligado, quien cuenta esta historia en sus Tradiciones porteñas, supone que las banderas que Leiva mantuvo aferradas en su caída actuaron en cierto modo de paracaídas, pero que también le fue favorable el piso de tierra del atrio que, por la susodicha lluvia, estaba convertido en un colchón de barro. La cuestión es que el subteniente la sacó barata: echando sangre por oídos, boca y nariz fue depositado en la cama del tío y, aunque lo dieron por muerto, pudo asistir el 25 de mayo de 1859 al homenaje que, tarde pero seguro, le realizó la Municipalidad, aunque no pudo disfrutar mucho de los discursos porque a consecuencias de la caída quedó sordo “tapia” por el resto de su vida.
Mientras le daban a Leiva los primeros auxilios, salió Pack de su escondite, preguntando por el “oficial que había querido cincharlo” y, al enterarse de su caída, sólo se le ocurrió comentar: “Regular salto... Treinta yardas...”. ¡Oh, estos hijos de la rubia Albión! Pero luego se convirtió en devoto enfermero del porteño hasta que Liniers pudo sacarlo a salvo de su escondite y enviarlo a Inglaterra en el canje de prisioneros. Ya no regresó al Río de la Plata; como algunos de sus conmilitones pasó a combatir a Napoleón en territorio español y al igual que Craufurd y Cadogan, que allí dejaron la vida, participó en numerosas batallas llenándose de gloria bajo las órdenes de nuestro ya conocido Beresford. Fue herido ocho veces y estuvo presente en Waterloo al mando de una brigada inglesa, donde nuevamente fue herido y mereció que Víctor Hugo lo mencionara en su magistral descripción de la batalla en Los miserables.
Como han dicho los historiadores, el más poderoso ejército de su tiempo fue batido no una, sino dos veces, por milicias de tenderos y almaceneros, a lo que el cronista callejero agrega: y de esclavos, indios, mulatos, capataces de carretas y lúmpenes varios, todos vecinos de aquella lejana Buenos Aires. Y el cronista no puede olvidar que uno de esos vecinos, tan vecino que vivía a metros de Santo Domingo y que asistió a la rendición de Pack y Craufurd, era un mayor de Patricios llamado Manuel Belgrano. Pero ese... sería otro callejeo.
Diego Ruiz




Una mentira y ninguna flor
No pocas de las historias pequeñas que dan cuerpo a la historia grande, al falsearlas o alterarlas por interés, vicio o comodidad, y no pocas veces por simple desconocimiento, logran entrar en algún momento a la historia mayor sin ningún tipo de aval o constatación; en no pocos casos, valiéndose para ello tan sólo del escaso mérito que puede otorgar la transmisión oral, no siempre fidedigna. Así es como estas mentiras , de tanto repetirlas se convierten en “verdades” y terminan instalándose como ciertas. Con esta aceptación pasiva se corrompe la verdad histórica. Volver a restaurarla es una ardua tarea, por carecer de fuentes de primera mano en algunos casos; pero las más de las veces resulta un inútil trabajo, por aquello de que lo ya establecido por el tiempo y aceptado por todos debe tenerse como legítimo (cuando lo que realmente sucedió es que a través de los años esta mentira logró un meticuloso pulido hasta alhajarse con chafalonías en sus constantes y renovadas repeticiones, dando brillo de luz prestada a su esplendor fraudulento). Un gravísimo error.
No somos especialistas en antigüedad clásica, ni nos hemos deslumbrado con las capitulares miniadas frente a un códice medieval, ni llenamos nuestras yemas del sutil polvillo del pasado hojeando amarillentos infolios; somos, apenas, ávidos lectores de toda escritura que nos habla de la ciudad; atentos escuchas de cuanto versado y entendido relata acerca de nuestras calles; observadores deslumbrados a la par que agradecidos ante nuevos descubrimientos. Lo que sí creemos no ser, es giles de cuarta a los que así como así se nos puede apurar con el cuento del pequeño hijito del transplante hepático, cuando quien nos lo cuenta posee una roja nariz que refirma su filiación etílica. Por eso preferimos tener menor caudal histórico, pero fidedigno, que una voluminosa ahistoria apócrifa.

Cierto día del mes de agosto de 2005, viendo un programa por televisión por cable —pudo haber sido “Ciudad natal” u otro de parecido perfil— se habló de Fernández Moreno, de su copiosa e interesante obra poética, apenas si conocida por los nuevos lectores de poesía. “Parece ser —dijo más o menos uno de los entrevistados— que para muchos, toda su poesía se resume en los catorce versos de los setenta balcones, y no es así”. Desde ya apoyamos esta tesis, dicho sea de paso; pero no es la intención ahora referirnos al estro de este portalira amante de Buenos Aires, que supo cantarle con voz inconfundible, sino a cierto aspecto puntual que se dio durante la entrevista.
Volviendo una y otra vez sobre el famoso soneto —clásico de nuestra poesía— se dieron precisiones con respecto al edificio, hace mucho desaparecido, que motivó la perfección de esos catorce versos perfectamente escandido. En su trabajo de investigación acerca del primitivo Parque Japonés, Otto Carlos Miller cuenta que el día de la ceremonia de entrega del Gran Premio de Honor de la SADE a Fernández Moreno, éste aclaró, en cierta parte de su discurso de agradecimiento y cuando hubo de referirse al soneto en cuestión: “Setenta balcones, ni uno más ni uno menos. Los de una casa nueva en Paseo de Julio, altura del primitivo Parque Japonés, contados una noche esfumosa, en compañía de Pedro Herreros, desde un banco de piedra...” Palabras que fueron confirmadas posteriormente por su hijo César —ya fallecido— en su “Introducción a Fernández Moreno”, según relata Miller en su trabajo mencionado. Lo aquí citado del propio poeta no deja filtrar el menor resquicio para que se cuele la más ínfima duda. Pero luego el tiempo mezcló sus trebejos, y aquellos que en 1917 acaso hayan sabido por boca del autor que los “Setenta balcones y ninguna flor” había sido inspirado por ese edificio, dejaron diluir en su memoria el hecho cierto, o la Parca los diluyó a ellos llevándose la verdad.
Cada tanto aparecía un caminador de Buenos Aires, un historiador del sentimientos porteño, y reflotaba en un artículo tanto el poema como su motivo inspirador; pero esto también fue olvidado. Vaya a saber por qué vía y en qué momento el imaginario popular había comenzado a situar como centro de inspiración el edificio de la esquina de Corrientes y Pueyrredón. ¿Por qué? Nadie lo sabe. Tal vez alguien notó que había allí muchos balcones y que ninguno lucía ni una maceta con un miserable yuyito. Ese alguien pudo entonces darle forma a la mistificación que luego muchos se encargarían de vestir con los harapos de la mentira. Por empinada pedantería o por supina ignorancia asesinaba una verdad para dar cuerpo a una mentira. Pero la primera no es umbral para acceder a lo cierto, y la ignorantia non est argumentum, como sostiene Spinoza. Constatar, luego afirmar; si no hay pruebas, callar, pues si la historia no es fidedigna, es ficción, y entonces ya estamos hablando de otra cosa.
Y aquí aparece lo insólito, lo no creíble, cuando ya se ha establecido con total certeza cuál era el edificio —y la palabra del hacedor del poema es prueba irrefutable como para dudar de ella—: en un momento de la charla televisiva se le pregunta a Manrique Fernández Moreno (su otro hijo) qué opinión le merecía que la gente igualmente creyera que la esquina de Corrientes y Pueyrredón era el lugar donde su padre se inspiró para componer el soneto, contesta con el mayor desparpajo y aun poniendo énfasis en sus palabras: “Si la gente dice que es ése, entonces ése debe ser”. Palabras más, palabras menos, es el núcleo del pensamiento definitivo puesto sobre la mesa por Manrique —también poeta él, al igual que su progenitor y su hermano, aunque haciendo la salvedad que sin el calibre de ambos— en esa entrevista. Como es fácil de ver, se privilegió la mistificación echada a correr de boca en boca porque la gente así lo dice, sobre la irrefutable verdad histórica dicha y escrita por el protagonista.
No hay razón para abundar más acerca de este tema; sería fatigar al lector cuando ya está todo dicho. Sólo cabría agregar a manera de recordatorio, que respuesta de tal calibre atenta contra el patrimonio cultural de la ciudad y es una tomadura de pelo a la porteña grey. Cuanto menos.
Rubén Derlis




Prelorán
El documentalista argentino Jorge Prelorán falleció en la madrugada del sábado 28 de marzo en su casa de Los Angeles, Estados Unidos, donde residía desde 1976.
Nacido en Buenos Aires el 29 de mayo de 1933, pronto abandona la carrera de arquitectura en la Universidad de Buenos Aires para ir a estudiar cine a la Universidad de California (UCLA), en 1955. De regreso a la Argentina, seis años más tarde, comienza a viajar por todo el país capturando imágenes que serán una exhaustiva documentación, como jamás se había hecho antes, sobre las culturas y tradiciones del interior.
En 1963 es contratado como asesor audiovisual del Rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán para producir películas y series didácticas, actividad que continuará hasta 1969. Gracias a un convenio con el Fondo Nacional de las Artes, y en especial por el gran impulso que le da el director del departamento de folclore, Dr. Raúl Augusto Cortázar, comienza su largo recorrido por el “documental etnobiográfico”, tal como denominará a sus películas, tiempo después, en sus escritos teóricos.
Estos filmes, que de a poco fueron delineando su estilo, tienen como particularidad dejar hablar a sus protagonistas. Son ellos los que cuentan su historia, siempre utilizando el sonido disociado, casi nunca en combinación directa con la imagen. Se trata de películas unipersonales, cuidadas, filmadas durante años, respetuosas de las personas que retrata, donde, en la mayoría de los casos el mismo nombre del protagonista da título al film.
Así surgen, por ejemplo, sus más logradas realizaciones: Damacio Caitruz (1966); Medardo Pantoja (1969); Hermógenes Cayo (Imaginero) (1969); Cochengo Miranda (1975); Los hijos de Zerda (1978); Luther Metke a los 94 (1979), que resultó nominada al Oscar de la Academia de Hollywood como Mejor Documental, Castelao (1980) y Zulay frente al Siglo XXI (1992).
A pesar de su prolífica producción, Prelorán permanece totalmente desconocido para el ambiente cinematográfico hasta 1969, año en que presenta toda su obra junta en el Teatro Municipal General San Martín de Buenos Aires, en donde se exhiben casi cuarenta películas documentales —entre cortos, medios y largometrajes—.
Aquel ciclo se cerró con la película sobre el santero jujeño Hermógenes Cayo, el documental que traza una línea en su carrera. A partir de ese film ya no se apartará de su estilo, y lo tomará para siempre. Lejos de la “mirada de Dios”, Prelorán trata de “darles voz a los que no la tienen”.
En 1976, perseguido por la dictadura militar, debe exiliarse y volver a Los Angeles, donde conseguirá un cargo de profesor en la UCLA. Esta vez lo acompaña su mujer, Mabel, antropóloga recibida en los Estados Unidos y con el doctorado realizado en épocas democráticas en Buenos Aires.
Con la vuelta de la democracia regresa periódicamente a la Argentina. En 2007 recibe el Astor de Oro a la trayectoria otorgado por el 20º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y es homenajeado por las Legislaturas de la ciudad de Buenos Aires y el partido de General Pueyrredón.
Su obra contó con el patrocinio de instituciones como el Fondo Nacional de las Artes de Argentina, Televisión Española, el Consejo de Humanidades de California, y las Fundaciones Fulbright y Guggenheim.
Fue merecedor de premios y galardones, entre los que destacan la nominación al Oscar de la Academia de Hollywood, el premio Konex, el Gran Premio Anual del Fondo Nacional de las Artes y el mencionado Astor de Oro.
Tras retirarse como Profesor Emérito de la UCLA, Prelorán comenzó a trabajar en un proyecto de más de treinta libros sobre los personajes de sus documentales y otros nuevos que fue descubriendo en su ilimitada curiosidad y capacidad de trabajo. El proyecto, pensado como un plan integral para escuelas de todo el país, ha quedado trunco y muchas veces, como pasó con su cine y la restauración y puesta en valor de sus películas, tuvo que ver con la desidia de los gobiernos de turno.
Poco antes de su fallecimiento, Prelorán donó todos los negativos de sus trabajos al Smithsonian Institute, el mayor complejo museológico, de investigación y conservación mundial, que restaurará y valorizará la gran obra legada.
Prelorán escribió una gran cantidad de artículos, trabajos académicos y libros. El ensayo “Conceptos éticos y estéticos en cine etnográfico”, incluido en el libro El cine documental etnobiográfico de Jorge Prelorán (Compilación de Juan José Rossi, Ediciones Búsqueda, Bs. As., 1987), sirve para comprender profundamente su filosofía sobre lo que él da en llamar “documentos humanos”. En él puede leerse: “En el cine es mucho más interesante enfocar la atención sobre individuos que puedan ser reconocidos y seguidos a lo largo de la película. El axioma de que ‘el hombre gusta de observar al hombre’ implica que un documental será recordado con mucho más claridad si está basada sobre individuos con nombres y apellidos, opiniones y problemas personales con los que podemos identificarnos, en vez de generalizaciones como ‘gente’, ‘comunidades’ o ‘sociedades’.”
Graciela Taquini, crítica e investigadora cinematográfica, ha sido su biógrafa, y en su libro Jorge Prelorán (Centro Editor de América Latina, Bs. As., 1994) afirma: “Según el cineasta Ron Norman, los films de Jorge Prelorán tienen el humanismo de Jean Renoir y Akira Kurosawa, la vida interior de un Robert Flaherty y Satyajit Ray. Su productividad es como la de Rainer Fassbinder. También sus films son afirmaciones únicas transmitidas por sus protagonistas de sus vidas y pensamientos y, por sobre todo, de su derecho a vivir, a trabajar, a sentir y a amar.”
Desde 2007 Fermín Rivera se encuentra realizando el documental Huellas y memorias de Jorge Prelorán, actualmente en postproducción.
Sin duda, Jorge Prelorán fue uno de los creadores más originales, prolíficos y sinceros que ha dado el cine argentino, uno de los padres del cine documental local, considerado mundialmente entre los más grandes cineastas del género.
Emiliano Penelas




El monumento a Juan José Castelli
Desde 1910 se levanta en plaza Constitución el monumento a Juan José Castelli, obra del escultor Gustavo Eberlein. Es uno de los testimonios escultóricos del Centenario. La Comisión Municipal, que se constituyó a iniciativa de Adolfo P. Carranza, para erigir en la ciudad de Buenos Aires, esculturas destinadas a homenajear a los hombres de 1810, es la comitente de esta escultura. Inicialmente se le había encomendado al artista Godoy proyectar una escultura de Castelli, pero como su boceto fue rechazado por la comisión, finalmente recayó en Eberlein la realización de esa obra de arte. En su “Diario Personal”, Adolfo P. Carranza, apunta: “1908. Noviembre 15.- Zapiola indicó a Eberlein que hiciese un boceto de Castelli y yo le dije que me vea para explicarle el personaje. Noviembre 23.- Estuvo Eberlein y le di todos los elementos para hacer la maqueta de Castelli. Noviembre 29.- Recibí una tarjeta de Eberlein de fecha de ayer, para que fuese a ver el boceto de Castelli. Vengo de allí. Me gusta. No le he observado más que la esclavina que es de mucho vuelo y la levita larga y algo pesada. Aceptó reformarla. Creo que será aceptada por la comisión. 1909. Enero 30. Nos hemos reunido a las 2 pm. en el Pabellón Argentino para decidir sobre la estatua de Rodríguez Peña y la maqueta de Castelli, de Eberlein (...) La hemos aceptado como también la maqueta de Castelli, que deberá llevar dos relieves (intimación al virrey y hablando en el Cabildo Abierto), se ha indicado que no haga esta escena copiándola del boceto de Blanes, como lo ha hecho, sino de una manera nueva y poniendo la figura de la estatua de costado. Ha quedado en hacer dibujos y mostrarme. Mayo 6.- Vengo de ver la estatua de Castelli. Muy linda.”(1)
Esta obra se inauguró el 20 de mayo de 1910. Por la Comisión hizo entrega de la misma el doctor José Matías Zapiola quien entre otras palabras dijo: “Castelli es más que por su talento y su elocuencia, grande por su abnegación patriótica, por su valor cívico del que dio siempre pruebas, y sobre todo por la invariable firmeza de sus convicciones, en lo que atañía a la independencia del país, que fue en realidad el “desideratum” de los hombres de Mayo.(...) Nosotros, su posteridad, separamos las injusticias de que ha sido objeto, colocando su estatua en ese pedestal de gloria, del que no será bajada mientras haya brazos que alienten corazones argentinos y hombres que admiren el talento, la abnegación, el patriotismo y el valor cívico” (...) Por la Municipalidad, recibió el monumento el doctor Enrique Ruiz Guiñazú, quien señaló: “Voces más autorizadas que la mía estaban llamadas a pronunciar la oración digna del ilustre varón. Son los poetas con sus liras de bronce que deben relatar las hazañas de los héroes, y entonces fascinados con armoniosos sonidos, nos aprestamos a oírlas, como en el coro griego de las festividades solemnes. (...) Así pues, señores, tributemos el homenaje de justicia y simpatía al doctor Juan José Castelli, entregando al porvenir, en esta estatua, su personalidad descollante, resplandeciente y cristalina, como surgida de linfas puras, consagrada en el bronce inapelable. (...) La imaginación del artista ha sido feliz; la enérgica actitud, la idealidad de la expresión, el ímpetu avasallador del gran tribuno, los ha traducido el cincel. Los hermosísimos relieves adosados al pedestal conmemoran escenas de historia patria y tienen la gracia de una ejecución superior. La estatua, como manifestación del arte, goza de todas las franquicias del libro, abre las puertas y enseña con caracteres indelebles; es, como la pintura y la música, un supremo goce del espíritu. El buril de Eberlein ha sido admirable para personalizar tanta grandeza de alma, y su obra felizmente para nuestros gustos, carece de la rigidez de la estatuaria egipcia, solo explicable por la inmovilidad de los edificios para que era destinada. Señores: La ciudad de Buenos Aires ha cumplido honrosamente con el prócer y desde hoy cuenta con este nuevo monumento que exornará una de sus mejores plazas”(2).
Miguel Ruffo

NOTAS:
(1) CARRANZA, Adolfo P.; “Diario Personal” (inédito), libro I, folios 58-112.
(2) “La Nación”, 21 de mayo de 1910 en “Memorandum sobre las estatuas inauguradas en 1910”, Talleres Gráficos Rinaldi Hnos., Bs. As., 1912, págs. 32-38.





Radiodifusión: la nueva ley (I)
Que los nuevos términos no los impongan los monopolios

Iniciamos una serie de artículos referidos al proyecto de ley de radiodifusión —reproduciendo y comentando párrafos de su contenido— con el objeto de divulgarlo por fuera del interesado circuito mediático —que ve peligrar sus intereses monopólicos— haciéndonos creer que se conspira contra la libertad de expresión.

Tratamos de saldar una deuda que acumulamos en estos años de democracia. Queremos saldarla con el dictado de una norma actualizada, regulatoria de los servicios de comunicación audiovisual. Buscamos echar las bases de una legislación moderna, dirigida a garantizar el ejercicio universal para todos los ciudadanos del derecho a recibir, difundir e investigar informaciones y opiniones y que constituya también un verdadero pilar de la democracia, garantizando la pluralidad, la diversidad y una efectiva libertad de expresión.
Actores públicos, privados y sociales amparados y comprendidos por una regla que acompañe el salto tecnológico, buscando mecanismos destinados a la universalización del aprovechamiento de los avances de las tecnologías, poniendo los medios al servicio de la profundización de la participación democrática de la ciudadanía.
Necesitamos sustituir un viejo esquema de gobierno a través de un comité militar por otro, nuevo, de plena representación de origen democrático.
Debemos desconcentrar y democratizar la propiedad de los medios, favoreciendo un federalismo real que fortalezca lo local, con protección de nuestros bienes culturales, y defendiendo a los trabajadores y creadores, abaratando el acceso del ciudadano a la información y otros contenidos, a lo largo y ancho del territorio nacional.
Entendemos que el beneficiario directo de los cambios debe ser el ciudadano común, no sólo por resultado de una ampliación de sus derechos, sino también por la universalización del acceso a eventos significativos, como por ejemplo los clásicos del fútbol profesional, así como en el abaratamiento del costo de esos servicios audiovisuales.
Proponemos además modificar las estructuras, principios y objetivos de los medios del estado, para que abran instancias participativas que, con una conducción democrática y representativa aseguren pluralismo y diversidad en sus contenidos.
El desafío es construir lo nuevo aprovechando la experiencia de estos años de democracia, enriqueciendo por medio de la más amplia y abierta participación colaborativa el documento de trabajo para la discusión proyectado como base de presupuestos mínimos, para el envío al Congreso de un proyecto de ley que cuente con firmes consensos sociales.
Abrimos una puerta al futuro, adaptando a la realidad local principios jurídicos ya probados en el derecho comparado, reconociendo estándares adoptados por el sistema interamericano de derechos humanos.
Sumamos nuestro esfuerzo al de un conjunto importante de otros países que también persiguen, con la adopción de principios de neutralidad tecnológica evitar la obsolescencia de sus normas.
Este proyecto constituye entonces un documento de trabajo, destinado a ser enriquecido, corregido y mejorado por virtud de la libre participación ciudadana, con la finalidad de que su envío
al Honorable Congreso de la Nación cuente con una amplia base de consenso constituyendo una experiencia inédita de democracia semidirecta.
Se trata de ayudar a poner en vigencia el mandato del último párrafo del inciso 19 del artículo 75 de la Constitución de la Nación Argentina: “…Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor, el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales..”.

En “Desde Boedo” de mayo nos extenderemos sobre un cuadro comparativo de ambas legislaciones, la vigente y el proyecto, en términos tales como: el “objeto de la regulación”
En el Decreto-Ley de la Dictadura Ley 22.285/1980 actualmente vigente, únicamente se regulan los servicios abiertos (radio y TV) y los sistemas complementarios más antiguos, como Antenas Comunitarias. La regulación es tan antigua que se considera a las radios FM como “Nuevas Tecnologías”.
En la propuesta de Proyecto Ley de la Democracia Servicios de Comunicación Audiovisual se propone otorgar marco legal a todos los Servicios de Comunicación Audiovisual [...], etc., etc.
Horacio Cafferata




La plaza
Comisión Todos por la Plaza de Boedo. Primer trimestre 2009

El verano nos tuvo a mal traer con idas y vueltas sobre el proyecto y ejecución de las obras de la plaza.
Los vecinos fuimos notificados telefónicamente sobre la modificación del proyecto, “se adiciona mas verde y se reciclan parte de las cabriadas que quedaran sobre Sánchez de Loria a modo de glorieta”. Estas modificaciones dilataron el cierre de la licitación y el comienzo de las obras prometidas para enero o febrero del año en curso.
En la fecha se nos notificó, desde la Dirección General de Proyectos Urbanos y Arquitectura, oficina del arquitecto Miguel Ortemberg, que: “el gobierno de la ciudad esta en etapa de contratación de la obra y que las mismas se iniciarían a partir de la segunda quincena de abril con un tiempo de Ejecución estimado de ocho meses”.
Nuestras cuentas dan que, más o menos para fin de año o principios de 2010, Boedo por fin tendrá su plaza.
Mientras tanto la comisión sigue sus reuniones con la Dirección General de Proyectos Urbanos y Arquitectura para poder intercambiar pareceres sobre el uso que los vecinos quieren darles a los salones que quedarán en la “Plaza Mariano Boedo”. Queda descontado de nuestra parte que los mismos serán utilizados para potenciar la actividad cultural del barrio y por tal motivo la comisión está tramitando ante el Ejecutivo que se le asigne la organización de la agenda cultural del espacio “Plaza Mariano Boedo”.
Las organizaciones del barrio cuentan con una planilla para recoger firmas de los vecinos a fin de poder presentar este pedido a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Los salones serán licitados en una segunda etapa por cuestiones relativas a los tiempos de elaboración, muy superiores por su complejidad a los que requiere la plaza, para evitar con ello demorar a la plaza en sí.
Todos sabemos que los tiempos de los vecinos no son los de los funcionarios y menos los de la administración pública; este predio fue perdido en la dictadura y ya nos lleva más de 25 años de democracia recuperarlo.
Hoy estamos planificando una importante actividad para el 9 de mayo frente al predio para seguir construyendo el espacio colectivo entre todos los que luchamos por esta plaza.
Nos seguimos reuniendo en el Club GON, avenida Pavón 3916, cada 15 días. La próxima reunión es el 22 de abril a las 19.30. El correo electrónico para comunicarse con la comisión vecinal es
plazadeboedo@yahoo.com.ar.
Patricia Roselló




Ecomuseo participativo barrial
Un eco multiplicador desde el barrio y hacia todos. Lugar de encuentro y de trabajo de los vecinos de Boedo

El “Ecomuseo participativo barrial” fue concebido como un espacio creado a partir de los vecinos y el barrio, su territorio de pertenencia, ya que es la comunidad misma la que se organiza para proteger, conservar y difundir los bienes de su patrimonio cultural y natural. De tal modo será un lugar para la expresión de grandes y chicos, que trabajará para la inclusión de estos últimos en múltiples actividades, talleres y capacitación. Con ese fin estaremos en contacto permanente con las escuelas del barrio.
A partir de la hipótesis de que Boedo tiene una muy rica historia cultural que proteger y enriquecer, por medio de las actividades desarrolladas desde el ecomuseo, en conjunto con las instituciones de la Red de Cultura y de los muchos agentes interesados en su defensa, se efectuarán acciones concretas y participativas para:
a) Traer a la conciencia presente todos los hechos que, según entienden los miembros de la comunidad, contribuyeron y contribuyen a la constitución de su identidad barrial.
b) Trabajar en conjunto para su preservación, difusión y acrecentamiento. Este punto nos conduce inevitablemente al presente, a las prácticas concretas del hoy, en las que hay que poner el énfasis para su reconocimiento y lograr su visibilidad en toda la comunidad barrial.
c) Es a partir de ese reconocimiento y la visibilidad que se generarán los programas de difusión de todas las actividades.
d) La participación vecinal, orientada por los conocedores del tema, resultará en la creación del primer museo participativo barrial, el museo considerado un espacio donde los hombres producen y reproducen su cultura, en lugar de ser un mero depósito de bienes considerados "privilegiados". Es, primordialmente, un instrumento comunicativo de interrelación entre los vecinos que aportarán sus inquietudes y conocimiento para su organización, el primer paso hacia el Ecomuseo.
La base teórico-metodológica en la que se sustenta este tipo de museo es la de los Museos Comunitarios, implementados en México luego de la realización de una mesa redonda de ICOM (Consejo Internacional de Museos) realizada en Santiago de Chile en 1972. De ella surgió un documento sobre el rol de los museos en el mundo contemporáneo y se acordó desarrollar experiencias guiadas por el concepto de museo integral, ya no considerado como un edificio sino como patrimonio de una comunidad, sus colecciones visualizadas como patrimonio de su lugar y la apelación a una comunidad participativa, en lugar de sólo a captar público visitante.
María Virginia Ameztoy




Hansen
En diciembre del año pasado, ante movimientos de tierra que no tenían propósito investigativo y a sólo 50 centímetros de la superficie, se encontraron restos, pequeños tesoros arqueológicos, que inmediatamente remitieron la investigación al Palermo de fines del siglo XIX. Ahí aparecieron las primeras imágenes del ámbito al que pertenecía el hallazgo: se trataba de “lo de Hansen”, como se conocía al lugar que pasó a ser, con el tiempo, una de las cunas tangueras por antonomasia.El Gobierno de la Ciudad encomendó al Ministerio de Cultura a través de la Dirección de Patrimonio la tarea de rescate del valioso hallazgo para lo que se “encriptó” el perímetro y se dio comienzo a la minuciosa tarea de análisis de cada centímetro de remoción. Se rescataron ladrillos, baldosas, botellas y botellones de vino y ginebra, vajilla, herrajes y gruesos mármoles que presuntamente pertenecieron a las mesas del lugar que permaneció activo desde 1877, en que Juan Hansen abrió sus puertas por primera vez, hasta 1912 en que al intendente Joaquín de Anchorena se le ocurrió tirarlo abajo sin contemplaciones, cuando el tango aún no roncaba fuerte como para detener al demoledor.En la tardecita soleada del pasado domingo 29 de marzo Hernán Lombardi, ministro de Cultura, Liliana Barela, directora de Patrimonio Histórico, y el arqueólogo Daniel Schavelzon presidieron un encuentro donde la concurrencia pudo observar lo rescatado hasta el presente. Bajo el prolijo gazebo, recortados sobre el paño rojo de la exhibición, podían observarse los retazos de aquellos tiempos en que la sola mención del tango hacía fruncir facciones a la alcurnia porteña. El quinteto de músicos –con insustituible acompañamiento de flauta– transportó a más de uno en la observación del conjunto. No faltaron los que creyeron descubrir a Mireya, tomando su larga falda blanca para seguir los firuletes que le proponía el brazo de Jorge Newbery en su cintura.
Mario Bellocchio



3 de febrero de 1981 / 3 de marzo de 1982
La escritura tiene sus tiempos; hacerse en el presente de aquel que trabaja en el oficio es relativo. Hay estímulos, experiencias, imaginaciones varias que pueden ocupar de inmediato un lugar en el pensamiento, en la hoja sobre la mesa del café o en el palpitar del cursor en la pantalla, pero hay otras marcas, las señales otras, que se guardan en la memoria, como si maduraran o como si nada más aguardaran el salto que las saque de su entidad fantasmal.
Guardo en mi memoria recortes de una historia desde hace veintisiete, veintiocho años. A través de todo este tiempo siempre supe que a aquellos días yo les debía un libro. Me lo planteé varias veces, pero el impulso de escritura al parecer eligió guardarse para madurar. Respeté el silencio, y en el silencio fui y vine en mi memoria.
Hasta que llegó el tiempo de descorche, de manera accidental la historia tomó aire y se fue para la tinta. Trabajé varios meses, un trabajo placentero más allá de los dolores del regreso. No fue fácil, pero era el costo de satisfacer mi necesidad, mi escritura.
Hice mi servicio militar en la Escuela de Caballería, en Campo de Mayo; entré el 3 de febrero de 1981 y salí de baja el 3 de marzo de 1982. Una colimba entre dictadura y Malvinas, toda una experiencia. Sobre el escritorio tengo el original de Subordinación y valor (para defender a la patria); justo en estos días confusos está listo mi libro pendiente, justo cuando empiezo a escuchar distintas voces que, apoyadas en la trama turbia de la falta de seguridad, traen desde el pasado la palabrita colimba. Justo ahora, me digo, cuando la colimba aparece como posible tabla de salvamento para tanta juventud perdida en el alcohol, las drogas y la delincuencia. Otra vez: Que vayan a la colimba a hacerse hombres.
Recuerdos, escribí recuerdos. A continuación un capítulo del libro:
“La columna de soldados en instrucción se detuvo en medio del campo: al frente, en la lejanía, el polígono de tiro; atrás, en otra de las lejanías, la Escuela de Caballería.
Los grupos se reparten: Veinte o treinta ciudadanos bajo bandera quedan en manos de un suboficial: cabo, cabo primero, sargento; de sargento primero para arriba no eran de la partida porque estaban para otras cuestiones más importantes: administrar destinos como depósitos y talleres.
Comenzó la acción para mi grupo: teníamos que correr alrededor de un cabo. Gritó, cuestionó las ganas con que corríamos y enseguida reparó en una rama de árbol gruesa que había quedado, por accidente o no, dentro del círculo en movimiento. La agarró por uno de los extremos y empezó a repartir palazos sobre los soldados. El tercer golpe se estrelló contra mi espalda.
Mandó a detener la rueda: ¡firmes! Inició una especie de discurso de ofensa dirigido a todos los presentes. Apenas sabía hablar, tendría apenas un año más que nosotros; luchaba, sin lograr el objetivo, por reforzar su imagen desgarbada; quizá soñaba con ser una máquina de guerra de las películas, pero lo único que al parecer se le daba bien era el apaleado de soldados.
En un momento de la palabrería, la atención del grupo, en realidad, de la totalidad de los patriotas allí reunidos, se vio atrapada por la operación de descenso, a casi dos cuadras, de un helicóptero tipo Chinook, esos que tienen dos torretas con hélices.
El cabo, al ver que su grupo había dejado de prestar oídos a su discurso, reaccionó al instante: ¡carrera march al helicóptero!
El soldado Araujo se mostró perdido, se distrajo y fue el error mayúsculo de su día. Cuando el cabo enfocó con su resentimiento al soldado que no había corrido hacia ningún lado, se saboreó en silencio. Ordenó el regreso del grupo y todos volvieron mientras Araujo sospechó un ingrato futuro.
El castigo al soldado clase 62 Araujo duró casi todo el día. Lo revolcaron por todo el campo, durante el tiempo de instrucción y el regreso al cuartel; fue a parar sobre cardos y charcos; aplaudió cardos y degustó un erecto chupetín de campaña. Había desobedecido y eso se pagaba con dolor y humillación. Eramos soldados nuevos, el miedo debía tenernos atentos, siempre en tensión.
Araujo se había quedado quieto. Supongo que habrá querido explicar su conducta, pero en Campo de Mayo no había lugar para otras palabras que no significaran desprecio hacia el que ocupaba el último palo del gallinero. De ubicación también aprendería el soldado León, de la columna de transporte, cuando en un momento límite ensayó su movimiento indebido.
El soldado Araujo volvió al escuadrón pidiendo por favor. Era flaquito, bajo, de piel blanca, con algunos pocitos en la piel de su cara. Mientras escribo lo veo de perfil, lleva puesto el casquete sobre la cabeza y tiene un campo de lejanías como fondo del encuadre. En esta foto estoy tentado a dibujar, a unos doscientos metros, un helicóptero con dos torretas para las hélices.
Una semana después del incidente del helicóptero, al soldado clase 62 Araujo le dieron la baja al servicio por causa médica. Pensará el lector que quizás esto fue debido al daño recibido en la golpiza, pero no, la baja tuvo otra causa: el soldado no veía nada que se encontrara más allá de los dos metros.
Escribo y pienso en la revisión médica por la que todos pasamos antes de empezar a defender a la patria”.
Y un fragmento de otro capítulo:
“[...] El escuadrón marchó a la cocina con hambre y sed. Nos sentamos a las largas mesas, sacamos de las bolsas los equipos: plato metálico, jarro para el agua y cubiertos. Llegó el pan, un amigo, pero no llegó el agua. Existió la orden. Llegó la comida: locro. Había hambre y con el hambre no se jode. Comimos. Comí, yo que tanto elegía cuando tenía una vida y no sabía que la tenía. O mejor, tragamos, luego de tantas carreras y ejercicios, sí, tragamos y el locro era picante puro. La orden se mantuvo: sin agua.
Salimos del comedor, todos a los piletones que estaban detrás de la cocina para lavar los platos. Un suboficial a cada lado de los piletones, las canillas abiertas. Aquel que osara tomar agua mientras lavaba los platos integraría el pelotón fantasma de esa noche. Nadie quería ser compañía de los fantasmas. Nadie tomó agua.
Nos llevaron hasta el playón desde donde partimos en la mañana. Ahí quedamos, en formación, bajo el sol cercano a las tres de la tarde.
Los que no aguantaron y estaban entre los últimos intentaron tomar agua de los piletones donde tomaban agua los caballos. Pero eran descubiertos por los vigías y castigados en el momento, más la promesa de suplicio nocturno. Cayó un soldado, dos, varios: no aguantaban y se desmayaban. Recuerdo a un muchacho que estudiaba para cura, cayó al piso y le salía una espuma blanca de la boca. Nunca entendí muy bien por qué le pegaban tanto, cuando en todos lados dios aparece como socio de los militares. El caso es que él cobraba por querer estar al lado de dios y recibió hasta que le dieron la baja por causa médica [...]”.

Durante los trece meses de vida que se llevó mi servicio militar obligatorio aprendí, por ejemplo, a odiar y a robar, a tener muchas ganas de asesinar a alguien, a mis superiores, porque si iba a una guerra, la bala era para mi sargento, mi torturador, y no para el chileno al que tenía que apuntar (esa era la orden) en el polígono de tiro.
La colimba había quedado como motivo de charlas de café, o para generar asombro: ¿Hiciste la colimba? Pero ahora se está tocando otra canción: hay personas que piden su regreso. La colimba pasó a la historia cuando el miserable de Anillaco firmó su sepultura (por conveniencia política, se entiende); sin embargo, en país revuelto, ya se sabe, de memoria ni hablar. Que descanse en paz el soldado Carrasco, que descanse en paz el respeto por el ser humano.
La vida en paz no pasa por la represión, sino por la educación; una sociedad mejor, más justa, es posible si nos educamos en el respeto por la vida, en la justicia, en la solidaridad. Porque cuál es la lógica de pedir buenas acciones a muchachos cuya expectativa de vida no pasa de los veinte años; muchachos, pibes, a los que nadie les dio nada: si no hubo educación, ridículo es exigirla. La misma sociedad que los deja afuera, la que dice que ellos no existen, es la que después del desastre, les pide cuentas. Es entonces cuando aparecen las jugadas inteligentes: más represión, más cárceles, pena de muerte, baja en la edad de la imputabilidad, y además la colimba. La solución está en la toma de conciencia, en la formación de ideas para una vida justa en sociedad, claro que esto tiene sus riesgos políticos: un pueblo pensante no votaría miserables.
Edgardo Lois




EDITORIAL:
Alfonsín
No resulta tarea sencilla hablar de Alfonsín cuando la catarata de panegíricos arrastra sin contemplaciones los intentos de ecuanimidad. ¿Qué desfile biográfico equilibrado se puede poner en marcha para objetivar actitudes de una personalidad que se la acaba de bautizar como “padre de la democracia”? ¿Quién facilitó el vientre fecundo entonces? –cabría preguntarse ante la metáfora. Me vienen a la memoria las objeciones sobre la paternidad de la patria adjudicada a San Martín y la consecuente pregunta: ¿Belgrano y Moreno, por caso, eran tíos putativos? Bajado del ditirambo para reintentar el equilibrio advierto que ni los tiempos ni el propio personaje aportan a la meta propuesta. Uno siente la tentación, por las expectativas sembradas, de pedirle explicaciones al “líder revolucionario” sin reparar en que no lo era. Y cuando se va a precipitar en pasarle facturas por la “obediencia debida” y el “Pacto de Olivos”, una mano invisible le toca el hombro y le recuerda el “juicio a las Juntas” y la “ley de divorcio”. Alfonsín fue eso, un mar de contradicciones depositadas en un demócrata decente sentado sobre las más extremas posiciones de izquierda que tolera nuestra pacatería burguesa de clase media. Y en esos límites impuestos a sus convicciones se movilizó durante años en un pragmático intento de mantener el timón. Allá se tuvo que bajar de la “ley Mucci” o pactar para que “la casa esté en orden” sin privarse de romperle el protocolo a Ronald Reagan para rebatir su armamentismo, tildar de fascistas a “los del campo” en la Rural cuando pretendían acallarlo con una silbatina o treparse al púlpito de la capilla Stella Maris para increpar al vicario castrense. ¡Pensar que por estos días los oportunistas de siempre tratan de comparar la “mesura” de Alfonsín con la “iracundia” de Kirchner! ¿Qué mesura, la del “gallego calentón”?
El jueves 2 de abril un heterogéneo conjunto humano se reunió para el último homenaje. Allí estaba la multitud ante la escalinata del Congreso. La multitud y la lluvia, esa perenne invitada a los grandes funerales. La pompa y los Granaderos. Los “correligionarios” y los que no lo son. El pueblo y los especuladores de siempre. Hugo Biolcatti –presidente de la Sociedad Rural– a la vera de los familiares, ¿recordaría los fuegos nunca extinguidos de Alfonsín con sus congéneres?, ¿se autoexcluiría del conjunto “los de siempre” con que el ex mandatario gustaba identificar a “la reacción”?
Hay sectores especulativos de la economía que están creando un clima que es caldo de cultivo para un putsch contra el gobierno de Kirchner. No estoy hablando de un golpe de Estado. Hablo de un golpe de mercado. Lo llamo pustch precisamente porque no quiero llamarlo golpe de Estado, que es un término que tiene otras connotaciones en la historia de los argentinos.
Es algo que conozco muy bien, porque lo he sufrido en carne propia. Están teniendo reuniones y están tratando de crear, por diversos medios, la imagen de que el Gobierno no funciona, de que tiene problemas. Es necesario encender una señal de alerta. ¿Quiénes son? Los mismos de siempre.
(Palabras de Alfonsín para la revista española “Cambio 16”, diciembre de 2004).
Ultimamente algunos de sus correligionarios parecen haber olvidado aquel desalojo compulsivo que el desaparecido mandatario, y el pueblo en su conjunto, tuvimos que padecer.
Sería bueno que la hora de los homenajes se identificara con la de los aportes democráticos, como justa honra al demócrata.
Mario Bellocchio




POEMA
A Troilo

Estás en todas partes –gordo triste–
porque tu jaula escucho cuando llueve
y en las calles el tránsito se mueve
al canyengue compás que vos le diste.

Y estás como dormido, como preso:
conjurado en la sangre y en los huesos,
de esta rante ciudad vertiginosa.

Estás en todas partes –gordo eterno–
con tu responso clásico y moderno,
que colmó de misterio cada cosa.

Ricardo Morelli




VER, LEER Y ESCUCHAR
Crítica literaria, teatral y discográfica de producciones que no cuentan con el gran circuito de difusión

LAS FRONTERAS POSIBLES
Graciela Bucci

De Los Cuatro Vientos Editorial
Buenos Aires, 2008

Se desprende de este notable poemario un intenso amor a la palabra y al poema (“más urgida de palabras con todos los matices del lenguaje”) transmitido a través de una escritura vigorosa y bella que apunta a la interioridad. Un fuego visceral alimenta estos versos cargados de tensión emotiva y de sensualidad (“hoy el cuerpo es una ovación hecha de temblores”), que hablan de la soledad, de las dificultades en encontrarse con el otro (“amoldarnos al abrazo mutilado”). Aflora una sed vital que adhiere a la libertad espiritual y se entrega en cuerpo y alma a una actitud celebratoria de la vida (“y por fin/ atrozmente serena/ brindaré”).
Asimismo se desprende un halo de nocturnidad, como si estos poemas tan profundos y cruzados por sutiles reflexiones surgieran de noches asoladas por angustiosas pesadillas y los tormentos insondables del insomnio. Pero los repliegues del yo íntimo (“un templo personal”) asoman como bastiones contra el dolor y la desesperación, a la vez que acceden a la belleza y al mundo sensible de los sueños.
El libro cuenta, además, con un prólogo de Ester de Izaguirre que introduce con inteligencia al lector a la poética de Graciela Bucci, una profunda y sutil contratapa de Laura Massolo, así como sesudas y eruditas solapas de Bertha Bilbao Richter y de Ernesto Goldar.
(G.C.)

LA ULTIMA LUNA DE OCTUBRE
Francisco Pelegrin
Editorial POL,
Buenos Aires, 2009.
La última luna de octubre es una novela que no se puede encasillar en un género determinado porque es histórica, de costumbres, psicológica, filosófica y, quizá sin proponérselo el autor, de tesis; además y por encima de esto último que la hace interesante, es universal: pese a la impronta geográfica –comienza y termina en el mismo lugar– o costumbrista –muy regional– llega a lo más profundo del ser humano. La diversidad genérica explica cierta variación en el estilo narrativo; de hecho en el relato costumbrista por momentos se acerca a la crónica.
Compuesta en tres tiempos, en el primero se destaca lo histórico, que inicia desde un
resto de pampa desierta aun en la geografía ciudadana y apenas alumbrado por la luna de octubre; desierto que se poblará de inmigrantes que construirán Villa Puerredón, recibiendo el barrio todo el cariño a la patria chica por parte del autor, pero también el lugar donde nacen Coca y Cacho –Delia y Emilio-, quienes en medio de una miríada de gringos trabajadores gestan una amistad que todos intuyen amor. Pero aparece el drama y lo hace hecho traición, y Coca, quien ya va siendo Delia. y su padre construyen uno de los momentos más ricos de la novela.
Un interesante recurso es cuando el autor cede el relato al personaje y éste –Emilio– lleva al lector al desenlace, que será íntimo y sagrado; íntimo porque apenas es observado por el primer personaje de esta historia –la Luna–, y sagrado porque es cuando. con depurado estilo y elegancia en el detalle, Francisco Pelegrin nos ofrece su tesis; la necesaria comunión del varón, de la mujer y del amor para que éste pase a ser Amor. Me explico: ninguno de los tres llega a ser sin la necesaria participación de los otros dos. Por lo que, literariamente hablando, si la Luna, la de octubre, se la siente personaje de la novela junto a los concretos Delia y Emilio, se agrega entonces el amor como un cuarto y necesario partícipe de la noche, dejando de ser idea o concepto para ser algo, o quizás “alguien”, que ya estaba cuando la novela era histórica o de costumbres (J.D.P.)

PAN, AMOR Y POESIA
José Muchnik (compilador)
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
Buenos Aires, 2008
La alimentación de los pueblos es una parte esencial de su cultura. Nuestro país por ser cosmopolita y poblado por inmigrantes y criollos ha llegado a un sincretismo interesante y pintoresco. “Pan y poesía” es una valiosa antología, fruto de una inteligente compilación.
El mate, el asado, el locro, las empanadas y los pucheros, entre los argentinos, ya trascienden el carácter de comidas o bebidas para entrar en los rituales más hermosos: la amistad, el afecto, y la solidaridad en todas sus formas.
Sus autores pertenecen a diferentes regiones argentinas y a todas las edades. Hay relatos breves, comentarios y poesías. Tienen el común denominador de la sencillez y la frescura. Una frescura propia de los vínculos que generan los mates, los asados y los pucheros. El prólogo de José Muchnik, un verdadero aperitivo que nos invita al gran banquete criollo brindado por sus heterogéneos autores, tiene una gran agudeza de observación y profundidad. Se trata de un breve ensayo sobre el valor cultural y sociológico de los hábitos alimentarios argentinos. Y lo más importante, de la introducción y luego de la exposición de cada autor, es la permanente presencia de lo poético que da razón a esta compilación. Una antología puede ser un compendio o bien un apretujón de letras.
“Pan y poesía” nace de una compilación equilibrada y variada hecha con inteligencia y poesía.
Dice el compilador Muchnick en una parte que titula Conocimiento poético y lenguaje de comidas:
“Decir luna, copa, vino, decir nostalgia convocada por la luna roja en la copa, decir lágrimas de vino humedeciendo lunas, contarles que me pasa en este bar lejano, en esta silla, en este momento, misión inalcanzable de la poesía, destilar perfume de palabras para expresar sentimientos. ¿Cómo describir el pan? (...) los conocimientos empíricos del panadero o de la ama de casa también encierran sabiduría para apreciar el punto del pan en el horno o el paladar.”
La lectura de “Pan amor y poesía” nos pega con la magia del afecto que se disfruta en las comidas, como el pan.
Recordemos que el Pan no sólo denomina a la masa de harina cocinada sino que tiene otras múltiples connotaciones, especialmente cuando se comparte el pan y da lugar a una noble y poética palabra: Compañero, compartidor de pan.
(O.C.M.)




CULTURA GRATUITA
Guía de actividades culturales barriales que no requieren erogación alguna

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BAIRES POPULAR
La nueva agrupación que reúne a Papeles de Boedo, Círculo de amigos del café “Margot”, Espacio de Teatro Boedo XXI y los periódicos Desde Boedo y ABC intenta revivir con nuevas propuestas la mística del Grupo Boedo, sus novelistas y poetas; la de los pintores, escultores y grabadores que constituyeron los “Artistas del Pueblo”; la del teatro, la Peña Pacha Camac y la Universidad Popular, movimientos que dieron forma a la primera experiencia colectiva de arte social en nuestro país. Entérese y participe en nuestras actividades: www.bairespop.blogspot.com.
Correspondencia a:
bairesp@gmail.com

Muestras de Arte en Cafés Notables: Virginia Fridkyn. Inaugura: lunes 30 de marzo; permanece en exhibición en los horarios de atención del bar durante todo el mes de abril

Todos los sábados de 11 a 14:
Mesa de publicaciones:
periódico Desde Boedo, Ediciones BP, Papeles de Boedo y otras publicaciones y ediciones barriales. En la vereda del Café Margot. Venta de material fotográfico (Boedo antiguo) de la colección “Desde Boedo”, restaurado por Mario Bellocchio.

El primer sábado de cada mes a las 17:
Buenos Aires esquina Boedo.
Ciclo de presentaciones con ilustración musical, conduce Rosa María Silva. En “Esquina O. Pugliese” (Boedo y C. Calvo).






Vuelve el cine gratuito a “la Balear”


organizado por Baires Popular y Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken con la colaboración de la Casa Balear de Buenos Aires, los últimos viernes del mes —desde abril hasta noviembre— a las 18.30. En la Casa Balear de Buenos Aires: Colombres 841. Este año inauguramos el ciclo con una producción en video rodada en 1992 al conmemorarse el décimo aniversario de la Guerra de las Malvinas:


UN AGUILA GUERRERA Libro: Lelia Varsi Dirección: Mario Bellocchio Tres ex combatientes padeciendo las secuelas de la Guerra de las Malvinas ante la indiferencia de un entorno que prefiere olvidar.


VIERNES 24 DE ABRIL A LAS 18.30


Elenco por orden de aparición: Esteban Massari, Héctor Calori, Graciela Stefani, Claudio Gallardou, Diego Peretti, Gabriel Rovito, Pepe Ovalle, Paula Bladimirsky, Rubi Gattari, Jesús Berenguer, Gustavo Sardi, Rita Terranova, Cristina Rozadilla, Pochi Ducasse, Liliana Benard, Pablo Bellocchio.


“Un águila guerrera” fue un programa “piloto” grabado con medios técnicos no profesionales en el décimo aniversario de Malvinas. Distintas circunstancias determinaron que el trabajo sólo se transformara en el recuerdo de la tarea conjunta de un grupo de esforzados artistas del medio que no pudieron concretar el sueño de ver su obra en pantalla. Vaya, a diecisiete años de aquella experiencia, como homenaje a los excombatientes.


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Museo Monte de Piedad
(Boedo 870, 2º piso por escalera)
Tel.: 4 931-8204/ 4 931-1605; Fax: 4 932-4680,
E-mail: museo@bancociudad.com.ar
HORARIOS DE VISITA AL MUSEO:
Lunes, miércoles y viernes de 10 a 17. Martes y jueves 10 a 20. VISITAS GRUPALES: concertarlas telefónicamente.


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La Oruga Colectivo Autónomo de Educación y Recreación Popular
¡Hola! En La Oruga necesitamos materiales para poder continuar con las actividades y talleres que llevamos adelante en la Plaza de Jujuy y México, Barrio de Balvanera, los sábados durante todo el año. entre las 16 hs y las 19 hs.
Lo que necesitamos es: Pelotas de Voley, Fútbol, Básquet y Tenis. Juegos de mesa Hojas de todo tipo, tamaño, color, cartulinas, papel escenográfico. Cuadernos Temperas, Acrílicos, Pasteles, Tinta China, Carbonilla Tizas, crayones, lápices, lapiceras, marcadores, pinceles Plasticolas, Tijeras Cinta de papel, cinta de embalar Sogas, aros Para el taller de ajedrez de la plaza: piezas, tableros y relojes
laorugadifusion@yahoo.com.ar www.laorugaweb.com.ar
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III Bienal de Artesanías de Buenos Aires
Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires


Convoca el Programa de Artesanías Urbanas, dependiente de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires y del Museo de Arte Popular José Hernández (Dirección General de Museos)


La invitación está dirigida a todos los artesanos que comercialicen piezas en el territorio de la Ciudad ya sea en forma directa o a través de terceros en comercios, ferias o particulares.
Los rubros que participan son: alfarería- cerámica, textil, metal (se divide en: orfebrería, platería y joyería. Se seleccionan hasta 70 piezas para participar de la exposición en el Museo, y se otorgarán premios adquisición y menciones.
La recepción de las obras se realizará desde el 20 al 24 de abril de 2009, los días hábiles en el horario de 10 a 15 horas, en la sede del Museo, Avda. del Libertador 2373.
Para consultar las bases y reglamentación: http://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/cpphc/artesanias/bienal/Reglamento_III_Bienal_de_Artesanias.pdf
Para consultar el formulario: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/cpphc/convocatoria_09.php. Informes: artesaniasurbanas@buenosaires.gob.ar
Teléfono: 4 803-2384 (int. 205) - 4 323-9796 de 9 a 16 hs.


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“PERIODISMO DE A PIE”


Conducen: JUAN B. IBARRA Y DANIEL E. LAGOS
LOS JUEVES DE 18 A 19 HORAS


Por 95.5 - FM PATRICIOS
POR INTERNET: WWW.FM955.COM.AR
Programa periodístico de carácter general, con el acento puesto en los temas de política y economía nacional e internacional. De impronta independiente, emite opinión propia sobre aquellos temas en los cuales se considera válido hacerlo.
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Comisión de Asociados del Banco Credicoop
Temporada 2009 suc. Pque Chacabuco presenta
SABADOS DE TEATRO los sábados 4 - 11 - 18 y 25 de Abril a las 21 hs. al GRUPO ARTEBAR en " ¡ LO QUE HICISTE, NENA¡ de Fernando Barletta con Germán Basso, Sheila Juárez, Carmela Blanco, Elena Valerio, Miguel Muñoz y Daniela Vizgarra con dirección de Fernando Barletta... entrada libre..Auditorio Pedro Cymeryng. Avda La Plata 1435
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U. Amb. y de Gestión PARQUE AVELLANEDA
Complejo Cultural Chacra de los Remedios
Circuito de Espacios Culturales.
Dirección General de Promoción Cultural. Subsec. de Gestión Cultural.
Ministerio de Cultura GCABA


SÁBADO 11 A partir de las 15 hs. Exposición de artesanías urbanas y talleres abiertos al público.15:30 hs. Encuentro de Danzas Circulares. Lugar: Espacio al aire libre entre La Casona y el Antiguo Tambo. 15.45 hs. Tarde de chicos. “El País de Los Sin Ceros” - Compañía Teatral Los Sin Ceros. Lugar: “Antiguo Tambo”.17 hs. Medioteca: Actividades de Promoción de lectura y escritura en la huerta orgánica o en Medioteca de La Casona. Abierta al Público en general. 17 hs. Música en el Parque. Ciclo UmiRed. Presentación en vivo de artistas agrupados en la Unión de Músicos Independientes. Lugar: Escenario Antiguo Tambo.


DOMINGO 12 A partir de las 15 hs. Exposición de artesanías urbanas y talleres abiertos al público.16 hs. Tarde de Chicos. Con “Circo Kometa” por Producciones Trivenchi. Lugar: Espacio abierto alrededor de La Casona. 17 hs. Medioteca: Actividades de Promoción de lectura y escritura en la huerta orgánica o en Medioteca de La Casona. Abierta al Público en general. 17 hs. Teatro Callejero: “Las Aves”. Muestra de Alumnos del curso de formación del actor para espacio abierto. Lugar: Diversos espacios del Parque.18 hs. Teatro Callejero: “Juana lágrimas de tierra”, por el Grupo Teatro de la Intemperie.19 hs. Música en el Parque. Tarde de Folklore. Lugar: Escenario Antiguo Tambo.


MARTES 14 17 hs. Ciclo de Cine “Cine Parque (directores)”. Hermanos Coen. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “El gran Lebowski”. Director: Joel Coen. Guión: Joel Coen, Ethan Coen. Protagonistas: Jeff Bridges, John Goodman, Julianne Moore. País: EEUU. Año: 1998. Duración: 116´. Calificación: + 13 años.


MIERCOLES 15 17 hs. Ciclo de Cine “Cine Parque (directores)”. Hermanos Coen. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “El gran Lebowski”.


JUEVES 16 17 hs. “Ciclo de Cine Otra Mirada”. Retrospectiva Cannes años 90´. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. La anguila (Palme d'Or 1997). Director: Shohei Imamura . Protagonistas: Koji Yakusho, Misa Shimizu, Fujio Tsuneta, Mitsuko Baisho. País: Japón. Duración: 117'. Año: 1997. Cal.: +16 años.


VIERNES 17 17 hs. “Ciclo de Cine Otra Mirada”. Retrospectiva Cannes años 90´. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “El sabor de las cerezas” (Palme d'Or 1997). Director: Abbas Kiarostami. Protagonistas: Homayon Irshadi, Abdolrahman Bagueri, Safar Ali Moradi. País: Irán. Duración: 95'. Año: 1997. Cal: +13


SABADO 18 A partir de las 15 hs. Exposición de artesanías urbanas y talleres abiertos al público 15.45 hs. Tarde de chicos. “El País de Los Sin Ceros” - Compañía Teatral Los Sin Ceros. Lugar: “Antiguo Tambo”.17 hs. Medioteca: Actividades de Promoción de lectura y escritura en la huerta orgánica o en Medioteca de La Casona. Abierta al Público en general. 17 hs. “Cine del mundo” Pinta Tu Aldea Con Cine Iraní. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “El globo blanco”. Director: Jafar Panahi. Protagonistas: Aida Mohammadkhani, Mohsen Kalifi, Fereshteh Sadr Orfani. Año: 1995. Duración: 85'. Calificación: ATP. 17 hs. Música en el Parque. Tarde de Folklore. Lugar: Escenario Antiguo Tambo. 19hs. “Ópera de Dos Centavos” de Bertolt Brecht. Lugar: Centro de Artes Escénicas Antiguo Tambo. Experimentación Teatral por el Taller de Teatro del Centro de Producción Cultural, a cargo del Prof. Daniel Begino.


DOMINGO 19 A partir de las 15 hs. Exposición de artesanías urbanas y talleres abiertos al público 16 hs. Tarde de Chicos. Con “Circo Kometa” por Producciones Trivenchi. Lugar: Espacio abierto alrededor de La Casona. 17 hs. Medioteca: Actividades de Promoción de lectura y escritura en la huerta orgánica o en Medioteca de La Casona. Abierta al Público en general. 17hs. Verdedanza: Grupo “Castadiva”. Lugar: Escenario Interior del Antiguo Tambo. 17 hs. Teatro Callejero: “Las Aves”. Muestra de Alumnos del curso de formación del actor para espacio abierto. Lugar: Diversos espacios del Parque. 18 hs. Teatro Callejero: “Juana lágrimas de tierra”, por el Grupo Teatro de la Intemperie.19 hs. Música en el Parque. Tarde de Pop. Lugar: Escenario Antiguo Tambo.“Entripao”. Fusión de Rock y Pop.


MARTES 21 17 hs. Ciclo de Cine “Cine Parque (directores)”. Hermanos Coen. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “El hombre que nunca estuvo”. Director: Joel Coen. Guión: Joel Coen, Ethan Coen. Protagonistas: Billy Bob Thornton, Frances McDormand. País: EEUU. Año: 2001. Duración: 116´. Cal: ATP.


MIERCOLES 2217 hs. Ciclo de Cine “Cine Parque (directores)”. Hermanos Coen. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “El hombre que nunca estuvo”.


JUEVES 23 17 hs. “Ciclo de Cine Otra Mirada”. Retrospectiva Cannes años 90´. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “El piano”. (Palme d'Or 1993). Director: Jane Campion. Protagonistas: Holly Hunter, Anna Paquin, Harvey Keitel, Sam Neill, Kerry Walker. País: Nueva Zelanda / Australia / Francia. Duración: 121'. Año: 1993. Calificación: +16 años.


VIERNES 24 17 hs. “Ciclo de Cine Otra Mirada”. Retrospectiva Cannes años 90´. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “Barton Fink”. (Palme d'Or 1991). Director: Joel Coen. Protagonistas: John Turturro, John Goodman, Judy Davis, Michael Lerner. País: EEUU. Duración: 116'. Año: 1991. Cal: +13 años. 21hs. Peña Folklórica “Atipac Ynalen”. Lugar: Antiguo Tambo.


SABADO 25 A partir de las 15 hs. Exposición de artesanías urbanas y talleres abiertos al público 15.45 hs. Tarde de chicos. “El País de Los Sin Ceros” - Compañía Teatral Los Sin Ceros. Lugar: “Antiguo Tambo”.17 hs. Medioteca: Actividades de Promoción de lectura y escritura en la huerta orgánica o en Medioteca de La Casona. Abierta al Público en general. 17hs. “Cine del mundo” Pinta Tu Aldea Con Cine Iraní. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “Kandahar”. Director: Mohsen Makhmalbaf. Protagonistas: Niloufar Pazira, Hassan Tantaï, Sadou Teymouri. Año: 2001. Duración: 85'. Calificación: +13 años. 17 hs. Música en el Parque. Tardes de Tango. Lugar: Escenario Antiguo Tambo.19hs. “Ópera de Dos Centavos” de Bertolt Brecht. Lugar: Centro de Artes Escénicas Antiguo Tambo. Experimentación Teatral por el Taller de Teatro del Centro de Producción Cultural Prof. Daniel Begino.


DOMINGO 26 A partir de las 15 hs. Exposición de artesanías urbanas y talleres abiertos al público16 hs. Tarde de Chicos. Con “Circo Kometa” por Producciones Trivenchi. Lugar: Espacio abierto alrededor de La Casona. 17 hs. Medioteca: Actividades de Promoción de lectura y escritura en la huerta orgánica o en Medioteca de La Casona. Abierta al Público en general. 17hs. Verdedanza: Grupo “Castadiva”. Lugar: Escenario Interior del Antiguo Tambo. 17 hs. Teatro Callejero: “1789, Algo sobre la revolución Francesa” por el Grupo “Elenco Estable”. 18 hs. Teatro Callejero: “Juana lágrimas de tierra”, 19 hs. Música en el Parque. Tarde de Folklore. Lugar: Escenario Antiguo Tambo.


MARTES 28 17 hs. Ciclo de Cine “Cine Parque (directores)”. Hermanos Coen. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “Sin lugar para los débiles”. Director : Joel Coen, Ethan Coen. Guión: Joel Coen, Ethan Coen. Protagonistas: Tommy Lee Jones, Javier Bardem, Josh Brolin. País: EEUU. Año: 2007. Duración: 122´. Calificación: + 16 años.


MIERCOLES 29 17 hs. Ciclo de Cine “Cine Parque (directores)”. Hermanos Coen. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “Sin lugar para los débiles”. Director : Joel Coen, Ethan Coen. Guión: Joel Coen, Ethan Coen. Protagonistas: Tommy Lee Jones, Javier Bardem, Josh Brolin. País: EEUU. Año: 2007. Duración: 122´. Calificación: + 16 años.


JUEVES 30 17 hs. “Ciclo de Cine Otra Mirada”. Retrospectiva Cannes años 90´. Lugar: Microcine de La Casona de Los Olivera. “La Ley”. (Grand Prix 1990). Director: Idrissa Ouedraogo. Protagonistas: Rasmane Ouedraogo, Ina Cissé, Roukietou Barry, Assane Ouedraogo. País: Burkina Faso / Francia. Duración: 81'. Año: 1990. Calificación: +13 años.

Exposiciones y Muestras de Arte Contemporáneo La Casona de los Olivera
Del 4 de Abril al 14 de Junio “Infancia”
Los artistas que participan de esta muestra nos proponen abordar el mundo de la infancia a partir del encuentro con imágenes, objetos y lugares que remiten a esa etapa de la vida tan fugaz, y a la vez tan fundante.
Artistas:Morena Maehashi (Escultura), Jimena Peruyera (Objeto), Florencia Sabattini (Grabado), Luis Sens (Fotografía), Pablo Mattioli (Pintura), María Laura Vázquez (Fotografía), Laura Ortego (Fotografía), María José D`Amico (Fotografía)

La Casona de los Olivera Convoca a Artistas Plásticos y Artesanos para exponer en su “Sala Vecinal”
Invitamos a todos aquellos que deseen exhibir sus producciones y proyectos, a presentar una imagen de su obra (impresa o en cd), especificando técnicas y medidas), incluyendo además: datos del artista (mail, teléfono), currículo, memoria o descripción de la obra.
Acercar la documentación de martes a viernes de 10 a 19 hs. a La Casona de los Olivera. Av. Directorio y Lacarra, Parque Avellaneda.
Informes: Tel. 4671-2220- chacradelosremedios@buenosaires.gov.ar
Responsables: Ana Luz Chieffo. Laura Romano. Carina Circosta.

TALLERES VECINALES

TALLER DE DANZAS FOLKLÓRICAS TODOS LOS SÁBADOS 17 HS.
Para compartir música, danzas y una fraternal ronda de mate.
Coordinado por el Prof. Aníbal Castro Ruiz.
Lugar En el Gimnasio del Polideportivo del Parque Avellaneda: Lacarra 1257.

ENSAYOS Y TALLER DE LA MURGA: VIERNES 17.30HS. EN EL PLAYÓN DEL ANTIGUO TAMBO Y DOMINGOS 16HS. EN LA ESCULTURA “LA TEJEDORA”
“LOS DESCARRILADOS DE PARQUE AVELLANEDA”.
(Entrando por Directorio y Lacarra)

DESTACADOS CHACRA DE LOS REMEDIOS ABRIL 2009

"Arte Contemporáneo en Familia" Actividades Participativas
(Chicos a partir de 6 años)
Recorriendo las obras de arte de la muestra “INFANCIA” realizaremos actividades para explorar, imaginar, sentir, pensar, jugar y expresarse. Cupo Limitado.
La Casona de los Olivera Domingo 26 de Abril, 16 hs.

TODAS LAS ACTIVIDADES SON LIBRES Y GRATUITAS.

LA PROGRAMACIÓN ESTA SUJETA A CAMBIOS SIN PREVIO AVISO.
LOS ESPECTÁCULOS Y FUNCIONES DE CINE ESTÁN SUPEDITADOS
A LA CAPACIDAD DE LAS SALAS.
EN CASO DE LLUVIA SE SUSPENDEN LAS ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE

Complejo Cultural Chacra de los Remedios / Parque Avellaneda Av. Directorio y Lacarra. Informes: 4 671-2220 / chacradelosremedios@buenosaires.gov.ar. Líneas de colectivos que te acercan: 4,5,7,36,46,49,55,88.92,104,107,114,126,155,180,182.


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