14.12.11

Nº 114
Diciembre de 2011


SUMARIO

Un bar con historia

“Bar de Cao” “Sitio de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires”.
El ámbito fue propicio para las evocaciones. Tomamos un par de ellas que reflejaron emotivamente historia y presente del entrañable bar porteño.
  • Mi primer encuentro con Pepe Cao Por Horacio J. Spinetto
  • Para brindar Por José Muchnik

Educación pública
Por Mario Bellocchio
El tratamiento legislativo que afecta a la llamada Junta de Clasificación Docente

Los derechos docentes
Por Sandra Mariel Baez

Destrucción de la escuela pública
Por Enrique Guglielmi

La historia no es propiedad privada
Por la Lic. María Virginia Ameztoy (Socióloga UBA)

EDITORIAL
Leyes, comunas y plaza. Ley de Unidad Ambiental. Tratamiento del tema en la asoc. C. C. A. Todos por la Plaza de Boedo. juntistas: la presentaciÓn ante los vecinos en el Homero Manzi.

Callejeando historia
Jean Jaurés en Buenos Aires
Por Diego Ruiz

El grupo escultórico “Saturnalia”
Por Miguel Ruffo.

Sobre el nombre de la plaza
Polémica sobre el nombre de la plaza
·        ¿Por qué Mariano y no Boedo?
Por Angel O. Prignano

  • Por qué Mariano Boedo
Por Mario Bellocchio

Memorias y viñetas de la ferretería vieja
Ollas y estaño.
Por José Muchnik (Josecito de la ferretería)

Madre abnegada
Aurora Zucco de Bellocchio “Personalidad Destacada de los Derechos Humanos”
Por Mario Bellocchio

Macri, por las demoliciones sin límites legales
Por Sergio Kiernan
(Artículo publicado en "Página12" del domingo 27 de noviembre de 2011)

Rafael Vásquez: Juntador de palabras
Se presenta el libro Explicaciones y retratos de Rafael Vásquez.
Por Edgardo Lois

Los 10 años de la Asamblea de Boedo
La Asamblea de Boedo a diez años del estallido de la peor crisis económica, social e institucional que viviera la Argentina.

POEMA – Boedo - Amaro Villanueva

VER, LEER Y ESCUCHAR
Crítica literaria, teatral y discográfica de producciones que no cuentan con el gran circuito de difusión alguna

CULTURA GRATUITA
Guía de actividades culturales barriales que no requieren erogación





Un bar con historia
El jueves 10 de noviembre, por la mañana, la esquina de Matheu e Independencia estuvo de fiesta para, –inauguración de placa y brindis mediante– consagrar al “Bar de Cao” en el acto oficial por el cual la Legislatura porteña lo designó como “Sitio de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires”.
Participaron el diputado de la ciudad Julián D’Angelo –impulsor de la iniciativa–, Leonardo Busquet –autor del proyecto y coordinador cultural del grupo “Los Notables”–, el escritor Edgardo Lois –dos de sus novelas han sido ambientadas en el Cao–, Laura Carro y Pablo Durán –propietarios del establecimiento–, Horacio Spinetto –en nombre de la Comisión de Cafés Notables–, la cantante Marikena Monti –madrina del café “La Poesía”–, el bandoneonista Mariano Dubiansky y familiares descendientes de los hermanos Cao.
El ámbito fue propicio para las evocaciones. Tomamos un par de ellas que reflejaron emotivamente historia y presente del entrañable bar porteño.

Mi primer encuentro con Pepe Cao
Por Horacio J. Spinetto

Cuando estaba preparando los textos para el libro “Cafés de Buenos Aires” –que incluía a los primeros treinta y cuatro cafés porteños declarados “notables” por la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires–, una mañana de enero de 1999, llegué a Independencia y Matheu, barrio de San Cristóbal. Allí estaba, y desde antes de 1930, el tradicional almacén y despacho de bebidas “Cao Hermanos”. A esa altura, sólo lo atendía Pepe Cao, de 87 años. Hacía algún tiempo que su hermano Vicente, de 93,  se había “jubilado”.
Entré por el despacho de bebidas, Matheu 812. Don Pepe, con chaqueta azul y boina, estaba por detrás del bello mostrador con tapa de estaño. Le comenté que su bar había sido declarado “notable” porque se lo consideraba como algo que era característico del barrio y que no debería desaparecer. Don Pepe me preguntó qué quería tomar. Un cortado, le dije. Pida otra cosa, me respondió. Pensando que quería ofrecerme algo especial, insistí con el cortado, señalando la veterana máquina que, como verdadero hito, presidía el salón. Esa máquina se descompuso por los años 50 –comentó don Pepe–, y nunca más volvió a usarse. ¿No quiere una ginebra?, insistió con gentileza.
En ese mismo momento, alguien golpeaba sus manos desde el almacén. Me pidió que lo acompañara. Atravesamos la puerta dejando atrás al despacho de bebidas. Una señora mayor le pidió a Cao aceite de oliva. Don Pepe desapareció un instante para volver con una lata bastante oxidada. No, ese no quiero –dijo la clienta. Este aceite está muy bien, replicó nuestro héroe. Quería Titarelli, manifestó la señora. Haber empezado por ahí. Enseguida volvió don Pepe con una lata de Titarelli, tan oxidada como la otra. ¿Cuánto le debo? –preguntó la vecina. Don Pepe se quitó la boina, se rascó la cabeza y le dijo una suma que me pareció exagerada. La señora le dio el dinero. Don Pepe lo miró, ya en su mano los billetes y dijo: llévelo, señora, que debe ser mucho menos. Tome la plata y me lo paga otro día.
Mientras la clienta iba dejando el almacén, entraron alegremente dos chicas de alrededor de diez años que preguntaron a nuestro entrañable almacenero si tenía la promoción de Pepsi. Debía de hacer varios años que Pepsi no operaba con este local. No obstante con gran inteligencia, conocimiento del oficio y señorío, contestó: Se me acaba de terminar.
Luego de un breve silencio don Pepe sentenció: Conformarse es lo más grande que hay.
Para brindar
Por José Muchnik

El alma de los bares, como vidas o frutas se aprecia en el jugo, exprimirlos para saborearla.
Exprimir mesas para que fluyan charlas de maderas añejas, exprimir baldosas para que vuelvan los pasos aquellos, exprimir ventanas y miradas ansiosas esperando su reflejo, exprimir el aire cargado de brindis, aromas, lágrimas, adioses.
Como vidas o frutas hay bares con más o menos o jugo, son cosas del destino, de la historia, de las condiciones de cultivo.
Un detalle: estos bares no son aptos para todo público, hay que aprender a exprimirlos, a vivirlos, si no sabe no se preocupe, Baires Popular le ofrece un abanico de maestras y maestros en el arte del “bareo”, hay para todo gusto.
El alma de los bares se hace amistad en la nostalgia, desde ahí les escribo estas gotitas de vino, de grapa... o de café. Poco importa la bebida, lo esencial para brindar: encontrar el eco de otro garguero.

Josecito de la ferretería al Bar de Cao
Declarado patrimonio cultural de la ciudad de Buenos Aires
Paris 7 de noviembre 2011




Educación pública
Por Mario Bellocchio
 El tratamiento legislativo que afecta a la llamada Junta de Clasificación Docente y los sucesos que dominaron el entorno de las sesiones trajeron a la palestra la problemática vinculada a los manejos del Gobierno de la Ciudad con respecto a la educación pública, su planificado deterioro con traslado de beneficio y susbsidio a la educación privada. Y el consecuente padecimiento para el sector social más carenciado y los educadores que deben impartirle las enseñanzas.
Es un buen momento para difundir las prédicas más reaccionarias con respecto a “los vagos que tienen tres meses de vacaciones y en lugar de enseñar se la pasan de huelga”, como le machacan en la sesera a don Pepe y doña Tota, todos los días, para que, licuadas con su matriz antiperonista, baste una pequeña dosis para imponerse en las urnas, con unos cuantos temas porteños, a más de la educación.
Acá, localmente, tenemos un antiguo detentador de la historia de Boedo que predica el “miedo al miedo”: exacerbación ideal para abonar el campo de la dominación. Su apreciación padece de los mismos intencionados delirios por los que creyó oír insultos cuando el Jefe de Gobierno inauguró nuestra plaza donde sólo hubo justos reclamos y carteles de protesta. Ahora son “desaforados maestros” portadores de armas blancas. Curiosamente no hace ninguna mención a la media docena de micros  que depositaron “barras bravas” enmascarados que atacaron a palazos –ante el vía libre de la Metropolitana– a los maestros congregados en la legítima protesta.
Claro está que este tipo de predicadores del orden y la existencia “republicana” no resisten la más mínima uña que rasque su barniz. Basta escucharlo decir: “ya supuestamente tenemos casi treinta años de democracia ininterrumpida” o rememorar nostalgioso: “los maestros, –no trabajadores docentes–, no tenían aún jubilaciones de privilegio” (Resaltados nuestros) para saber claramente qué ideas e intereses respalda. Rechaza la violencia de hechos concretos ubicándola con total arbitrio en el bando que le conviene e ignora la violencia simbólica de los representantes de sus retrógradas ideas, como las manifestaciones del diputado Cristian Ritondo contestando, soberbio, ante una propuesta de consenso: “¡64 por ciento!”, aludiendo al porcentaje de votos PRO en la ciudad.
Una activa docente de la Escuela Almafuerte y uno de nuestros habituales columnistas abordan el tema para demostrar que lo verdaderamente escandaloso no son las protestas docentes ni los delirios –para alborotar a crédulos vecinos– de maestros con cuchillo, sino los inconfesables propósitos del Gobierno de la Ciudad con respecto a la educación pública.

Los derechos docentes
Por Sandra Mariel Baez

Los docentes porteños recordaremos el 1º de diciembre como el día en el que de manera “inconsulta” se vulneraron “nuestros derechos”; aquellos adquiridos desde 1986 en la C.A.B.A, mediante el debate y la participación democrática de los/as maestros/as.
Los legisladores del Pro tras una jugada estratégica lograron, con los votos justos, la modificación del Estatuto Docente. Digo jugada estratégica porque al darse cuenta que no conseguían el apoyo mayoritario de su  PRO-yecto buscaron aliados serviles a sus objetivos y así darle un doblez al documento jurídico que es pilar de la lucha docente.
El proyecto macrista inicial buscaba reemplazar un cuerpo colegiado (conformado por nueve miembros, tres representantes del Gobierno de la Ciudad y seis representantes de los trabajadores elegidos en elecciones democráticas por todos/as los/as maestros/as estén o no afiliados a algún sindicato) por una Oficina Unica de Clasificación Docente dependiente del Ministerio de Educación y una Junta de Control que participaría en el caso de algún requerimiento particular.
Este proyecto se encontró, prácticamente, sin apoyo por lo cual el Pro decide ir en búsqueda de aliados, es así como el legislador Sergio Abrevaya de la Coalición Cívica presenta el proyecto alternativo que fue el aprobado, que si bien no elimina las Juntas, las disminuye en número (pasa de 14 a 7) y limita sus funciones.
Cierta parte de la sociedad considera nuestro reclamo algo caprichoso y exagerado. Sin embargo, para poder entender el por qué de las protestas debemos apelar a la memoria histórica de ciertos acontecimientos.
El Estatuto del Docente a nivel nacional se consiguió en 1958 como consecuencia de que ninguna norma reglamentaba la carrera docente.
La necesidad de los trabajadores de la educación de tener un Convenio Colectivo los lleva a organizarse y así obtener este marco jurídico.
Una vez que el Estatuto tomó vigencia se fueron acabando las irregularidades, que tomaban a los amigos del gobierno de turno y así la “dedocracia”, dejó de estar al orden del día.
Las Juntas de Clasificación y Disciplina Docente están consagradas en el Estatuto, son una conquista del cuerpo docente conseguida luego de intensas luchas. Por lo tanto, la modificación de cualquier Convenio Colectivo debe ser consensuado con sus trabajadores/as para consolidar el estado de derecho, ese es el reclamo de los maestros y las maestras de la Ciudad.
Desde que el Ing. Mauricio Macri asumió como jefe de Gobierno no ha dejado de provocarnos, tal vez porque no considera que la educación sea un servicio público en el que el Estado debe garantizar la calidad, la igualdad de oportunidades no dependiendo del nivel socioeconómico y cultural del que provengan los sujetos.
Los docentes nos preguntamos hasta cuando seguirán atacando, tildándonos de vagos y violentos, hasta cuando continuarán haciendo declaraciones que enfrentan a los maestros con la sociedad que piensa que este es un conflicto docente más.
No se equivoquen, no nos equivoquemos este es un conflicto del cual “todos y todas” formamos parte porque aquí está en juego la vigencia de la escuela pública de calidad que queremos para nuestra sociedad.
Tanto el jefe de Gobierno como su Ministro no saben lo que ocurre en las escuelas públicas porque nunca asistieron a una, ni la eligieron para la educación de sus hijos. Será por eso que tal vez, en lo que va de su gestión la escuela privada se vió altamente beneficiada (en 2008 el presupuesto en subsidios a la educación privada fue de 490 millones de pesos, en 2009 subió a 700 millones y en 2010 a 805 millones).
            A pesar de los avatares que corren por estos tiempos, los docentes de la escuela pública continuamos de pie, dice Paulo Freire que “El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre, que estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”. Tomando estas palabras” seguiremos creando, recreando, resistiendo, soñando y luchando por una escuela pública de crítica y en libertad.
            Sandra Mariel Baez. F.C: 410235. Maestra de grado de la Esc. Nº 8. D.E.6º

Destrucción de la escuela pública
Por Enrique Guglielmi

El intento del macrismo de eliminar las juntas de calificación, que deciden sobre la designación de los docentes de las escuelas públicas de la CABA, ha sido sólo un paso en la estrategia del PRO de destruirlas.
El objetivo final es reducir la escuela pública a su mínima expresión. Disminuir el presupuesto que se le destina y trasladarlo a los subsidios de las privadas. Impera en este pensamiento el concepto del mercado –cuya prioridad es el negocio con la búsqueda de rentabilidad en detrimento de la cultura–, mediante la transformación de la estructura de la enseñanza convirtiendo una parte importante de las escuelas actuales en “escuelas charter”.
Veamos de qué se trata esta forma de organización que funciona en EE.UU. y también en algunas escuelas de la provincia de San Luis.
Las “escuelas charter” son escuelas públicas o privadas no administradas por el Estado. Cada escuela negocia con el estado un contrato (charter) que suele durar entre tres y cinco años, especificando las áreas en las que los estudiantes aprenderán, y cómo ese aprendizaje será calificado. El Estado es, en última instancia, responsable de controlar que los licenciatarios realicen su misión de manera adecuada.
Los docentes no son empleados públicos y están flexibilizados por medio de contratos y sin derecho a la agremiación y al conjunto de los derechos sociales. La dirección de la escuela decide sobre incentivo o sanción, tanto en referencia a salarios y ascensos como a la permanencia en la institución.
Los contenidos de la enseñanza no son parte de una currícula oficial –que abarca a toda escuela pública– y son definidos por las autoridades de la escuela.
Cómo se financian:
·        Financiadas por el Estado, de acuerdo a la cantidad de alumnos que asisten. 
·        Con capacidad de gestionar por sí mismas la totalidad de sus presupuestos.
·        Pueden también tener ingresos a través de donaciones de particulares o de organizaciones y corporaciones, así como de los rendimientos financieros de inversiones propias. 
·        No pueden cobrar los servicios educativos que ofrecen, pero sí servicios secundarios.

Ya no se habla de educación pública o privada sino de educación pública de gestión estatal o privada. De esta manera el Estado no se responsabiliza y abre el juego a potenciales inversores. Se trasforma la educación en negocio. La escuela ya no tiene alumnos, tiene “usuarios”.
El libre juego del mercado deja a los docentes, padres y alumnos librados a sus posibilidades individuales, en “competencia” con empresas y organizaciones poderosas. Es el “caballo de Troya” para la flexibilización laboral docente.
Se deprecia lo público a favor de los criterios empresariales y privados. La educación se basa en el utilitarismo y no en la cultura.
El plan integral para la educación, del actual Gobierno de la Ciudad, no sólo afectará negativamente a los derechos de los docentes. Sino que dañará gravemente
a la formación de los alumnos.





La historia no es propiedad privada
Por la Lic. María Virginia Ameztoy (Socióloga UBA)
 
Los defensores de la “historia oficial” han salido a la palestra rasgándose las vestiduras ante la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. Para ellos es imposible que exista otra mirada de la historia que no sea la del “mitrismo”.
Todo lo que escribimos está atravesado por la cultura, nadie puede hablar desde una supuesta “verdad absoluta”. Todo lo que escribimos –como lo que pensamos, lo que defendemos y/ atacamos– está nutrido por nuestra experiencia socio histórica y cultural, por nuestros contextos políticos y económicos.
Todo lo que escribimos como fruto de una investigación de los hechos de nuestro pasado y de nuestro presente es un relato de la historia, incluido dentro de un contexto y a través de nuestra mirada y de nuestra experiencia vital; más allá de lo más o menos ilustrados o académicos que seamos, estamos todos atravesados por esa mirada, que puesta sobre los hechos históricos refiere a una adhesión ideológico-política.
La historia siempre es un relato, plasmado a partir del lugar donde cada uno está parado y desde donde vemos eso que da en llamarse “la realidad”. Todo relato histórico siempre está surcado por las luchas del pasado, muchas veces, en palabras de Durkheim, “oculto en el presente”. Y al enunciarse, el relato histórico está inscripto en el contexto de quien lo enuncia. Cada relato histórico es, entonces, una interpretación de la realidad. No es “toda” la realidad. Porque la historia es un relato de luchas de diferentes sectores por lograr constituir hegemonía, para que sea aceptada su visión del mundo.
Raymond Williams, en su gran obra Marxismo y Literatura (1977) afirma que “… la relación entre formas residuales y emergentes da lugar a procesos complejos y contradictorios en referencia a la cultura dominante, la cual lleva a cabo la formación de una tradición selectiva a partir de procesos de inclusión y exclusión de las formas a su disposición, con la finalidad de reafirmar de manera cultural e histórica los intereses de poder de una clase…”
Porque la historia es el relato de la selección y el recorte que hicieron los grupos que ejercían la hegemonía dominante a la hora de constituirse la Nación Argentina; entonces la “historia” es la que impuso la dominación oligárquica en los albores de nuestra nacionalidad. Siguiendo con Raymond Williams es interesante destacar su concepto de “tradición selectiva”, “…una versión intencionalmente selectiva de un pasado configurativo y un presente preconfigurado, que resulta entonces poderosamente operativo dentro del proceso de definición e identificación cultural y social”. “… Dentro de una cultura particular, ciertos significados y prácticas son seleccionados y acentuados, y otros significados y prácticas son rechazados o excluidos...”.
Nos impusieron durante más de dos siglos una visión de la historia como la única realidad posible. Tenemos derecho a explorar otros relatos, entre ellos, el de los excluidos, a quienes siempre relegaron a ocupar el último peldaño de la escala social.




EDITORIAL
Leyes, comunas y plaza
 Ley de Unidad Ambiental
Parece, finalmente, que la expectativa de participación vecinal por ley en la actividad cultural-ambiental de la Plaza Mariano Boedo, va a sufrir una nueva postergación. Tanto más lamentable porque estaban dadas las circunstancias para poder concretarla e inconvenientes de orden burocrático llevaron a una encerrona casi infranqueable al proyecto.
En la reunión del viernes 25 de noviembre, de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Legislatura CABA que se llevó a cabo en la oficina 15 del Palacio Legislativo, no tuvo tratamiento alguno el proyecto de ley de Unidad Ambiental al que nos referimos. El Director de la Comisión, Vicente Palermo, nos informó sobre la situación del expediente, que no figuraba en el orden del día de la fecha.
El martes 22 de noviembre se pronunciaron en un despacho de mayoría de la Comisión de Cultura los/as diputados/as Raúl Puy, Gabriela Alegre, Fabio Basteiro, Diana Maffía y Rocío Sánchez Andía y dieron curso al expediente hacia la Comisión de Presupuesto, como es usual en estos casos. En nuestra opinión resultó un paso en falso que precipitó el atascamiento actual ya que, a nuestro parecer, no requieren la intervención de Presupuesto acciones y funciones ad-honorem como constituyen las del proyecto de Unidad Ambiental.
En opinión de Palermo, es altamente improbable que el proyecto pueda tener despacho de la Comisión (imprescindible para su giro al recinto y votación) dado el escueto calendario que resta del año, complicado aún más por la asunción de nuevas autoridades, por lo que el futuro tratamiento del proyecto de ley tiene grandes probabilidades de ser desplazado hacia el calendario 2012 cuando, casi de inmediato, perdería estado parlamentario. Lo que se avizora, entonces, es una nueva presentación de similar contenido basada en los elementos del proyecto actual que, parecería lo más probable, podría pasar a archivo.

Tratamiento del tema en la Asoc. C. C. A. Todos por la Plaza de Boedo
En la última sesión de Comisión Directiva de la Asoc. Todos por la Plaza se trató el tema con amplitud. Patricia Roselló –su presidenta– informó que, por Expediente Nº1635-P/2010, se presentó en la Legislatura Porteña el Proyecto de Unidad Ambiental y dio lectura al mismo con las modificatorias introducidas en por el Poder Legislativo y explicó su recorrido. La novedad es que salió de la Comisión de Cultura y pasó a la de Presupuesto, a pesar de lo acordado que, dado que los cargos mencionados son “ad honorem”, no se requería ese paso. Se le solicitó a la legisladora Laura García Tuñón (Proyecto Sur) una explicación formal sobre lo ocurrido, por ser ella la que tomó el proyecto de los vecinos.
Se estima que el camino legislativo está agotado, por el momento, entendiendo que el próximo año se podría volver a presentar, referenciando las actuaciones del 2011. Postura que sugiere Raúl Sánchez (Juntista FpV y miembro de la CD de la Asociación), agregando, también, que el grupo de comuneros electos –que él integra– podría presentar o acompañar la propuesta. La comisión directiva lo considerará oportunamente.
Sánchez aportó explicaciones sobre las funciones y el presupuesto que tendrán a partir del 2012 las Comunas. Se agrega a estas manifestaciones Carlos Benítez (Juntista FpV y vocal de la Asociación, también presente) quien expuso sobre las dificultades en las que hoy se encuentran los comuneros electos 2011 ya que el Macrismo trata por todos los medios de impedir la descentralización y el real traspaso de poder a los barrios.

Retomar la tarea con paciencia y disposición, acopiando la experiencia de este año al respecto, parece ser el camino a seguir, sin perder de vista que “generosamente” el Gobierno de la Ciudad ha hecho una concesión sobre la que el juez Scheibler basó su cambio de actitud sobre el uso del edificio histórico: la cesión del área de 81 m2 de la planta baja del edificio para usos culturales –apenas el 8% del edificio que debería estar totalmente dedicado a actividades culturales– y aprovechar al máximo la magra superficie edilicia “concedida” y continuar con las actividades en la plaza propiamente dicha, como fue la inauguración vecinal, con sus muestras y festejos, y el baile llevado a cabo el viernes 9 para despedir el año.
Mientras tanto queda para el placer lúdico vecinal formar fila en la bucólica plaza para pagar el aumento desmesurado del ABL.

Juntistas: la presentacion ante los vecinos en el Homero Manzi
El miércoles 7 de diciembre, a horas de haber prestado juramento en sus nuevos cargos, los juntistas del FpV compartieron una reunión con los vecinos en el Bar Homero Manzi. En la apertura se leyó una adhesión de la juntista de Proyecto Sur, Patricia Machado, también correspondiente a nuestra Comuna 5 –Almagro-Boedo–, ausente por otro compromiso.  A continuación Carlos Benítez, Raúl Sánchez y Laura Corvalán comunicaron que a partir del lunes 12 comenzarán su tarea en la sede provisional de la Casa Balear, ubicada en Colombres y San Ignacio, los lunes, miércoles y viernes de 10 a 18. Seguidamente se otorgó libre micrófono a los vecinos convocados que expusieron problemáticas habitacionales, de vía pública, de salubridad y sobre la provisionalidad de la sede y la actitud que adoptarán con respecto al alojamiento definitivo ubicado dentro de la plaza, sabido el hecho del reclamo vecinal vigente que originó un amparo rechazado por la justicia. Los juntistas tomaron nota y prometieron ocuparse dentro de las enormes limitaciones que les impone la puesta en marcha de las competencias y el otorgamiento de presupuesto. Fue un primer contacto que, entendemos, ofició de despegue a la enorme tarea que demandará esta nueva forma de gobierno con la activa participación de los vecinos.•




Callejeando historia
Jean Jaurés en Buenos Aires
Por Diego Ruiz
 Se había propuesto este año, el cronista callejero, recordar algunos hechos y personajes que se le habían quedado en el tintero durante 2010, cuando su afán peripatético lo llevó a recorrer la Buenos Aires del Centenario. La semblanza no podía estar completa sin evocar por ejemplo al Payo Roqué, que encarnó con su dandismo uno de los aspectos –el más frívolo, si se quiere– del espíritu de la época, o a Evaristo Carriego, que fundó una poética inspirada en el pueblo, o a su “descubridor” Charles de Soussens, insigne dipsómano y centro de la bohemia intelectual durante más de dos largas décadas... Pero luego la cosa se complicó cuando entró en escena un médico de Boedo y San Cristóbal que protegió y alimentó -literalmente- a esos bohemios impenitentes, Martín Reibel, y como un matasanos llama a otro apareció Aldo Cantoni, médico de pobres, dirigente del Huracán de los primeros tiempos y destacado político socialista que más tarde sería gobernador de San Juan. Y como Cantoni había sido uno de los protagonistas de la ruptura del Partido Socialista a causa de la primera guerra mundial y fundador del Partido Socialista Internacional, la cosa terminó en algunos de sus conmilitones que trajinaron el barrio de Boedo, como Manuel Lorenzo Rañó, Rodolfo Ghioldi y José Penelón.
La cuestión es que a esta altura el relato se había independizado totalmente del cronista y seguía un curso a primera vista errático pero que, observado en perspectiva, denotaba los múltiples cruces e interacciones que van constituyendo la historia de una época. Repasando entonces lo escrito el cronista cayó en la cuenta de que a lo largo de esta cabalgata había mencionado en varias oportunidades la influencia ejercida por Rubén Darío durante su estada en Buenos Aires, entre 1893 y 1898, que revolucionó el remilgado campo artístico de la época y marcó a un par de generaciones de buenos y malos poetas, y se preguntó si habría alguna figura comparable en el terreno político que hubiera conmovido a esos hombres o muchachos anarquistas, socialistas o sindicalistas que protagonizarían las siguientes décadas de luchas sociales y culturales. Por suerte ese día las Musas estaban con el  cronista -cosa rara, realmente-, la respuesta no se hizo esperar y aquí va:
Una de las características del Centenario fue la afluencia de viajeros ilustres invitados a contemplar las “grandezas” de la joven Nación. Más allá de la Infanta Isabel de Borbón -la “chata” para los amigos-, cuyo principal aporte fue causar la instalación en la Casa de Gobierno de un ascensor, hoy de uso exclusivo presidencial, debido a que medía tanto de ancho como de alto y no podía subir más de dos escalones, vinieron invitados entre otros Georges Clemenceau, Anatole France y Adolfo Posada, que junto a Vicente Blasco Ibáñez, ya residente en el país, dictaron conferencias en el teatro Odeón y dieron a la imprenta sus impresiones sobre la Argentina y los argentinos. Blasco Ibáñez, en particular, publicó un impresionante tomo ilustrado bajo el título “Argentina y sus grandezas” con el que pretendía fomentar la inmigración y, de paso, sus emprendimientos en la Patagonia y en el Litoral, tema que merecería todo un callejeo.
Como vemos, en aquellos tiempos -y por muchas décadas más- las conferencias eran el furor de los porteños (recordemos el Instituto Popular de Conferencias del diario La Prensa, hoy en día el Salón Dorado de la Casa de la Cultura) y, quizá para no ser menos, Juan B. Justo no tuvo mejor idea que invitar a pronunciar algunas en Buenos Aires a Jean Jaurés durante un Congreso socialista celebrado en Copenhague en 1910. A esa altura el francés, nacido en 1859, era la principal figura de la SFIO (Sección Francesa de la Internacional Obrera), había fundado en 1904 el periódico L’Humanité y se había destacado junto con Emilio Zola en la defensa de Alfred Dreyfus, el oficial de ejército injustamente acusado de espionaje principalmente por su condición de judío. Seguramente Justo lo invitó por considerar su pensamiento afín, pues Jaurés no era estrictamente un marxista, sino que preconizaba una visión idealista, reformista si se quiere, del socialismo, que podría condensarse en su frase "(...) No es por el hundimiento de la burguesía capitalista sino por el crecimiento del proletariado por lo que el orden socialista se implementará gradualmente en nuestra sociedad".
La cuestión es que Jaurés arribó a Buenos Aires el 1º de septiembre de 1911 y brindó cinco conferencias en el Odeón con su particular estilo oratorio. Pero acá empezaron los problemas. Jaurés era un orador poderoso, apasionado, que tronaba de pie mientras gesticulaba en amplios gestos... tan amplios que en un momento uno de los puños de su camisa fue a parar al medio de la platea, circunstancia recordada por Ramón Columba -con dibujo incluido- en su ameno testimonio “El Congreso que yo he visto”. Pero esto hubiese sido lo de menos. La plana mayor del socialismo argentino era de una gran austeridad, una moralidad rayana en la mojigatería y acérrima enemiga del tabaco y el alcohol, tal vez por la profesión médica de gran parte de sus miembros. Y la cuestión es que Jaurés era una suerte de estereotipo del francés: rozagante, hedonista y pleno de vida, se comía todo, fumaba unos grandes habanos, bebía coñac como un cosaco y le apuntaba a cuanta falda se le cruzase, fuera ésta de una compañera o no.
Pero más allá de la anécdota risueña, Jaurés convocó a su paso por nuestra ciudad a multitudes que veían en él al apóstol de una nueva sociedad, al líder incorruptible que encarnaba a la Razón y a la Justicia en un mundo convulsionado que pronto estallaría en mil pedazos. Sería interesante, aunque imposible, saber cuántos jóvenes oyeron su palabra o la vieron impresa en los diarios de aquel tiempo, saber si los futuros internacionalistas, o boedistas, o artistas del pueblo conocieron su opinión de que “el proletariado era una fuerza histórica al servicio del derecho, de la libertad y de la humanidad”.
Pero seguramente todos se conmovieron el 31 de julio de 1914 ante la noticia de que había sido asesinado a causa de su firme posición internacionalista en contra de la guerra. Una semana antes, en Lyon, había pronunciado un discurso responsabilizando a “la política colonial de Francia, la política hipócrita de Rusia y la brutal voluntad de Austria” por la situación bélica y llamado a los obreros de todos los países a  unirse para enfrentar “la horrible pesadilla”. Ese 31 de julio, tres días antes del inicio de las hostilidades, un oscuro personaje llamado Raoul Villain le disparó tres balazos. León Trotsky, en 1917, homenajeó a Jaurés en un artículo en el que describió la escena del crimen: “En 1915 visité el ya célebre Café du Croissant, situado a unos pasos de L’Humanité. Es un típico café parisino: suelo sucio cubierto de aserrín, banquetas de cuero, sillas usadas, mesas de mármol, techo bajo, vinos y platos especiales, en una palabra aquello que sólo se encuentra en París. Me mostraron un pequeño canapé junto a la ventana: allí fue abatido de un tiro el más genial de los hijos de la Francia actual”.
El Café du Croissant aún existe en el 146 de la calle Montmartre de París, mientras que el teatro Odeón de Buenos Aires, escenario de gran parte de nuestra historia, fue demolido gracias a un permiso otorgado por el ex Concejo Deliberante entre gallos y medianoche, que a esa hora se fragua lo inconfesable, para instalar una playa de estacionamiento..., aún existente. ¿Es una moraleja? El cronista no lo sabe y, en todo caso, sería motivo de otro callejeo... pero el año que viene.•




El grupo escultórico “Saturnalia”
Por Miguel Ruffo.
 El grupo escultórico “Saturnalia” fue inaugurado el 31 de octubre de 1963 en el Club Ciudad de Buenos Aires y el 27 de abril de 1981 fue emplazado en el Jardín Botánico. Es obra del artista argentino Ernesto Biondi. Está realizado en bronce y representa a las saturnales romanas. El escultor visualizó estas fiestas a través de una escena compuesta donde se nos aparece un patricio que arrastra a un sacerdote, mientras realiza el intento de levantar a otro. Los tres se encuentran en un estado de marcada ebriedad. Uno de los sacerdotes extiende su mano hacia una patricia, que ríe y retrocede con asco. Asimismo en la escena no encontramos con un gladiador y un joven que con su risa se burla del sacerdote. Tampoco faltan en la composición una prostituta, un soldado, un esclavo y un músico. Vale decir que la escena compuesta presenta a diferentes clases y sectores sociales: el patriciado, los esclavos, los vinculados con el culto pagano, los soldados de las legiones (que uno puede pensar que se trata de campesinos porque en la sociedad romana republicana éstos eran los que constituían la base del ejército) y la  presencia de prostitutas, todos ellos entrelazados en una misma fiesta.
¿Qué eran las saturnales?. Eran las fiestas que se realizaban en honor de Saturno, una de las más antiguas divinidades itálicas, el dios de las siembras y de la agricultura. Y bueno es recordar que la sociedad romana fue una sociedad fundamentalmente agraria y el campesinado, su clase más importante. Saturno se asociaba con el dios griego Cronos. Éste había sido destronado por su hijo Zeus (Júpiter). Si la edad de éste se asociaba con el hierro, la de Saturno era la edad de oro que se encuentra en el pasado, no en el futuro. Era una edad en la que los hombres tenían una vida feliz, la comida era abundante y la naturaleza pródiga, no era necesario esforzarse con el trabajo y un sabor dulce rodeaba al conjunto de la existencia humana. Era una época paradisíaca. Totalmente contrapuesta a la realidad del presente, donde nos encontramos con una sociedad dividida en clases, donde el trabajo es duro y penoso, donde la injusticia ronda a la sociedad y hay profundas diferencias de fortunas y por consiguiente de clases. Si la sociedad presente es jerarquizada, si en ella están muy marcadas las diferencias sociales, y por ende los roles que cada uno tiene asignados, el recuerdo de una pasada época feliz, irrumpía mediante el rito sacro en la sociedad profana, por medio de las fiestas. Y la fiesta por excelencia era la de las saturnales. En ella se invertían los roles sociales y sexuales. Se borraban las diferencias de clase. Se escapaba uno en el ámbito  de la fiesta al rol que tenía asignado en la sociedad. Era una catarsis, en cierta medida una purificación y por sobre todo una liberación frente a las injusticias padecidas. Si la antropología cristiana diferenciará tajantemente al varón de la mujer y a los hombres de los animales, en las fiestas paganas, mediante el disfraz y las mascaradas se invertían los roles naturales y sociales. Así, era posible el travestismo; es decir hombres que se vestían de mujeres. Eran fiestas donde circulaba ampliamente el vino y donde el embriagador sueño del alcohol, desbordaba en la felicidad de quienes participan de ellas. Lo catártico residía en que los propios mecanismos de la sociedad contemplaban la existencia de días en el año, durante las cuales el dominio de lo cotidiano era suspendido. El hombre es el único animal que ríe. Y la risa obraba a flor de piel en las saturnales. El hombre es festivo, el animal no. El hombre es lúdico y la sociedad pagana contemplaba esta dimensión de la condición humana. Durante las saturnales, al no haber diferencias sociales, todos eran iguales y hermanos. Se cerraban los tribunales, las tiendas, las escuelas. Se suspendían el trabajo y el estudio. Todo era invadido por el ritual de la fiesta. Incluso los esclavos participaban de las mismas , se vestían con los trajes de sus amos y eran servidos en la mesa por estos. Aquí tenemos una inversión de los roles sociales. Los romanos ricos tenían la mesa de sus casas muy bien servidas para alimentar a quien a ella se acercase.
Las saturnales se relacionan con los carnavales. La dimensión ritual de esta fiesta es cuestionar el orden establecido. Por eso la dictadura militar suprimió los feriados de carnaval, sólo recientemente recuperados como días festivos.
El grupo escultórico “Saturnalia” nos recuerda por medio del arte, la dimensión lúdica del hombre y la relevancia de la fiesta. Algo que nunca debemos olvidar. La verdad ríe y la risa fructifica en la salud del hombre.




Sobre el nombre de la plaza
Si polémica es para la RAE “//3 f. Arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza”. Y hablando de una plaza se intercambian pareceres entre amigos –que no recurren a ardides ni ofenden, sólo defienden su opinión–, lo que sigue pretende ser un aporte a las polémicas de cualquier índole –más allá del tema del que se trate– donde la difusión de los argumentos prevalece sobre las imposiciones o los preconceptos, ausencia notable en la meneada y rentable “prensa libre”.

¿Por qué Mariano y no Boedo?
Por Angel O. Prignano

Por Ley N° 2266, sancionada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires el 21 de diciembre de 2006, se expropió el predio de la ex estación Vail de tranvías, situada en el cruce de Carlos Calvo con Sánchez de Loria, para destinarlo a espacio verde de uso público: la plaza Mariano Boedo. Tal denominación surgió de una consulta popular que la legitima, pero creo modestamente que estamos ante un tropiezo –involuntario, por cierto– y así lo hice saber en su momento. ¿Cuál es la vinculación del ilustre personaje con el barrio? El ahora “titular” de la plaza nació en Salta, el 25 de julio de 1782, y vivió muy poco tiempo en Buenos Aires, donde murió el 9 de abril de 1819. Estudió en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Loreto, de la provincia de Córdoba, y luego pasó a Charcas, donde en 1805 recibió el título de abogado. Se desempeñó como secretario de la Real Audiencia y apoyó la Revolución de Mayo. En 1813 se hizo cargo del gobierno de su provincia natal y tres años más tarde fue elegido diputado para representarla en el Congreso que se reuniría en Tucumán. Allí ocupó la vicepresidencia cuando el 9 de julio de 1816 se declaró nuestra independencia. Falleció a edad temprana y sus restos mortales descansan en la basílica de San Francisco de Asís de la ciudad de Buenos Aires.
Sin entrar a considerar sus virtudes patrióticas, mi incógnita sigue siendo su relación con el barrio, pues al barrio le viene el nombre de la calle homónima a cuya vera fue perfilándose con características propias entre los demás barrios porteños. No le viene del venerable jurisconsulto y funcionario. Si bien la calle se llama Boedo desde 1882 en su homenaje (y está muy bien que así sea), el barrio tiene el de la calle, que no es lo mismo. Por eso la plaza debería llevar el nombre del barrio. Dudo que don Mariano haya estado ni siquiera cerca del territorio donde luego crecería la singularidad boedense. Estas tradiciones y representaciones simbólicas fueron reconstruidas por literatos y barriólogos en distintos tiempos y, como se verá, en nada se conectan con el ilustre salteño. Veamos algunas de esas evocaciones.
“Desde la barranca de Boedo hacia el sur, se presentían Pompeya y Puente Alsina. Al otro lado, Cochabamba arriba, las calles anchas y los árboles verdes y hasta retazos de alfalfares y quintas misteriosas”. (Francisco García Jiménez, Así nacieron los tangos, 1965).
“Era un barrio de calles empedradas por las que no caminaba cualquiera. Polémica entre la alpargata suburbana y la polaina abacanada [...] Boedo, el barrio amado por los que no eran de allí”. (Jorge A. Bossio, Los cafés de Buenos Aires, 1968).
“Casas bajas e iguales, que repetían monótonamente sus dos patios divididos por el comedor y una sala que invariablemente ocupaban la modista y el barbero, inquilinos pobres nacidos de la pobreza del barrio. En las esquinas, el almacén o la botica. Y aquí y allá, confundiendo la geometría urbana, corralones, herrerías y alguno que otro boliche con nostalgias de pulperías, donde el gringo se codeaba con el criollo en una amistad de gorras y alpargatas”. (José Luis Núñez Palacio, Guía cultural de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, N° 48, 1973).
“Boedo tenía hombres y mujeres de trabajo que querían construir un barrio digno. Era un lugar de casas bajas, de calles empedradas, donde el amor y la buena vecindad era un culto a la armonía y a la amistad de hombres y mujeres, inculcados de padres a hijos y de éstos a sus descendientes. [...] Baldosas gastadas en milongas familiares con sabor a amistad”. (H. O. Coll, revista Boedo, 1980).
Silvestre Otazú, por su parte, sostenía que Boedo tenía un embrujo: “Situado a mitad de camino entre el centro y Mataderos, Parque de los Patricios y Flores, se convirtió muy pronto en núcleo de circos, teatros, cines y cafés”.
Y el recordado Diego A. del Pino, nuestro gran amigo de la madurez que recopiló los testimonios que copiamos de su libro Ayer y hoy de Boedo (1986), resumía todo esto de la siguiente manera:  “Por el ancho camino de tierra que señala el fin del ejido, va un gaucho arreando una tropa de animales ariscos. El resero se apresura: no lejos lo espera el oasis de una pulpería. Y el polvo que levantan los cascos ansiosos, es como una nube que cayera de pronto... En el baldío que alguna vez fue quinta, se levanta la carpa remendada de un circo precursor. Sin saberlo, nace el teatro y un día en ese mismo Boedo antiguo, se cobijaron sueños de dramaturgos primigenios. Cuando el viejo teatro se transformó en ‘garaje’, el telón pareció maculado por lágrimas de payasos ya muertos... Fondo de inquilinato: olor a tinta y grasa de las máquinas impresoras. Van brotando palabras de un libro por nacer. Boedo está dando su sensible mensaje de cultura... Café de San Juan y Boedo... La luz del sol ha disipado imágenes que han vuelto a sus casillas naturales, en los huecos del tiempo. Una mesa, algunos pocillos de café, cigarrillos que humean y amigos que recuerdan...”.
Sobre la inexistencia de espacios verdes en el barrio, hace más de ochenta años que Juan José de Soiza Reilly ya alertaba que “Boedo es uno de los pocos barrios porteños que carece de plazas y jardines públicos, no obstante contar, según el censo, con una población de 50.000 almas”. (Caras y Caretas, 11 de octubre de 1930).
Pues bien: ahora Boedo tiene su plaza..., pero consagrada a Mariano Boedo. Insisto: ¿Por qué Mariano Boedo y no Boedo? ¿No es la plaza del barrio de Boedo? La del barrio de Almagro se llama Almagro, no Juan María de Almagro, aun cuando se supone que de este propietario de tierras en la zona le viene el nombre al barrio. Se repite en Boedo el mal ejemplo de Flores, cuya plaza principal se llama Pueyrredón; el de Belgrano, cuyo principal paseo se llama plaza General Manuel Belgrano; y el de Villa Devoto, cuya plaza está dedicada al militar Juan Antonio Álvarez de Arenales (plaza Arenales). Digan que, al final de cuentas, el ciudadano común siempre enmendará estos tropiezos.
En el caso de Flores, fueron los propios vecinos que se ocuparon de ello. ¿Quién reconoce hoy a la plaza Pueyrredón con este nombre? Casi nadie, para no decir nadie. Para todos es la plaza Flores o de Flores. Otro tanto ocurre con las plazas de Villa Devoto y de Belgrano. Estoy seguro de que, para los boedenses, la de Boedo será siempre la plaza Boedo o de Boedo, nunca la de Mariano.
Abril de 2011

Por qué Mariano Boedo
Por Mario Bellocchio

En general sostengo un acuerdo tácito, y no tanto, con quienes circulan la vida a contrapelo de las tendencias. La masa suele desenvolverse en acuerdo con la cresta de la ola. Las modas me rebelan. Y aunque no obligatoriamente me sume al carro de la protesta, adhiero a quienes tienen las energías y los argumentos para hacerlo.
Hecha esta necesaria salvedad esgrimiré las razones de mi desacuerdo con mi amigo y respetado barriólogo Angel O. Prignano en cuanto al nombre de nuestra plaza barrial.
En primer lugar, y en modo abiertamente corporativo, porque soy el promotor de la denominación y así lo expuse en la sesión de la Legislatura donde se trató el tema de marras.
Lo del contrapelo de Angel viene a cuento de su circulación a contramano de las definiciones que la ciudad ha adoptado desde –hace– una prudente década, cuando menos: Loria es, ahora, Sánchez de Loria; Centenera, Del Barco Centenera; Luca, Esteban de Luca..., y siguen las firmas. No quita esta, para mí acertada, precisión, que la practicidad, la familiaridad o cualquier otro modo del vértigo cotidiano me lleven a decir que tal institución queda en la calle Centenera y “del barco” sean sólo los navegantes. Así las cosas en la vida misma, sigo siendo Mario Horacio Bellocchio –a pesar de mis apodos y apócopes para el uso diario– tal como lo declaran mis documentos, que son el equivalente de la denominación oficial de una plaza, por ejemplo.
Los bautismos de los lugares públicos como calles, parques y plazas, como se sabe, no han contado, en nuestra protohistoria porteña, con más aval que el de la aristocracia finisecular –del otro siglo– o las charreteras y entorchados de fuerzas armadas y policiales: allí se mezclan Belgrano y el infame Ramón Falcón –y en esto formamos un sólido frente con Angel– en el mismo estante del escalafón vías urbanas. Hubo que lidiar mucho en la actualidad para que una humilde calle de Pompeya se llame Homero Manzi cerca, muy cerca, de un importantísimo logro para que la avenida Roca cambie por Intendente Rabanal en su primer tramo. En ambos casos se identifica con un complemento –su nombre o su cargo– al aludido: Falcón es Ramón y Rabanal es el intendente, como para que no queden dudas sobre la referencia.
En el barrio de Boedo, Boedo había pasado a ser un sonsonete sin significado preciso ni garantía de origen. Una porción escueta de los cánticos de la hinchada de San Lorenzo: ¡Sí, sí, señores, yo soy de Boedo...!; la expresión des-generada de Manzi en “Sur”: “San Juan y Boedo antiguo” –por el barrio– o “antigua” –por la avenida de un barrio aún inexistente; o la eterna lucha con el corrector automático de Word para que no pusiera “beodo”, entre otras cosas.
Lo que resultaba seguro es que Boedo no revelaba por qué cuernos le habían puesto Boedo a Boedo. Y mucho menos quién era Mariano, que de inmediato remitía a Moreno.
Cuando –con los esfuerzos del caso y si el Gobierno de la Ciudad tiene la gentileza de abrir los cajones burocráticos– instalemos en forma definitiva el busto que honra la memoria del prócer, las placas linderas proclamarán la vicepresidencia del Congreso de Tucumán y la firma del Acta de la Independencia como un lauro superior de Mariano Boedo. Boedo seguirá siendo Boedo –ahora sabiendo por qué se llama como se llama– y el pueblo y el tiempo inasibles en sus veredictos –¡bienvenido sea!– dirán cómo, en el uso diario, llama el vecino a nuestra plaza. “Cemento”, “El paredón” y “Plaza con Comuna”, ya forman fila.




Memorias y viñetas de la ferretería vieja
Ollas y estaño
Por José Muchnik
 La historia puede leerse en mínimos objetos, fósforos, corpiños, relojes..., condensan el misterio del fuego, el desnudo hecho pecado, la angustia de efímeros humanos tratando de medir el tiempo. En la ferretería vieja constelaciones de objetos: cerraduras, garlopas, pinceles..., mostraban la historia del mundo a su manera: necesidad de puertas (de cerrar casas, cofres o ciudades); búsqueda de la forma (de maderas, seres o arcilla); recubrimiento de apariencias (de muros, bibliotecas o alacenas) pues pieles reflejan almas brotando en superficies. Desde la nostalgia percibo la dimensión de esos objetos, la danza de sentidos más allá de apariencias, brillos y funciones.
[…] “y tu vieja, ¡pobre vieja! lava toda la semana / pa’poder parar la olla, con pobreza franciscana /en el triste conventillo alumbrado a kerosén (1)”. El lenguaje cotidiano nos revela el valor simbólico de este modesto objeto: parar la olla, olla popular, pelotazo a la olla..., en la olla se cocinaron siempre, sabores, miserias y jugadas. ¿Qué pasaría con burocracias plagadas de matufias si se “destapa la olla”? Si un vapor espeso se desprende dejando a la vista del público los ingredientes estofados. Pará, Josecito, siempre lo mismo ¿A dónde querés llegar? Te cuento algo más, Mario: durante el sitio de Lima, en la guerra del Perú, San Martín dijo: “con días y ollas ganaremos”; la frase cobró sentido cuando se supo que utilizaba ollas de barro con doble fondo para introducir mensajes en la ciudad sitiada. Está bien, muy interesante, pero siempre mezclando todo ¿te das cuenta de que en una frase pasaste del tango Margot a San Martín? y te olvidaste del estaño, en este diario los títulos hay que respetarlos. Ya voy, Mario, ya voy, era para mostrar que a través de una olla, si sabemos observar, podemos apreciar el mundo, ollas de piedra(2), de bronce, de hierro fundido..., la evolución del hombre a fuego lento.

Volvamos a Boedo 1561, años cincuenta del siglo veinte. Había de aluminio y enlozadas, las de bronce estaban fuera del alcance de nuestra clientela, las de presión ni noticias en el barrio. El aluminio estaba de moda, arrancó en los años cuarenta, la guerra ayudó a su difusión (aviones y juguetes varios), confirmando que al final todo va a parar a la olla, hasta el aluminio (3). La sociedad de consumo no había llegado, los objetos se reparaban. Planchas, calentadores, estufas, canillas..., llegaban al quirófano de la ferretería con heridas de todo tipo; los curábamos y continuaban su trabajo. Ollas enlozadas no se cambiaban por efecto de moda se les sacaba el jugo hasta el último guiso, de tanto en tanto debían emparcharse o colocarse una prótesis. La ferretería Don Miguel no practicaba ese tipo de operación, debían acudir a un servicio especializado en soldadura.

Aquí llega el estaño, Mario; todo llega sin saber dónde vamos a llegar, llega para estañar cacerolas, soldar cañerías de plomo, baldes de zinc, calefones perforados..., llega porque existía, existe, un mundo de los objetos, como un lenguaje, se asocian unos con otros, como palabras, como seres humanos, no pueden vivir aislados, la olla se asocia con el estaño, que se asocia con el soldador de cobre, con el soplete, que llevará al rojo vivo la cabeza del soldador, que tocará el estaño frío hasta arrancarle lágrimas, que caerán derretidas sobre la úlcera de la olla y ya sólidas producirán su milagro.

Venía en barritas maleables de 33 y 50% (4), me gustaba doblarlas, acercarlas al oído, las de 50% emitían como un quejido. Cosa de Mandinga dirán ustedes. Averigüen, después me cuentan. Pero el mejor estaño no estaba en la ferretería, estaba en La Tacita, el bar de la esquina. Atravesar la puerta era dejarse transportar por ese aire espeso en clave de vino. El tano compraba uvas y lo hacía en el fondo del boliche (vino de autor lo llamarían ahora guías de turismo y wineries chetas). La clientela en mesitas o acodada en el mostrador de estaño desgranaba charlas y copas mientras el tiempo desensillaba contemplando la divina creación del bar hecho mundo. El octavo día, luego de descansar, Dios contempló su obra. Faltaba algo fundamental, entonces creó el vino y los boliches para liberar charlas y alegrías. Poco importa si los escribas de la biblia censuraron luego este hecho fundador de la humanidad, los boedónicos debemos reivindicar la semana de ocho días, seis para trabajar, uno para descansar..., y uno para embriagarse. Cómo olvidarme de Jorge Luis Borges en este instante y su canto al vino (5), se cuenta que hacia fines de los años treinta, cuando trabajaba en la Biblioteca Miguel Cané (Carlos Calvo 4319) solía pasar por La Tacita a empinar sus copas, tal vez ahí hayan nacido esos versos.
Aclaremos que a los diez años, no era el estaño, ni la bohemia literaria lo que me atraía en ese boliche, eran las dos hijas del dueño, divinidades italianas reencarnadas en Boedo que despertaban mis plegarias y fantasmas infantiles. Los pedidos de La Tacita los entregaba yo, mi viejo ya lo sabía. Entrar al boliche, respirar ese aire maduro, dejar el pedido, recibir de una diosa una sonrisa propina ¿Poesía? ¿Dijeron poesía?

Josecito de la ferretería

1.      Letra del tango Margot, Celedonio Flores, 1920
2.      En Perú, en las cuevas de Lauricocha, se han encontrado ollas labradas en piedra que datan de hace 18.000 años, utilizadas en el método de cocción tradicional, la Pachamanca (del quechua Pacha: tierra y manca: olla). Los alimentos se colocaban en piedras muy calientes, enterradas y cubiertas. Método similar al usado para la elaboración del curanto, en el sur de Chile y Argentina (J.A Céspedes, http://www.historiacocina.com/historia/articulos/pachamanca.htm).
3.      Recordemos que hasta el siglo diecinueve el aluminio era un metal considerado noble, como la plata. En 1882, la producción mundial era apenas de 2 toneladas, en 1889, Karl Bayer patentó un procedimiento para extraer la alúmina u óxido de aluminio a partir de la bauxita., en 1943 la producción mundial había alcanzado 2.000.000 de toneladas, la abundancia bajó el precio y pasó a ser un metal común.
4.      Se refiere al porcentaje de estaño en la aleación con plomo de la cual estaban hechas las barritas.
5.      ¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa / conjunción de los astros, en qué secreto día / que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa / y singular idea de inventar la alegría? (« Al Vino » Jorge Luis Borges).




Madre abnegada
Por Mario Bellocchio
 Aurora Zucco de Bellocchio, a partir del 2 de noviembre, “Personalidad Destacada de los Derechos Humanos”, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora

Una escena acostumbrada –para esos tiempos violentos– se desarrolla en Mármol 483. Sirenas, corridas, Falcons, armas largas, Clippers negros, gritos prepotentes, civiles, uniformados, vecinos que atisban acurrucados tras sus propios miedos, gente que va a desaparecer, “no van a estar, no tendrán entidad”.
Es 5 de agosto de 1977. Irene Bellocchio y su compañero Rolando Pisoni comienzan a llamarse H24 y H25. Un detalle contraría la norma de las prácticas aberrantes: el bebé de la pareja, de sólo treinta y siete días de vida, queda fuera de la redada y es rescatado por una vecina que lo entrega a su abuela, Aurora Zucco de Bellocchio. Gracias a esa vecina, a quien me gustaría conocer, no soy uno más de los pibes robados, dice hoy Carlos Pisoni, miembro de H.I.J.O.S. y del Observatorio de Derechos Humanos de la ciudad. Carlitos sigue tratando de madre a su abuela en una dualidad tan vigente como cuando aún pequeño, ya al tanto de la verdad, soñaba en rescatar a su mami verdadera disfrazado de militar.
Desaparecieron porque eran militantes –afirma. Papá Rolando, en la JUP (Juventud Universitaria Peronista). Roly, como lo conocía todo el mundo, tenía entonces 29 años y era estudiante de ingeniería. Mamá Irene (27), en la JTP (Juventud Trabajadora Peronista); trabajaba en el Banco Galicia donde era delegada.
En H.I.J.O.S. estamos orgullosos de nuestros padres y no reivindicamos su lucha como utopía, sino que perseguimos sus objetivos. Al comienzo pensábamos que eso de estar a disposición del Poder Ejecutivo terminaría con la liberación. Recuerdo la ilusión que me hacía, mientras cambiaba al bebé, de presentárselo a mi hermana cuando regresara, relata, mirando al infinito, Cecilia, la menor de los ocho hermanos Bellocchio.
Una llamada de Rolando para cerciorarse de que el bebé está bien y en manos de la abuela, abrió un mínimo resquicio de esperanza. Pero fue un pobre fósforo en la penumbra.
Mamá tomó el rol activo en la plaza con las Madres. Y dio comienzo la búsqueda sin fin, las visitas oficiosas, las preguntas sin respuestas. Aurora no dejó puerta donde golpear, junto a sus compañeras de ronda. Allá por los 80, un sobreviviente de la masacre le contó haber dialogado con Irene: Estoy tranquila porque sabemos que mamá tiene al nene, cuenta que le dijo; pero para ese entonces los relatos macabros ya eran una certeza y las esperanzas se diluían en los últimos intentos. Mamá viajó a Ginebra con las madres –relata Cecilia– y hasta se entrevistaron con el Papa por la causa “hijos”. Luego se afincó en Barcelona, un par de años, con uno de mis hermanos. Desde allí siguió activa en la búsqueda, aunque más no fuera, de justicia. Hasta que el retorno de la democracia le allanó el camino para el regreso y volvió a la lucha junto a la “Asociación Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.”
En septiembre de 2009 Aurora Zucco de Bellocchio publicó su autobiografía. A los 87 años había logrado describir un panorama tan vivo centrado en los años trágicos del Proceso que, lo que en principio sólo tenía la intención de legado familiar, a instancias de su nieto –hijo de crianza, dadas las circunstancias–, editorial Altamira transformó en “Pelear la vida”: [...] ante la desaparición de Irene no me resigné. Y el corte con la inercia de la resignación me permitió también llevar adelante, progresivamente, otras rupturas. Desde la actitud de búsqueda y lucha por encontrar a Irene y de hacerme cargo de Carlitos, hasta asumir el deterioro real y definitivo de mi relación con Piri. Desde mi radical cambio en cuanto a la visión de la Iglesia como institución sin perder mi fe hasta una reacción mucho más firme de enfrentamiento con las actitudes de mi familia. Y, especialmente, el fin de la resignación implicó transformarme de madre abnegada de siete hijos en Madre de Plaza de Mayo.
Ella es Aurora Zucco de Bellocchio, a partir del 2 de noviembre, Personalidad Destacada de los Derechos Humanos, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, abuela y madre al mismo tiempo. Carlos Pisoni, su nieto-hijo compartió la distinción en el acto de entrega de los los atributos, en la Legislatura de la Ciudad, en cumplimiento de la Ley 3879, sancionada el 8 de septiembre de 2011. El ámbito estaba colmado de familiares, amigos, personalidades de los derechos humanos y público en general.•




Macri, por las demoliciones sin límites legales
Por Sergio Kiernan
(Artículo publicado en "Página12" del domingo 27 de noviembre de 2011)

Fuerte ofensiva del PRO contra las leyes que protegen el patrimonio edificado. El jefe de Gobierno quiere librarse de la legislación que limita la industria inmobiliaria. Y llega hasta la picaresca trampeando en los horarios de las reuniones.

Antes de comenzar su segundo mandato, Mauricio Macri decidió sacarse de encima un tema que molesta a la industria de la construcción. En apenas diez días, el bloque del PRO en la Legislatura porteña tomó dos iniciativas particularmente agresivas contra la legislación que protege el patrimonio edificado de Buenos Aires y frena las demoliciones. Débil y contradictoria como es, esta legislación ya está afectando la plena libertad con que se demolía en la ciudad. Este viernes, los diputados oficialistas que revistan en la Comisión de Planeamiento legislativa montaron una suerte de comedia de errores para evitar que se renueve la ley 3056. Lo hicieron hasta trampeando en los horarios para evitar que la oposición estuviera siquiera presente en la reunión de comisión.
La ley que irrita al macrismo nació hace cuatro años como una salida de compromiso a la naciente crisis por el patrimonio edificado porteño. Recién asumido, el macrismo se encontró en diciembre de 2007 con una movilización cada vez más evidente sobre el
tema. La solución, propuesta por la entonces diputada Teresa de Anchorena, fue crear un régimen especial, por un año y en una zona parcial de la ciudad, que obligaba a un trámite especial a la hora de demoler cualquier cosa anterior a 1941.
Al año siguiente hubo que renovar la ley, que fue extendida a toda la Ciudad, acto que se repitió sin sobresaltos cada año. Hasta comenzó a considerarse tradicional que la renovación de la ley, cada año con un número diferente, quedara siempre para la maratónica sesión final del período ordinario. En lo que va del mes, Página/12 había recibido varias seguridades de que el trámite nuevamente sería rutinario.
Resulta difícil exagerar la importancia de la ley 3056, que funciona en definitiva como el único freno posible a la destrucción “por ventanilla” del patrimonio porteño. Bajo su amparo, todo pedido de demolición de edificios construidos hasta 1940 inclusive tiene que ser girado al Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales, una entidad que –como indica su nombre– tenía ante la plácida tarea de asesorar el ministro de Planificación Urbana en esos temas. Pero el Consejo recibió el poder de vetar las demoliciones, caso en el que el expediente debe ir a la Legislatura para que se vote su catalogación o se lo descarte y pueda ser demolido.
El Consejo nunca se destacó por su rigor, sigue funcionando dentro de un ministerio porteño muy afín a la industria de la construcción y está lleno de funcionarios que obedecen al macrismo. Pero su mera existencia frenó la demolición de cientos de edificios y creó dudas donde antes se sabía que cualquier pieza del patrimonio porteño podía ser destruida sin más. Si la ley no se renueva, el Consejo pierde sus poderes y la situación revierte a 2007, cuando se demolía libremente.
Para que los diputados traten con su voto un proyecto de ley, éste tiene que pasar por un trámite previo. En este caso, debe ser tratado en dos comisiones, la de Planeamiento y la de Cultura. Este viernes tocaba a Planeamiento verlo en su temario del día, y ahí comenzaron las cosas raras. La primera fue un cambio de horario que hizo que la reunión coincidiera con otras ya programadas. Los miembros de la oposición avisaron que llegarían tarde porque los esperaban en la reunión de Presupuesto. Puntualmente, llegaron los miembros por el PRO, con Christian Ritondo a la cabeza y, por fuerza de número, con quórum propio. En la reunión había representantes de Basta de Demoler, Proteger Barracas, Protocomuna Caballito y otros grupos barriales y hasta estaba Anchorena. Los macristas firmaron varios proyectos a tratar, incluyendo el que crea una zona de amortiguación en San Telmo para que no tengan que coexistir torres y casas coloniales. Y súbitamente, en un movimiento coordinado, se levantaron y se fueron, dejando sin firmar el crucial proyecto de renovación de la ley. Sólo el saliente Patricio Di Stefano, que preside la Comisión de Patrimonio de la Legislatura, se animó a firmarla.
Los vecinos no salían de su asombro y los diputados opositores, cuando llegaron finalmente, no podían contener su furia. Sergio Abrevaya, Eduardo Epzsteyn y Juan Cabandié reclamaron a la presidenta de la comisión, Silvina Pedreira, por la evidente trampa. Pedreira se negó a reabrir el debate, mientras la directora de la comisión, Bárbara Rossen, comentaba abiertamente su acuerdo con “tumbar” una ley “que no me gusta”.
La salida de Ritondo y los suyos no fue discreta, por los vecinos que lo rodeaban. Uno de ellos, con cierta relación con uno de los macristas, le preguntó por qué hacían algo así en lugar de debatir y buscar los votos. “Porque lo ordena Macri –fue la dura respuesta–, se quiere sacar el tema de encima.”
Quienes presenciaron la chicana macrista no pudieron evitar relacionarla con la presentación, el jueves 17, de un proyecto de ley que descabeza de hecho otra comisión dedicada al patrimonio. En este caso fue el turno de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural, un ente mixto del Ejecutivo y el Legislativo que tiene asiento en el CAAP y que en los dos últimos años se transformó en una molestia por sus reclamos ante las irregularidades con que se permiten demoliciones. Una tradición es que, ya que el Ejecutivo nombra a miembros obviamente oficialistas para esta comisión, su secretaría general queda para la oposición, ejercida hasta fin de año por la kirchnerista Mónica Capano.
Hace diez días, el macrista Di Stefano presentó un proyecto para nombrar a su propio jefe de asesores como nuevo secretario general y a otros tres macristas como vocales y suplentes.
El proyecto iba a ser votado este jueves, pero tuvo que ser pospuesto por la oposición de las asociaciones patrimonialistas y la mala recepción que tuvo la idea hasta en el                mismo PRO.




Rafael Vásquez: Juntador de palabras
Por Edgardo Lois
 Hay un puñadito de suertes flotando en el aire de la ciudad, y de vez en cuando una de ellas hace nido en el destino de las personas. Me tocó una suerte en mi destino al recibir una invitación. Se presentaba el libro Explicaciones y retratos de Rafael Vásquez. Era el poeta quien invitaba. Nos habíamos visto un par de veces en Boedo y tal vez, de lejos, en alguna presentación. Contesté enseguida, dije que iba, seguí el impulso. Admito que no soy muy amigo de las presentaciones de libros, por lo general se equivoca el foco, y no me gusta hacer de público para el tráfico de flores y frases hechas que empalagan la mayoría de esos momentos. Había leído a Vásquez, recordaba haber hablado con él en una charla mínima, y el saldo era bueno; además entre los presentadores estaba el poeta Marcos Silber, una garantía de maestro: ubicación y sabiduría.
Era tarde noche lluviosa, paraguas en mano llegué hasta el café El Archibrazo en Mario Bravo al 400. Llegué temprano y saludé al poeta; no me reconocía, me explicó que no es muy ducho en la retención de caras, sonreímos, chocaron las manos. Mientras aguardaba el comienzo del acto, comencé a espiar el libro: me inquietó, con dos o tres poemas Vásquez atrapó mi atención. Disfruté de las palabras dichas por los presentadores, y por el poeta, que habló tranquilo, pausado, sabiendo muy bien dónde estaba parado y sabiendo muy bien de qué iba la sustancia de su poesía.
En dos días terminé el libro y otra vez seguí el impulso: escribir al poeta, decirle, contarle qué me había sucedido con su libro: Siento que tu libro me dejó más cerca de lo humano, fue un paso más hacia la comprensión de la alegría y el dolor que todos guardaremos en la memoria. Tu libro es palabra simple y bisturí profundo, y ese quizá sea el gran desafío de la escritura: hacer esquina en las cuestiones decisivas de la vida con la palabra amiga anclada en lo cotidiano. Explicaciones y retratos sólo puede ser escrito por un hombre que ha vivido una vida a corazón y a conciencia despierta: no cualquiera es capaz de escribir sobre las diversas aventuras del espíritu de esta manera. Un libro de palabra tranquila, un libro que prueba algo que sostengo desde hace un tiempo: la escritura es, entre muchas coordenadas, una cuestión respiratoria: respira la identidad, el alma, la pasión que guía hacia la posible música del relato, la idea, la imagen. Hace tiempo que una lectura no me motiva tanto, agradezco la emoción viva de tu escritura; hace tiempo que no quedo al borde de llanto feliz ante la maravilla nacida del oficio del poeta; hace tiempo que no leía sobre esas certezas que abrevan en tantas dudas: tan relativa la vida, los días, las relaciones. Siento que no me alcanzan las palabras para agradecerte como debiera, quizá mañana mi pulso de escritura me permita un texto a la altura, eso si mi trabajo es fructífero, asuntito del que nadie puede dar fe hasta transitada la susodicha callecita sin fin. Explicaciones y retratos es un libro sin careta, es palabra en primerísima persona; es reflexión, lucidez y contemplación de los paisajes: el de afuera y el de adentro. Tu libro trata de la vida, y sí, poeta, para que todos entiendan, también trata de la muerte, ese final que puede ocasionar bronca, desolación, saudade, que puede convocar puteadas, que funda la ausencia, y que a la vez puede ser el sendero que lleva a la memoria de la palabra de los que juntan historias. Me gustó ser testigo de la despedida de algunos de tus amigos, me gustó conocer a tus hijos, y saber lo que significa pagar una deuda.
Deuda es el poema que me dejó al borde del llanto, dedicado a Gonzalo, su hijo: Uno se mira y no se mira a veces / en el espejo vivo de otros ojos. / Y no hablo de mujer, de la fogata / que se quema y se pierde en un instante. / Hablo de cuando el hijo ya es un hombre / y la mano del juego es más pareja. / Hablo de lo que no hablo, porque siempre / queda una voz deudora, demorada. / Todo es casi a la par, aunque me pierda. / Y me pierdo en el pozo del recuerdo. / Todavía está pendiente su reclamo / -que no le tomo en serio- / de hacerle algún lugar en mis poemas. / Como soy mal deudor, sé que algún día / se verá en la razón de mi escritura. / Mientras tanto me miro (y no lo cuento) / en el espejo vivo de sus ojos. Una maravillosa forma de “escribir” un hijo, uno de esos sitios internos a los que todo artista aspira a llegar con su oficio.
La charla con Vásquez se hizo necesaria. Me esperó una mañana en su casa/ refugio de la calle Maipú, a metros de Rivadavia. El caos quedó afuera, el poeta vive en el silencio y la tranquilidad que le provee el pulmón de la manzana. Pregunté por el hombre que en 1975, en la declaración jurada que abría la carpeta editada por el poeta Roberto Santoro, escribió: Escribo, a veces, como si hiciera el amor. / Otras veces escribo porque no sé matar. Luego de sonreírse contestó: Ahí escribí lo que me pasaba con la escritura, lo que sentía, y en ese final yo pensaba en mis poemas de amor y en mis poemas de bronca. Nunca fui un tipo violento, yo no sé matar, a pesar de que en plena dictadura uno llegaba a odiar a esos tipos que no nos dejaban vivir tranquilos. No, no hubiera podido matar, ese es el sentido final del texto. Era inevitable preguntarle sobre el recuerdo de Santoro: Es muy fuerte, le hice dos poemas, el primero termina con estos versos: “Tu madre me avergüenza porque espera / tu regreso imposible”. Nació porque cuando estábamos preparando algo sobre él, la fui a ver, y ella lo seguía esperando. Estábamos en democracia, ya sabíamos que los desaparecidos eran desaparecidos, pero ella lo esperaba, eso me impresionó muchísimo. Cuando volvimos a reunirnos en democracia, los amigos me pedían que contara la experiencia del grupo “Barrilete”, lo hice, escribí una introducción y seleccioné documentos, cartas y poemas. “Informe sobre Santoro” vio la luz gracias al editor José Luis Mangieri. Para Vásquez haber sido parte del grupo “Barrilete”, junto a poetas como Santoro, Horacio Salas, Ramón Plaza, Marcos Silber, tuvo un significado especial: Escribí mucho y por suerte no publiqué hasta el 62. Estuve muy encerrado en mí mismo, leyendo mucho, desorganizadamente, y escribiendo bastante. Ahí se da el encuentro con los poetas con los que voy a compartir el grupo “Barrilete”. Empezó una tarea grupal que me dio una conexión con el barrio, la ciudad, y un trabajo material, porque además de leer y seleccionar textos, vendíamos la revista en los actos, la llevábamos a charlas en sociedades de fomento, escuelas. En Explicaciones y retratos se le da tanta importancia a la vida como a la muerte, hay una clara sensación de que el poeta está acentuando una cuestión que tuvo presente toda la vida: la despedida ya ha iniciado la jugada: Estoy jugado por las cosas que he hecho y por el paso del tiempo, soy un hombre viejo. Creo que sí, en este libro la muerte está mucho más presente, y en él se entrecruzan los amigos muertos. Hay un poema “Disposiciones últimas” que lo encontré un poco duro, y si bien mi mujer, mis hijos, lo conocen, nunca quise leerlo en público, pero en concreto ese es mi pedido, quiero que me cremen y esparzan las cenizas en algún lugar donde hemos estado, basta un buen recuerdo. No voy al cementerio, los afectos, los muertos familiares, los amigos, están en mí, en los recuerdos, en lo que tengo, si fueron poetas, también en los libros. No están en la tumba.
Vásquez es poeta de palabra simple, sigue adhiriendo a las líneas de Nicanor Parra: Nosotros conversamos / en el lenguaje de todos los días / no creemos en signos cabalísticos, dice que esto le quedó de los 60: La palabra sencilla o simple depende de la voz de cada uno, no es buscado, yo me encontré pensando o sintiendo eso mientras leía a otros poetas. Es la poesía que se entiende, es encontrarse con esas palabras. Yo no las busco, las encuentro. También da detalle sobre el acto de origen de la escritura: El poema a veces nace en la ducha, aparecen dos versos, ¿por qué?, ¿el tema estaba instalado?, no estoy seguro. Sé que necesito un comienzo, esos dos versos, después el poema puede salir o no. A veces tengo tema, pero todo puede ocurrir cruzando una plaza. Ando siempre con un papelito encima y anoto, algo sucede o ando soñando despierto. En mis poemas hay mucha anécdota y poco lugar para la fantasía. Guardo los comienzos que así quedaron, esas líneas que nunca serán poemas.
Su lugar en el mundo es Buenos Aires. Nació en Boedo, pero afirma que la cuestión “ciudad querida” creció a través de los poetas que a ella le cantaron: en especial Baldomero Fernández Moreno, también destaca los primeros libros de Borges, a Atilio Castelpoggi y a Mario Jorge De Lellis.
Rafael Vásquez, poeta, es un hombre alto de ochenta y un años que aclara que no se siente viejo (no lo es, doy fe). Habla pausado, respira en tranquilidad, transmite una sabiduría sencilla, ese tipo de sabiduría que se puede mostrar luego de haber llevado una vida de contemplación atenta de los días, el paisaje y el amor: imágenes sensitivas con las que luego se sentó en su rincón de escribir.




Los 10 años de la Asamblea de Boedo
A diez años del estallido de la peor crisis económica, social e institucional que viviera la Argentina, la Asamblea de Boedo, emergente de aquellas terribles circunstancias, realizó un documental –que se exhibirá el sábado 17 de diciembre, a partir de las 18.30, en la esquina de Boedo y San Ignacio– contando parte de su historia. Aquí se transcribe, del video que da título a esta nota, el testimonio que Eduardo Alfonsín brinda en dicho trabajo.
“Esto que acabás de ver ni siquiera pasó el siglo pasado. Pasó en éste. Hace menos de diez años teníamos el país dado vuelta. Fue bajo el ruido de esas cacerolas que se formó la Asamblea de Boedo y otras tantas asambleas en Buenos Aires y en el resto del país. “¡Qué se vayan todos…!” ¿Quiénes? Aquellos políticos que se habían divorciado  de la gente que los había votado. Muchos ya se han ido; otros todavía no se dieron cuenta de que no existen más..., pero se están yendo. Diez años...”
“...Nosotros, los que integramos la Asamblea de Boedo, no nos consideramos distintos a nadie. Solamente personas que tienen muy en claro quiénes son los amigos con los que se puede seguir construyendo y quiénes aquellos que destruyeron el país y hoy pretenden seguir destruyéndolo. A éstos, nada. A los nuestros todo”.




POEMA
Boedo

Barrio mishio y anarquista
con Betinoti y su viola,
se abacanó la parola
con la merza vanguardista,
versolari y populista,
ñoracompa de Zola,
que crepó de nueva ola:
la oleada sanlorencista.

Amaro Villanueva




VER, LEER Y ESCUCHAR
Crítica literaria, teatral y discográfica de producciones que no cuentan con el gran circuito de difusión alguna

Lo leve de los siglos
Por Raúl García Brarda. Editorial Ciudad Gótica.  2011.

Muchos significativos poetas nos ha venido dando en los últimos tiempos el ámbito rosarino, feliz concentrador de una actividad lírica extendida  a extensas zonas de la provincia de Santa Fe. Catalizador importante de ese movimiento intenso y fecundo es la Editorial Ciudad Gótica, constante proveedora de muy buenas obras que hemos tenido oportunidad de leer y apreciar.
Raúl García Brarda integra esa legión de poetas y el hecho de que en este antro porteño no lo conozcamos, es notorio indicio de la profunda desconexión cultural que impera en nuestro país, pues se trata de un autor maduro, con numerosos antecedentes, publicaciones y reconocimientos, todo lo cual queda por demás en Lo leve de los siglos mediante un rigor y una soltura en el estilo que naturalmente revelan una larga e inteligente frecuentación de las letras.
Hay aquí sutilezas y delicado tratamiento del texto breve, con hallazgos que revelan verdadera delectación espiritual: “el aire se entreabre”, o “el verano moría adentro de los patios”, o “nosotros sin embargo / éramos una línea ensombrecida, / un amor que vacila / tras la techumbre del ocaso”, manifestaciones un poco al modo de los poetas de la llamada “Generación del 40”, sumidos en rumores y recuerdos, y atemperado el mundo por la paz de la nostalgia, si bien –porque la época es otra, muy otra–  dentro de una sensibilidad definidamente urbana y con algún adarme psicoanalítico perceptible entre los intersticios de la emoción. Poesía conversacional, se detiene a menudo en la dicha añorada y, por embrujo de las palabras, pareciera convertirla en actual. (F.S.Z.)


En las tablas libertarias
“Experiencias de teatro anarquista en Argentina a lo largo del siglo XX”
Edición y compilación de Lorena Verzero sobre textos de Carlos Fos (Atuel, Bs. As., 2011)

En “Hacia una historia material de las prácticas teatrales anarquistas”, la doctora en Historia y Teoría de las Artes Lorena Verzero expone con agudeza analítica los lineamientos de este original ensayo del antropólogo Carlos Fos, que profundiza a través de diez capítulos el fenómeno escénico con una visión nueva y visceralmente ácrata. Y apunta que “Éste es el primer libro publicado en la Argentina que aborda sistemáticamente la producción teatral ácrata”.  Fos en varias páginas hace referencia a la estética ácrata: “El teatro burgués, determinado por la estructura económica, dependía del consumo [...] El teatro libertario intentaba emanciparse de esta perversa lógica comercial para crear productos culturales determinados por el contenido social e ideológico”. En su concepción dramática primaba el aspecto propagandístico del arte como visión del mundo por sobre la belleza formal. Y entiende que pese a sus falencias (entre ellas la reiteración de sus planteos y expresiones), hay en estas obras –en su mayoría monólogos- una fuerza, un aliento de nobleza y dignidad provenientes de su sinceridad revolucionaria.  En las tablas libertarias es un libro de insoslayable lectura tanto para los amantes del teatro como para los que creen firmemente en la posibilidad de alcanzar un mundo más justo. (G.C.)


Caminos
Amalia Mercedes Abaria. Ed. Botella al Mar, Bs. As, 2010

En esta obra nos encontramos con una cabal poética figurada por un peregrinaje empeñado en volver a  transitar no sólo antiguos caminos entrelazados a la memoria, sino también otros que la poeta intuye como salvíficos aunque todo camino, indefectiblemente, lleve a la muerte. Pero el tránsito por aquel que se elije ha de ser poesía si es que el poema existe. Al iniciarse el itinerario, el protagonista es el pasado, todo el pasado, desde el remotísimo que remite a la “Creación” hasta lo inmediatamente próximo, el ámbito de los padres, los afectos y los recuerdos en los que “el pájaro aún canta”. Es de esa suma de pasados –debe sobrentenderse– de donde viene la poesía en cuanto perpetua renovación que transgrede a la muerte.
La segunda instancia es el amor, camino labrado en el tiempo con  penas, alegrías, desdichas, lamentos, sobre el que se despliegan diferentes voces hasta el tul del “amor que juega, del amor que vuela”, punto en el que se dice todo porque “creemos que Dios está cerca”.
Al abrirse la tercera parte, un epígrafe de Julia Prilutzky Farny nos alerta: “Esta es la vida: sí, la milagrosa, rodeada de muerte”. Y entonces aparecen muertos amados que siguen vivos en el silencio que constituye la raíz de las palabras, más allá de lo dicho, en lo que no debe decirse y que sin embargo reverbera como una campanada.
Este trayecto que refleja la madurez de quien ha merecido ser traducida al italiano por Antonio Aliberti finaliza en una serie de poemas breves, suertes de haiku y tanka de los que cabe rescatar  uno por demás significativo: “Caminamos, si / y el corazón se abre / sobre el sendero”.(L-O.)


Al costado del tiempo
Alberto Luis Ponzo. Araucaria editora, Bs. As. 2011

Razones de espacio nos impiden detenernos en la vastísima y muy fecunda trayectoria de Alberto Luis Ponzo, que por cierto ha recibido muchos y muy merecidos reconocimientos.
En su admirable madurez, el poeta nos ofrece un nuevo libro donde muestra que suyos
son el equilibrio y la síntesis: su expresión es tan pura como los sentimientos que la inspiran; conoce en profundidad, y  así lo hace constar, el valor de las palabras -y el del silencio. En posesión de esos saberes ha elaborado un poemario estilizadamente intimista, de graves armonías; se adivina que su naturaleza lírica ha logrado trasmutar en ellas el mal de ausencia. (H.B.)




CULTURA GRATUITA
Guía de actividades culturales barriales que no requieren erogación

Mesa de publicaciones                           
“Desde Boedo” y “Baires Popular”                     
Sábados de 11 a 13.30 en la esquina de          
Boedo y San Ignacio                                  
Periódico Desde Boedo, Ediciones BP, Papeles de Boedo y otras publicaciones y ediciones barriales. Venta de material fotográfico (Boedo antiguo) restaurado por Mario Bellocchio.

Muestras de arte en “Los Notables”                                   
Bares Margot, Hnos. Cao, El Federal y La Poesía
En el Café Margot  muestra plástica, con curaduría de Carlos Caffarena, muestra de pinturas de Jorge Fernández. Muestra en el Café “Hnos Cao” (Independencia y Matheu):Guillermo Rodríguez Enriquez (pinturas) y en Café “El Federal” (Perú y Carlos Calvo) y Café “La Poesía” de Bolívar y Chile:  Jorge Luis Campos (fotografía)

Trastienda del Margot                                            
Actividades en la biblioteca                             
“Maestro Caiafa”, Boedo 857, esq.  San Ignacio
EL TALLER LITERARIO “COMPLETE SU CUENTO”, en su 2º año consecutivo, coordinado por la Lic. Carmen Ortiz. Se realizará en la trastienda del Café “Margot”, Boedo 857, (esquina San Ignacio). La actividad es gratuita, con inscripción previa. cartiz@telecentro.com.ar o los sábados de 11 a 13 en Café Margot.

Museo Monte de Piedad                                      
(Boedo 870, 2º piso por escalera)                                                 
Tel.: 4 931-8204/ 4 931-1605; Fax: 4 932-4680,E-mail: museo@bancociudad.com.ar
HORARIOS DE VISITA AL MUSEO:                                                
Lunes, miércoles y viernes de 10 a 17. Martes y jueves 10 a 20. VISITAS GRUPALES: concertarlas telefónicamente.

Realidades de ficción                            
Mariana Ríos - Brenda Berenstein - Macarena Martínez
Inauguración                                                                   
Jueves 15 de diciembre 20 hs.
Músicos invitados: Los otros                                         
Muestra del taller de artes visuales a cargo de  Marcela Rapallo                                                      En: Lucinda Bar - México 3552   4 931-9345 http://www.lucindabar.com.ar                                                         La muestra podrá visitarse hasta el viernes 23 de diciembre - Informes: marcelarapallo@gmail.com http://marcelarapallo.blogspot.com/

Espacio Cultural Julián Centeya           
San Juan 3255 - Tel: 4 931-9667 ejuliancenteya@buenosaires.gob.ar - Colectivos: 4,7, 23, 32, 41, 53, 56, 75, 96, 97, 101, 115, 126, 127, 128, 134, 155, 160 y 165 - Subte: Linea E – Estación Urquiza - Ministerio de Cultura - Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires                                            
DICIEMBRE / 2011
Música                                                                       
"La historia del Blues en vivo" Blues en los Barrios                                                                 Domingo 11 - 15 a 18hs
Concurso Hugo Del Carril, organizado por la Dirección General de Música del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Domingo 11                                                                 
19 a 22 h                                                     
Clase abierta de tango y milonga con fiesta de disfraces. Prof. Emiliano Gonzalez y Julia Sofía Marini
 Jueves 15 - 18hs
Inauguración muestra de los premiados y seleccionados del “1º Concurso de Manchas” realizado en junio 2011, organizado por el Espacio Cultural Julián Centeya en conjunto con el C.G.P.C.Nº 3 y en conmemoración del 142º aniversario de la fundación del Barrio de San Cristóbal.                                                                   
Curador: Alejandro Gabriel Fernández                     
Hasta el jueves 22 de diciembre. Visitas de martes a domingos de 10 a 20hs
Domingo 18                                                                 
19 a 22.30hs                                                     
Muestras de los talleres de tango, folklore y literario.
TODAS LAS ACTIVIDADES CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA. LAS ENTRADAS SE RETIRAN UNA HORA ANTES DE LA FUNCION

Parque Avellaneda                           
Complejo Cultural Chacra de los Remedios Complejo Cultural Chacra de los Remedios / Parque Avellaneda. Directorio y Lacarra (CABA) 4 672-1790 / 4 636-0754 complejo cultural int.15 – comunicación int.13 chacradelosremedios@buenosaires.gob.ar                       Líneas de Colectivos que te acercan: 4,5,7,36,46,49,50, 55,56,86, 88, 92, 97,103,104,107,114,126,141,155,180,182.
PROGRAMACION DE DICIEMBRE
Encuentros                                                                   
Artesanos que muestran y demuestran                        
Artesanías frente al mástil. Exposición de artesanías urbanas y talleres abiertos al público.                              
Sábados y domingos desde las 14.00hs. (Frente al mástil)
Cierres de Talleres del C.P.C. (Centro de Producción Cultural)
Talleres para niños                                                 
Tardecitas Creativas y taller de Recreación                         
Sábado 17 a las 16.00hs. (Espacio Abierto)
Muestra de Talleres de Plástica                                            
Taller de máscaras y escenografía                                      
Taller de Fileteado                                                                  
Taller de Cerámica                                                         
Taller de Plástica para niños
Sábado 17 a las 16.00hs. (Casona de los Olivera)
Talleres de Producción Escénica                                        
Taller de Teatro Inicial para Niños (Clase Abierta)
Sábado 17 a las 11.00hs. (Casona de los Olivera)
Taller de Clown                                                             
Taller de Teatro Inicial para Adultos (Obra El Principito)
Sábado 17 a las 16.00hs. (Sala Antiguo Tambo)
Talleres de Música y Danza                                          
Taller de Canto Murguero                                                 
Taller de Folklore                                                              
Taller de Guitarra
Sábado 17 a las 18.00hs. (Playón Antiguo Tambo)
Taller de Percusión                                                           
Taller de Salsa
Domingo 18 a las 18.30hs. (Playón Antiguo Tambo)
Infantiles                                                                                 
Tarde de Chicos - Recomendados al público infantil De Chacra, Tambo y Glorietas.  Ver información segmento de Teatro Callejero. Domingo18 a las 16.00hs. (Recepción en Av. Directorio y Lacarra)
Tarde de Chicos - Recomendados al público infantilMuestra de 2º año del Curso de Formación del Actor para Espacio Abierto. Rebelión, animales de costumbre. Ver información segmento de Curso Formación del Actor para Espacio Abierto. Sábado 17 a las 17.00hs. Domingo18 a las 17.30hs. (Espacio Abierto lindero a La Glorieta)
Tarde de Chicos “NilyNils Müller" Sábado 17 y domingo 18 a las 19.00hs. (Playón Antiguo Tambo)
Muestra  de Arte  
Centro de Exposiciones y Muestras de Arte Contemporáneo La Casona de los Olivera Ciclo: AFUERA!
Muestras a cielo abierto                                            
BICHO, galería de retratos
Artistas Expositores:
Natalia Colombo / Nicolás Alejo Valle / Lucía Mancilla Prieto / Martín Lehmann / Julia Isnardi / Pablo Martín / Florencia Fernández Frank / Victoria Chacón / Pedro Giunta / Diego Rotmistrovsky / Miriam Hecht / Gabriela Mittulo / Luciana Ortega / María Ferrari Hardoy / Rosa Marta Brosio / Viviana Ramos Di Tommaso / Verónica Pomeraniec / Leandro Rey / Ariel Marzelli / Mariano Combi / Ariel Caballín / Vanina Prajs / Sebastián D Amore / María Del Mar Mayo / Débora Kirno / Verónica Longoni / Alejandra Pages. Inauguración: 17 de diciembre de 18 a 21hs.
Sábado 17 de diciembre al domingo 12 de febrero de 2012; de martes a viernes de 14 a 19hs; sábados y domingos de 13 a 20hs. (Casona de los Olivera)
Educación Artística                                                       
Visitas Guiadas a la Comunidad:
Invitación a conocer la historia del Parque, de la Antigua Casona y descubrir sentidos y mundos imaginarios en las obras de arte contemporáneo pertenecientes a la muestra temporaria.
Domingo 18 a las 17:30hs. (La Casona de los Olivera)
“Rebelión, animales de costumbre”.
Producción de 2º Año del Curso. Versión de Héctor Alvarellos de “Rebelión en la Granja” (1945) del inglés George Orwell.
Elenco: Sebastián Fernández Theuler, Milagros Hidalgo, Carolina Liandro, Denis Matus, Daniela Rapetti, Florencia Sardi, Juan Manuel Parrado y Julia Martín.
Sábado 17 a las 17.00hs. Domingos 18 a las 17.30hs. (Espacio Abierto lindero a La Glorieta)
Teatro Callejero                                                            
Drácula, Una Metáfora                                              
Inspirada en la novela de Bram Stoker. De  Héctor Alvarellos y Gabriela Alonso
El Grupo de La Runfla  cumple 20 años  en la realización e investigación  del Teatro Callejero y comienza a festejarlo con este estreno.
Elenco: Gabriela Alonso, Victoria Egea, Javier Giménez, Leandro Maidana, Paola Mazzotta, Pablo Otero, Fernanda Sancinetto Sayus y Lorena Urrutia Núñez.                                                                          Domingos 18 a las 02.30hs. de la madrugada 
(Recepción en Av. Directorio y Lacarra)   
De Chacra, Tambo y Glorietas                                 
Guión de Héctor Alvarellos y Julio Diaco
Elenco: Miguel Angel de La Cruz, Leandro Maidana, Paula Moyano, Leticia Lucioni, Lucía De Biasi, Claudia Aldini.          Domingos 18 a las 16.00hs.
(Recepción en Av. Directorio y Lacarra)
Bairoletto, Hijo del viento                                            
Grupo: Caracú. Texto y Dirección Héctor Alvarellos.
Elenco: Claudia Aldini, Estanislao Milicich, Clarisa Redin, Juan Carlos De Biassi y Graciela Veron Domingo 18 a las 20.00hs.
(Espacio Abierto lindero a La Glorieta)
Destacados para Agenda Cultural (Diario Semanal de los jueves)
Inauguración Casona
Cierres de Talleres del C.P.C. (Centro de Producción Cultural) Talleres para niños Tardecitas Creativas y taller de Recreación              
Sábado 17 a las 16.00hs. (Espacio Abierto)
Muestra de Talleres de Plástica                                  
Taller de máscaras y escenografía                                     
Taller de Fileteado                                                              
Taller de Cerámica                                                              
Taller de Plástica para niños                                                
Sábado 17 a las 16.00hs. (Casona de los Olivera)
Talleres de Producción Escénica                                 
Taller de Teatro Inicial para Niños (Clase Abierta) Sábado 17 a las 11.00hs. (Casona de los Olivera)
Taller de Clown                                                             
Taller de Teatro Inicial para Adultos (Obra El Principito) Sábado 17 a las 16.00hs. (Sala Antiguo Tambo)
Talleres de Música y Danza                                          
Taller de Canto Murguero                                                     
Taller de Folklore                                                                     
Taller de Guitarra
Sábado 17 a las 18.00hs. (Playón Antiguo Tambo)
Taller de Percusión                                                            
Taller de Salsa
Domingo 18 a las 18.30hs. (Playón Antiguo Tambo)

TODAS LAS ACTIVIDADES SON LIBRES Y GRATUITAS.
LA PROGRAMACION ESTA SUJETA A CAMBIOS SIN PREVIO AVISO.
LOS ESPECTÁCULOS Y FUNCIONES DE CINE ESTÁN SUPEDITADOS A LA CAPACIDAD DE LAS SALAS.
EN CASO DE LLUVIA SE SUSPENDEN LAS ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE.
Área de Comunicación Complejo Cultural Chacra de los Remedios / Parque Avellaneda Directorio y Lacarra (CABA) 4 672-1790 / 4636-0754 complejo cultural int.15 – comunicación int.13
chacradelosremedios@buenosaires.gob.ar
Líneas de Colectivos que te acercan:4, 5, 7, 36, 46, 49, 50, 55, 56, 86, 88, 92, 97, 103, 104, 107, 114, 126, 141, 155, 180, 182.