11.10.10

Nº 101
0ctubre de 2010


SUMARIO

UN DOMINGO DE SOL
Algunos aspectos de la memorable fiesta de inauguración de la Bisemana de Boedo. El espectáculo, el tiempo y la concurrencia contribuyeron para que el éxito coronara el esfuerzo de la Red de Cultura vecinal. (Ver nota editorial “Nuestra fiesta”)








Patrimonio puede ser tanto el teatro Colón como la villa 31
Entrevista a la licenciada Mónica Capano, secretaria general de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico-Cultural de la Ciudad de Buenos Aires
Mario Bellocchio

La plaza - Paredón y después
La “Asociación Civil Cultural-Ambiental Todos por la Plaza de Boedo” se ha abocado, en el último mes, a tramitar o poner en acción las protestas por las modificaciones en el plan de obra del proyecto adjudicado por licitación. 
Patricia Roselló

25 años de AVEFA
“La placita de los vecinos” cumplió un cuarto de siglo 

CALLEJEANDO HISTORIA
Por Boedo en el Centenario (II)
Diego Ruiz

El ombú de Saavedra
A veces nada resulta más gratificante para el espíritu que una búsqueda inútil. 
Rubén Derlis

El monumento a “Falucho”
La esclavitud formó parte de las relaciones socioeconómicas del Buenos Aires colonial y criollo. 
Miguel Ruffo

El administrador
Uno debe entender el fetichismo del poder. Si no comprende ese fetichismo no entiende lo cotidiano. 
Carlos Penelas

Consejo Consultivo Comunal Provisorio Nº 5
En qué andan los Consejos Consultivos vecinales. Informe de la Comisión de Control del Proceso de Transferencias perteneciente al CCCP5 (Almagro - Boedo) 

El peligroso arte de la ensalada
Los platos tradicionales, hasta los que más se precian de serlo, nacieron cuando un osado decidió asumir un nuevo riesgo. 
Pablo Bellocchio

La búsqueda del charco filosofal
La búsqueda de la buena vida, de la vida amable, va quedando fuera de foco, respira solitaria la posibilidad de su hallazgo
Edgardo Lois

Yo no escribí para el número 100
¿Qué persigue este periodista barrial dueño de una papeleta insignificante...?
Angel Prignano

EDITORIAL
Nuestra fiesta
Este año, en lugar de la ya tradicional celebración de la semana del barrio, se realizó –entre el 5 y el 18 se septiembre– la Bisemana...

VER, LEER Y ESCUCHAR
Crítica literaria, teatral y discográfica de producciones que no cuentan con el gran circuito de difusión alguna

POEMA
Hombre del Plata
Alfredo De la Fuente

CULTURA GRATUITA
Guía de actividades culturales barriales que no requieren erogación 



Patrimonio puede ser tanto 
el teatro Colón como la villa 31
Entrevista a la licenciada Mónica Capano, secretaria general de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico-Cultural de la Ciudad de Buenos Aires

Mario Bellocchio: ¿Qué es patrimonio?
Mónica Capano: La palabra patrimonio, en general, ha estado siempre asociada a las cuestiones materiales. Cuando se habla de qué es lo patrimonial, referido a lo que nosotros hoy entendemos como patrimonio, pareciera un concepto moderno. Pero tampoco es moderno. Se remonta inclusive a la antigüedad clásica, en el sentido del patrimonio cultural o el patrimonio histórico. Lo reciente es la posibilidad de problematizar este concepto polisémico, es decir, que tiene muchos significados. Se tiende a pensar comúnmente como aquello que heredamos de nuestros antepasados y que tiene una mirada única y lineal como el patrimonio de los argentinos, el patrimonio nacional. Hoy cuando, desde una observación más integral, desde varias disciplinas, hablamos de patrimonio, tratamos de romper este concepto porque el patrimonio es siempre algo que se construye desde un presente que busca articular un pasado, pero, invariablemente, desde una mirada de presente.
M. B.: Cuándo se origina el llamado “patrimonio nacional”
M. C.: En general, el patrimonio se construye en el momento en el que se constituyen los estados nación y tiene que ver con la imposición de un determinado modelo, una determinada forma de vida, de determinados grupos sociales que son los triunfantes.  Seguramente si preguntamos al común de la gente qué es el patrimonio nacional, no creo que incluya dentro de ese patrimonio aquello que fue representativo o propio de los pueblos originarios. Y, por otra parte, si pensáramos qué quedó de ese viejo patrimonio de tantas tribus que habitaron este territorio,  veríamos que no quedó nada.  
M. B.: ¿Por qué hay una tendencia a identificar patrimonio con los edificios construidos por la elite?   
M. C.: En un primer momento, cuando se construye este concepto de patrimonio en la modernidad, se lo asocia fundamentalmente a la arquitectura. O sea, los primeros “dueños” del patrimonio fueron los arquitectos. Después los arqueólogos, los historiadores... Vale decir: hubo disciplinas que se apropiaron del patrimonio. Pero este fue un patrimonio de cal y piedra relacionado sobre todo a quienes tenían los recursos económicos para construir palacetes.  Esta ciudad fue construida mayoritariamente con palacios, cuyos materiales, planos y arquitectos fueron traídos en barco, de afuera. Y son maravillosos. No estamos discutiendo, ni denigrando ese patrimonio. Pero sí diciendo que en paralelo con ese patrimonio, había inmigrantes que vivían en conventillos de los cuales prácticamente no nos quedan registros salvo unos pocos en La Boca. Algunos se están salvando pero muchos desaparecieron porque eran un patrimonio construido con mucho menos recursos –inclusive que permitieran la perdurabilidad–, y carentes de prestigio. Lo que pasa es que, después, el patrimonio, que era de las clases acomodadas –que podían construir porque tenían tiempo, dinero y hasta las posibilidades culturales de construirlo e instalarlo–, se pretendió definirlo como un patrimonio único. Y así se lo naturalizó. 
M. B.: ¿Cómo se relacionan barrio y patrimonio?
M. C.: Lo que podemos plantear como un paisaje cultural, como un lugar en donde vivimos, donde se desarrolla nuestra vida cotidiana, constituye el propio patrimonio. Es aquello que esta ligado a nuestras raíces. Porque podemos asociar una determinada esquina con una etapa anterior de nuestra vida o con un tiempo que perdura a través de la memoria o de algún relato de los mayores. Pero siempre lo que hay que ver del patrimonio, aún cuando sea un objeto del pasado, es que ese objeto está visto desde el presente desde el que yo vuelco todos los valores de lo simbólico. 
Y acá viene otra de las grandes discusiones. Durante mucho tiempo se habló del patrimonio material. Y se relacionó lo material, lo que tenía mayor valor, como patrimonio de elite, y lo inmaterial con lo popular. Una discusión entre la alta cultura o “cultura culta” y la cultura popular o baja cultura. En realidad se terminó asociando lo material y lo inmaterial con eso. Cuando no era así. Nada podemos reconocer como patrimonio si no tiene como base un valor simbólico. Eso es lo que lo constituye como patrimonio donde nosotros volcamos vivencias y, sobre todo, prácticas sociales. En la medida en la que veamos que el patrimonio es un lugar de práctica social, de interacción, ahí vamos a poder emprender todas estas múltiples disciplinas que juegan en torno al patrimonio y que tienen mucho que ver con la idea del patrimonio como apropiación, es decir: patrimonio es aquello de lo que yo me apropio; por eso cuando a veces se habla de todo este vandalismo que hay, es porque no se trabaja con la idea de sentir todo ese patrimonio como propio. Si yo a los chicos, que ahora en las escuelas están peleando por condiciones dignas para poder ejercer su derecho a la educación, les ofrezco una escuela en condiciones, bien pintada, bien armada, seguramente van a cuidar mucho más ese patrimonio. Pero en la medida en que nosotros los pongamos desde pequeños en un habitat que está absolutamente distorsionado, degradado, lleno de polución, no se van a acostumbrar a querer a algo o a tratar de preservarlo. 
Tenemos que agradecer que estos chicos estén peleando por el derecho a la educación, por el derecho a estar en un lugar en condiciones. Los chicos del Manuel Belgrano, del Normal 1, del Mariano Acosta, están reconociendo los valores patrimoniales. Son los adultos, los funcionarios, los que no reconocen esos valores patrimoniales a medida que los han dejado abandonados. 
M. B.: ¿En cuánto el patrimonio reconocido o reconocible contribuye a afianzar la identidad del barrio?
M. C.: La Ciudad de Buenos Aires siempre se caracterizó por la heterogeneidad de sus barrios, o sea, barrios muy disímiles.  Me gusta mucho caminar esta ciudad y uno se va dando cuenta de que cambia de barrio de una cuadra a la otra porque empieza a ver huellas que juegan con esto de la identidad. O más que de la identidad podríamos hablar de una ciudad de Buenos Aires con múltiples identidades que hacen una identidad compleja como puede ser la identidad de la porteñidad que es un concepto que abarca una multiplicidad de elementos y una riqueza que, además, se ve claramente en constante proceso de cambio, porque esa identidad en su momento tuvo todo el aporte migratorio de fin de siglo XIX, principios de siglo XX y después de las nuevas migraciones de los países fronterizos y asiáticos.
M. B.: ¿Cómo se vinculan identidad y patrimonio? ¿La identidad pasa a ser un patrimonio?
M. C.: Son conceptos que están interrelacionados. Cuando hablamos de patrimonio, hablamos de memoria. Y, ¡ojo!, que memoria no es historia. La memoria se construye. La memoria está hecha de memoria y de olvido. Esto también tiene que ver con el patrimonio. Renan (Joseph Ernest Renan) decía que una nación es cuando un grupo de personas coinciden en recordar determinadas cosas y también en olvidar otras. De ahí la lucha por la memoria, que nosotros en nuestro país la tenemos bastante asumida. Es decir que no hemos dejado de luchar por una memoria. Ahora se están empezando a escuchar algunas voces: “para qué seguimos viendo cosas que pasaron hace más de treinta años”, inclusive en boca de algunos periodistas que se decían progresistas. ¿Por qué? Porque la memoria hace a la identidad. Ya lo decía Pierre Nora en su cuaderno de la memoria: los lugares, los sitios de la memoria –que no son solamente sitios geográficos– son esos lugares donde yo me reconozco. Y el patrimonio hace a esto. Hace a la identidad. Hace a la memoria y hace a estos entramados barriales que son los lugares que tienen que ver con la habitabilidad. Es decir, cuando hablamos de patrimonio, no hablamos solo del patrimonio de la avenida Alvear, sino del lugar en donde yo elegí vivir. 
M. B.: ¿Un paredón de 100 metros, de indudable antigüedad, como el que “acaba de descubrir” el Gobierno de la ciudad en la obra de la plaza, puede constituir un bien patrimonial intocable?
M. C.: El patrimonio debe plantearse como una integralidad. Dentro de esa integralidad es muy importante todo lo que tenga que ver con el patrimonio natural. Hoy no podemos poner por un lado el tema del medioambiente y por otro lado el tema del patrimonio cultural. Es una unidad que tiene que ver con el patrimonio natural, el patrimonio cultural… Por otro lado, se ve una disparidad de criterios en el Gobierno de la ciudad que cambia de posición de acuerdo a un barrio o a otro. En el caso de la plaza Las Heras, se sabe que hay un patrimonio importantísimo que pareció no ser importante a la hora de iniciar una obra que tuvo que parar un juez.
En este caso en que se trata de un paredón, esto no sería un límite para una obra como la que quieren hacer en el parque Las Heras que es un estacionamiento. Lo que se está construyendo, en el caso del barrio de Boedo, es un imprescindible espacio verde pero, además, la recuperación de un edificio que tiene que ver con la identidad, con la memoria del barrio.
 El patrimonio no es un patrimonio congelado, el patrimonio se debe refuncionalizar y de acuerdo a las nuevas miradas y las nuevas necesidades que tienen los que están viviendo en el medio de ese patrimonio, en este caso los vecinos. Ustedes están conjugando un patrimonio construido –que no vale sólo por lo construido sino por lo que significó como presencia en una etapa industrial que vivió esta ciudad con el ferrocarril y los tranvías–  con un entramado barrial que quiere, además, tener una plaza y darle a ese espacio un nuevo uso. Frente a todo esto, la “aparición” de un muro. Se puede dejar testimonio de ese muro pero un pequeño testimonio que diga ese muro estaba acá y significó tal cosa. Que no se transforme en el muro de Berlín o que sea impedimento para que ustedes los vecinos puedan disfrutar de un proyecto que es participativo. Yo estoy haciendo dictámenes frente a proyectos de catalogación o de declaratoria como bien patrimonial. Cuando hay diferencias con los vecinos yo las planteo, porque el patrimonio no puede ser una cuestión de ciertos especialistas o de señores sentados en una oficina en el centro de la ciudad. Quienes conocen cuál es el patrimonio son los vecinos. Porque el patrimonio es esta apropiación constante. El que se apropia es el que recorre esa calle, no el que no la recorre ni la conoce.  A veces está decidiendo sobre el patrimonio de la ciudad gente que no tiene ni siquiera las coordenadas de las calles en la cabeza. Que les da lo mismo que estemos hablando de Boedo o de Belgrano R. Y no es lo mismo. 
M. B.: En un principio vecinos y Gobierno estábamos de acuerdo y en el proyecto se contemplaba todo lo que sugeríamos. Ahora pareciera que se quiere hacer rápidamente el corte de cinta y no tirar el paredón aceleraría los tiempos.
M. C.: Habría que encontrar una explicación. Acá no estamos en un proyecto que genere disputas. El patrimonio es un área de disputa ideológica. Porque si yo me encuentro con un señor que quiere preservar un palacete de la avenida Alvear pero no se da cuenta de que hay que preservar en el Abasto un bar en el que cantó Gardel... Ahí hay una contradicción y una disputa con el sentido. En este caso no la habría. Entonces lo que hay que buscar es una explicación que yo creo que tiene que ver con que hay un apuro en el Gobierno de la ciudad por terminar una serie de obras. Lo mismo pasó con el parque Las Heras. Se apuraron tanto que no se dio intervención a quienes pedían hacer un plan de manejo de los restos arqueológicos, con lo cual todo lo que se hizo va a ser declarado ilegal porque los vecinos han ido por más. Acá está la importancia de los vecinos, como en el caso de ustedes, que se suben al caballito de luchar por su entramado barrial, no sólo por los servicios. Toda la ciudad esta luchando por distintas cosas. La plaza Emilio Mitre también. Ahí los vecinos están peleando por su plaza, por sus árboles. No es en Boedo una discusión y en otros lugares otra. Todos están peleando por lo mismo. Por una ciudad a la que le están viendo que pierde su perfil, definida por un grupo de personas que tienen la especulación financiera como único desafío. Ni hablar de los derrumbes, de la mala praxis, de la falta de controles. Se pone lo monetario por encima de todo. 
En algún momento se ve al rey desnudo, ¿no? •
Mario Bellocchio






La plaza: paredón y después
Ya finalizada la maravillosa Bisemana de Boedo, por séptimo año consecutivo, donde, como siempre, pudimos encontrarnos, bailar, cantar y dialogar entre todos los habitantes de nuestro barrio y del entorno, regresa la pregunta habitual: ¿cómo seguimos con la plaza, nuestro patrimonio –todavía– inmaterial?
Para los vecinos la plaza será el lugar de encuentro donde tomaremos mate, pasearemos, leeremos, los padres llevarán a sus hijos y los abuelos a los nietos y donde, seguramente, surgirán ideas y proyectos nuevos para poder mejorar nuestra calidad de vida en este querido barrio.
La plaza hoy significa ese espacio colectivo inmaterial que hemos logrado construir a través de los años y que seguiremos construyendo con firmeza y creatividad hasta lograr que se materialice. Lamentablemente, el Gobierno de la ciudad nos ocupa en tareas administrativas y no tan creativas..., pero no vamos a aflojar.
La “Asociación Civil Cultural-Ambiental Todos por la Plaza de Boedo” se ha abocado, en el último mes, a tramitar o poner en acción las protestas por las modificaciones en el plan de obra del proyecto adjudicado por licitación. (Ver en “Desde Boedo” Nº 100, “La máquina de impedir”, cómo tomamos conocimiento verbal sobre la decisión del GCABA de no demoler el muro de Sánchez de Loria, enrejar y disminuir la superficie de espacio verde pactada obligados por la permanencia del muro.) 
Seguimos sin conseguir que el Gobierno de la ciudad nos reciba. Todo lo que obtenemos es a fuerza de presentaciones administrativas y reuniones con legisladores.
En ese sentido hemos visto y tomamos testimonio del expediente de obra, pedimos informes y hemos visitado a la Comisión de Obras Públicas de la Legislatura de la ciudad. A la fecha, las manifestaciones verbales de modificación en la ejecución del proyecto no tienen correlato con las correspondientes modificaciones que obligatoriamente tienen que volcarse a los expedientes. O dicho más simplemente: lo que semanifestó no se volcó a los papeles.
La Asociación sigue haciéndose eco de la idea vecinal de no innovar respecto del proyecto licitado y adjudicado en febrero de 2010.
En el transcurso del mes hemos logrado que la Legislatura, a través de su Comisión de Obras Públicas, emita una declaración sobre la no modificación del proyecto licitado. Queda en manos y bajo responsabilidad de los funcionarios el desoír al barrio y a los legisladores de la ciudad  respecto de estas anunciadas modificaciones.
Por otra parte, la Asociación ha sido citada por la Comisión de Cultura de la Legislatura de la ciudad por el proyecto presentado para declarar Unidad Ambiental al predio de la plaza Mariano Boedo, dejando al edificio preservado con la finalidad de ser usado como sede del Ecomuseo Participativo Barrial. Esta  ley de gestión asociada proveerá al barrio de una legislación acorde con la frondosa participación vecinal y ayudará a organizar a los vecinos respecto a la elaboración del “plan de manejo” del predio en lo que respecta a cultura y medioambiente, una tarea copiosa pero muy reconfortante.
Desde estas páginas convocamos a sumarse a las reuniones en el club GON (Pavón 3918) y a suscribirse al grupo de noticias de vecinos por la plaza.
Para seguir sumando y organizándonos por un barrio mejor.

plazadeboedo@yahoo.com.ar
www.plazadeboedo.blogspot.com, fechas y horarios de reuniones.
comisiontodosporlaplazadeboedo-subscribe@gruposyahoo.com.ar
(para solicitar suscripción al grupo)•
Patricia Roselló




 25 años de AVEFA

“La placita de los vecinos” cumplió un cuarto de siglo con un brillante festejo vecinal. En la imagen la “Murga del Bicentenario”, de la Asamblea de Boedo y sus Amigos, participando en la celebración





CALLEJEANDO HISTORIA
Por Boedo en el Centenario (II)
Andaba el cronista, el mes pasado, recorriendo la avenida Boedo acompañado, o más bien arrastrado, por el joven dramaturgo José González Castillo y al cruzar San Juan, hacia el norte, empezó la “visita guiada” que éste le había prometido.
–Bueno, ahora llénese los ojos, don cronista, porque las próximas cuatro cuadras son el corazón del barrio. Un negocio al lado de otro y de lo que pida; tendría que ir hasta Rivadavia para encontrar algo igual... Pero no es lo mismo, yo que vivo cerca la veo más como un lugar de paso, un ir y venir de gente que no llega a tener el alma de un barrio.
–Pero, don Castillo, pensé que usted vivía por aquí... ¡Le hace tanta propaganda a Boedo!
–Bueno, ganas no me faltan de venirme. Yo vivo por Paunero y Yatay, no sé si se ubica... Paunero es el nombre de Lezica desde Pringles hasta Río de Janeiro, no me pregunte por qué, esos disparates de ponerle dos nombres a una misma calle. Si algún día se acerca no tiene pérdida porque es la única casa rosada de la zona, por cierto una casa bastante vieja. Pero, igualmente, estamos en la misma parroquia de San Carlos, “Norte” por donde vivo, y “Sur” por donde ahora estamos, aunque muchos le dicen directamente Almagro, especialmente al norte de Rivadavia porque está la plaza homónima.
–¡Ah, claro, San Carlos! Entiendo que esta zona la “colonizaron” los salesianos tanto como La Boca.
–Bueno, algo así. En el siglo pasado esta era zona de chacras, quintas y tambos, con mucha población vasca, lo que explica que trajeran de Balvanera a los padres bayoneses, pero luego llamaron a los salesianos que, realmente, han hecho mucha obra.
–Veo que le caen bien... ¿No habrá venido usted con ellos, ya que casi se mete a cura?
–Mire, don cronista, no me tome el pelo que me queda bastante poco. Es cierto que por motivos que no vienen al caso pasé mi infancia en Salta y me crió un cura que quería que siguiera sus pasos, pero desde muy joven la razón me llevó al ideal libertario. Lo que me gusta de los salesianos es que son trabajadores, que enseñan artes y oficios a la purretada pobre que de otra manera terminaría en la indigencia o el delito. Al pan, pan, y al vino, vino... Usarán hábitos blancos pero son tan cuervos como los demás, pero hacen obra de bien.
–Bueno, no se me sulfure, don Castillo. Siga haciéndome la visita guiada.
–Es que usted me lleva por las ramas y en cualquier momento nos vamos a caer. Bueno, ya que hemos cruzado San Juan verá que al lado del banco hay una sucursal de la compañía Singer en el 988. No es casualidad, como no lo es que más adelante esté Blay y Compañía en el número 816, una casa de reparación de máquinas de coser. Usted no sabe qué importancia llega a tener ese humilde pero ingenioso artefacto en el seno de las familias pobres. La madre proletaria hace con ella ropa para toda la familia, y no pocas veces su industria es el sostén de la casa... Si mira atentamente, verá que prácticamente en cada cuadra hay una academia de corte y confección. Imagínese la tragedia cuando la máquina se descompone, o peor, cuando las cosas vienen muy mal y como es el único bien pignorable tienen que llevarla al Banco de Préstamos. 
–Me imagino... Pero supongo que luego podrán rescatarla.
–A veces sí y a veces no. Casi siempre la máquina se compra a plazos y es el único capital de la familia, para peor un capital de trabajo. Claro que a veces hay alguna otra prenda para empeñar, un buen reloj, el sobretodo...
–¿Cómo el sobretodo, don Castillo? ¿Es una de sus bromas?
–No señor, es más bien una “ranada”, uno de los tantos trucos de subsistencia que suelen tener los pobres. Cuando llega la primavera usted va y pignora el sobretodo; le dan unos cuantos pesos, según la calidad y el estado de la prenda, que seguramente a usted le vienen muy bien. Y cuando llega el otoño junta el importe y lo rescata... Total, un buen negocio y al “breto” se lo cuidaron mejor que si estuviera en su ropero. Claro que siempre está la posibilidad de la contra, por ejemplo que usted se patinó lo que le dieron en los burros... Y bueno, le espera un invierno de frío usando la camiseta de diarios.
–¡Ay, don Castillo, a veces no sé si habla en serio o me está inventado un sainete de esos que usted escribe! Lo que me cuenta, ¿es cierto o pura imaginación?
–Mire, cronista, la imaginación la pongo en mis obras y artículos. O más o menos, porque casi siempre me inspiro en la realidad que he visto y oído. Imaginación tienen los del biógrafo que, a propósito, este barrio los tiene a patadas. Parece mentira que lo hayan inventado hace poco más de diez años y ya haya tantas salas... Mire enfrente, en el 949-955, “Cinematógrafo Boedo”; un poco más allá, en el 937, “Cine General Mitre”; en la otra cuadra, en el 875, está el de Román Jelle y, si se llega hasta Independencia, en el 3618 está el “Bristol Palace” de los hermanos Verri, que tuvieron zinguería en la esquina de enfrente durante muchos años. Ahora parece que el propietario del “Boedo”, Jaime Culhen, quiere remodelar la sala y agregarle escenario para convertirlo en cine-teatro, lo que sería maravilloso. Mire, don cronista, lamentablemente en nuestro pueblo hay todavía mucho analfabetismo, más entre los adultos que entre los chicos porque muchos inmigrantes han venido así de Europa, de Turquía, de tantos lugares donde la educación no es para todos. Y si bien aquí tienen la oportunidad de aprender a leer y escribir no siempre pueden... Las larguísimas jornadas de trabajo los dejan sin fuerzas para nada y los van embruteciendo, pero a través del teatro y supongo que algún día del biógrafo, usted puede igualmente educarlos, aportarles ideas, mostrarles las lacras de esta sociedad, explicarles que otro mundo es posible y que esas inmundicias se pueden limpiar de la faz de la tierra.
–Bueno, don Castillo, veo que al menos en este barrio ya están preparados para esa limpieza.
–¿A qué se refiere?
–A que estamos frente a una empresa de carros atmosféricos. “Pedro Tancredi” dice, bajo el número 966, y allí adelante veo un cartel que dice “La Argentina”, empresa de carros atmosféricos y limpieza de cloacas.
–Muy chistoso, búrlese usted nomás de la indignación de los justos. Pero le aseguro que algún día, quizá en esta misma barriada, verá usted a los obreros entrar a la universidad con el mono de trabajo todavía puesto...
–No sé si a la universidad, don Castillo, pero sí estoy viendo que entran a los boliches y, por cierto, acá hay uno cada treinta metros.
–Los boliches tienen su lado bueno, el social, y su lado malo que es la bebida... Pero vamos, que le sigo mostrando y, al fin y al cabo, tenemos una cita en uno de ellos.
Y allí se va el cronista, un poco mareado de datos y de retórica anarquista, siguiendo a González Castillo por las veredas de esta Boedo de 1910.•
                             (Continuará)
Diego Ruiz






El ombú de Saavedra
A veces nada resulta más gratificante para el espíritu que una búsqueda inútil. Inútil no porque luego de encontrado no sirve para nada, o no cubre ni medianamente las expectativas puestas en el hallazgo. Inútil sin medias tintas, inútil de toda inutilidad, redondamente inútil, puesto que la tal búsqueda no tiene el menor sentido, ya que hemos salido a buscar lo no existente. Así y todo, ante esta irrefutable certeza, persistimos en nuestro empeño por hallarlo. Y como si esto fuera poco y no alcanzara, también nos asoma una duda –obnubilación de una pertinaz tozudez–: ¿no existió realmente? Difícil de explicar; sólo pueden entenderlo los buscadores de existencias irreales. Y la paradoja no es de las pequeñas precisamente.
Una cosa es ir a la búsqueda de lugares donde se desarrollaron hechos comprobados cuyos protagonistas tuvieron existencia física, y muy otra es salir a buscar sitios imaginarios, creados por novelistas al sólo efecto de brindar un escenario para sus personajes de ficción. La primera búsqueda –que hemos emprendido no pocas veces– tiene siempre un final feliz acorde a lo planteado: buscar para constatar; y aunque el sitio con el que se ha dado ya no es el mismo, sabemos que ahí tuvieron su desarrollo los acontecimientos que motivaron nuestros pasos. En cuanto a la otra, es simplemente absurda: corporizar lo no visible, lo que no es. Pero no deja de tener, para el buscador de lugares inexistentes, una particular emoción. ¿Cada loco con su tema? Sin duda. ¿Pero quién le quita a ese loco la satisfacción de haberse metido en la trama ficcional e, invisible para los personajes, correr la aventura a su lado? 
Motivado por un tango (Mano cruel), allá a fines de mi infancia salí a buscar la calle Pepirí, luego de averiguar que era la continuación de 24 de Noviembre. Cruzado el Parque de los Patricios di con la primera chapa azul que decía su nombre. La alegría fue enorme, tan grande como la que experimenté muchos años después cuando motivado por otro tango (Milonguita), encaminé los pasos hacia Chiclana 3148 donde había vivido la protagonista de la canción. Hoy no sé si ambas muchachas tuvieron existencia real, ya que de la primera nunca se dijo nada y de la segunda siempre hubo dudas de que efectivamente fuera la del tango, porque la edad de Esthercita, María Esther Dalto o Dalton –sus nombres y apellido reales– para el momento del tango apenas tenía 15 años, según datos surgidos de la nota “Esthercita” del libro Tango y milonga de Gobello y Barcia. Y aunque ninguna de las dos mujeres tuvieran existencias reales, siendo pura invención de sus letristas (Armando Tagini y Samuel Linnig, respectivamente), en ambos casos fueron mis primeras búsquedas absurdas. Por lo que ahora caigo en la cuenta de que la cosa me viene de lejos. 
En una de las tantas visitas al Père-Lachaise, en 1976, fui a la búsqueda de la tumba de Abelardo y Eloísa. Según tradición, en ese bello templete de estilo gótico reposan los amantes. Abelardo murió en 1142 en Chalon-sur-Saône; Eloísa en 1164 en la abadía de Paracleto. El cementerio de Père-Lachaise fue inaugurado en 1805. Si sus restos fueron llevados allí unos setecientos años después, muy pocos huesos habrán exhumado. Ambos tuvieron existencia real, no hay lugar a dudas ¿pero realmente están enterrados allí? La enciclopedia Espasa, en un epígrafe de foto, no duda al respeto. De no ser así, en lo que a mí respecta, también fue una búsqueda absurda, porque me queda la duda.
En una de las incursiones al mundo marechaliano tan lleno de filosofía y de humor por partes iguales, volví a las páginas de Adán Buenosayres con más atención que hasta la que entonces había puesto. Me detuve en el libro séptimo –Viaje a la oscura ciudad de Cacodelphia–, y tan pronto concluido me largué al vecino barrio de Saavedra. 
Había que dar con el ombú por cuyo tronco ahuecado Adán, acompañado por Schultze había descendido a Cacodelphia, “la ciudad atormentada”. 
Otra vez me ganaba la pasión por la búsqueda absurda.
El barrio de Saavedra fue, históricamente, una planicie que albergó grandes cantidades de ombúes. Todavía es dable ver algunos de ellos, pero hacia los años en que Marechal sitúa su novela: mil novecientos veinte y tantos (no da precisión), la cantidad que había en terrenos vírgenes aún no era nada despreciable. Para el momento de la fundación de Saavedra –1873–, nacida como pueblo junto a Núñez, y que se transformaría en barrio recién con la federalización de Buenos Aires, era un pedazo de pampa que la ciudad retiraba hacia el norte. Según crónicas de la época, hacia 1926 toda la zona tenía el aspecto de un barrio en formación, con casitas bajas y modestas e innumerables terrenos baldíos; hacia lo que hoy es la avenida General Paz y en dirección al río ya Núñez abundaban los pajonales. Este era el panorama en el momento en que los dos protagonistas de la novela correteaban por estas lindes de la ciudad. De más está decir que entrando al siglo XXI de todo aquello sólo quedan algunas fotografías que el paso del tiempo deslíe y el rescate de los historiadores de la porteñidad. 
Pude ver algunos ombúes, y de esto hace ya algunos años, en la calle Ruiz Huidobro, cerca de Plaza, próximo al puente ferroviario; ahora la zona está cementada de altos edificios de departamento. El ombú más próximo y al que primero acudí está en una plazoleta mínima en Ricardo Balbín y Núñez.
Comprendí de la inutilidad de seguir buscando pero no me di por vencido, porque no hay nada que se compare a encontrar lo que ya no existe. Entonces recurrí a un memorioso –Juan “Tata” Cedrón– músico y compositor, y al barriólogo Alberto Gabriel Piñeiro, versado en cuestiones del acervo saavedrense.
Fue muy poco con lo que Cedrón pudo nutrirme, pero algo siempre es menos que nada. Nacido en Saavedra a fines de la década del 30, recordaba haber jugado de pibe con uno de sus hermanos en amplios terrenos dadivosos de ombúes con grandes huecos en sus troncos, por lo que podría haber sido cualquiera de ellos; ¿prefería alguno en particular? Se inclinaba por el que estaba en Vedia y Grecia, y que había sido volteado muchos años atrás. En caso de ser el dato fidedigno, la fitocolácea a la que hacía referencia Marechal en su opera prima no habría estado entonces en Saavedra, sino en Núñez. El “Tata” no pudo explayarse más sobre el tema, pero me había acercado una versión.
Entonces acudí a Piñeiro, que afirma que si bien Adán y Schultze inician su larga caminata en Republiquetas (hoy Crisólogo Larralde) y Colodrero, “durante un cierto tramo se puede reconstruir casi perfectamente el recorrido; luego el mismo se torna totalmente difuso”. Pese a esta pérdida de la pista que había apuntado tan bien, la cosa no está del todo mal encaminada. Veamos: “Por lo que pude reconstruir en el texto de la novela, ese ombú habría estado a la altura de Avenida del Tejar (hoy Ricardo Balbín) y Ruiz Huidobro, o poco más, y no casi junto al río”, Piñeiro dixit. (Claro, porque si no habría estado en Núñez, agregamos nosotros.) En cuanto a Vedia y Grecia dice conocer esa versión por otra fuente, no la que yo cito. “No conozco otras hipótesis sobre el lugar del ombú, más que esa y la mía”, termina. Fuera de contexto añade el barriólogo: “[…] concluyo que por Saavedra hay que tener mucho cuidado, ya que bajo cualquier ombú se puede caer al infierno”. 
Si bien creo no merecer el copyright en esta oportunidad, no por eso dejo de alegrarme al concluir esta nueva búsqueda absurda, ya que no la emprendí en solitario como es mi costumbre, sino que en este caso acompañé al amigo Piñeiro por los andurriales de una primitiva Saavedra que ya no existe para tratar de dar con un lugar que nunca existió. Más parecido a Adán y Schultze, imposible.•
Rubén Derlis






El monumento a “Falucho”
La esclavitud formó parte de las relaciones socioeconómicas del Buenos Aires colonial y criollo. Miles de esclavos fueron movilizados en los ejércitos de la Independencia. Uno de ellos fue Antonio Ruiz, más conocido por su apodo de “Falucho”. Era un esclavo de la familia Ruiz, que adquirió el nombre de su propietario. Se inició militarmente en el batallón de pardos y morenos, formó parte del Ejército del Norte, comandado por el general Manuel Belgrano, haciendo toda la campaña desde Tucumán (1812) hasta Vilcapugio (1813); luego integró el Ejército de los Andes, bajo las órdenes del general San Martín, formando parte del regimiento n° 8, participó en las batallas de Chacabuco y Maipú y luego como miembro del regimiento Río de la Plata, hizo la campaña libertadora al Perú. En 1824, ya alejado San Martín de la escena pública, con el partido sanmartiniano anarquizado, se produce la sublevación de El Callao “un negro soldado del Regimiento Río de la Plata, nacido en Buenos Aires, llamado Antonio Ruiz (por sobrenombre Falucho), que se resistió a hacerle honores a la bandera española, fue fusilado al pie de la misma. Murió gritando: ¡Viva Buenos Aires!”, tal lo que refiere Bartolomé Mitre en su “Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana”.
Varias décadas después, el 17 de mayo de 1897 en la Plaza San Martín, se inauguraba el monumento a Falucho, actualmente en Palermo. Su autor fue Lucio Correa Morales, aunque Francisco Cafferata había comenzado a trabajar este motivo. Un diario de la época decía: Mañana tendrá lugar la inauguración de la estatua de “Falucho”. En “Falucho” no se premia solamente un acto militar heroico; si ese fuera su mérito, no habría lugar en todas las plazas públicas argentinas para las estatuas destinadas a conmemorar el valor de una raza que en el campo de batalla ha hecho figurar un héroe por cada soldado. No, “Falucho” es la fidelidad a la bandera, el sublime desprendimiento que llevó al alma a arrojar el cuerpo de la patria. Y es más todavía, es la fidelidad del negro argentino, de ese cuerpo humano, color azabache, que los conquistadores españoles vendían y compraban como cualquiera otra mercancía y que el nuevo mundo libertó de la infame esclavitud, convirtiéndolo en hombre, y en seguida en héroe. El negro “Falucho” es el representante supremo e ideal de ese tipo popular argentino que se va perdiendo y que en muchísimos hogares argentinos está asociado a los recuerdos más bondadosos y más cariñosos. Los negros han sido en la República Argentina fieles y bravos. Compañeros de los niños de las familias pudientes, han jugado con ellos; los han llevado después al colegio, los han defendido de las parrandas de la juventud; y cuando el niño, ya mayor ha salido a campaña a trabajar en la estancia o a pelear en la revolución, ¿quién hubiera reemplazado al fiel asistente negro, al modesto amigo de todos los momentos, siempre alegre y siempre dispuesto al sacrificio; al amigo de los días tristes y fríos, al amigo, en fin, que ninguna desgracia puede entibiar y ningún rencor de la fortuna puede arrebatar? ¡Cuántas han sido sus victorias, en los campos de batalla de la independencia! ¡Cuánta ha sido su inquebrantable fidelidad!,¡en cuantos hogares, negros y negras viejos, han sido venerados como dioses tutelares que se han ido en medio de las lágrimas de los niños y de la sincera gratitud de los jóvenes y de las señoras!. Los negros han sido siempre nuestros amigos y el pueblo argentino los ha mirado más que con simpatía, con cariño. Esto demuestra que nosotros los hemos tratado con la bondad propia de un gran pueblo.  Esa es la verdadera significación de la estatua que se inaugura mañana. La estatua, pues, está destinada a perpetuar esa figura familiar, que en “Falucho” alcanzó el grado de heroicidad que explica el homenaje a que todos concurrimos con la forma y con el fondo de nuestra simpatía. (1) 
Más allá de la visión edulcorada de la esclavitud de este anónimo articulista, sirva el monumento a “Falucho”, en este Bicentenario, para recordar a la población negra y mulata del Buenos Aires colonial y criollo, muchas veces desaparecidos de las “historias oficiales” y que derramaron su sangre por la libertad e independencia de América.•

(1) Recorte de un diario no identificado, de fecha 16 de mayo de 1897 en Archivo del Museo Histórico Nacional
Miguel Ruffo






El administrador
Uno debe entender el fetichismo del poder. Si no comprende ese fetichismo no entiende lo cotidiano. La pequeña burguesía, con su mentalidad mezquina y egoísta, creó una suerte de líder, de operador político, de su temporalidad: el administrador de consorcio. Éste, como sucede siempre, en un principio fue un empleado más o menos útil, más o menos honesto. Aplicado, diríamos en términos pedagógicos. Como suele suceder –como sucede– se transformó en un director, en un mandante que ordenaba propietarios, disponía de sus fondos, programaba proyectos. Negaba o afirmaba, gestionaba asambleas o salía con normas y reglamentaciones mágicas, celestiales, jurídicas. Y los propietarios, gente mayor, jubilados, enfermos, señores maduros con sus amantes, señoras finas con sus compras..., en fin, una caterva de gente que supuestamente cree ser ciudadana, le dejó todo en sus manos. Y aquí estamos. Ante un poder no fácil de explicar. Generaron un monstruo y no saben cómo hacer, cómo vivir sin él. Lo mismo sucede con el Estado, las instituciones, las armas nucleares. Haremos una breve lectura de este contrato de servidumbre. 
Nadie puede confiar –si es medianamente sensato– en un señor que dice ser administrador de propiedades o contratista o agente inmobiliario pues sabemos, aquí y en el mundo, qué características tienen. Hay excepciones, por supuesto. Esa suerte de trabajos genera optimismo (mistificador y mistificado) en el hombre de medio pelo. Pretendemos ignorar la eficacia de lo imaginario; eso significa, querido lector, mantener el juego de la repetición. Escribo para el que me entienda, el otro que pague las expensas en el horario que le indican y en el día preciso. Y que guarde silencio, obediencia y tolerancia. En otras palabras, que se deje tocar el trasero. La sociedad burguesa reproduce su propia organización. Y por lo tanto sufre la coacción que creó. Simple, llano, entendible. Aquí entramos a discutir el sexo de los ángeles, la difundida idea de que el mundo se encuentra dividido entre el bien y el mal. Y acabamos por aceptarla. Una verdad revelada que transforma con facilidad en poder la superioridad que le da el saber. Y eso, en alguna medida, se denomina burocracia. La burocracia forma parte del poder, es un elemento necesario, imprescindible para tener el control; es aquello que manifiesta el mecanismo que rige la repetición. 
No vamos a fingir modestia; el fenómeno burocrático tiene relación directa con las fuerzas del poder. Desde las instituciones sacrosantas, desde el Estado, las elecciones, el parlamento, la justicia o un mediocre administrador de consorcio. Es parte del juego, de las fuerzas que pretenden actuar en representación del ser humano, de las reglas, las conductas, los imperativos económicos, del tejido social. El ciudadano se somete a los principios de la división de los dirigentes y de los ejecutantes, de la separación de la actividad y de la segregación de aquello que se informa. Nada escapa a lo burocrático, es un brazo del pulpo, de la corrupción, del robo, de la enajenación. Ayuda en todo esto cada estación de servicio, cada municipio, las damas de caridad, los orfelinatos, las financieras, los medios de comunicación. Se rechaza la reflexión. Créame, ingenuo lector, no es un tema menos importante esto de las administraciones, es fundamental en el imaginario de las distorsiones. Termina transformándose en una casta que se mantiene en el poder debido al aislamiento. No hay errores de método: es una deformación, una representación deformada de una serie de “accidentes” sociales, una perturbación enquistada en el desarrollo “normal” de la vida cotidiana. Mientras continuemos aceptando estas condiciones aparentemente inadvertidas, mientras continuemos aceptando ingenuamente las normas cotidianas en que vivimos la deformación y el aislamiento seguirán su curso. Es parte de cada elemento que una ideología pone en praxis. No hay reglas democráticas, no hay representación posible dentro de una estructura viciada. 
Si no llegamos a distinguir lo que corresponde a una infra y a una superestructura, si no llegamos a entender los niveles confundimos la función de los símbolos. Mientras sigamos prisioneros de este esquema nos será imposible ver el otro, el de la corona, los signos de opresión y de violencia cotidianos. Reitero, hay mecanismos que rigen la repetición. Estas empresas se nutren de identificaciones que ocultan servidumbre, antagonismos. Se mantiene el juego de la repetición. Los parásitos engendrados tapan, ocultan y distorsionan las relaciones humanas. La burocracia es un tipo de organización. Otra vez: la burocracia es un tipo de organización. Y detrás siempre hay un botín. A pagar las expensas, caballeros. Religiosamente. Como diría Maquiavelo, “supieron ser más audaces que prudentes”.• 
Carlos Penelas







Consejo Consultivo Comunal Provisorio Nº 5
Comisión de control del proceso de transferencias  de las comunas

En la reunión del 31 de agosto llevada a cabo en ComunArte se comentó sobre el Plan de Comunicación elaborado por el Poder Ejecutivo y el informe que sobre el mismo realizara la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y Poder Ciudadano, solicitado por la Comisión de Descentralización de la Legislatura. Sobre este particular, se aprobó el informe realizado en nombre de esta Comisión y enviado a los integrantes del CCCP5. 
Luego de un intercambio de opiniones sobre la falta de respuesta a la última nota presentada por el CCCP5 al Jefe de Gobierno –y copias a otros organismos– y las acciones a emprender, se decidió presentar una nueva nota, esta vez ante la Defensoría del Pueblo de la C.A.B.A., reclamando por la imposibilidad de ejercer nuestros legítimos derechos y solicitando su intervención a efectos de requerir al Gobierno de la Ciudad pronta respuesta a las solicitudes oportunamente presentadas. Otra nota similar será presentada ante la Comisión de Descentralización de la Legislatura el lunes 6 de septiembre día en que se reúne la Comisión Bipartita.
La entidad Intercomunas tiene intención de conformar un Movimiento Comunero a fin de desarrollar una fuerza política propia, a nivel comunal, con participación de representantes de todas las Comunas (tres representantes cada una). Hubo consenso en que este tema debía ser planteado en el ámbito de la Asamblea. 
Se discutió sobre la posibilidad de cancelar la suspensión a las convocatorias realizadas por el CGPC al Pre-CCC.  pero finalmente las propuestas fueron desechadas por la mayoría de los presentes. No obstante se consideró que también este era un tema para poner a consideración de la Asamblea.•







El peligroso arte de la ensalada
Los platos tradicionales, hasta los que más se precian de serlo, nacieron cuando un osado decidió asumir un nuevo riesgo. No existirían las milanesas si un bonachón (¿nacido en Milán?) no se hubiera arriesgado a la ridícula tarea de empanar el churrasco. Aquellos que vieron a este muchacho por primera vez remojando el bife en huevo para luego bañarlo en pan rayado, habrán pensado “este hombre se volvió completamente loco”. Hoy nadie discute a la milanesa y la comen, desde el hijo de vecino más caminante, hasta el señorito más “bien” de todo Barrio Norte. Se naturalizó al churrasco con pan rallado bañado en yema de huevo, como una parte tan natural de nuestras vidas que, sin tener una encuesta o estudio serio al respecto, podría asegurar que hoy se comen más milanesas que churrascos. Los ejemplos que comprenden e ilustran este tipo de aventuras  culinarias son infinitos e innumerables.
Estos experimentos exitosos de la cocina diaria son el resultado indudable de otra cantidad de experimentos, también infinitos e innumerables en los que el resultado no fue bueno. Seguramente estuvo también el bonachón, convencido de mezclar pollo al spiedo con helado de sambayón granizado.  Un buen día se desayunó con la idea e inmediatamente partió convencido hacia la rotisería y encargó su medio pollo al spiedo. En la impasse buscó la heladería más cercana y con esa sonrisa impune que solo da el autoconvencimiento, compró un cuarto de sambayón. Ya en su casa, gratinó a la pobre ave con el helado. Aguardó con esa misma sonrisa llena de ceguera que el helado se derritiera, como quien sigue intuitivamente las pinceladas para finalizar su obra maestra. Paladeó. Las arcadas le provocaron una tos seca. Le regurgitó el estómago. Pero el bonachón no estaba preparado para asumir la derrota. Intentó convidar su platillo a familiares y cercanos. Quizá su paladar no estaba listo para saborear y comprender esta nueva combinación. Pero al parecer tampoco el de los demás. Una gran mayoría decidía declinar la invitación. Solo bastaba una mirada hacia ese pobre cadáver de pollo bañado en salsa fría color ocre con pedazos de chocolate, para desistir del intento.  Unos pocos, seguramente aquellos más íntimos del aspirante a chef, en un esfuerzo sobrehumano, paladearon el platillo. Pero, por muchos honores que quisieran hacerle al amigo, el sentido del gusto provocaba una condena inobjetable. Cuando algo no gusta no hay demasiados atajos. Simplemente no gusta. Comprendió entonces el bonachón amigo, una verdad indiscutible. Hay cosas que no se mezclan.
Y así como el pollo y el sambayón no tienen ni tendrán punto de encuentro, son muchos los sabores, y muchos los asuntos que no tienen mezcla. El peligroso arte de la ensalada es un talento que sólo algunos dominan. Y tanto en la cocina como en la vida, son pocos los que saben manejar las mezclas. Podemos, en el menú de hoy, paladear: como entrada, un entrecot de “inseguridad” con gratinado de “matrimonio igualitario”; plato principal: lomo de  “la juventud está perdida”, con verduritas  de “van a las marchas por el pancho y la Coca” al vapor, bañadas en salsa de “ley de medios K”.
Y de postre, en este menú del ridículo que nos ofrecen 24 horas al día, una verdadera delicia: panqueques “no positivos” bañados al rhum  con trocitos de  “que se saque ese botox la yegua”.
Pero he aquí el conflicto. El paladar, a diferencia del sentido común, no se ramifica, ni puede ser manipulado. Lo que a usted, comensal, no le gusta, simplemente no le gusta. No puede evitarlo. Por más esfuerzos que quiera hacer para deglutir el pollo al spiedo con gratinado de sambayón granizado, terminará regurgitando el revoltijo. Su paladar le hará saber rápidamente que hay cosas que simplemente no admiten mezcla. 
Otra es la historia con el menú de los hechos y de las verdades. Lamentablemente, el sentido común carece cada vez más de sentido.  Pero eso sí, vayamos preparando la Hepatalgina, porque un día, si seguimos comiendo el pollo al sambayón, terminaremos todos, indefectiblemente, con el pulóver vomitado.
¡Buen provecho!•
Pablo Bellocchio







La búsqueda del charco filosofal
En la noche de milonga apareció el milonguero y se acodó en la barra. Desde mi puesto de cajero, o mejor dicho, desde mi puesto de observación a resguardo, detrás, contenido por el bordó sangre de la barra, devolví el saludo y alenté unas palabras entre el tango: ¿Qué extraños designios lo acercaron a esta tierra virutera? El milonguero de la alta noche dudó un instante, y se desentendió de su carcasa de macho recio que mantiene fija la mirada en una inexistente línea del horizonte. La milonga se inventa cada noche en un amplio subsuelo habitado de sombras y movimiento. Junto con la distensión del milonguero habitué de La Viruta, sus palabras salieron a escena: No sé, vine..., si no tengo a dónde ir.
El diálogo mínimo, una pregunta y una respuesta, se guardó en mi memoria; no recuerdo de qué manera continuó, creo haber tratado de minimizar el mensaje escuchado. Enseguida sospeché noche melanco, noche salvaje de reflexión, un raspón en el alma, una de esas noches en que un habitante de Buenos Aires necesita de la confesión, de blanquear sensaciones; necesidad que puede o no contar con la ayuda de un amigo; a veces, en la ciudad, solo hace falta la presencia de un semejante, alguien que escuche o que si no lo hace al menos mire de frente a los ojos; a veces la compañía, la más simple, la más inesperada, es la que abre la puerta del alma sedienta. Hoy, en estos días de acelere a fondo, se necesita, quizá más que nunca, contar la historia y lo que a su personaje central le sucede tierra adentro. Contar, contarnos, porque en estos tiempos respirar cada vez resulta más complicado. El milonguero devenido virutero necesita hacerlo, y yo mismo, de alguna manera, paso a anotar mi relato: acción de contar que siempre respira en mi mirada. Puedo decir que sí tengo dónde ir, mi departamento, un lugar que me recibe de manera amiga, pero en soledad, porque en él ella sigue ocupando su lugar. Puedo decir que tengo la felicidad de ir cada vez a la escritura, sea sobre la mesa de la cocina, frente a la ventanita que me deja espiar sobre la Luna, o en el café, también estoy a resguardo en el Cao. Puedo enumerar el grupo íntimo de amigos al que siempre puedo ir, y puedo saborear cantidad de recuerdos con tan solo tener el impulso de ir, de concurrirme en ellos. Pero la verdad es que siempre falta algo, diez centavos para el peso de una vida mejor.
Hoy los mapas del adentro y el afuera hacen esquina en la confusión de intentos y respiraciones; el interés mezquino en las altas cumbres del miedo y la sospecha aquietan las aguas de los impulsos, de la vida misma. La vida ordinaria retratada por Leopoldo Marechal en El banquete de Severo Arcángelo casi no deja intersticio abierto para el ensayo limpio, libre, desinteresado, dentro de cada uno de los días de nuestra eternidad limitada. Porque se vive mal, se vive en un triste “más o menos”, planeando vidas en futuros lejanos cuando lo único que tuvimos, tenemos y tendremos es un momento de “mientras tanto” hasta que todo, de manera simple y lógica, termine fundando la suerte posible de la memoria. Sin embargo, la vida, de a poco, se sigue ajustando para mañana; de hoy, ni hablar.
Mi mirada desde el 168 descubrió que en el centro de Plaza Once, por las noches, el mausoleo del vendepatria se ve habitado de personas que no sé si estarán avisadas de la trampa peligrosa de dejar la vida para mañana. El mausoleo flota en la ausencia de agua de su fuente; no hay problemas para llegar a los recovecos en la altura: en la mayor cercanía al cielo, los abandonados buscan sueño y refugio efímeros; ellos, los hacedores, en la intervención del cemento y las formas de la más pavorosa de las noches.
Respirar en paz resulta complicado, el milonguero lo sabe, lo sé, muchos lo saben. Hace días que lo pienso, hace días que voy y vengo sabiéndome jodido y no tanto; jodido sí, pero no derrotado y tampoco desbarrancado en las fauces de la invisibilidad. Hombres como fantasmas intentando hacerse visibles, esperando el contacto mientras se desvanecen en las calles.
Mientras pensaba en estas cuestiones me abordó un vendedor ambulante en un café de avenida Córdoba, El Carioca; esperaba a un amigo, el Tano Ciacci, y apareció el muchacho. Terminaba de sentarme cuando noté la presencia de una sombra firme frente a mi mesa ubicada en el fondo del local. Levanté la vista y vi que la sombra adquiría el aspecto de un flaco de unos treinta años, de barba y pelo largo. Estaba bien vestido, no parecía vendedor, y aclaro, tampoco es una invención literaria para que me ayude a cerrar esta nota, pero ahí estaba el flaco que no parecía vendedor y tampoco era invención; nos miramos, y habló: ¿Una bombilla, señor? No entendí; ¿cómo dijo?, pensé, ¿una bombilla?, entonces me dije, estoy en un café, en Buenos Aires, y nunca me ofrecieron… ¿dijo “una bombilla”? No reaccionaba, estuve de mirada en suspenso hasta que noté que el muchacho adelantaba ambos brazos hacia mí. Miré sus manos: en la derecha tenía, en efecto, una bombilla, y en la izquierda un ramo de las susodichas de metal reluciente y toque dorado en un extremo. Volví a mirarlo: Seis pesos la bombilla, señor. Murmuré un “gracias” semimordido y dije no.
Ayer mismo iba montado en el 168 con rumbo a La Viruta cuando el bondi se detiene en la esquina de Gascón y Corrientes. Miré hacia el pizza café dicroico de la esquina y descubrí al vendedor de bombillas entre las mesas cercanas a la escalera que un segundo después lo llevaría a la planta alta. El flaco mantenía la posición, los dos brazos al frente: una bombilla en la derecha, un ramo en la derecha. Su cara imperturbable, tranquila: Ofrece bombillas, no mates, me dije.
La búsqueda de la buena vida, de la vida amable, va quedando fuera de foco, respira solitaria la posibilidad de su hallazgo; queda, nos va quedando fuera del tiempo, se adhiere a la flecha indicatoria de los días: la velocidad que nubla, que adormece, la que también condena. La posibilidad de la vida consciente se nos escapa, poco importa saber de qué se trata, por qué nace este mensaje, por qué se vende aquel otro. La velocidad funda el olvido, así se llama la película de Marcelo Schapces, y me sumo a la idea, la velocidad como entidad fundadora de un mundo nuevo de mediocridad veloz, de olvido, de siesta estúpida; la velocidad como fundadora de infinidad de vidas al pedo, simulacros orgánicos en pos de la nada más absoluta, porque ¿dónde quedaron las pasiones?, ¿dónde la defensa de una identidad?, muy posiblemente muchas terminaron amortajadas junto al cuerpo del señor consumidor: hoy las vacaciones, mañana el auto, pasado el departamento para el nene, la vida por la empresa, y sí, el resto a esperar el mañana donde siempre habrá tiempo para todas esas boludeces sin importancia: porque la lentitud no factura, tampoco lo hace el diálogo, el tiempo de esparcimiento, el encuentro, el pensamiento, el momento para la lectura, el trabajo de una vida dedicada al arte (una vida, no cinco minutos), el crecimiento y la reflexión; todo se pierde en un atontamiento que a veces duele. A veces, no siempre, y que duela es una buena señal, con un poco de atención se puede empezar a festejar la vida hoy, no mañana. Estar atento nada tiene que ver con la tristeza, pero esta idea es parte del mensaje, mejor salto y no pienso, mejor miro cómo vive el millonario así aprendo para mañana, mejor juego a plata infinita, juego a pensar en todo lo que me compraría si yo fuera como él, y esto también es parte del mensaje, parte de la zanahoria que cuelga de la piola para que corras, para que corramos, siempre veloces y tan poco humanos.
Respirar en paz resulta complicado, el milonguero lo sabe a las cuatro de la mañana, lo sé mientras le sirvo otra cerveza; una y otra vez vuelvo a la imagen, a las palabras que me hablan de una violencia íntima que posiblemente se disimule en un suspiro, y pienso en la sociedad violenta que atiza el fuego de las apariencias, a certera velocidad tienta en la acción aparentemente simple de mostrar, de exhibir todo aquello que no podés tener, desde las zapatillas, la ropa de marca, el auto, la casona o el mejor culo de la Argentina; no para de exhibir el papel picado que publica, el cartón coloreado con que enciende el fuego en el afuera para ahogar la vida sustanciosa del adentro.
Pienso en aquellas búsquedas del elixir de la vida eterna, búsquedas reflejadas en cuentos, en expresiones de deseo tantas veces dichas o sugeridas en una mesa de café, y me digo que ese sueño, esa fantasía ya no es necesaria, ni debería serlo; anoto esto cuando creo que antes del elixir de la vida eterna nos toca encontrar el de la buena vida y a sabiendas de que se acaba: la vida atenta, esa que dice quiénes somos y qué queremos, el elixir de la vida en paz, y cuando en esto pienso, me digo que debería haberle comprado una bombilla al flaco por seis pesos. Imagino que el elixir por lógica se bebe, y mejor con bombilla, una cuestión de identidad; imagino también que dicho brebaje se puede conseguir en una esquina del barrio, respirando profundo antes de abrevar en el charco de la vereda propia; ahí comprendí por qué el flaco vende la bombilla y no el mate, quizás él también crea que algunas cosas pueden cambiar para mejor.• 
Edgardo Lois






Yo no escribí para el número 100
Vengo leyendo este periódico mensual de distribución gratuita que dirige y propietariza el venerable Mario Horacio Bellocchio. Algo he escrito para sus últimas entregas. Pero no lo hice en la de septiembre de 2010 que llevó el número 100. Me he negado.
Cien números... ¿Cien números de este papelito impreso? País generoso... Su dueño, como se sabe, sábado a sábado se exhibe detrás de la mesa de Baires Popular, en la esquina de Boedo y San Ignacio, junto al ventanal del Margot. A mí me recibe con la antipatía de siempre: ¡Hola, basura...! Y yo le respondo en el mismo tono: ¡Hola, periodista...! 
El está ahí, con su camperita colorada, a un costadito, en el extremo de la mesa tratando de cazar peatones para encajarles su hojita. ¡Guay de aquel que se atreva a detenerse! Recibirá coercitivamente su plieguito. Inclusive quienes no pueden (o no quieren) agarrarlo porque vienen del mercado cargados de bolsas o pasan empujando el cochecito con el bebé que llora. Pero Mario insiste, porque él es así. Su tarea es compulsiva. Necesita enchufarle el papelucho a cuanto vecino acierta a pasar por el lugar. Tiene esa adicción. Eso sí: lo entrega dobladito, prolijito... ¡Y hasta tiene esclavos –cuyos nombres me reservo– que lo hacen por él!
Otra cosa que ofrece son fotografías, pero no gratis, sino carísimas. Son imágenes de otras épocas, retocadas (él las promociona como digitalizadas, ¡qué chanta!) Vistas viejas de viejos tiempos: colectivos y tranvías que atrasan, ómnibus y carros que son recuerdos, adoquines y vías que ya no existen, edificios que huyeron, lugares emblemáticos que la piqueta del progreso se llevó, como le corresponde hacerlo al progreso. ¿A quién puede llamarle la atención estas cosas? A nadie. Pero la gente finge interesarse... para no mortificarlo al pobre Mario. Sin embargo, a veces cae alguien que se apiada y le compra alguna, por compasión. Yo mismo lo he hecho con las del Gasómetro de Avenida La Plata, como buen cuervo que soy.
Pero la realidad es otra, acaso más cruel. Muchos de los que se detienen no lo hacen porque les conmuevan esas fotos obsoletas, sino para joderlo, para disfrutar su rostro de indignación cuando se las mezclan. Son los desalmados, los infaltables sádicos. No miran las fotos, sino sus facciones, que van cambiando de expresión a medida que el revoltijo aumenta. Algunos se atreven a hacer comentarios y preguntas. Este era el cine-teatro Nilo, ¿no?... Si señora, el Nilo..., responde resignadamente. Entonces se pone nervioso, va levantando presión, introduce sus manos en los bolsillos de su campera y empieza a mirar para un lado y para el otro.
A esta altura soy yo el que pregunta: ¿Qué es lo que pretende este ex director integral de televisión y actualmente artista de la fotografía y del diseño gráfico al dar a conocer una Buenos Aires inexistente? ¿Qué persigue este periodista barrial dueño de una papeleta insignificante, que se las agarra con el brillante y eficiente gobierno progresista de Macri, que insiste con una plaza para Boedo, que promociona las artes y las letras en el barrio, como si todo esto fuera importante, como si a alguien le conmovieran estas cosas? ¿Qué es realmente lo que quiere? ¿Reírse de nosotros?
Por otra parte, no me explico cómo Rubén Derlis, Leonardo Busquet, Miguel Ruffo, Carlos Caffarena, Edgardo Lois, José Muchnik, Diego Ruiz, Roberto Selles, Carlos Penelas, Carmen Ortiz, María Virginia Ameztoy, Silvia Valerga, Mauro A. Fernández, Eduardo Semán, Mónica López Ocón, Juan A. Núñez, Otto C. Miller y yo mismo, entre otros, hayamos prestado nuestra pluma para mantener este engendro en la calle. ¿Adónde quiere llegar Bellocchio con la cultura popular, eh? Muy bien hizo aquel esclarecido lector al calificar a este periodicucho como “la gacetilla desde boedo”, así, en letras minúsculas, que su dueño insiste en llamar tabloide zonal. Por todo esto, yo me negué a escribir para el número cien. No porque me distraje y me perdí la oportunidad de figurar en una edición de colección. ¡Qué bronca!•
Angel Prignano






EDITORIAL
Nuestra fiesta
Este año, en lugar de la ya tradicional celebración de la semana del barrio, se realizó –entre el 5 y el 18 se septiembre– la Bisemana, como adhesión a los festejos del Bicentenario de la patria. La extensión fue propicia para dar cabida a la enorme cantidad de actividades propuestas por el medio centenar de organizaciones barriales que integran la Red de Cultura de Boedo.
La red, nacida hace ya siete años, estuvo acompañada en sus inicios por el CGP zonal. Pronto se independizó y comenzó a caminar por sus propios medios a través del esfuerzo conjunto de todas las organizaciones que la conforman. En realidad así debe ser, ya que corresponde a la naturaleza del trabajo en redes llevarlo a cabo en el contexto de un sistema abierto y horizontal e implica siempre un proceso autogestivo, y autónomo de toda dependencia institucional que pretenda marcarle los pasos.
La Red de Cultura de Boedo es la manifestación de las diversas expresiones barriales que surgen en la comunidad y a las que los vecinos adhieren, no por mera simpatía, sino por sentirse reconocidos en las actividades realizadas. Porque no es posible escindir el ámbito de las representaciones culturales, de su contexto sociohistórico de pertenencia y en el que son ofrecidas. De aquí el apoyo del público que disfrutó de la amplísima oferta generada a partir de la autenticidad de los propósitos –de todas y cada una– de las organizaciones participantes. En su acto inaugural, pasaron por el escenario destacadas manifestaciones musicales de todos los géneros. La feria artesanal albergó a una variada cantidad de disciplinas, las organizaciones del barrio colmaron los stands y miles de visitantes recorrieron el paseo durante todo el día.
La Bisemana dejó la enorme satisfacción de haber sido llevada a cabo íntegramente por los miembros de la Red. Las organizaciones que la componen asumieron la responsabilidad de solventar los costos contando con la ayuda extra de algunas de ellas.
Los logros son fruto de los proyectos comunes, del trabajo interactivo, de la articulación de los intereses en el objetivo del interés común y del esfuerzo por una continua superación.• 







Ver, leer y escuchar
Crítica literaria, teatral y discográfica de producciones que no cuentan con el gran circuito de difusión alguna

LA ULTIMA PIEDRA - Sue Littleton
Botella al Mar, Uruguay, 2010
Es una historia de ficción basada en las costumbres que se practican en diferentes culturas islámicas. El libro denuncia el  trato inhumano que reciben las mujeres en esas culturas. Así “La última piedra” se transforma en un alegato para que la mujer islámica pueda tener los mismos derechos que el hombre en una sociedad donde se ejerce un fuerte e injusto patriarcado con rasgos de animalidad. Sue Littleton pinta la vida cotidiana de una aldea y de una mujer que se atrevió a amar y por esa causa muere lapidada. Con versos libres hace una poesía que se acerca a la prosa testimonial. Hay una preocupación por lo estético, como lo demuestra con imágenes y metáforas; aunque, cabe recordar que en materia de letra escrita, sobre todo si se presenta un texto en forma de versos, el territorio que interesa también es el de la disposición de esas líneas de escritura. La autora emprendió este lance espiritual que pide justicia para las mujeres islámicas, y Marcos Aguinis, desde la contratapa, afirma con razón que después de la lectura de “La última piedra” no podremos permanecer indiferentes ante esta canción desgarradora. (J.C.E.)

CAFES Y TANGO EN LAS DOS ORILLAS - Horacio Spinetto/ Mario D. Aparaín
Edición DGPeIH, Buenos Aires, 2010
Aun sin terminar el negro brebaje recién servido en cualquiera de los veinte cafés de Buenos Aires que Spinetto reseña (El Banderín, El Progreso, La Poesía, el Tortoni, el Aragón o el Don Juan...), ya viene la pronta invitación de Aparaín y sin darnos tiempo a pensar nos embarca en un imaginario Vapor de la Carrera para bajarnos poco después en el puerto de Montevideo y zamparnos en algunos de los también veinte cafés de aquel lado del Plata que abren sus puertas en este libro: el Rey, La Giraldita, Don Trigo, Tabaré, El Volcán, el Bacacay, “que ya no es el penumbroso Vasquito” como anota su autor; sin embargo, asociado al fuerte “Espinillar” –acotamos nosotros–  nos resulta tan caro a nuestra lejana juventud. 
“Cafés y tango en las dos orillas” atesora textos para leer con fruición y aprender todavía un poco más acerca de estos reductos tan caros a porteños y montevideanos que son los cafés, así como también para disfrutar visualmente, ya que las imágenes que ilustran con profusión cada una de las ciento diez páginas en gran formato de este libro  tienen la fuerza y la convicción necesarias para situarnos en el lugar con la imaginación..., hasta que llegue el momento, claro,  cuando “cruzando el charco”–no importa en qué dirección–, ya distendidos y sentados a una mesa digamos: “¡Mozo, un café!”. (R. D.) 

MURMULLO - Federico Prestía
Editorial “De los cuatro vientos” - Bs. As., 2010
Un día, Federico tomó la decisión de afincarse en Boedo. Quizás atrapado por la memoria de aquel grupo de poetas proletarios que insinuó rivalizar con la elegante Florida. O por los artistas del pueblo, el conjunto de plásticos que –venidos de La Boca– retrataron como pocos el suburbio y sus angustias. O por la editorial Claridad de Zamora que publicaba, como Gleizer, los primeros pasos de futuros enormes escritores. Por algo de esto o bien por todo, 
Federico eligió la inspiración de Boedo y no le fue tan mal en la partida. 
Es sociólogo, una profesión que se supone debe darle herramientas para observar-analizar-interpretar las variables inestables de esta curiosa y contradictoria sociedad colmada de tics, preconceptos y prejuicios que suelen obstruir la posibilidad de desmenuzar su génesis. Este universo surge en Murmullo. En su poética hay padecimientos: “Donde observo me duele, donde pongo el corazón me lleno de nostalgia...” o este otro: “El hambre deambula por las veredas del mundo con pies y cabeza...”. Rechaza de plano “la maldita indiferencia” y reclama ternura: “Nadie piensa que en este momento un cachorro de león se acicala su joven rostro, esto es solo un trozo de la infinita ternura del mundo...”. También aparece el oportuno párrafo de la amistad: “Mis amigos son el destino y la ilusión”. Y un necesario nombre de mujer: “Aquí te dejo estas palabras como caricias para que las escuches mientras tu corazón las lea...”. ¿Habrá un hilo conductor entre los padecimientos, los deseos y esa declaración de amor que el autor propone? Las complicadas cuestiones metafísicas del alma y los certeros golpes de la cotidianidad existencialista nacen en Murmullo con suerte diversa. En Soy, el poeta se siente parte ínfima del universo que abruma y se corporiza “arena en la playa”, “metáfora en un libro de ciencia” y apenas “una piedrita en el ripio”. El lector sabrá juzgar la cercana metáfora y si se aventura, podrá descubrir, por cortito que sea, aquel hilo conductor entre desesperanzas y sueños, entre derrotas y castillos levantados con las pequeñas piedritas del ripio. En el ida y vuelta azaroso de la vida, seguramente Boedo y su memoria popular le habrán dado una mano al poeta.(L. B.)

SEMBLANZAS RECOBRADAS - David Antonio Sorbille 
Ediciones AqL, Bs. As., 2009
Recordar  a quienes nos legaron la Palabra como esa herencia delicada y perenne parecería ser el fin que persigue David Antonio Sorbille en su libro de ensayos y poemas que aquí comento. Texto donde los grandes poetas resurgen entre las hojas de este libro, resurgen desde su historia y desde los poemas con que el poeta homenajea a cada autor.
Así Roberto Arlt, Julio Cortázar, Antonio Di Benedetto, Enrique Santos Discépolo, Macedonio Fernández, Homero Manzi, Daniel Moyano, Juan L. Ortiz, Alejandra Pizarnik, Roberto Santoro, Carlos Santos y Manuel Ugarte navegan y renacen en este mar poético y ensayístico que  David Sorbille hoy nos ofrece.
Porque como dice en uno de sus poemas: “con el valor de tus versos/ que aún golpean como piedras/ sobre la pared invisible/ del olvido y sus cenizas” Sorbille evita el olvido, la herida más cruel que puede sufrir quien escribe, y afloran los autores citados recordándonos a los lectores de la obra que ellos entornaron vuelo pero quedaron aquí entre sus textos, entre sus tangos, inmortalizándose. (G. T.)







POEMA
Hombre del Plata

Soy un hombre del Plata
Mi ser está apareado al sur del mundo
De noche me susurran 
[misterios los atlantes
Y me cuentan los secretos del Cosmos
Aquellos dioses que habitaron el Ande
Me palpitan mezcladas en la sangre
Las urgencias de todos los sin patria
Los usurpados y los desterrados
Lejanos seres que vivieron por siglos
Como Adán y como Eva
Segundones hispanos ansiosos de ganar
Un espacio negado
Jesuitas expulsados después 
[de recatar la desnudez
En las indias de cobre
Y resolver en uno
El sortilegio panteísta y el tomismo
Inmigrantes sin tierra toscas manos
Avidas de labrar que recalaron
En algún conventillo del 
[barrio de San Telmo
Soy un hombre del Plata
Soy resumen
De todos esos que buscaron
Un sitio en estos sitios
Y les fue conferido como gracia
De los hijos del Sol
Será por eso que me ronda una confusa
Dualidad de adoptado y rechazado
Y me vivo y me muero
Como producto extraño
Ibero
Americano
Católico
Pagano
Comiéndome a Solís
Y digiriendo
Por la calle Corrientes
Contemplando los astros.

           Alfredo De la Fuente






Cultura gratuita
Guía de actividades culturales barriales que no requieren erogación 

Museo Monte de Piedad                                       
(Boedo 870, 2º piso por escalera)                                                  
Tel.: 4 931-8204/ 4 931-1605; Fax: 4 932-4680,                      
E-mail: museo@bancociudad.com.ar
HORARIOS DE VISITA AL MUSEO:                                                 
Lunes, miércoles y viernes de 10 a 17. Martes y jueves 10 a 20. VISITAS GRUPALES: concertarlas telefónicamente. 
Curso: “Otras facetas del arte”                                                           
a cargo del profesor Carlos Caffarena (Pintura europea y argentina - antecedentes del arte argentino - La pintura europea de los siglos XIX y XX - Comercialización, autenticación, evaluación, exposición y restauración de obras pictóricas) 8 encuentros - jueves de 18 a 20

Muestras de pinturas en “Los Notables”          
(Baires Popular)
Bares Margot, Hnos. Cao, El Federal y La Poesía 
Inauguración de la muestra de Adri Jou (Pinturas), con curaduría de Carlos Caffarena en el Café Margot. En el Café “Hnos Cao” (Independencia y Matheu): María Cristina Joos (pinturas) y en Café “El Federal” (Perú y Carlos Calvo) y Café “La Poesía” de Bolívar y Chile: "La Otra Orilla" Fotografías de Montevideo (Julio Fernández)

“En la biblioteca Caiafa”
(Baires Popular) 
En la trastienda del Bar Notable “Margot”,                        
Boedo y San Ignacio, Baires Popular realizará, de 18 a 20.30, una vez por bimestre, un taller literario gratuito titulado “Complete su cuento” que tiene coordinación de la licenciada en Letras Carmen Ortiz (En octubre el miércoles 27 a las 18) en la trastienda del Café Margot (avenida Boedo 857, esquina San Ignacio). Información e inscripción en la Mesa de Libros que funciona en la puerta del citado Café los días sábados entre las 11 y las 13 horas o al E-mail: cartiz@telecentro.com.ar 
“Vení que te cuento”.Los segundos martes del mes, de cada bimestre, la próxima en noviembre, nos encontraremos con un narrador o narradora para compartir cuentos para jóvenes y adultos. 
Continuaremos con la presentación de libros y autores los últimos martes de cada mes, de abril a noviembre a las 18,30. (en octubre el martes 26) Presenta Leonardo Busquet.
Presentación de “Cortázar El Mago” de Carmen Ortiz (Editorial Díada) Casa de la Lectura el jueves 23 de septiembre.La autora conversó con el periodista Leonardo Busquet  explicando la relación entre la narrativa cortazariana y la física cuántica. Virginia Ameztoy leyó fragmentos seleccionados de la publicación.

Feliz cumple “Bagaggi”                                                              
Como ya es costumbre, la marroquinería “Bagaggi” celebró su quinto cumpleaños en Boedo con música. Un quinteto de jazz nos deleitó con sus interpretaciones en la puerta del comercio durante la mañana del sábado 2 de octubre.

Ciclo cine argentino de hoy 
en la Legislatura, Perú 160
ORGANIZAN: C. P. Patrimonio Histórico - C. Dir. de Cultura Legislatura CABA - Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken -Asoc. de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.           Fechas, salones y películas para el ciclo de cine 2010
PROGRAMACION  DE OCTUBRE (a las 18.30 hs.)
Viernes 15 – Salón San Martín - IMAGEN FINAL. Dirección Andrés Habegger.
Viernes 22 – Salón San Martín - HOMERO MANZI, UNA GEOGRAFÍA. Dirección Mario Bellocchio.
Viernes 29 – Salón San Martín - MANUEL DE FALLA, MÚSICO DE DOS MUNDOS. Dir. J. L. Castiñeira De Dios.
NOVIEMBRE
Viernes 5 – Salón Intersecretarías - HISTORIAS MÍNIMAS. Dirección Carlos Sorín.
Viernes 12 – Salón San Martín - CORDERO DE DIOS. Dirección Lucía Cedrón.

XV Feria autogestiva del libro independiente                                             
En apoyo a la educación y los bachilleratos populares 
La familia cumple 15. El 16 y 17 de oktubre, de 12 a 22 hs., en la Imprenta Cooperativa Chilavert que cumple 8 años de autogestión... Chilavert 1136, Pompeya, Buenosayres 
La quinceava, modesta y leal fiesta del libro independiente autogestiva la bailamos con los bachilleratos populares.
POESÍA Y BANDAS EN VIVO - PERFORMANCES - ARTES VISUALES - PROYECCIONES - PRESENTACIONES DE LIBROS - REVISTAS Y FANZINES - CHARLAS Y TALLERES - ARTESANÍAS Y ACCESORIOS - OLLA POPULAR - Y MUCHO MÁS… 
“El mundo no es. El mundo está siendo.” (Paulo Freire )
info.flia@gmail.com  www.feriadellibroindependiente.blogspot.com www.elotrobicentenarioeldelospueblos.blogspot.com

El Festejo-Contrafestejo 
Luego de más de 500 años de opresión colonialista, las fechas previas al 12 de octubre se vuelven símbolo de los últimos días de libertad de los Pueblos Originarios de América. El FESTEJO-CONTRAFESTEJO es un festival que reivindica la identidad y la autonomía de estas culturas y vincula su lucha con expresiones culturales urbanas, autogestivas y populares. 
Una celebración popular para construir UNIDAD EN LA DIVERSIDAD. 
DOMINGO 10 DE OCTUBRE DE 11 A 22 HS  PARQUE AVELLANEDA - DIRECTORIO Y LACARRA 
PROGRAMACIÓN 
ESCENARIO PRINCIPAL                                                       
14hs. Tumba Latá 15hs  Clase abierta de Danzas Andinas 16hs Orquesta Popular San Bomba 16.50hs Ballet Amerindia 17hs. Zamacuco 17.50hs. Ballet Amerindia 18hs Clase abierta de cumbia colombiana 19hs Guaia Mestiza 20hs Sikuris Kay Pachamanta 21hs Mercado central de Cuchipanda 21.30hs Proyección de la filmación participativa
ESPACIO DE CHARLA                                                          
15hs. Clase abierta de cocina Peruana 16hs. Charla debate sobre Permacultura 17hs. Presentación del libro “Argentina Originaria” 18hs Clase abierta de pensamiento latinoamericano 19hs “La Otra Historia 1492-2010” infografas del otro Bicentenario.
JARDIN DE LA MEDITACION                                               
15hs. Clase abierta de lengua y cultura Quechua 16hs. Clase abierta de lengua y cultura Mapuche 17hs. Clase abierta de lengua y cultura Guarani 18hs Clase abierta de circulo de voces
SALA DE PROYECCIONES                                                       
14hs Cortos coordinados por Cine Libre Parque abierto 16hs Cortos documentales del grupo Nuestra America Profunda 17.50hs Presentacion del videasta Peruano Carlo Brescia: Waras, Piteq,Wanchaq 19hs Videos Fotograficos de SubCoop: Bolivia y Paraguay
OTROS ESPACIOS                                                                       
De 11 a 20hs. Feria de productores independientes, stands informativos y comidas tipicas latinoamericanas 14hs. Armado de juguetes con material descartable 15hs Espacio de filmacion participativa 17hs Kamishibai =Teatro de papel=
Psicología Social. Trabajar en Grupo ¿Cómo, por qué y para qué ?
Una experiencia de encuentro y aprendizaje.                              
 Sábado 6 de noviembre de 9.30 hs. a 18.30hs.                        
Actividad gratuita con inscripción previa. Informes e inscripción: 
Primera Esc.P. de Psic.Social fundada por el Dr. Enrique Pichon Riviere. Dra. Ana P. de Quiroga
24 de Noviembre 997 (1224) C.A.B.A. 
Telefax:4 957-1907/4 931-0200 
secretaria@psicologisocial.esc.edu.ar 
informes@psicologiasocial.esc.edu.ar                                           www.psicologiasocial.esc.edu.ar 

Espacio Cultural Julián Centeya               
San Juan 3255 - Tel: 4 931-9667 Ministerio de Cultura, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires - ejuliancenteya@buenosaires.gov.ar
Programación de octubre
NUEVOS TALLERES: 
TALLER DE INICIACION EN LA MUSICA PARA CHICOS. Es un espacio para chicos de segundo a séptimo grado donde podrán acercarse a la música de una forma diferente. 
Días y horarios de inscripción: De lunes a viernes de 11 a 20hs. Edad, días y horarios del Taller: Sábados de 10 a 11:30hs para chicos de 7 a 9 años (2º, 3º y 4º de escolaridad primaria). Sábados de 11.30 a 13hs para chicos de 10 a 12 años (5º, 6º y 7º de escolaridad primaria) Vacantes limitadas. Inscripción presencial
TALLER DE SALSA                                                                             Días y horarios de inscripción: De lunes a viernes de 11 a 20hs. Edad, día y horario del Taller: A partir de los 18 años, los días lunes de 17 a 18:30hs.Vacantes limitadas. Inscripción presencial.Profesor: Juan José De La Cuesta 
Sábado 9                                                                                      16hs Teatro infantil                                                                      “La flauta mágica” Producción general: Babelteatro. Dirección general: Gabriela Marges Luego de varias temporadas exitosas en el Teatro Nacional Cervantes, “La flauta mágica” se presentará en el Espacio Cultural Julián Centeya.  
20hs Danza                                                                              “Castadiva: Ramos Generales”. Idea y dirección coreográfica: Mónica Fracchia. Dice algo sin contar nada. Es una suerte de manifiesto ecologista donde la basura tecnológica es reciclada para su “utilización” artística. 
Domingo 10                                                                                   
16 h Teatro infantil                                                                        
“Igor, el ayudante de Victor Frankestein" de Patricia Suarez. Por la Compañía Descarnadas. La obra narra la historia de Igor, el ayudante de Victor Frankestein, quien quiere irse del castillo de Ingolstat donde vive, a ver la Revolución que está ocurriendo afuera. 
19 a 22 h Clase abierta de tango y milonga                               
 Prof. Emiliano Gonzalez y Julia Sofía Marini
Viernes 15                                                                                    
20hs  100 años de Julián Centeya                                                                                                   Con motivo de cumplirse el aniversario número 100 del nacimiento del poeta argentino Julián Centeya, el Espacio Cultural homónimo, en conjunto con el CGPC5, realizarán un homenaje que se llevara a cabo los días 15 y 16 de octubre del corriente año.                                                                            
 Desde las 20hs. Contaremos con la presencia de destacados panelistas, que nos deleitaran con historias de vida sobre Julian Centeya, la participación de adultos mayores que han compuesto relatos de ficción entre “el hombre gris de Buenos Aires” y las mujeres del tango. El cierre estará a cargo de la Orquesta de Tango “Antigua Fray Pimiento” que recopila repertorio de tango de fines del 1800 y principios del 1900. 
Sábado 16                                                                                         
16hs Teatro infantil                                                                    
  “La flauta mágica” Producción general: Babelteatro. Dirección general: Gabriela Marges                                        
19hs, en Av. Boedo entre Av. San Juan y Carlos Calvo, contaremos con la Orquesta del Tango de Buenos Aires, elenco estable dependiente de la Dirección General de Música de la Ciudad de Buenos Aires. 
20hs Danza                                                                             
“Castadiva: Ramos Generales”. Idea y dirección coreográfica: Mónica Fracchia. Dice algo sin contar nada. Es una suerte de manifiesto ecologista donde la basura tecnológica es reciclada para su “utilización” artística. 
Domingo 17                                                                              
16 h Teatro infantil                                                                                 
 “Adela pide tres deseos”. Del Grupo Contaca                                  
 Adela espera ansiosa la llegada de sus amigos para festejar un año más.  Dirección General: Mariano González. 
19 a 22 h Clase abierta de tango y milonga                                            
Prof. Emiliano Gonzalez y Julia Sofía Marini
Jueves 21                                                                              
 20.30hs Danza                                                                                 
Taller de Danza del Teatro San Martín. Espectáculo de Danza Contemporánea por los bailarines del Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín, que dirige Norma Binaghi.
Viernes 22                                                                                      
21hs Música                                                                                
umired presenta: ciclos de musicos independientes. “Para sacudir el polvo (ojala se repita)” Recital de música y textos en forma de obra integral, conjugando música ciudadana y canciones latinoamericanas. 
Sábado 23                                                                                  
 16hs Teatro infantil                                                                      
“La flauta mágica” Producción general: Babelteatro. Dirección general: Gabriela Marges                       
20hs Danza                                                                              
“Castadiva: Ramos Generales”. Idea y dirección coreográfica: Mónica Fracchia. Dice algo sin contar nada. Es una suerte de manifiesto ecologista donde la basura tecnológica es reciclada para su “utilización” artística. 
Domingo 24                                                                                 
16 h Teatro infantil                                                                       
 “Igor, el ayudante de Victor Frankestein" de Patricia Suarez. Por la Compañía Descarnadas. La obra narra la historia de Igor, el ayudante de Victor Frankestein, quien quiere irse del castillo de Ingolstat donde vive, a ver la Revolución que está ocurriendo afuera.
19 a 22 h Clase abierta de tango y milonga                                           
 Prof. Emiliano Gonzalez y Julia Sofía Marini 
Lunes 25                                                                                               
17hs Ciclo de Cine y literatura. Coordinado por la Docente Marisa Cucullu
Se proyectará la pelicula AMADEUS. Basada en el guión escrito por Peter Shaffer, basado en su propia obra de teatro "Amadeus", este guión es a su vez una versión de la obra “Mozart y Salieri” del escritor ruso A. Pushkin
AÑO: 1984 PAÍS: Estados Unidos DIRECTOR: Milos Forman MÚSICA: Amadeus Mozart REPARTO: Tom Hulce como Mozart, F. Murray Abraham como Salieri, Elizabeth Berridge como Constanza Mozart, Roy Dotrice como Leopold Mozart
Jueves 28                                                                                    
18hs Muestras                                                                               
 Inauguración muestra de pinturas, objetos, fotografías y dibujos: Raúl Herrera, Liliana Fernández Infanzón, Susana Arrieta, Estela Díaz y Mónica Lebedinsky. Curador: Lic. Alejandro Gabriel Fernández.                                                            Hasta el jueves 11 de noviembre.                                                       
Visitas de lunes a domingos de 10 a 20hs
20.30hs Danza                                                                              
Taller de Danza del Teatro San Martín. Espectáculo de Danza Contemporánea por los bailarines del Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín, que dirige Norma Binaghi.
Viernes 29                                                                                   
 21hs Música                                                                          
En el marco Jazz en los Barrios, dentro del Ciclo de Blues en los Barrios, se presentará Jazz 4. Músico invitado: Gabriel Grätzer.
Cuenta con un vasto repertorio fruto de sus mas de 3.000 presentaciones en vivo. el conjunto se dedica a reversionar los clásicos temas del repertorio jazzistico dando muestras de un muy buen gusto en los arreglos que realiza. Esta presentando los temas de su próximo disco cuyo titulo será Swing to bop
Sábado 30                                                                                     
16hs Teatro infantil                                                                    
  “La flauta mágica” Producción general: Babelteatro. Dirección general: Gabriela Marges
20hs Música                                                                                     
En el marco del Ciclo de Blues en los Barrios se presentará se presentará Easy Babies. Adelantando temas de su nuevo disco "El Blues Paga Mal". 
Domingo 31                                                                                  
16 h Teatro infantil                                                                        
“Igor, el ayudante de Victor Frankestein" de Patricia Suarez. Por la Compañía Descarnadas. La obra narra la historia de Igor, el ayudante de Victor Frankestein, quien quiere irse del castillo de Ingolstat donde vive, a ver la Revolución que está ocurriendo afuera.
19 a 22 h Clase abierta de tango y milonga                                            
Prof. Emiliano Gonzalez y Julia Sofía Marini 
TODAS LAS ACTIVIDADES CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA. LAS ENTRADAS SE RETIRAN UNA HORA ANTES DE LA FUNCION,.  
Colectivos: 4,7, 23, 32, 41, 53, 56, 75, 96, 97, 101, 115, 126, 127, 128, 134, 155, 160 y 165.  Subte: Linea E  Estación Urquiza