14.9.08


Nº 78
Septiembre de 2008



SUMARIO

La plaza, en concurso
Mario Bellocchio

Callejeando historia:
Sarmiento y el “Facundo”
Diego Ruiz

La otra vida
No creo en el Paraíso. Tampoco en el Infierno. Sin embargo, tengo una certeza absoluta acerca de la existencia de mi otra vida.
Mónica López Ocón

Cromagnon… Argentina promedio
Leonardo Busquet

La calle Pirker
“Impóngase el nombre de comisario general Juan Angel Pirker a la calle Ramón Falcón”.

Dos septiembres, dos golpes
Septiembre nos trae a la memoria dos momentos de quiebre institucional en nuestra historia, los golpes de Estado de 1930 y de 1955.
María Virginia Ameztoy

Informe plaza
Las últimas novedades y la convocatoria para el Sábado 13 desde las 11
Los vecinos toman posesión simbólica del predio
que será nuestra PLAZA MARIANO BOEDO.

Patricia Roselló

Juan José Cartasso: “Nací adentro de un tacho de pintura”
En 1950, cuando Cartasso todavía era estudiante, le dio una vuelta de tuerca a la técnica del grabado: el resultado fue el neograbado.
Edgardo Lois

Museo Monte de Piedad
El quinto aniversario de esta institución

POEMA
REFLEXIONES DE UN PERRO FRENTE AL MAR
Roberto Esmoris Lara

EDITORIAL
“El gran colisionador”…
…la prensa radial y la ignorancia
Mario Bellocchio

VER, LEER Y ESCUCHAR
Crítica literaria, teatral y de producciones discográficas

CULTURA GRATUITA
Actividad cultural barrial que no requiere pago alguno





La plaza, en concurso
El Gobierno de la Ciudad, en cumplimiento de la ley 2266, se dispone a transformar en espacio verde de uso público el predio Vail. Para ello convoca a un concurso de anteproyectos que aísla al vecindario del diseño participativo


El Gobierno de la Ciudad acaba de publicar las bases para el llamado a “Concurso de anteproyectos plaza Boedo”. El área promotora es el Ministerio de Desarrollo Urbano, a cargo del arquitecto Daniel G. Chain y la ejecutiva, ejercida por el arquitecto Jorge O. Sábato, la Subsecretaría de Proyectos de Urbanismo, Arquitectura e Infraestructura (SSPUAI). El concurso tiene fijada su fecha de cierre el viernes 3 de octubre de 2008.
El GCABA asigna al concurso el marco general de su voluntad de “recuperar para el uso público un importante espacio urbano privado en el barrio de Boedo y de ese modo comenzar a paliar la carencia de espacios públicos verdes en ese sector del ejido porteño. En ese sentido la decisión gubernamental se alinea con el reclamo de vecinos y organizaciones barriales que desde hace tiempo vienen reclamando la necesidad de contar con una plaza. […]
Dentro de los objetivos generales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires […], está el de obtener, luego de una compulsa abierta de propuestas arquitectónicas, la mejor solución para ‘PLAZA BOEDO’ cuyo diseño actúe como catalizador e integrador, en este caso, de la socialidad barrial y brinde a sus vecinos un ambiente vegetal que favorezca el sosiego y la recreación pasiva.”

Hasta aquí un par de puntualizaciones: para la declaración de que en ese sentido la decisión gubernamental se alinea con el reclamo de los vecinos y organizaciones barriales” sobre “paliar la carencia de espacios públicos verdes”, es oportuno aclarar que el gobierno de la ciudad se alinea, ante todo, con el cumplimiento de una ley —la 2266— que dispone la expropiación y dedicación exclusiva del predio a espacio verde. Y que se enfatice la expresión “en ese sentido” previene, cuando menos, sobre el desacuerdo en los restantes reclamos al respecto. El primero de ellos: que en nombre de una transparencia, cuya evidencia no se pone de manifiesto con el procedimiento adoptado, se recurra al concurso en lugar de utilizar a la Dirección General de Espacios Verdes del propio Gobierno, —sin costo alguno— para el proyecto. Recuérdese que la Comisión Vecinal Todos por la Plaza de Boedo mantuvo reuniones con el arquitecto Andrés Plager y el Sr. Norberto Pini de esa dirección, quienes manifestaron en su momento “que ni bien el expediente llegue a Espacios Verdes ellos estarán en condiciones de elaborar el proyecto de la plaza y que necesitarían, además de las pautas ya recibidas (N. de la R.: provistas por nuestra Comisión), cuatro o cinco reuniones con los vecinos para elaborar el proyecto constructivo definitivo”. (“Desde Boedo” Nº 76, julio de 2008). La utilización de esta variante que, aceptamos, el Gobierno de la Ciudad tiene la potestad de elegir (Art. 3º de la Ley Nº 2201), conlleva un gasto inicial de $ 150.000.- en premios distribuidos entre los tres primeros del certamen y la demora que supone la mecánica del propio concurso contra la celeridad, la gratuidad y la conexión directa con las necesidades vecinales que hubiera brindado la intervención de la Dirección General de Espacios Verdes. Una observación más: se menciona en dos oportunidades el nombre “Plaza Boedo” sin acudir a un genérico más propio para un espacio cuya nominación definitiva está en tratamiento legislativo con todos los antecedentes que recabó nuestra Comisión en encuesta vecinal de la cual sobresalió ampliamente el nombre “Plaza Mariano Boedo”.

Se mencionan como “emergentes del terreno —los condicionantes más significativos a tener en consideración por los participantes: 1) el uso residencial de la vecindad, 2) la prevención de hechos de inseguridad particularmente durante la noche, 3) la presencia del borde ocluido por la medianera de fondo de los predios frentistas a Virrey Liniers, 4) el fuerte impacto de la torres y particularmente de la proyección de sombras sobre la futura plaza, y 5) la importancia de la calle Carlos Calvo y secundariamente Estados Unidos como conectoras con la centralidad barrial.
[…] será de singular importancia -se manifiesta- proponer soluciones que marquen en la plaza la impronta cultural del barrio o que desarrollen en ella una temática que la caracterice, estimulando por esa vía la identidad y el sentido de pertenencia de los habitantes de Boedo.
A fin de garantizar los conceptos vertidos resulta esencial definir los vínculos de la futura plaza con la actual centralidad del barrio, con eje en Av. Boedo y San Ignacio, para que se constituya, dada su proximidad con el mismo, en pieza fundamental del sistema de espacios públicos del barrio”. Se enumeran como condiciones obligatorias: “1) encuadrar la propuesta arquitectónica en un presupuesto de $ 8.167.900; 2) garantizar, por razones de seguridad, una plena visualización de la plaza en horas de la noche, evitando barreras a la iluminación artificial, inclusive la de la forestación existente; 3) asegurar la accesibilidad a cada uno de los sectores integrantes de la propuesta de acuerdo a lo dispuesto por la Ley 962; 4) conservar el edificio existente sobre calle Carlos Calvo y la torre-tanque adyacente al mismo.”

Sobre este último punto la obligatoriedad no se argumenta, se exige. Dentro del marco general, al comienzo del enunciado y totalmente desvinculado de la preservación indicada en el punto 4) se manifiesta que “la historia cuenta que desde los primeros años del siglo XX y hasta 1963, funcionó en dicho predio una estación terminal tranviaria denominada Estación Vail”. El relato, impreciso y erróneo —la estación está ahí desde 1887/88, se llamaba estación Liniers, luego Vail— introduce a los proyectistas en la consideración histórica y no se les exige preservación alguna dado que las autoridades, por vía del atajo, han decidido, antes que los paisajistas concursantes, que el elemento a preservar es “el edificio existente sobre calle Carlos Calvo y la torre-tanque adyacente al mismo”; es evidente el subtexto: a nadie se le ocurra rescatar algunos rieles soterrados o alguna cabriada, como las de la fotografía que acompaña a este artículo —materia de diseño que imponen los que no diseñan. Quede subrayado, de todas maneras, que los vecinos se manifestaron siempre por un altísimo porcentaje de verde que compensara la carencia barrial del mismo, por lo que la preservación solicitada nunca revistió volumen sino símbolo preciso con garantía de longevidad, algo significativo y respetable que revele que ahí residió por más de un siglo un indudable hito de nuestra identidad barrial.
En el programa de necesidades para el edificio existente sobre calle Carlos Calvo se requiere un proyecto que contenga “en el nivel bajo: oficina de información comunal, cultural y turística de Boedo (6 escritorios de trabajo), salita de reuniones, sanitarios para ambos sexos (internos), depósito. Y en el nivel alto: salón único de usos múltiples para exposiciones temporales o eventos socioculturales. Exteriormente, considerar algún tipo de expansión”. Se destaca la exigencia funcional sin instrucción alguna sobre preservación del patrimonio tangible.
Se señala que podrán participar en el concurso “exclusivamente los profesionales individuales arquitectos, diseñadores del paisaje o ingenieros civiles”. Y que el jurado “estará conformado por cuatro (4) integrantes, con un voto cada uno, a saber: un representante de la Promotora (?), un representante de la Sociedad Central de Arquitectos, un representante por los participantes elegido a simple pluralidad de votos y el Sr. Subsecretario de Proyectos de Urbanismo, Arquitectura e Infraestructura (como presidente), que votará como integrante del jurado y, en caso de que no se forme mayoría simple, su voto será considerado doble en el cómputo. El fallo del jurado será inapelable”. Ninguna representación vecinal por medio de la Comisión Vecinal a pesar de que cuenta con profesionales habilitados al efecto. Llama la atención, de igual manera, la exigüidad del plazo —un mes calendario— para la presentación, dadas las exigencias —a las que este periódico ha tenido acceso—, lo que acota los oferentes a organizaciones cuya magnitud les permita tal celeridad o que ya estuvieran trabajando sobre el tema. Se establecen como premios: un 1º de $ 114.350.-, 2º de $ 22.870.- y 3º de $ 11.435.-. Y menciones honoríficas a criterio del jurado.

En “consideraciones particulares” se define que “el presente llamado para la Plaza Boedo no se circunscribe a intervenir de la Línea Oficial hacia el interior de predio, sus veredas forman parte de la misma y el marco edificado que circunda la manzana debe ser tenido en consideración. Es de fundamental importancia preservar sin interferencias el uso residencial existente considerando que la solución adoptada debe abarcar la totalidad del hueco urbano.”
El programa de necesidades para el ámbito plaza señala: “anfiteatro con capacidad para 250 espectadores. Area de adultos y tercera edad. Mesas y sillas fijas (reunión, comer, juegos de mesa, etc): 50 plazas en diversas agrupaciones. Lugares de sentarse para el descanso, la lectura, etc. a criterio del proyectista. Su armado propenderá el encuentro y la asociatividad” (neologismo, este último, que da lugar a un sinfín de interpretaciones).
“Es exigencia asegurar sombra veraniega, preferentemente vegetal al equipamiento fijo, mediante pérgolas o galerías. Area de Infancia. Calesita (cerco 12m de diámetro). Playoncillo triciclos y otros: 80m2. Arenero con multijuego (diámetro aprox. 5m) y juegos para niños menores: 200m2. Bancos para acompañantes, con sombra. Cerco para proteger el sector del ingreso de animales.”

Y en servicios generales: “punto de encuentro-cartelera barrial. Iluminación general y sectorizada. Red de riego (árboles, trepadoras y canteros). Sistema de drenaje aguas pluviales.” Estas necesidades pautadas, acordes con una plaza contemporánea, forman parte detallada de la requisitoria vecinal.

El día 15 de agosto se produjo la primera visita al predio luego de la toma de posesión por parte del gobierno de la ciudad. A las 10 de la mañana concurrieron las autoridades encabezadas por el jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y el director del CGPC 5, Marcelo Bouzas. Un nutrido grupo de vecinos —entre ellos los integrantes de la Comisión Plaza— se hizo presente en el lugar. El jefe de gabinete puso énfasis en la celeridad y los integrantes de la Comisión en que la rapidez de la ejecución, que es materia ponderable, no tropiece con una precipitación desmedida que arrase en la demolición algunos elementos insustituibles de la preservación. Igualmente llamó la atención una puntualización de Rodríguez Larreta, quien señaló que “Aprovechen ahora que el gobierno dispone del presupuesto para la realización, mañana puede haber otras prioridades”. Entre los vecinos se oyó como una expresión extorsiva y carente de una necesaria planificación en la acción de gobierno. La exhortación al aprovechamiento inmediato se entendería si los vecinos tuvieran la oportunidad de dilatar los plazos mediante alguna intervención que el gobierno se ha ocupado de clausurar. En efecto: en la reunión de la Comisión Vecinal Todos por la Plaza de Boedo con autoridades de Desarrollo Urbano (GCABA) del miércoles 27 de agosto —que se detalla en el informe de Patricia Roselló—, con el objeto de reafirmar las pautas largamente trabajadas, los anfitriones recibieron copia de todo el informe presentado por la Comisión en los últimos meses y se manifestaron receptivos y “en permanente contacto” para que estuvieran reflejadas las inquietudes en el concurso. No pasaron 24 horas para que las bases concursales tuvieran estado público con ausencias y diferencias sobre lo solicitado vecinalmente. Ante la requisitoria de la Comisión sobre esa actitud, de abierto contraste con la reunión personal, la respuesta fue tajante: “Las bases ya son públicas y no existen modificaciones. Han recibido la versión final”. Quedó la amarga sensación de que se nos había entretenido infantilmente.
Los baños públicos, necesarios en tan aislada ubicación, fueron desechados con la pueril excusa de que es difícil su cuidado —justo en el momento en que el jefe de gobierno auspicia e inaugura el regreso de los guardianes de plaza— (ver pág. 6). La vital preservación simbólica se trató con ligereza y con información fragmentada e inconexa provista a los concursantes del proyecto. No se oficializó la potestad vecinal de nominar sectores de la plaza que permitan honrar a sus notables. Y se concursó sobre “Plaza Boedo” el ámbito verde que la Legislatura trata como “Plaza Mariano Boedo”. Finalmente, el concurso, a todas luces innecesario, aísló al vecindario de un diseño participativo: la funcionalidad sólo provendrá de la esterilizada probeta profesional.
La plaza va inexorablemente hacia su concreción. Cercano el día del corte de cintas es necesario discernir la atribución de méritos. Al gobierno de la ciudad, en su legitimidad democrática, le cabe el honor de cumplir con la ley 2266. A los vecinos, desde aquellos que se opusieron a la espuria entrega del predio en los años 70 hasta los que lucharon en la Legislatura contra los aviesos intereses de la Catedral de la Fe, el verdadero mérito de la conquista.
Mario Bellocchio




Callejeando historia:
Sarmiento y el “Facundo”
A lo largo del presente año este cronista callejero ha ido recorriendo, más o menos cronológicamente, la trayectoria de nuestra literatura a través de los escritores cuyo nombre figura en la nomenclatura urbana. Veíamos en los últimos números cómo se afincó en nuestras costas el movimiento “romántico” a través de Echeverría y la Sociedad Literaria y, en ese marco, es inevitable que hablemos ahora de Sarmiento, a quien ya nos referimos allá por septiembre de 2004 en relación a cómo se ganó el mote de “loco”. No repasaremos su biografía, pero sí lo ubicaremos en su juventud, cuando en 1838 Manuel Quiroga Rosas funda en la provincia —con su biblioteca personal traída de Buenos Aires— una filial de la Sociedad Literaria en la que participa el joven Domingo, que dos años antes había regresado de Chile, donde se había exiliado tras combatir, en 1831, contra Quiroga en Rodeo de Chacón.
Dice Sarmiento que en la Sociedad, que funcionaba como una verdadera logia, se dedicaron “al estudio y análisis de las obras aportadas a la biblioteca y a los estudios literarios, traduciendo el espíritu europeo al espíritu americano, con los cambios que el diverso teatro requería”, y señala que “hemos estudiado de una manera crítica y ordenada la literatura francesa. Hemos conocido a Hugo, Dumas, Lamartine, Chateaubriand, Thiers, Guizot, Tocqueville, Lerminier, Jouffroy...”; a los que nosotros agregaríamos a Walter Scott, Volney, Silvio Pellico, Larra y muchos otros repetidamente citados en Facundo y en Recuerdos de provincia. Lleno seguramente de estas lecturas, funda en 1839 el “Colegio de Pensionistas Santa Rosa” para mujeres y el periódico El Zonda, del que llegan a aparecer seis números. Lo cierto es que las actividades de la Sociedad y las virulentas notas del periódico no le hicieron mucha gracia al gobernador Nazario Benavídez, que respondía políticamente a Facundo, y el 25 de mayo de 1840 irrumpe en persona en una reunión secreta, los declara conspiradores y fuerza a exiliarse a Quiroga Rosas, Antonino Aberastain y demás integrantes del cenáculo. El último en cruzar la cordillera será Sarmiento, el 18 de noviembre, escribiendo la famosa frase en los baños del Zonda que atribuye a Fourtoul, aunque años después Paul Groussac dirá que es de Volney y otros de Diderot.
En Valparaíso ingresa como redactor a El Mercurio y el 11 de febrero de 1841, víspera del aniversario de la batalla de Chacabuco, publica El 12 de febrero de 1817, su primera pieza literaria que firma “Un teniente de artillería”, tiene buen éxito de crítica y público y merece el elogio nada menos que de Andrés Bello. Este elogio no impedirá que al poco tiempo, en 1842, Sarmiento entre en polémica con el propio Bello sobre la lengua castellana, donde el venezolano defiende el purismo del idioma y la necesidad de que un “cuerpo de sabios” establezca sus leyes y uso, mientras el sanjuanino —romántico al fin— arenga a la juventud chilena sosteniendo que “en vez de ocuparnos de la forma, de la pureza de las palabras, del redondeo de las frases, de lo que dijo Cervantes o fray Luis de León, adquirid ideas de dondequiera que vengan (...) echad miradas observadoras sobre nuestra patria, sobre el pueblo, las costumbres, las instituciones, las necesidades actuales, y en seguida escribid con amor, con corazón, lo que se os alcance, se os antoje, que eso será bueno en el fondo, aunque las formas sean incorrectas; será apasionado, aunque a veces sea inexacto. Agradará al lector, aunque rabie Garcilaso. No se parecerá a la de nadie; pero, buena o mala, será vuestra, nadie os la disputará”. Como vemos, un verdadero programa que pronto se reflejará, al menos en cuanto a la pasión, en sus primeras obras, Mi defensa, escrita en 1843 y germen de Recuerdos de provincia y, en 1845, El general fray Félix de Aldao y Civilización y barbarie, primer título que llevó el Facundo al aparecer por entregas, como folletín.
¿Y qué es el Facundo, una obra sobre la que el propio autor cambió de óptica a lo largo de los años? En 1845, cuando lo publica, dice que “es la visión del desierto donde se forma la montonera y el caudillo, con su dogma Federación o Muerte”; en 1851 dirá que es un mito, como su héroe; en 1874, en la cuarta edición de París, le agrega “Facundo” al título original y dice que “es una especie de poema, panfleto o historia”; en 1881, al fin, entenderá que “es un libro extraño, sin pies ni cabeza, biografía informe. Verdadero peñasco que se lanza a la cabeza de los titanes”. Quizá sea Miguel de Unamuno el que da en la tecla cuando dice “nunca tomé a Facundo, de Sarmiento, por una obra histórica, ni creo que pueda salir bien librada, juzgándola en tal aspecto. Siempre me pareció una obra literaria, una hermosísima obra literaria, o una verdadera novela a base histórica”. Y aquí es adonde queríamos llegar. Se ha pretendido que nuestra prosa nace con “El matadero” de Echeverría pero, como ya hemos dicho en otra entrega, este relato recién fue exhumado por Juan María Gutiérrez en 1871 por lo que no fue conocido, ni ejerció influencia en su época. El honor de fundar nuestra novela le corresponde en parte a Mármol, cuya primera parte de Amalia fue publicada en Montevideo en 1844 y, según lo dicho, a Sarmiento con el Facundo, que también es historia social y civil, ensayo psicológico, tratado de sociología, todo en el contexto de esas ciencias a mediados del siglo XIX y que, a diferencia de la mal envejecida obra de Mármol, mantiene su frescura y es posible leerla —manteniéndola en su contexto— con placer.
Lamentablemente esta columna no tiene suficiente espacio para poder desarrollar, con más detalle, estas afirmaciones y exponer algunos datos que nos ayudarían a comprender mejor el Facundo y las motivaciones de Sarmiento, conscientes o inconscientes. Baste decir que ambos linajes —Quirogas y Sarmientos— vienen entrelazados en San Juan y La Rioja desde los tiempos de las fundaciones hispánicas y que el escritor y el personaje, en suma, eran algo así como primos en grado lejano: si existe un factor genético que corresponde a la desmesura, ambos se identifican y se explican mutuamente.

Sarmiento, del que se apropiara el liberalismo que sistemáticamente ocultó sus escritos póstumos tanto como los de Alberdi, donde ambos viejos desarrollaron la más virulenta crítica al sistema y la Argentina que habían contribuido a crear, tiene calles, estatuas y establecimientos con su nombre en todo el país. Solamente en nuestra ciudad, una calle y una avenida, ésta en Palermo, lo recuerdan. En cambio, Facundo Quiroga no ha merecido aún ser recordado en la nomenclatura de Buenos Aires, aunque sí en numerosas localidades del conurbano y del Interior, descontando por supuesto a la provincia de La Rioja. Sí existe una calle Facundo, referida al libro, en el barrio de Liniers, que corre desde Ventura Bosch hasta Boquerón entre El Chacho y Cosquín, en el centro de una urbanización de manzanas “fideo” donde coexisten La Cautiva, Las Bases, Amalia y El rastreador con especímenes de la fauna y flora autóctonas. Algo es algo.
Diego Ruiz




La otra vida
No creo en el Paraíso. Tampoco en el Infierno. Sin embargo, tengo una certeza absoluta acerca de la existencia de mi otra vida. Cada día, como un casto que recolecta purezas o como un pecador que colecciona pecados, yo junto libros y objetos que me acompañarán en esa otra existencia que tendré algún día en la que, por fin, se acabarán las postergaciones y llegará el momento perfecto en que usaré todo aquello que tengo guardado. No creo que mi fe en una vida en la que será posible cumplir los más pequeños caprichos y deseos sea original, individual y única. Por el contrario, creo que es una creencia que cuenta con más adeptos que ninguna otra religión. Mi abuela, por ejemplo, como tantas mujeres, coleccionaba recetas de cocina que jamás ponía en práctica. Las recortaba de periódicos y revistas y las pegaba en un cuaderno de tipo escolar que, alimentado por proyectos de platos exquisitos, había engordado monstruosamente con el tiempo. Muchas se habían despegado y era preciso retenerlas en el cuaderno colocándole una vieja liga de media femenina para que aquel cuerpo no anduviera perdiendo las entrañas. Las hojas del cuaderno y la mayoría de las recetas se habían puesto amarillentas como cartas de amor y sobre su superficie podían verse las típicas pecas de la piel de los viejos. Aquel cuaderno era, a su manera, un diario íntimo de deseos secretos hábilmente ocultos bajo un disfraz culinario. Mi abuela fantaseaba, sin duda, con un momento perfecto en el que un bizcochuelo de limón la convertiría en el centro de los comentarios y haría que todos le pidieran la receta. Seguramente habrá recortado muchas del diario “El tiempo” en las largas y solitarias tardes invernales de Azul soñando con el mes de febrero, cuando el tren nos llevaría a todos desde Buenos Aires a saborear aquellos manjares de la dicha cuyo gusto quedaría por siempre en la memoria de nuestras papilas. Pero jamás se presentaba el momento perfecto para preparar aquel plato sofisticado capaz de asombrarnos al unísono apenas nos sentáramos a la mesa. La rutina se imponía inevitablemente sobre “la otra vida” que mi abuela había soñado en tardes invernales y volvíamos siempre a los sabores consabidos del pastel de papas, los bifes a la criolla y el pollo con cebolla y el budín de pan con pasas de uva que era el ritual obligado previo al corso las noches de Carnaval. A diferencia de “la otra vida”, la vida cotidiana está hecha de gestos repetidos y el sabor conocido parecía siempre preferible a la sorpresa. Sin embargo, el cuaderno seguía engordando con las recetas del diario “El Tiempo”.
Admiro a quienes me dicen que se deshacen de los libros que ya saben que no volverán a leer. ¿Cómo resignarse a que ya no volveremos sobre ciertas páginas? Aceptar que hay líneas a las que jamás regresaremos es como aceptar la muerte en dosis pequeñas. Creo fervientemente en que habrá una vida en que no sólo releeré los libros más queridos, sino en que leeré también aquellos otros para los que parece no llegar nunca el momento indicado. Secretamente abrigo la esperanza de que un día usaré en algún vestido aquella antigua hebilla de cinturón que fue de alguna mujer de la familia; que me sentaré al escritorio, frente a la ventana, un día de lluvia, y todos los libros que jamás abiertos desfilarán bajo mis ojos revelándome secretos insospechados; que haré las recetas del desvencijado cuaderno de mi abuela; que encontraré un destino preciso para las sábanas de hilo heredadas que guardo en los armarios a la espera de la ocasión perfecta que me permita transformarlas en cortinas o en cubrecamas. Creo que en “la otra vida”, habrá oportunidad para que tantos trastos inútiles encuentren, por fin, su utilidad. Y habrá tiempo también para ajustar cuentas con el silencio y dar respuestas brillantes a las palabras ofensivas ante las que callé, para decir aquello que no me atreví, para hacer las preguntas que no formulé.
Hay quien cree que guardar botones, conservar libros que no se leen y atesorar recetas de cocina que no se llevan a la práctica es una manía de viejo. Cuesta entender el optimismo que se esconde en el acto de atesorar objetos inútiles. No creo en la resurrección del alma, pero creo en la resurrección de los botones, en la resurrección de las sábanas de hilo, en la resurrección de las recetas amarillentas del diario “El Tiempo”, en la resurrección de las palabras muertas o no dichas. Sé que un día cesarán los gestos repetidos y comenzará “la otra vida”. Y aun si no comienza nunca, si jamás llega la ocasión perfecta, allí quedarán mis botones viejos reclamando camisas nuevas; allí quedará el cuaderno de recetas de mi abuela a la espera de que el fuego de alguna hornalla encienda sabores e historias e ilumine la noche como si fuera una hoguera.
Mónica López Ocón




Cromagnon… Argentina promedio
“El hombre no es sino lo que hace de él la educación” Emmanuel Kant

Fue acertada la definición que sobre la televisión dio Federico Fellini: “Un espejo en donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural”.
Antes, una necesaria aclaración: a la luz de lo vivido, queda una sensación a flor de piel: ninguna tragedia, ningún dolor, individual o colectivo, otorga privilegios, y sólo la justicia, sin interferencias ni presiones reaccionarias o interesadas, debe dirimir las cuestiones contradictorias de las sociedades, por más desgarrantes que éstas hayan sido.
En aquella noche —no tan lejana aún— de un diciembre que agotaba sus horas finales, la televisión mostró en vivo y en directo un nuevo capítulo del espanto. Cadáveres diseminados en las calles, pandemonio de ambulancias, unidades policiales, bomberos, voluntarios desesperados y curiosos acosados por el morbo y la sorpresa, dominaron la escena de la vida derrotada.
Minuto a minuto las cifras crecían para dar forma a una masacre que se adivinaba evitable, y entonces, todos tuvimos —a flor de piel— la necesidad de indignarnos otra vez pero no desde el lugar de la ingenuidad o de la sorpresa distraída que surge del desconocimiento.
Hay tolerancias que fastidian porque no parten de una actitud moral genuina como esas auditorías que no llegan a tiempo o que se arreglan con alguna moneda irregular y finalmente se cajonean. Siempre asistimos (salvo que nos consideremos extraterrestres) a la coima de algún policía “para el café con leche” o “para la pizza que pide el comisario”. Es proverbial el certero escupitajo que los cocineros imponen como condimento extra a las comidas que saben ir a las dependencias policiales.
¿Cuántas veces hemos buscado algún arreglito “de alguna manera”?
De esta forma también se fue minando el sistema de valores, se han destrozado los paradigmas culturales y la dimensión ética de las acciones sociales de todos se evaporó como el humo lacerante de Cromagnon. ¿Dónde se encuentra el límite de todo esto? ¿Existe un límite? ¿En que medida somos responsables? ¿O seremos culpables? ¿Hasta donde nos abarca la distracción? ¿Es digno hacer caer un gobierno comunal mediante un golpe institucional sin asumir responsabilidades comunes? ¿Cuántos boliches de mala muerte, colmados de irregularidades, proliferan en el conurbano bonaerense sin que nadie asome ningún grito, aunque sea destemplado?

Cromagnon es una caverna de Francia en las proximidades de Dordoña, donde en 1868 se hallaron varias osamentas y un cráneo de homo sapiens fossilis. Tras el hallazgo, los restos pasaron a la historia como los pertenecientes a la “raza de cro-magnon”.
La caverna es fría por naturaleza, oscura, está rodeada de acechanzas. Su sola mención causa miedo. ¿Habrán pensado en esta simbología los empresarios especuladores que cerraron con candado las puertas de un local atiborrado de seres humanos y que en ese exacto instante, al hacerlo, se convertían en criminales?
Con el dolor sobre nuestras espaldas, no debemos darle al enemigo la satisfacción de nuestra derrota. Por lo menos no hay que hacérsela fácil.
Porque no se trata de señalar y culpar desde el lugar impune de los que suelen perpetrar eso de “Y que querés si son negros villeros… Mirá vos, dejar los bebés en un baño”. Si lo hacen es porque este indigno sistema nos ha tirado a todos al sucio baño de las miserias sociales. Una inmundicia que ni la leve llovizna de las honestas acciones puede limpiar. Y también porque hay conductas individuales que pueden convertirse en criminal irresponsabilidad. Alguien hizo negocio con las bengalas, alguien prendió una de ellas sin medir el alcance de semejante estupidez. La Justicia, ahora, tiene que dar cuenta de esos brutales desatinos. Cromagnon es Argentina en chico, apreciación que se ha convertido en lugar común: desidia social, Estado desertor, improvisación, corrupción oficial y privada, ignorancia, amiguismos, paternidades desaprensivas.

En la calurosa noche del 30 de diciembre de 2004, en un barrio que para cierta frivolidad tilinga y decadente “huele mal”, afloró el fuego de lo peor de nosotros. Aquella noche fatídica los sonidos se confundieron. No era la música marginal de un sector, eran los estertores del espanto. Empresarios, funcionarios y dirigentes amorales, sin rumbo ético, a los que solo les importa mantener prebendas, billeteras abultadas y cheques girados al exterior, lejos, allá en los paraísos fiscales donde se radican nuestras indecencias. Mientras tanto, el tiempo —que es inexorable— discurre en vanos conciliábulos que tratan de ensanchar el delgado límite que existe entre la culpa y la responsabilidad y a quienes alcanza.
Cromagnon existió, entre otras miserias, porque no nos queremos ni nos respetamos entre semejantes. Y después del bárbaro episodio, se clausura todo porque todo funcionaba mal. No clausuremos la memoria de 194 cuerpos que se apilaron en el escenario aberrante de una Argentina promedio que se empecina en sostener que el fin justifica los medios y a cualquier precio. Un daño que nos llega a todos irremediablemente.
Surge entonces la escaldada sensación de que mientras no alcancemos la raíz profunda de nuestros males, aquí, en la superficie, el humo corruptor de los canallas nos tapará, una vez, más la razón. Es la vida sin valor alguno. Probablemente sea este el momento, ahora que el juicio oral y público desnuda las miserias de aquella trágica noche, de reconocernos a nosotros mismos, por lo que somos pero también por lo que no debemos ser.
Sobrevivimos abrumados por enormes inequidades, golpes de la naturaleza, cambios desfavorables en el uso de la tierra, pérdida de bosques nativos y ecosistemas vulnerables. ¿Cuánta de toda esta desdicha se produce por la mano especuladora del hombre? El recordado abogado ambientalista Alberto Katán supo decir que el problema ecológico más grave es el de la pobreza y la falta de educación. Un concepto elaborado hace más de dos décadas y que ahora, en el S. XXI, se reconoce en su estado más profundo y dramático.
Las amplias clases postergadas irrumpen en el escenario de la supervivencia a los codazos. ¿Cuántos cromagnones implica el modelo de ajuste neoliberal que en los años noventa nos despobló la esperanza arrojándonos al abismo? La sutil criminalidad del modelo se agazapa en los repliegues perversos de miles de pibes muertos por desnutrición, en la persistente falta de oportunidades, en la precarización laboral y en todos aquellos que sobreviven con la esperanza de un futuro tan corto como condenado al olvido. La degradación del ambiente es la degradación del ser humano. Se vive al día, como al pasar. Se vive desoyendo el grito pelado de las variadas formas con que se presenta la injusticia. Y no nos perturbamos debidamente y nos olvidamos tan rápidamente. Ni siquiera un esfuerzo para encontrar el atajo digno de la solidaridad. Es cierto, hay algunas expresiones solidarias que valen lo suyo, pero cuánto nos cuesta ir más allá. Todo este desquicio parte de un modelo de vida decadente, anodino y subalterno. ¿Nos cuesta tanto reconocer que así no vamos a ninguna parte? ¿Qué tal como estamos caminamos hacia el fracaso?
Un estudio conjunto de CEPAL y UNESCO señala que los países de América Latina (incluido el Caribe) tienen algo más de 39 millones de analfabetos adultos y necesitan una inversión de casi siete mil millones de dólares para erradicar el flagelo antes de 2015. Por su parte, el informe “Pobreza infantil en el mundo en desarrollo” de David Gordon, indica que un tercio de los niños de aquella región, vive en absoluta pobreza.
El trabajo destaca la miserable situación de los niños y adolescentes arrojados a la prostitución, la desnutrición, la trata de personas, la esclavitud laboral y la falta de educación.
El maestro Bernardo Kliksberg insiste: “Hay que llevar la ética a las políticas y proyectos de desarrollo”. Nos domina una buena dosis de hipocresía como para comprender el alcance de semejante advertencia.
El boliche Kheyvis ardió hace muchos años y los pibes que quedaron en esa trampa mortal no solo fueron olvidados por la llamada “opinión pública”, sus nombres jamás volvieron a aparecer en la televisión de las urgencias cotidianas y del rating fácil, y tampoco sirvieron para cambiar algún rumbo retorcido. Un detalle final. Los chicos de Kheyvis no eran “negritos de la villa”.
Inmediatamente después de Cromagnon, sobrevino la ira sobreactuada de algunos padres abrumados por lo irreparable. Muchos optaron por el recogimiento del duelo a la espera de justicia. Pero otros buscaron el lento atajo de la querella criminal con la intención de cobrar abultadas indemnizaciones, entonces irrumpió en escena la detestable industria del juicio, que alguno de ellos conoce tan bien. Y otro de los padres, hasta llegó a congraciarse con el jefe de gobierno Télerman, quien lo designó (después la vergonzosa maniobra institucional urdida en la Legislatura porteña y que terminó con la administración Ibarra), como director general en un área social de la comuna. Ese padre encontró su precio (Napoleón dixit) y morigeró su ira en el preciso instante en que despertaba la ira de su hijo muerto.

Alguna vez podremos mirar por encima de las miserias cotidianas para evitar que se conviertan en tragedias. Alguna vez entenderemos que somos ciudadanos responsables de muchas cosas y que a los hijos no se les puede soltar la mano empujados por el desinterés, en la creencia de que ellos son grandes y saben lo que hacen. Alguna vez daremos cuenta de que la corrupción anida en el cuerpo social y no responde a una ideología o sector partidario. Alguna vez abandonaremos el vil cálculo de la codicia que se abre sobre los muertos queridos. En fin…, alguna vez, a todos, nos debe llegar el agobio de cada pequeña muerte evitable como le llegó al poeta: ... “A pesar de sus fuegos, sus cavernas, sus orgasmos, sus glorias, sus espantos, los sueños son pequeñas muertes. Por eso, cuando llega el despertar y de inmediato el sueño se hace olvido, tal vez quiera decir que lo que ansiamos es olvidar la muerte, apenas eso”.*
Leonardo Busquet

(*) Fragmento de “Pequeñas muertes” de Mario Benedetti.




La calle Pirker
Es incomprensible que aún hoy la Policía Federal centre sus honras en Ramón Falcón y no conceda espacio al recuerdo de Juan Angel Pirker


Con el número 731-D-2008 ingresó a la Comisión de Cultura de la Legislatura de la ciudad el proyecto del diputado Raúl Puy, del Bloque Diálogo por Buenos Aires, en cuyo artículo 1º se propone: “Impóngase el nombre de comisario general Juan Angel Pirker a la calle Ramón Falcón”.
En los fundamentos del proyecto el diputado argumenta:
El cambio de denominación que estamos proponiendo es un caso emblemático de la lucha contra los bronces malditos que lleva el columnista del diario argentino “Página 12”, es el coronel Ramón Lorenzo Falcón. Cuando era Jefe de Policía de la Ciudad de Buenos Aires perpetró una masacre obrera en una marcha por el 1º de mayo de 1909 porque “en vez de tener la bandera azul y blanca tenían la bandera roja”. En ese tiempo la bandera roja era del sindicalismo, no era de ninguna revolución. Y a pesar de que es algo documentado, le mostramos respeto a ese coronel genocida.
Después de la avenida Rivadavia, la calle más larga de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la calle coronel Ramón Falcón y nadie lo modificó y los cadetes de policía se gradúan en la escuela coronel Ramón L. Falcón.
Nos parece además elocuentemente expresivo un párrafo acercado por el poeta Carlos Penelas, de quien en realidad estamos recogiendo la presente iniciativa, y que a continuación estamos reproduciendo:
El ténebre coronel Ramón Lorenzo Falcón se destacó como represor. Sembró muertos y heridos, desalojó a obreros socialistas y anarquistas en la célebre “huelga de las escobas”. El 1º de mayo de 1909 generó lo que se conoce como la Semana Roja. Incendiaron imprentas y bibliotecas. Clausuraron locales de sindicatos. La Bolsa de Comercio y la Cámara de Cereales lo homenajearon por su rectitud y su valor ante la delincuencia ácrata. Simón Radowitzky puso final a tanto horror. Hoy, el camarada Falcón —el hombre de los bigotes a lo Kaiser, a lo Guillermo II de Alemania— es uno de los personajes más honrados estatuariamente. Una placa en Callao y Quintana, una estatua frente a La Biela, en plena Recoleta. Otra en el Cementerio de la Recoleta, una placa al final de la avenida que lleva su nombre, una cuarta en la Escuela de Policía que lleva su impronta. Y un retrato en el despacho del Jefe de Policía, en el Departamento Central. Durante la época del Terrorismo de Estado (1976-1983) muchas calles y avenidas de las ciudades del interior cambiaron por el de Ramón L.. Falcón. Mientras, los párvulos monologan autistas, los dirigentes comunistas —hoy banqueros— ocultan a Codovilla, agente del Kremlin, o la señora neohegeliana a la hora del té parlotea jitanjáforas. Caro amigo, ¿qué debemos hacer para cambiar las cosas? ¿Qué hacemos con estas calles, con estas placas, con estos monumentos? ¿Hasta dónde el olvido, la indiferencia, el testimonio zurcido? ¿Hasta cuándo el presente degradado, lo arbitrario, los cómplices y herederos de la devastación? ¿Leemos ¡Upa! o continuamos con la secuencia de este vía crucis turístico? ¿Seguimos fomentando la ignorancia, el mito, el crimen, la represión? ¿Qué hacemos?
La contrafigura del tenebroso personaje que acabamos de reseñar es el comisario general Juan Angel Pirker, quien prueba una vez más lo cruel e inverosímil que muchas veces son las generalizaciones.
Desde mediados de 1986 hasta su prematura muerte en febrero de 1989, desempeñó la jefatura de la Policía Federal un funcionario que, con alto grado de honradez, imaginación, sentido común y compromiso personal, asumió la compleja responsabilidad de iniciar un proceso, aún demorado e incompleto, de transformar la fuerza para servir a las necesidades de un estado democrático.


Tras un relato que detalla aspectos de la biografía de Pirker, finaliza Puy: Honrar a este gran policía, a este gran ciudadano y a este excepcional vecino de Buenos Aires es un deber de impostergable cumplimiento. Por estos motivos, solicitamos la pronta aprobación de este proyecto.
Y retirar de la consideración honrosa al nefasto represor que fue Falcón completaría doblemente el aserto —agregamos. Sería justicia.




Dos septiembres, dos golpes
Es habitual asociar el mes de septiembre con la llegada de la primavera, el ciclo de renovación de la naturaleza, el prefacio del goce de los frutos del verano. Lamentablemente no es el tema que nos ocupa. Septiembre nos trae a la memoria dos momentos de quiebre institucional en nuestra historia, los golpes de Estado de 1930 y de 1955.
A partir del 6 de septiembre de 1930 se inicia en nuestro país un continuo de golpes de Estado: 1943, 1955, 1961, 1966 y 1976.
El golpe contra el segundo gobierno de Yrigoyen inicia el nefasto período de la Década Infame y se constituye en el comienzo de la desarticulación del Estado de derecho, prefacio de un período de trece años de fraude electoral, exclusión popular, persecución, tortura y aumento de la dependencia del país a las potencias extranjeras.
Con el golpe que derriba al segundo gobierno de Perón, comienza un ciclo de irregularidad institucional, ya que excluye de la participación del derecho democrático a la mayoría del electorado; un ciclo generador de continuas luchas sociales y políticas que desembocaría en la represión y el terrorismo de Estado ejercido por sucesivas dictaduras culminando con el genocidio del Proceso.
Más allá de las particularidades de los contextos históricos de 1930 y 1955, los militares que llevaron a cabo ambos golpes fueron la mano ejecutora que respondía a grupos políticos y sectores sociales opuestos a gobiernos de corte popular, a la inclusión de las mayorías y a la redistribución del ingreso.

La llegada del radicalismo al poder en 1916 aspira a tener una política interna-cional independiente contraponiendo la doctrina del jurista Luis María Drago a la doctrina Monroe: “la deuda pública no puede dar lugar a la intervención armada, ni menos a la ocupación material del suelo de las naciones americanas por una potencia europea”. Drago elaboró su doctrina debido a que a fines de 1902 las costas de Venezuela fueron bombardeadas por tropas navales de Gran Bretaña, Alemania e Italia. El objetivo de esta intervención era exigir el cobro de las deudas contraídas por el gobierno venezolano con empresarios europeos. El gobierno norteamericano justificó este accionar con el llamado “primer corolario Roosevelt”, que respaldaba la intervención de potencias externas para el cobro de deudas, como en el caso de Venezuela.
En 1920 el proyecto de Yrigoyen de crear la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales genera las protestas de Estados Unidos. Cuando en 1922 es nombrado al frente de YPF el general Enrique Mosconi, los petroleros se afilian a la Unión Industrial Argentina, que establece a tal efecto un área de combustibles. En abril de 1928 Yrigoyen comienza su segunda presidencia y confirma en su cargo a Mosconi, quien impulsa no sólo la exploración y explota-ción de las reservas sino que también inicia la comercialización de hidrocarburos abriendo estaciones de YPF en todo el país e imponiendo precios uniformes para el petróleo y sus derivados. La embajada de Estados Unidos en la Argentina inicia una campaña contra el gobierno.
Durante su segunda presidencia, Yrigoyen se vuelca hacia una política de corte más populista, de fuerte inversión en obra pública y la consecuente generación de empleo; la nacionalización del petróleo es una de las herramientas de su estrategia para no perder el favor del pueblo frente a los constantes embates de los conservadores. Por otra parte, la división de su propio partido y la oposición de los radicales liberales, los galeritas, en realidad más conservadores que liberales, opuestos a la reforma universitaria, las leyes de jubilaciones y alquileres y a la nacionalización del petróleo, comienzan a trabajar para minar su gobierno, ya que no podían disputarle el poder por el voto popular dada la incuestionable hegemonía electoral con que ganara en 1928.
En 1929 comienza la crisis mundial que culminaría con la caída de Wall Street de 1930 y frente a esta debacle la política de inversión nacional ya no es posible. Caen los precios internacionales del trigo y la carne, disminuye la exportación y comienza a aumentar la desocupación. La coyuntura es propicia a la oposición, que sueña con el retorno al viejo modelo agropecuario de país. El 6 de septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu marcha frente a 1.500 hombres para apoderarse de la Casa Rosada; mientras, grupos civiles antiyrigoyenistas queman las sedes del partido Radical y los periódicos oficialistas “La Calle” y “Epoca”.
Uriburu representaba a capitales alemanes e integraba el directorio del Banco de Finanzas y Mandatos. Semanas después del golpe, el ministro de Agricultura, de quien dependían los hidrocarburos, trazaba la política petrolera argentina, la que abandonaba todo proyecto de nacionalización. El ministro, Horacio Beccar Varela, era abogado del First National City Bank, con conexiones con la Banca Morgan y miembro del directorio de la Compañía “Argentina” de Comodoro Rivadavia, de capitales británicos y socia de los ferrocarriles británicos.
Estados Unidos, por su parte, aclama la caída de Yrigoyen y el “New York Times” y el “New York Herald” festejan la “nueva” fase de la Argentina entrevistando a Uriburu pocos días después del golpe. EE.UU. y Londres prestan inmediato reconocimiento a Uriburu como presidente.
Con Uriburu la crisis económica iniciada en 1930 sólo la pagaron los sectores medios y bajos, la redistribución del ingreso cayó exponencialmente, ya que se redujeron los salarios de los obreros industriales, los empleados y los trabajadores rurales. En cambio, los grandes ganaderos se beneficiaron con el leonino pacto Roca-Runciman, que aseguraba todos los beneficios comerciales para Gran Bretaña, que sólo aportó la promesa de “seguir comprando carne argentina”.

El 24 de febrero de 1946 la coalición que lleva a Perón a la presidencia de la Nación obtiene 1.487.886 sufragios, y la Unión Democrática, 1.207.080. La fórmula era Juan Domingo Perón y Hortensio Quijano, perteneciente a un sector escindido del partido radical. Este acuerdo político cuenta con el apoyo de medianos y pequeños empresarios que esperan obtener mejoras para la actividad industrial. Se inicia una época marcada por la política social y el desarrollo económico.
La nacionalización de la banca y las empresas, la redistribución del ingreso, el crecimiento y la participación en el PBI de los sectores del trabajo, que aumenta en más del 30 %, son sólo algunas de las muchas medidas para el desarrollo tomadas por el gobierno, que, en 1946 crea Gas del Estado e impulsa la construcción del primer gasoducto, cuyo recorrido, desde Comodoro Rivadavia hasta Buenos Aires, se constituye en el más largo existente en el mundo al año de su inauguración, 1949.
Comienza la etapa de sustitución de importaciones y para desarrollarla se crea el Instituto Argentino para la Industria —IAPI—, que opera como negociador directo con el mercado nacional y el internacional, sin la mediación de los grandes monopolios, como sucedía hasta entonces. El sector industrial es promovido y se le suministran grandes capitales.
En 1951 Perón obtiene 4.745.157 votos (62%) contra el candidato de la U.C.R. que logra 2.406.050 (32%). En el resto de los partidos se reparte el 4% de los sufragios. Durante la campaña se produce una sublevación militar —que fracasa— encabezada por el general Benjamín Menéndez.
El descontento de los sectores altos, especialmente de la oligarquía agrícola-ganadera debido al apoyo del gobierno hacia el sector industrial, de la cúpula de la Iglesia y de grupos políticos conservadores y socialistas, lleva a que algunos, con manifiesta intencionalidad política, otros cooptados, engañados o corrompidos, golpeen a las puertas de los cuarteles.
Ya desde 1945 se habían producido intentos de golpes militares por parte de la reacción al gobierno de Perón y, en 1953, se inician nuevos movimientos conspirativos por parte de la Marina, con epicentro en la Base Naval de Puerto Belgrano. A comienzos de 1955 un grupo de oficiales de la Armada y la Fuerza Aérea promueven otro levantamiento.
El 16 de junio, a mediodía, treinta y cuatro aviones de la Marina de Guerra que habían estado sobrevolando la ciudad inician sus bombardeos y ametrallamientos en la Plaza de Mayo. El ataque cae sobre la población civil; las primeras víctimas son los ocupantes de ómnibus de transporte público, un trolebús recibe una bomba que mata a todos sus ocupantes. El bombardeo de junio es el antecedente directo del levantamiento cívico-militar que se produciría el 16 de septiembre, con Lonardi y Rojas a la cabeza. Con el golpe comienza la derrota de un proyecto de país en que la economía cuenta con la presencia protagónica del estado y las políticas públicas y la legislación se asientan en el concepto de justicia social.
Muy pronto el gobierno de facto disuelve el Congreso e interviene las provincias, las universidades y los medios de prensa oficiales. Poco después comenzarían los fusilamientos.

6 de septiembre de 1930, 16 de septiembre de 1955, militares derrocando a gobiernos elegidos por el pueblo, golpes contra la inclusión de las mayorías y su derecho a participar en la redistribución del ingreso, contra la distribución del mismo en el sector secundario —la industria— por los que consideran que sólo debe favorecerse al sector primario —el agroganadero—, golpes fogoneados por los beneficiarios de la transnacionalización de la economía, de la transferencia de fondos nacionales a los centros de poder económico, golpes a favor del capitalismo financiero y la privatización de los ingresos. Golpes que benefician a los mismos de siempre y que apoyan algunos que jamás serán beneficiados, pero que no lo saben. O no quieren saberlo.
María Virginia Ameztoy




Informe plaza
El 3 de este mes se celebró la reunión Nº 32 de la Comisión Vecinal Todos por la Plaza de Boedo. Acudieron 31 vecinos entre los que se contaban representantes de organizaciones barriales. Y una delegación de la Universidad de Palermo que manifestó su interés en tomar el proyecto de la plaza como un tema curricular del próximo cuatrimestre y, posiblemente, presen-tarse al concurso publicado por el GCABA.
Reunión (27-8) de la nuestra Comisión (representada por Alberto Venturiello, Daniel Fusaro, Ildefonso Pereyra y Mario Bellocchio) con las Arq. Zito y Messore y la Lic. Miceo (por Desarrollo Urbano, GCABA). Se solicitó la entrevista para consensuar las pautas largamente elaboradas por los vecinos y, principalmente, evitar que se desconozca esta tarea. La reunión se desarrolló en tono amable y quedó en claro que los vecinos aprobamos la celeridad de las obras mientras no haya apresuramientos desmedidos que, por ejemplo, tiren abajo sin coordinación con los diseñadores los lugares a preservar.
Se señaló, de todos modos, que no se pretende una preservación de grandes dimensiones sino puntual del sector de Carlos Calvo y Loria (en principio). Se dejaron ejemplares de Desde Boedo con la historia del predio y el Photoshop impreso donde fantaseamos sobre una posible variante para ese rincón. Ante la exhibición de la carpeta con las copias de las presentaciones que se han hecho con motivo del diseño y pautas, la examinaron con curiosidad como si nunca hubieran tenido contacto con esa papelería. Sobre lo que sí manifestaron conocimiento es sobre las pautas base de diseño consensuadas por nuestra Comisión. Hablaron sobre la dificultad de llevar a cabo los baños públicos (por el cuidado posterior que requieren) pero no se opusieron a su ejecución. Quedamos en que se nos avisa sobre los avances de los proyectos y en intercomunicación permanente.
Luego de la lectura del resumen de la reunión se informa que el mismo día se localizó en la página del GCABA las bases del llamado a concurso de anteproyectos “Plaza Boedo”. Daniel Fusaro informa que las arquitectas dieron a entender en la reunión que el llamado a concurso ya estaba elaborado y que lo que se les prometió fue adicionar lo faltante en un anexo. Fusaro informa que el espíritu de nuestras pautas estaría más o menos contemplado en las bases del concurso y que lo faltante serian los baños públicos.
Varios vecinos hacen hincapié, objetándolo, en el tema del salón de usos múltiples. Y, sobre todo, la oficina de turismo o salón para informes de turismo que estaría mencionado en las bases del concurso. Se describe como una metodología del GCABA el tomar algunos dichos o consignas vecinales como discurso “progre” y bajar, en consecuencia, planes cerrados donde los vecinos quedan excluidos.
Se encomienda a Daniel Fusaro que retome el contacto con Desarrollo Urbano para ver si el anexo con las modificaciones de los vecinos será adicionado al concurso.
En el transcurso de la mañana del jueves 4 se recibe respuesta de Desarrollo Urbano. Se transcribe el correo electrónico.
Estimado Arq. Fusaro
Las bases ya son públicas y no existen modificaciones. Usted ha recibido la versión final. Considero una posibilidad interesante, y esto es una opinión personal, el hecho de que Ustedes participen también del Concurso, siendo que conocen el tema en profundidad, y el aporte que pudieran hacer es valioso.
En cuanto al llamado de la demolición se hará público en breve, de modo que en el Boletín Oficial podrá encontrarlo. Lo saludo atte. Arq. Claudia Zito.

Dejamos este punto para la próxima reunión ya que no hemos llegado a consenso sobre las acciones a tomar en el corto y mediano plazo.
Sobre el nombre de la plaza y su trámite ante la Legislatura seguimos a la espera de la votación.
Pasamos a organizar nuestro espacio con la toma de posesión simbólica del predio para el día 13-9. Se aprueba el volante elaborado por la Asamblea de Boedo con las consignas sugeridas por la comisión. Los vecinos muy entusiasmados sugieren múltiples actividades. Entre ellas: 1.- Acto formal de posesión del predio con la instalación de una bandera de la Comisión o algo parecido. 2.- Llamado de tambores desde San Juan y Boedo a las 10.30 3.- Corte de cinta e ingreso al predio 11 hs.. 4.- Radio Abierta. 5.- Mesa de publicaciones de Baires y distribución de “Desde Boedo”. 6.- Talleres y actividades diversas. 7.- Una delegación de cultura de la provincia de Salta propone para homenajear al prócer salteño Mariano Boedo (la plaza llevará su nombre) llenar de ponchos salteños el predio y leer en la radio abierta un homenaje a Mariano Boedo. 7.- “Boedo Antiguo” actuaría a las 13. Están confirmadas la choriceada típica y la mesa de dulces.

Con posterioridad a la del día 10, la PROXIMA REUNION DE LA COMISION VECINAL TODOS POR LA PLAZA DE BOEDO es el miércoles 17 de septiembre a las 19.30 en el Club GON, Pavón 3918.
Patricia Roselló





Juan José Cartasso: “Nací adentro de un tacho de pintura”
En una tarde de lluvia y frío llegué hasta el departamento de Cartasso en el barrio de Boedo. Segundo piso sobre San Juan, frente al edificio donde viví diez años, a metros de avenida La Plata. En esa tarde no hice más que confirmar que uno, por más avisado que esté, siempre vive en la ignorancia; tanto tiempo en la cuadra y no sabía de este señor, un joven de ochenta y cuatro años que respira a pura emoción; no tengo dudas, Cartasso vive apasionado, como lo hizo siempre; esas ganas, esa felicidad por el trabajo realizado no se compran en shoppinera alguna, son las pequeñas caricias nacidas a partir del convencimiento de saber qué es lo que se quiere para, a partir de la señal, entrarle al silencio de la labor.
Mi papá tenía una empresa de pintura y yo desde chiquito andaba revolviendo colores con pinceles. El me engañó, porque una vez me llevó a ver algunas casas en la calle Goyena, que eran casonas, y en el techo había pintados angelitos. Me dijo: cuando vos seas grande, yo voy a hacer pintar las paredes y vos vas a pintar los angelitos; y yo quería crecer para pintar angelitos. Yo nací adentro de un tacho de pintura.
Pensé en preguntarle cómo se definía, contestó: Soy un creador de formas. Y enseguida se enganchó con la enseñanza; Cartasso no dice mucho al respecto, pero le nace enseñar (ha publicado Collage en la plancha: Neograbado, y ahora prepara La historia y técnicas del grabado, declarado de interés cultural por la Legislatura en 2007), se le nota, es una de esas personas generosas que ofrece lo que hace, lo que tiene, lo que sabe; y Cartasso no encaja en el mundo de las miserias globalizadas, en el “facilismo” aplicado al arte: Para pintar o grabar, primero debe saber dibujar, entre los grandes pintores del mundo no hay uno que no sea un gran dibujante; hay que saber desdibujar y para hacerlo primero hay que saber dibujar, en eso no se puede mentir; el grabado te ayuda a entender y componer el blanco, el negro y el gris, y cuando una persona sabe hacerlo puede pintar lo que quiera. Además de, como siempre digo, saber pintar una puerta, el que no puede pintar una puerta no puede pintar nada.
Cartasso es una anécdota andante, y en todas ellas aparece la pista del arte, en ellas definiciones y búsquedas de su mundo, de su persona: Pinto y dibujo desde chico, a los diez años estudié con el escultor Angel María De Rosa; es una enfermedad, porque en vez de estar jugando a la pelota yo estaba pintando. Entré a la Belgrano y de tanto que había trabajado antes, le terminaba haciendo los dibujos a los demás, cuando el profesor preguntaba por el mío, yo le pedía diez minutos y cumplía, todo me era muy fácil. La escuela me aburrió y me fui. Volví al otro año y todo lo mismo, me fui otra vez. Entonces llegué a la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, ahí venían a estudiar de todo el mundo, me da una pena cuando la veo ahora, puro abandono. Alfredo Guido era el director, era tío de Beatriz, la escritora; en grabado estaba Adolfo Bellocq y Rodolfo Castagna, y el ayudante Adolfo Sorzio, que sabía mucho; pero el que me orientó, porque cuando uno tiene la suerte de tener un maestro que vale tenés ventajas sobre los demás, fue Felipe Mariano Guibourg. Una vez me quedé dos horas mirando una modelo y me la guardé acá adentro, en la cabeza, como si fuera una foto, los demás ya estaban terminando el dibujo y lo firmaban y todo. El profesor me preguntó porque vio que no había hecho nada, y yo le expliqué que la tenía acá guardada y que había que esperar, no le dije que esa enseñanza fundamental era de Guibourg. Al año siguiente hice un dibujo, nada más que una mano y el brazo, todos me preguntaban por qué no lo terminaba, dije que no, que ya estaba, que era eso, vinieron los profesores, hoy ya no existe esa calidad de maestros, y todos me felicitaron, entré por la puerta grande. Bellocq enseñaba xilografía y mucho no me gustaba, entonces empecé a inventar cosas, y eso a los maestros no les gustaba, tenían razón, si yo fui a aprender, no a enseñar. Castagna me defendía. Claro que siempre ayuda la palabra, el aliento. Un día entró Guido a la clase y dijo que tenía una noticia mala y una buena: la mala era que Mauricio Lansasky, un gran grabador, había sido contratado para ir a trabajar en una escuela en Estados Unidos, y la buena era que yo estaba en la escuela, y era mi primer año, fue tal la alegría, me felicitaban todos. Me gustaban muchas cosas, pero nunca tuve tiempo para nada, ni para nadar, jugar al fútbol, bailar, yo quería trabajar en lo mío, Guido me daba la llave de la escuela, yo me pasaba las vacaciones trabajando ahí, qué enfermedad. No sé si estuvo bien o mal, pero también es cierto que esto hay que ayudarlo con trabajo, de lo contrario no pasa nada. Y cada vez trabajaba más, yo trabajaba ocho horas en la telefónica (1947 a 1988), era el artista de la empresa, pintaba murales, decoraba, preparaba los ambientes para las grandes reuniones; iba a la escuela a la mañana y le daba derecho hasta la noche.
En el segundo año recibí el boletín con la nota más alta, pero no había ninguna felicitación. Le pregunté a Castagna, pero él no me decía nada. Afuera había como una fuente, ahí me senté a llorar como un chico. Me explicaron que Guido no quería felicitarme muy seguido porque podía ser contraproducente y afectar mi obra, ¡qué verdad! Y eso me dio más fuerza todavía para seguir en mi trabajo. A ese lugar volví el otro día con mi nieto y me senté en el mismo lugar donde me había puesto a llorar. Y ahora estoy a punto de llorar otra vez, quisiera volver a esa época, y no viene, no viene más, qué tristeza, la juventud es extraordinaria, volvería para hacer lo mismo que hice.

Cartasso recuerda un texto de Osvaldo Bayer donde el escritor cuenta una historia de amor de juventud; él acompañaba a esa escuela a una chica alemana que estaba esculpiendo una piedra cerca de esa fuente; la chica murió. Cuenta Cartasso que cuando leyó se puso a llorar, porque él había estado en el mismo lugar de los hechos. Le gustaría contarle a Bayer.
En 1950, cuando Cartasso todavía era estudiante, le dio una vuelta de tuerca a la técnica del grabado: el resultado fue el neograbado. El crítico de arte Salvador Linares denomina esos trabajos como pinto-esculturas retintadas, porque a partir de la intervención con distintos materiales sobre lo que es la plancha del grabado, el artista genera, por un lado la impresión de dicho grabado, uno de los costados de su arte, el tradicional, digamos, y por el otro el lugar donde se acentúa la intervención, porque la plancha termina siendo, en sí misma, otra obra de arte, distinta de las planchas predecesoras, al convertirse en casi pinturas, casi esculturas, casi collages: arte puro que no necesita de los grandes casilleros de la definición. Hay que ver la plancha o taco que cuelga en una de las paredes del departamento de Cartasso, trabajado en aglomerado, con surcos, con texturas nacidas de la intervención con óleo, y con plumas que fueron pegadas sobre el taco de neograbado. Cartasso rompió con ciertas estructuras y el resultado en el observador es la aparición del mejor de los egoísmos: dan ganas de descolgarlo y salir corriendo. Con todo respeto, se entiende.
Cartasso tuvo muchos problemas por la técnica acuñada; la vieja escuela, por ejemplo el caso de Bellocq, que a través de los años de amistad nunca aceptó dichas intervenciones. El artista agregaba hojas, trapos, latas, plásticos, diferentes materiales que juntaba de la calle; en sus planchas de neograbado había lugar para un pedazo de goma o un trapo de piso, o para los cordones de sus zapatos: Un día volví sin cordones, quedaron en el grabado. Otro de los favores de la técnica y otros de los problemas era que se imprimía a mano, no hacía falta una prensa de grabado, y es más, los tamaños de las planchas iban en aumento, eran otros materiales al servicio de la vieja escuela. Cartasso cuenta que tiene planchas pintadas en óleo sobre tela, y que nadie le diga que no es grabado, él cumple con los requisitos y agrega su toque que da a los trabajos otra dimensión, sin dudas abrió la puerta de otra dimensión. La reacción en otros lugares del mundo fue distinta, enseñó la técnica en España, Portugal, Francia, Italia, Marruecos. Tuvo ofrecimientos para irse del país, pero eligió quedarse. Y fue él, no Berni, el que dio la vuelta de tuerca.
Entre sus tantas aventuras expuso tres años en la calle, sobre la pared, en Florida al quinientos, que quedó después del famoso incendio del Jockey Club: Qué linda galería, acá no entran cuatro a llevarse un papel, acá pasan miles. Con un amigo empezó a poner clavos en la pared y a colgar cuadros desde la seis de la tarde hasta la medianoche. Ahí, en la calle, Cartasso enseñaba la técnica del grabado. Un día apareció un arquitecto y le ofreció ayuda: un techo y cerramiento en vidrio: No le iba a decir que no. Todo esto sucedía sin ningún tipo de permiso. Una de las principales anécdotas ocurrió cuando exponía su grabado El último cacique. Se presentó el boxeador Andrés Selpa y exigió que descolgara la obra: Me saca eso o le pego, el último cacique soy yo. Cartasso empezó a explicarle, ofreció titular: Selpa, el último cacique. Al final el púgil entendió la situación y terminó llevando a la mujer y los hijos para que aprendieran grabado. El final de la expocallejera llegó cuando el galerista exhibió obras del cura Antonio Améndola de Tebaldi, la expo consistía en motivos religiosos realizados con caños de escape. La acusación de la policía fue el fomento del comunismo, de esa manera se decretó el cierre de la galería.
Su grabado El vencido, realizado dentro de las coordenadas aceptadas y durante sus primeros años de estudiante, tiene una historia especial. Lo mandó al Salón Nacional una primera vez y ganó el primer premio. Se lo sacaron, era estudiante y no podía participar. Siguió el impulso, lo mandó una segunda vez y obtuvo el primer premio, pero seguía siendo estudiante. En el año 1956 ese grabado ganó el Primer Premio del Salón Nacional: Cartasso había terminado de estudiar. Ese premio le permitió obtener en 1964 el Gran Premio Consagración Nacional que daba por primera vez el Honorable Senado de la Nación, un concurso trienal entre los grandes premios del Salón Nacional.
Una última noticia: en 1959 ganó el tercer premio del Concurso Internacional de Leipzig, en Alemania; en una carpeta guarda una copia de su obra junto a una copia de la obra que se llevó el primer premio, ¿el artista?, sí, cómo no, Pablo Picasso (agrego que el de Cartasso está mejor).
Edgardo Lois




Museo Monte de Piedad
El pasado 14 de agosto, con motivo del quinto aniversario de esta institución que ya es parte del patrimonio cultural de Boedo, se realizó un acto en el Auditorio de la Casa Central. Con la conducción de Leonardo Busquet y la asistencia del presidente del Banco Ciudad, Dr. Federico Adolfo Sturzenegger, autoridades, amigos del Museo y vecinos del barrio, se refirieron a la ocasión el secretario de Relaciones Públicas, Prof. Juan Carlos Alvarez y el Coordinador del Museo, Lic. Claudio Sáez. Como orador de fondo el presidente de Baires Popular, Lic. Diego Ruiz, trazó una reseña histórica del viejo Banco Municipal de Préstamos en Boedo, el rol social que desempeñó durante décadas para los vecinos y la feliz circunstancia de que la sede física del Museo se encuentre en el espacio que ocupara la terraza del viejo café Biarritz, sede de la legendaria Peña Pacha-Camac de José González Castillo entre 1932 y 1938. Vaya desde estas páginas nuestro saludo y el augurio de nuevos aniversarios construyendo la memoria y la cultura boedenses.




POEMA
REFLEXIONES DE UN PERRO FRENTE AL MAR

Nos busqué por esas calles desdentadas (esas con dos o tres luces amarillas vivas y cuatro o cinco muertas) que recorríamos juntos no hace mucho.
No sé por qué siempre pensé que nadie se va nunca del todo. Es una idea estúpida, infantil. Acierta el que siente que nunca se está en ninguna parte.
Nos busqué, te decía, pero fue inútil. Entré en la edad de volver sobre mis pasos si alguien me los cierra. Y me echaron de la ronda porque había duelo en la vereda.

Prendían velas de gasoil
Enterraban los cielos
Encendían pipas de estropajo
Calentaban cucharas y jeringas

Resecaban la tierra Nuestra rosa socialista, compañera, se pudrió en el puño.
[Y el puño se inmoló en la guerra.

¿Por dónde fue que fuimos algún día cantando y sin abrigo?
¿Por Garay, o más al sur?
Tengo un fragmento de tu voz en Tacuarí
Y a veces tu perfil en mi costado por Alsina
Te escribo en la pared de la pensión de Chile y escucho tu silencio
desde aquel jardín que sobrevive y nos dio su noble sombra en Balvanera.

Roberto Esmoris Lara




EDITORIAL

“El gran colisionador”
Mientras usted lee estas líneas ya está funcionando lo que se ha calificado como el mayor experimento científico de la historia. Durante catorce años se construyó en la frontera franco-suiza un túnel en forma de anillo que tiene una extensión de 27 km Alrededor de diez mil científicos participaron en la obra entre los que ocho argentinos van a tener conexión directa con el experimento.
El origen del Universo, hasta el presente, sigue siendo un enigma que, más allá del previsible enfrentamiento entre la razón y la fe, deja pendiente la resolución de misterios vitales que podrían producir una revolución científica superior a la aparición de la teoría de la relatividad (Einstein).
La maravilla subterránea inaugurada puede reproducir, en escala, condiciones similares a las del llamado “Big-Bang”, la explosión inicial considerada generadora del Universo que conocemos.
Dentro del túnel, a velocidades sólo una millonésima menor que la velocidad de la luz, se pueden acelerar partículas de menor tamaño que el átomo, producir colisiones controladas e investigar sus consecuencias.
Entre las expectativas de los científicos tiene un relieve especial el descubrimiento de nuevas dimensiones que superen el límite actual de las consabidas cuatro. Deberíamos tener un Julio Verne contemporáneo que pudiera asombrarnos con sus predicciones al respecto. Aunque, de acuerdo a las conjeturas de los científicos, la más fecunda imaginación puede aparecer escuálida.

Un clásico: conjuntamente a la difusión de esta noticia aparecieron algunos llamados de oyentes a las radios, críticos al experimento, anteponiendo la necesidad de paliar el hambre del mundo antes que hacer semejante inversión científica –como si una cosa fuera contra la otra–, y la típica “doña Rosa” que requiere, antes que nada, la provisión de gasa a los hospitales. Lo peor es que a esta supina ignorancia el periodismo radial vernáculo sólo le opone un silencio cómplice que pareciera otorgar razón a tales falacias renegando, inclusive, de la básica misión de sembrado de mojones que seduzcan, induciendo al conocimiento profundo.
A la difundida soberbia ignorante que se siente capacitada para dar su parecer sobre cualquier tema que se le cruce, así se trate de mecánica cuántica, debe hacérsele saber que la ciencia no es materia opinable sin la necesaria formación. Sin los descubrimientos y la experimentación científica la “gasa” sería un elemento inútil porque no habría hospitales ni conocimiento médico que nos preservara de las enfermedades.
Todo avance del conocimiento requiere, cuando menos, el prudente respeto de los ignorantes.
Mario Bellocchio




VER, LEER Y ESCUCHAR

MIS SECRETOS DORMIDOS
Ana María García Requena
Abadía Editores, Buenos Aires, 2007.
“En el barco navego, mis sueños siento” es el subtítulo de este poemario que recorre una temática intimista y bucea en los abismos profundos de la angustia. García Requena se sumerge con valentía en los recovecos más entrañables, dolorosos y secretos de los sentimientos. Su poesía confesional transparenta sinceridad, como cuando afirma que “mis risas y mis llantos,/mi ilusión y mi tristeza,/el viento todo lo borró”. Hay mucha soledad y desgarramiento en sus versos, pero asoma un intervalo de tierna y cristalina belleza en “Niña pequeña en la cuna”, una suerte de nana (“Sabes que tu risa es gloria./El sol sube a las estrellas, y las recubre de historias.”), que reivindica su fe en el hombre. La autora eleva el amor de pareja como valor supremo de la existencia (“Bonito gozo el del amor/después de ser amada,/cuando cuerpos y almas brindan/y se estremecen/llegando la alborada”), y lamenta su pérdida: “llenan mis noches de olvido/los rumores y la luna”. En suma, Mis secretos dormidos es una excelente colección de poesías convincentes por su vigor testimonial, su hondura humana y su canto esperanzado. El Dr. Carlos Nieto aporta un prólogo y un epílogo elogiosos y esclarecedores, en los cuales brinda datos biográficos de la poetisa. (G. C.)

RETRATOS
Carlos Penelas
Centro Betanzos Ediciones/Xunta de Galicia, Buenos Aires, 2008.

El admirable prólogo anuncia el tono que tendrán retratos, un género bello pero poco transitado tal vez debido a las dificultades que presenta: “El universo es un tejido vivo de afinidades y oposiciones, sensible a los matices o a las connotaciones de la palabra”. O, como apunta en el capítulo “Collage”: “Recoger aquello que está en el borde de la mirada, en el umbral de lo no visto”.
Con un vocabulario rico, vasta erudición y trabajada y precisa prosa, el texto nos brinda perfiles de personajes rebosantes de humanidad y lirismo.
Todos los retratos son de pareja calidad, y cada lector preferirá aquellos con los que más se identifique. “Hombre con cicatriz en la calva”, “Hombre con sobretodo negro” y “Hombre durmiendo en la calle” suman a su calidez un enternecimiento nostálgico y conmovedor.
“Mujeres a la hora del té con poemas” entreteje una atmósfera evanescente sumamente poética, mientras “Hombre anarquista con sombrero” es un sensible homenaje a esa hermosa y múltiple personalidad que fue Enrique Palazzo. “Librero en una caballeriza” emociona por su derroche de amor hacia los libros. Y asombra “Gala”, que, al respeto y cariño por los animales, se suma una original y sagaz descripción de una perra: “En su ser se asoma el cosmos, lo ilusorio, la viviente plenitud”.
Un común denominador une a los protagonistas de esta serie de semblanzas: es su profunda pasión por la vida, que se nutre de ideales por un mundo más justo y digno. La tapa, “Retrato de Rocío”, de Juan Manuel Sánchez, rebosante de plasticidad y frescura, complementa este valioso libro. (G. C.)

CASA QUE VES CAMINAR
Roxana Palacios
Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2008

Este bello poemario tiene la particularidad de acompañar una versión en inglés, contrapunto que tensiona su lectura. Además, sus versos, conducidos por un hilo narrativo, aportan la sensación de que a tramos se trata de un texto de prosa poética. La historia más que contada parece soñada, un paisaje de asociaciones fantasmagóricas (“relámpagos iluminan tus manos ahora/ y lo que ves reptar son estrellas”), un mundo interior que se superpone y entrelaza al entorno físico que lo rodea. Hay en las poesías un ritmo, un encadenamiento de sonidos que registran una suerte de espejismos (“el cielo acuchillado, el agua en los durmientes, la agonía serena de un rayo en la montaña”) vislumbrados por el poeta, que, perdido, deambula por una casa acosado por asociaciones libres provocadas por el fluir de la conciencia. Se trata de una sucesión de imágenes cinematográficas de gran potencia y vigor (“morirte mejor que tu cadáver para comer flores debajo de la tierra”) y surgidas de una estética innovadora. El libro aporta también una contratapa sagaz y lúcida de Roberto Ferro y un prólogo de Javier Adúriz que ilumina el camino hacia esta casa habitada por palabras que aluden, en última instancia, al sentido de nuestra existencia. (G.C.)




CULTURA GRATUITA

Actividad cultural barrial que no requiere pago alguno

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CINE GRATUITO EN LA BALEAR (Colombres 841)

los últimos viernes de cada mes
EL VIERNES 26 DE SEPTIEMBRE a las 18.30
NO SOS VOS, SOY YO
Con Diego Peretti, Soledad Villamil y Cecilia Dopazo

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MUSEO MONTE DE PIEDAD
(Boedo 870, 2º piso por escalera)
Tel.: 4 931-8204/ 4 931-1605; Fax: 4 932-4680,
E-mail: museo@bancociudad.com.ar


HORARIOS DE VISITA AL MUSEO:
Lunes, miércoles y viernes de 10 a 17.
Martes y jueves 10 a 20.
VISITAS GRUPALES: concertarlas telefónicamente.


CURSO: “Vanguardias históricas y artistas plásticos argentinos”

Una mirada a la pintura de principios del siglo XX
Profesores :LIC. CLAUDIA DIAZ - LIC. GUSTAVO DERFLER
Del 21 de AGOSTO al 9 DE OCTUBRE, todos los jueves de 18 a 20 en el auditorio del Museo Monte de Piedad - Inscripción e informes (ver datos del encabezado)
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CINE GRATUITO EN LA LEGISLATURA
Subsecretaría de Patrimonio Cultural - Dirección General de Museos - Museo del Cine “Pablo C. Ducrós Hicken”


Se presenta los martes a las 18.30 hs

en el Salón San Martín del Palacio Legislativo (Perú 160) con entrada libre y gratuita.

23 de septiembre: “Cama adentro” (Dir. Jorge Gaggero)
30 de septiembre: “Bs. As. 100 km” (Dir. Pablo José Meza)


DOCUMENTALES
7 de octubre: “Hacer Patria” (Dir. David Blaustein)
14 de octubre: “Espejo para cuando me pruebe el smoking” (Dir. Alejandro Fernández Mouján).

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DOMINGOS DE CINE EN EL C. C. RECOLETA
Organizado por el Museo del Cine “Pablo C. Ducrós Hicken” y el Centro Cultural Recoleta


todos los domingos de junio a noviembre
se desarrollarán tres encuentros con el cine. Entrada gratuita.

SEPTIEMBRE: (Domingos 7, 14 y 21)
OCTUBRE: (Domingos 5-12-26)
A LAS 14.30:
CICLO FRANKENSTEIN VS. EL HOMBRE LOBO, 2
films del Hombre Lobo y 1 de Frankenstein
A LAS 16.30: TRAYECTORIA BAFICI,
los premios al cine argentino del Festival de Cine Independiente. A LAS 18.30: ELEGIDO POR (películas programadas por RUBEN SCHUMACHER en septiembre. Octubre por ERNESTO SABATO)
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PROGRAMACION DE BARES NOTABLES
Informes: programacionbaresnotables@buenosaires .gov.ar


BAR BRITANICO
Av. Brasil 399. San Telmo
MARINA RAMA JAZZ GROUP - Jazz
Jueves 18 y 25 de Septiembre - 21:00 hs
El Grupo: Patricia Grinfeld (Guitarra y arreglos). Pablo Raposo (Piano). Guillermo Delgado (Contrabajo)

MAR AZUL
Tucumán 1700. San Nicolás
ALICIA RODRIGUEZ - Folklore
Viernes 19 y 26 de Septiembre - 20:00 hs

ENTRADA LIBRE. NO SE COBRA DERECHO A SHOW - ENTRADA SUJETA A LA CAPACIDAD DEL LOCAL
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CINE AL SUR
TODOS LOS JUEVES A LAS 20:30 HS.

Cine documental con contenido histórico, político, social y cultural.
Asoc. Mutual Homero Manzi. Av. Belgrano 3540 - Tel.: 4 932-3940
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BARRIO PARQUE CHACABUCO
PRIMERA JORNADA DE HISTORIA
Organizada en conmemoración del 25º aniversario de su creación (el 11 de noviembre de 1983), la Junta de Estudios Históricos del Barrio Parque Chacabuco. Se desarrollará el 8 de noviembre de 2008, de 9 a 16, en el Salón Perboyre del Santuario Ntra. Sra. de la Medalla Milagrosa, Av. Asamblea 1571.
Dirigida a todos los vecinos y no vecinos, historiadores o no, con el objetivo de fomentar la investigación y producción en el campo de la historia barrial.
Mayor información: Tel. 4 924-2397 y 4 921-3441 jornadahistoriaparquechacabuco@yahoo.com.ar
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ACTIVIDADES GRATUITAS en ALIARSE
Dean Funes 1075 - 4 931-9293

CHARLA GRATUITA: RE-ORIENTAR EL PROCESO DE APRENDIZAJE al NUEVO NIÑO - En el AULA y el HOGAR ¿ENSEÑAMOS? ¿¡APRENDEMOS? - Herramientas BIO-INTELIGENTES, BIO-MÓRFICAS Y BIO-RECONECTADORAS Presentación Libro Pedagogía 3000
SABADO 13 DE SETIEMBRE 11:00 a 13:00 hs

FESTIVAL DEL NUEVO NIÑO Y LA FAMILIA
SABADO 27 DE SETIEMBRE 15:00 a 17:00

Confirmar asistencia 4 931-9293 o (15)- 5661 3363
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RECITAL YRIGOYENEANO
Con motivo del 75° aniversario del fallecimiento del ex presidente de la Nación Dr. Hipólito Yrigoyen, el día 3 de julio del año en curso, organizadas por el Instituto Nacional Yrigoyeneano y la Dirección de Cultura de la Presidencia del Honorable Senado de la Nación, tuvieron lugar diversas actividades de homenaje al ex presidente radical. Entre los importantes actos programados para este histórico acontecimiento, se llevó a cabo el Recital Yrigoyeneano, compuesto por tangos y milongas dedicados a Don Hipólito Yrigoyen, con la dirección musical e interpretación a cargo del maestro Mario Valdez a quien acompañaron sus vocalistas Livia Comerci y Florencia Presedo.
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AJEDREZ en la JUEGOTECA BOEDO
Si tenés entre 10 y 13 años y ganas de aprender o jugar acercate los jueves de 17 a 19.
Y compartí también la merienda con nosotros! Club G.O.N. Av. Pavón 3918
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CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACION
Floreal Gorini Av. Corrientes 1543
prensa@centrocultural.coop. Informes: 5 077-8016

ACTIVIDADES CULTURALES:
Investigaciones, presentaciones, charlas; debates.

Del 17 al 20 de Septiembre, de 16:00 a 22:00.
2da FERIA DEL LIBRO SOCIAL Y POLÍTICO. ARGENTINA DEBATE

Sábado 20 - CHARLA - DEBATE. Con el artista australiano Andrew Morrish. Sala Jacobo Laks - De 12 a 14 hs.

Lunes 22 - CHARLA - DEBATE. Dos momentos. Ayer: La guerra de la independencia en pos de la Patria grande. Hoy: La lucha por la integración y la unidad americana. Horacio Ballester (CEMIDA); Horacio López (Director Adjunto CCC). Sala Jacobo Laks - 19:00

Martes 23 - CHARLA - DEBATE. El Imperio contraataca: La IV Flota vigila América Latina. Horacio Ballester, Pedro Brieger, Stella Calloni, Juan Gabriel Tokatlian. Coordina: Atilio Boron. Sala Raúl González Tuñón - 19:00

Miércoles 24. CHARLA - DEBATE. Medios alternativos: La mirada de los otros. Sala Jacobo Laks - 19:00
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CONGRESO ARGENTINO DE CULTURA
y la Red de Cultura de Boedo
Organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, el Ente Cultural de Tucumán, el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y las áreas de cultura provinciales, se realizará,
entre el 16 y el 19 de octubre,
el Segundo Congreso Argentino de Cultura, que tendrá su sede en San Miguel de Tucumán.
Sobre el eje “Cultura y desarrollo”, el congreso abordará temáticas tales como “Las relaciones entre cultura y desarrollo”, “Cultura y economía”, “La identidad nacional y los procesos de desarrollo”, “Diversidad cultural y derecho a la cultura”, y “Cultura y comunicación. Las industrias culturales, y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)”.
Todos los ciudadanos podrán inscribirse en forma gratuita hasta el 16 de septiembre en www.congresodecultura.org.ar y en las sedes de los organismos de Cultura provinciales.
La Red de Cultura Boedo participará como expositora del banco de experiencias que consistirá en una muestra de fotografía y textos referidos a la experiencia de constitución y desarrollo de la RED.
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ESPACIO CULTURAL JULIAN CENTEYA
San Juan 3255 * 4 931-9667
ejuliancenteya@buenosaires.gov.ar

Martes 16/09 - 19hs. Inauguración muestra fotográfica (UTE) Salón de infancias (hasta el lunes 22 de septiembre)
Miércoles 17/09 - 18.30hs - Cine RETROSPECTIVA SAM PECKINPAH Billy The Kid (1973, 122’) Con James Coburn y Kris Kristofferson.
Jueves 18/09 - 18.30hs Traigan la cabeza de Alfredo García (1974, 112’) Con Warren Oates, E. Fernández y Kris Kristofferson.
Viernes 19/09 - 20 Muestra de la Esc. de Danzas “Aida Mastrazzi”

Domingo 21/09 - 16hs - “La Música de mis sombreros” Dirección: Maisa Armero. Comedia musical con la que viajarás al ritmo de tu imaginación. Duración: 50 minutos
Domingo 21/09 - 20hs. - Música. Ciclo de Blues con la part. de NICO SMOLJAN & The Shakedancers. Apertura: Blues & Trouble
Martes 23/09 - 18.30hs. Inauguración muestra plástica Victoria Gomez Mayol (hasta el lunes 29 de septiembre). Grupo de Boedo.
Miércoles 24/09 - 18.30hs. Cine RETROSPECTIVA SAM PECKINPAH La cruz de hierro (1977, 133’) J. Coburn, M. Schell y J. Mason.
Jueves 25/09 - 18.30hs. Cine RETROSPECTIVA SAM PECKINPAH Convoy (1978) Con K. Kristofferson, Ali MacGraw y E. Borgnine.
Viernes 26/09 - 19.30hs - Peña “La Galponera”
Sábado 27/09 - Muestra Instituto Vocacional de Arte
Domingo 28/09 - 16hs - “La Música de mis sombreros”
Martes 30/09 - 19hs. - Inauguración muestra Plástica Carlos Kobrinsky. Grupo de Boedo
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MUESTRA DE FOTOGRAFIA EN EL MARGOT
Por Julio J Fernández - Fotógrafo
Obras: El Vigia, Rutina Matinal y... Cia., Fantasmas del Pasado, Flores de un día son, Ciudad de Angeles, De Aquel Lindo Buenos Aires.
Inauguración: Lunes 15 de septiembre a las 19.
El artista entregará en donación a los dueños de ese café notable, una foto de su autoría para ser exhibida en forma permanente.