3.9.10



Nº 100
Septiembre de 2010
100 ediciones




SUMARIO

100 ediciones
Celebrando la centena de publicaciones, “Desde Boedo” emite este número especial de 16 páginas que incluye (en su versión impresa) el relevamiento zonal clasificado de instituciones y comercios. Y un completo y actualizado plano barrial. Saldos y perspectivas, en nuestro editorial de página 2

El busto de Mariano Boedo


Aunque la plaza aún esté en construcción, ya tenemos, finalizado, el busto de Boedo. El busto del prócer –ya terminado– aguarda en el atelier de sus autoras –las escultoras salteñas María Pilar Velazco y Olga Gabriela Abadie Fons– su emplazamiento definitivo.

Del archivo de los 100
Dos notas liminares sobre Boedo: los comienzos (“Cuando Boedo era la General Paz”, publicada en marzo de 2002) y la oficialización de su nombre y sus límites (“Los 39 años de Boedo”, publicada en junio de 2007).

La Bi-semana de Boedo
Este año, con motivo de celebrarse el Bicentenario de la Revolución de Mayo, los festejos barriales se prolongarán durante dos semanas: desde el 4 hasta el 18 de septiembre. El domingo 5 se realizará el festival callejero que este año contará, además de su acostumbrada jerarquía, con la participación especial de Rodolfo Mederos.

La máquina de impedir
Un muro que está a la vista desde hace un siglo –cuando menos– “descubierto” recién ahora por el Gobierno de la ciudad para modificar caprichosamente lo adjudicado en licitación
Patricia Roselló

La plaza Mariano Boedo: un tema recurrente
Una especial dedicación ha tenido, desde siempre, la lucha vecinal por el ansiado espacio verde.
Compilación de material publicado
Mario Bellocchio

Callejeando historia
Por Boedo en el Centenario
El cronista callejero de Boedo recorre el barrio allá por el Centenario
Diego Ruiz

Alfredo De la Fuente, en otras lindes
Al poeta Alfredo De la Fuente ya no le preocupan las líneas y los puntos que inventan y delimitan territorios propios de los ajenos...
Rubén Derlis

El mausoleo de Manuel Belgrano
Uno de los mausoleos de Buenos Aires es el de Manuel Belgrano, que se encuentra en el atrio del templo de Santo Domingo (Belgrano y Defensa)
Miguel Ruffo

Cortavidrios, picados, y Jabulani
“Memoria no es pasado sino alas del presente”
Pepe corazón de gorrión
José Muchnik

Los 39 años de Boedo (Nota publicada en junio de 2007)
Nuestro joven barrio todavía no ha transitado, tangueramente, el codo de los cuarenta.
Mario Bellocchio

Cuando Boedo era la General Paz (Nota publicada en marzo de 2002)
Durante casi una década la calle que da nombre a nuestro barrio –por entonces sólo una ruta de arreos fragmentada por quintas y bañados– llegó a ser el límite de la Capital Federal
Mario Bellocchio

Leve disquisición: bares o cafés (II)
“Boliche del mostrador, donde nunca ha tomado un delator ni un alcagüete”
(Poema Puente Alsina, fragmento. La Crencha Engrasada / Carlos de la Púa)
Leonardo Busquet

Indiana Joits. En busca de la butaca perdida
El titánico palacio Della Basto es un gran receptor de toda índole de aventureros...
Pablo Bellocchio

Música del alma
Yehudi Menuhin, Estados Unidos 1916-Alemania 1999
Mario Keegan

Marthineitz/Fogwill
Un guerrero y una pluma caídos en cumplimiento de pasiones
Leonardo Busquet

Abrí la puerta para salir a jugar
En abril de 2002 apareció mi primera nota De lechuzas y lechuceos...
Edgardo Lois

Sur, paredón y después...
Aventuras y desventuras de una plaza...
Anibal Seleme

Editorial
100 veces “Desde Boedo”
Cien veces planificar. Cien veces bocetar. Cien veces entrevistar...
Mario Bellocchio

VER, LEER Y ESCUCHAR
Crítica literaria, teatral y discográfica de producciones que no cuentan con el gran circuito de difusión alguna

POEMA
HAY QUE COMPADECERLOS (Fragmento)
Oliverio Girondo

CULTURA GRATUITA
Guía de actividades culturales barriales que no requieren erogación






La Bi-semana de Boedo
Este año, con motivo de celebrarse el Bicentenario de la Revolución de Mayo, los festejos barriales se prolongarán durante dos semanas: desde el 4 hasta el 18 de septiembre. El domingo 5 se realizará el festival callejero que este año contará, además de su acostumbrada jerarquía, con la participación especial de Rodolfo Mederos.

La celebración central –domingo 5 de septiembre a partir de las 11–, que seguramente congregará, como ya es habitual, una enorme concurrencia, se repartirá, al igual que en años anteriores, sobre Boedo entre Estados Unidos y Carlos Calvo, rodeando al escenario del pasaje San Ignacio y a los puestos de las instituciones y artesanos desplegados sobre la avenida.
Las actividades que ofrecerán cada una de las asociaciones de la Red de Cultura, esta vez se han distribuido, lo más armónicamente posible, a lo largo de las dos semanas que van desde el sábado 4 hasta el sábado 18 del mismo mes.
El domingo 19 se ofrecerá el cierre en el Homero Manzi a las 17.
En página 10 ofrecemos una detallada enumeración orientativa de las numerosas producciones culturales que los miembros de la Red de Cultura barrial van a ofertar durante esos días.•





La máquina de impedir


Un muro que está a la vista desde hace un siglo –cuando menos– “descubierto” recién ahora por el Gobierno de la ciudad para modificar caprichosamente lo adjudicado en licitación

Como anticipáramos en nuestra edición anterior, el Gobierno de la ciudad por intermedio de su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y el director del CGPC5, Marcelo Bouzas, informaron el 7 de agosto, en el predio, que el proyecto licitado para la construcción de la plaza sería modificado a raíz de los hallazgos patrimoniales “recién ahora” descubiertos.
Los vecinos, a través de nuestra herramienta, la “Asociación Civil Cultural Ambiental Todos por la Plaza de Boedo”, asumimos el compromiso de controlar la ejecución de la obra y exigir explicaciones y exhibición de documentación que respalde los dichos vertidos por los funcionarios en la fecha citada. Por tal motivo hemos dado curso a las siguientes acciones administrativas:
1.- Pedido de informes al ministro de Ambiente y Espacio Público GCABA contador Diego César Santilli (Av. Pres. Roque Sáenz Peña 570, Piso 4to., CABA), solicitando información sobre Plaza de Boedo (Ley 104). A la fecha aguardamos que el ministro se expida por escrito, como es su obligatoriedad de acuerdo a la ley citada.
2.- Solicitud de vista del expediente Nº 1.348.273/09 “Demolición de Ex Talleres TATA y Construcción de Plaza Boedo” al subsecretario de Urbanismo, Arquitectura e Infraestructura, Ministerio de Desarrollo Urbano, arq. Jorge Sábato. Este pedido debió ser diligenciado con carácter de urgente a la Dirección General de Obras de Arquitectura (At. arq. Ricardo Bouche).
El 30 de agosto se ha permitido a nuestra asociación de vecinos tomar vista del expediente. Logramos digitalizar la documentación que nos estaba faltando para nuestros archivos: convenios con Salvatori S.A., proveedora adjudicataria de la licitación por la construcción, y planos de obra que nos estaban faltando. Y hemos podido constatar que, a la fecha, no existe documentación que dé respaldo a los dichos de los funcionarios vertidos el 7/8. No hay planos, ni notificación del famoso muro, ni nada que nos indique, por el momento, que el proyecto ha variado.
Hemos relevado, en la documentación adjunta al expediente 1.348.273/09, los certificados de obra de Salvatori sobre los avances cumplidos a la fecha, no existiendo documento adjunto que modifique la licitación de origen.
Nos ha recibido el arquitecto Gabriel E. Rosales (director operativo - Dirección General de Obras de arquitectura - Subsecretaría de Proyecto de Urbanismo - Ministerio de Desarrollo Urbano), quien nos ha manifestado que esas posibles variaciones están todavía en trámite de aprobación, y que el gobierno ha pedido la intervención de un escribano en cada momento.
Ante la consulta sobre el retiro de tanques de combustible, se nos informa que ya se ha producido y que hubo actuación notarial para verificar el hecho. Y que en pocos días se adjuntará al expediente el informe respectivo.
Hemos vuelto a comprobar que el proyecto no ha variado en su proporción de verde, ya que, a la fecha, sólo consta en archivos la licitación sin modificaciones .
Solicitamos verbalmente una entrevista con el arquitecto Bouche para que nos explique las presuntas modificaciones y nos exhiban la documentación correspondiente sobre las posibles variaciones al proyecto y los motivos por los cuales se alteraría la licitación original, quedando esta comisión a la espera de la entrevista.
Como se puede comprobar, en los hechos, el GCABA es la máquina de impedir más eficiente que hemos conocido en los últimos años (toda gestión es por escrito y con larga espera). Lo que debería ser la gozosa comunicación del avance de obra pactada y adjudicada se ha transformado en la información a un irrepresentativo vecindario –citado telefónicamente por medio de un listado de ignoto origen– de presuntas modificaciones que no reconocen justificativo alguno y que no son cursadas a la Comisión Vecinal como correspondería dada su representación legal (“Asociación Civil Cultural Ambiental Todos por la Plaza de Boedo”, IGJ 1.811.107).
Por suerte, promediando el año del Bicentenario, en Boedo, nos en-cuentran altamente organizados.
Patricia Roselló •





La plaza Mariano Boedo: un tema recurrente


Una especial dedicación ha tenido, desde siempre, la lucha vecinal por el ansiado espacio verde. Y, en particular, el minucioso seguimiento de la “Asociación Vecinal Cultural Ambiental Todos por la Plaza de Boedo” ya registrada en la I.G.J.

En el naciente Desde Boedo Nº 4 (marzo de 2002) ya se redactan los primeros renglones sobre la plaza. Una larga historia cuyos comienzos relatamos.
Antecedentes: (Fragmento de la nota publicada en Desde Boedo Nº 72 de marzo de 2008) Desde las plazas perdidas.
1924 - El verde que no fue. En 1924 el urbanista y paisajista francés J. Forestier desarrolló un amplio proyecto para la ciudad por encargo del intendendente Carlos Noel, quien se hacía eco de los reclamos vecinales sobre espacios verdes para su esparcimiento. Para el centro del actual Boedo la reforma incluía una plaza de cuatro manzanas delimitada por Virrey Liniers, Humberto I, 24 de Noviembre y Cochabamba.
1971 - Junio. Recomendación asentada en el expediente 64.087/970 que expone: La Dirección del Plan Regulador y la Dirección de Arquitectura y Urbanismo desaconsejan la implementación de una industria en el predio y propician la expropiación de la manzana para destinarla a espacio verde para uso público. 18-6-1971.
1984 - Vecinos por el desalojo. Campaña vecinal para lograr la erradicación de la empresa “TATA” por infracción de la zonificación, haciendo hincapié en la expropiación de la manzana para destinarla a espacio verde para uso público del año 71. La Comisión encabezada por Joaquín Castro y Fernando López no logra el cometido.
2002 - Marzo. La Asamblea Vecinal de Boedo lanza , a través de volantes, una campaña que propone diversas reivindicaciones. En uno de sus párrafos proclama que es tiempo de decir basta, de construir codo a codo un espacio común que permita en forma organizada unificar reclamos, defender lo que aún nos queda y recuperar lo que nos robaron. Y hace clara referencia como ejemplo al predio Vail privatizado espuriamente por la dictadura “cuando su destino era una plaza pública”. (Desde Boedo, marzo de 2002)
2005 - Enero. Propuesta ante la quiebra. Ante la quiebra de la empresa “TATA” la Comisión constituida en 1984, con incorporaciones tales como Marta Ferradás –persistente vecina miembro de la actual Comisión Plaza–, ante la inminencia del abandono, colecta las primeras firmas que gestionan vigilancia del predio y solicita su transformación en plaza (acta certificada por la escribana Viviana Capitria). Sus fundadores creen oportuno poner en manos de una institución que pueda dar continuidad al reclamo los antecedentes coleccionados. La elección recae en la Asamblea Vecinal de Boedo.
2005 - Febrero. Remate judicial del predio que, con una base de 2 millones de pesos, se vende en 5 millones de la misma moneda.

La antigua estación Vail. (Fragmento de la nota publicada en Desde Boedo Nº 46 - Octubre de 2005) El incierto destino del predio comprendido por Carlos Calvo, Sánchez de Loria, Estados Unidos y Virrey Liniers, ha renovado la vieja aspiración boedense de contar con un espacio verde inexistente hasta nuestros días. Haber estado vinculado al Boedo fundacional de los tranvías eléctricos, aquellos vehículos de propulsión no contaminante, abona el proyecto, igualmente ecológico, de una plaza en el lugar cuya historia inicial relatamos.

Emplazar la plaza. (Fragmento de la nota publicada en Desde Boedo Nº 47 - Noviembre de 2005) El lunes 31 de octubre, la sala grande del San Carlos Sud, en Castro Barros 236, albergó las últimas -hasta ese momento- inquietudes vecinales que provocan las gestiones por la plaza. Compartimos el ámbito un importante número de representantes de la Red de Cultura de Boedo –integrada por 42 instituciones–, el Encuentro Político y Social de Boedo –5 instituciones y 10 adhesiones–, la Iglesia Santa Cruz y entidades del barrio de San Cristóbal agrupadas en su Multisectorial –6 entidades– y Guillermo Agresta –director del CGP6– acompañado por un grupo de sus colaboradores. Y vecinos cuya antigüedad en este objetivo data de los años 70. Recibimos allí a los legisladores invitados: Milcíades Peña, quien concurrió con su asesor el arquitecto Gustavo Cañaveral, y Marcelo Fernando Meis, legislador electo por el PRO. Por su parte, las legisladoras Alicia Caruso y Sandra Dosch excusaron su concurrencia por razones de agenda, aunque, al igual que Peña y Meis, recibieron los antecedentes del caso y comprometieron su apoyo.
Patricia Roselló, de la Asamblea Vecinal de Boedo, comunica a los invitados, en un sucinto informe, el estado de la tramitación. En primer término nos cuenta que la solicitud con el lote de firmas originales -2350 colectadas en apenas 45 días- fue presentada al director del CGP4 [...] se realizó una presentación similar en el CGP6, [...] fue entregado en la Legislatura GCABA para ser remitido a su presidencia bajo el rótulo “At. Lic. Jorge Telerman”. [...] fue presentado en la Secretaría de Producción Turismo y Desarrollo sustentable [...] lo recibió el Defensor del Pueblo, [...] también el Dr. Fabián Mettler [...] para realizar una presentación a modo de “recurso judicial” en defensa de derechos vecinales[...] se hace entrega de una copia, a la APDH, Asamblea Permanente por los Derechos del Hombre.
[...] El diputado Milcíades Peña [...] observando el mapa satelital de Boedo que le acerca este periódico, manifiesta que “impresiona ver que el barrio de Boedo no tenga ni un perejil que le dé sombra”.

Plaza a plazo fijo. (Fragmento de la nota publicada en Desde Boedo Nº 56 - Septiembre de 2006) Se vota en la Legislatura la ley que declara de utilidad pública y sujeto a expropiación, de conformidad con la Ley 238, al predio conocido como “Estación Vail”, se afecta el predio a Urbanización Parque para ser destinado a espacio verde de uso público y usos complementarios compatibles con la zonificación UP y se dispone en el Presupuesto General de Gastos y Cálculo de Recursos para el Ejercicio 2007 una reserva de partida de $ 7.900.000.
[...] Para la sanción definitiva se requiere doble lectura (audiencia pública), según lo dispuesto por los artículos 89 y 90 de la Constitución de la Ciudad. [...]Debemos estar orgullosos de haber sido convincentes sobre la necesidad de un espacio verde para un barrio casi totalmente carente de él. Y a tal punto fue bien fundamentado que de los 53 diputados presentes sólo dos se opusieron a la declaración “de utilidad pública y sujeto a expropiación”.

Fe en la plaza. (Fragmento de la nota publicada en Desde Boedo Nº 59 - Diciembre de 2006) Los galpones abandonados de la Estación Vail sufren –al igual que los vecinos– el acoso de la Catedral de la Fe sobre un predio otorgado por ley para plaza pública de Boedo. La nulidad de los argumentos esgrimidos por el grupo pentecostal. [...] Se publica el exhaustivo análisis de la versión taquigráfica de la audiencia pública y la desigual y sorpresiva lucha que debieron enfrentar los vecinos contra los “aleccionados” miembros del templo evangélico.

Legislatura: segunda votación. (Fragmento de la nota publicada en Desde Boedo Nº 60 - Febrero de 2007) Luego de sucesivas postergaciones –del 13 al 20 de diciembre– y, finalmente, el 21 se votó, en segunda oportunidad, la ley que ordena la expropiación del predio Vail para ser destinado a plaza de uso público. Los increíbles manejos desplegados por la Catedral de la Fe -–que incluyeron la expulsión de la sala de un alto directivo y amenazas de muerte a los legisladores– finalmente fueron superados por un holgado margen de apoyo.
Sr. Presidente (De Estrada) –El Cuerpo deja de estar constituido en comisión. En consideración en general la ley. Se va a votar. Requiere de 31 votos. Se utilizará el sistema de voto electrónico.
[...] El resultado es el siguiente: 49 votos emitidos; 38 a favor, 9 en contra y dos abstenciones.
(Aplausos) Manifestaciones en la barra.
[...] Para recordar: quiénes votaron en contra: en el PRO, Gabriela Michetti eligió oponerse. [...]En la coalición de centro-derecha denominada Juntos por Buenos Aires predominó el “panquequismo”. El unánime apoyo a la plaza manifestado en primera instancia tornó en cuatro negativas (De Estrada, Enríquez, Majdalani y Santilli). [...] Los de Recrear (López Murphy) se “emperraron” en la negativa. Los dos ausentes –Araujo y Meis– de la primera votación, concurrieron para pronunciar un contundente “no” junto a San Martino y Varela. Sería bueno recordar en este punto que Marcelo Meis fue el primer legislador que se acercó –hace algo más de un año– a nuestra convocatoria y prometió apoyo a la propuesta vecinal ¿Qué lo habrá hecho cambiar tanto?
.................
Y este es sólo el comienzo de un seguimiento recurrente del tema. La plaza transformada en símbolo de lucha vecinal se hizo presente de ahí en más en Desde Boedo como un estandarte. Los vecinos pueden estar al tanto de todas las novedades al respecto a través de sus ediciones. El archivo de todo lo actuado está a disposición en www.plazadeboedo.blogspot.com (“historia y seguimiento de trámites - archivo “Desde Boedo”)•
Mario Bellocchio





Callejeando historia
Por Boedo en el Centenario

Andaba el cronista callejero, el mes pasado, recorriendo la calle Corrientes cuando inopinadamente, en la puerta de la confitería La Helvética, se encontró con el joven dramaturgo José González Castillo. Invitado amable pero un poco imperativamente, como suele ser el modo del escritor, a conocer a unos “muchachos que prometen”, el cronista no tuvo otro remedio que acompañarlo a Boedo, hacia donde se dirigieron en un traqueteante tranvía Lacroze que los depositó en Constitución y la citada avenida.
–¡Pero mire usted a qué arrabales me trae, don Castillo!– Protestó el cronista. –De la magnificencia de la Avenida de Mayo, de la joven pujanza de la calle Corrientes, hemos venido a un paisaje de casas tan desparejas como el empedrado.
–No sea protestón, don cronista. Deje un poco el Centro y venga a los barrios, que también tienen su encanto y es donde bullen la vida y el porvenir.
–Mire, don Castillo, usted es muy poeta pero esta cuesta que me está haciendo remontar es terrible. Me haría falta un cuarteador.– Pero González Castillo se hace el sordo y aprieta el paso hasta cruzar Cochabamba, donde se para y dice:
–Vea, cronista, esta zona ya ha dejado de ser arrabal con el tonito peyorativo que usted usa. Es cierto, ya que lo menciona, que en esta cuesta todavía trabajan los cuarteadores, especialmente en los días de lluvia; pero también lo hacen en otros puntos de la ciudad, como frente a la Casa Cuna o en las cercanías de la propia Casa de Gobierno, porque no todos los tramways tienen la suficiente potencia para remontar la pendiente. Tampoco le voy a negar que hay calles donde recién se ha terminado el empedrado en algunos tramos, y que en algunos sectores todavía alumbran los pintorescos faroles a petróleo, por la calle Treinta y Tres, por Tarija... Pero ya los están reemplazando por los de gas, que provee el gasógeno de Boedo y Rivadavia, y algún día tendremos luz eléctrica. Esta es una barriada de gente de trabajo y pletórica de negocios, que pelea día a día por el pan pero que también tiene otras inquietudes... Va a ver que más temprano que tarde va a dar de qué hablar.
González Castillo hace una pausa en su apasionada apología barrial, quizá para tomar aire, y continúa:
–Si usted quiere ver arrabal, allá lo tiene– dice señalando hacia el Sur, donde la mirada se pierde en un horizonte brumoso. –¿Distingue una torre hacia la derecha? Usted no usa anteojos, así que debe de ver bien; en cambio yo, con estos culos de botella... Bueno, ahí es Pompeya, un bañado que empezó a poblarse cuando el tano Luppi instaló la curtiembre aprovechando la cercanía de los Corrales. Fíjese, un patrón de los que hay pocos, pues puso una escuela para los hijos de sus obreros... Tendría que ver lo que es aquello cuando el Riachuelo viene en crecida, a puro bote y percherón para poder salvar las pilchas y algún mueble. Pero me voy del tema: de ahí sale una avenida que antes usaban los reseros para llevar el ganado al antiguo matadero que estaba frente al hospital Rawson, Amancio Alcorta. ¡Ahí lo quiero ver! Antes de llegar a la quema, que se extiende más o menos entre Monteagudo y Luna, tendría que pasar por el Pueblo de las Ranas, que le dicen, de Pepirí a Monteagudo y de Alcorta hasta el Riachuelo. Ahí está el último residuo del arrabal, entre ranchos de lata y paja va a encontrar a todos aquellos que la sociedad arroja de su seno, a los que nacieron o han caído en la miseria de la “mala vida”... Los que quizá nunca consigan redención...
–Bueno, don Castillo –atina a decir el cronista–, no se me ponga así.
–Es que pienso en esa vida y me da congoja. Para un “ranero”, como les dicen, vivir aquí en Boedo sería el paraíso... Y me parece que usted no aprecia el prodigio de trabajo y voluntad que hace la gente de este barrio para progresar.
–Perdóneme, don Castillo –dice el cronista–, en ningún momento quise ser despectivo. Es que usted me sacó de la Avenida de Mayo, de Corrientes, y el contraste me afectó un poco.
–No se deje llevar por las apariencias. Ese contraste ya se irá borrando y le aseguro que en pocos años Boedo va a ser comparable con cualquiera de esas calles que quieren ser europeas... Pero vamos, que se nos hace tarde.
González Castillo arranca a buen paso hacia San Juan, pero no puede con su genio y a la mitad de cuadra se detiene frente a una puerta:
–¿Ve lo que le digo? –increpa al cronista. –Dígame en qué arrabal va a encontrar una asociación de socorros para enfermos como ésta, “La Unión Popular”, o, ahí enfrente, en el 1071, uno de los tantos conservatorios musicales de la zona, el Facondini... Es cierto que está lleno de corralones y herreros y que hay varios tambos sobre la propia avenida, pero con el tiempo, el tramway y el automóvil pronto irán desapareciendo.
–¿Y ese baldío? –inquiere el cronista ante un respetable descampado en la mitad de la cuadra de los números impares.
–Uno de los tantos que quedan, pero no se inquiete que seguramente pronto habrá edificación. Ahí suelen armar su carpa algunos de los circos que frecuentan el barrio. Sin ir más lejos, en este momento el “Internacional” está dando funciones en Mármol entre Carlos Calvo y Estados Unidos. También supieron armar en la propia avenida, frente a la estación de tranvías y hace ya años en Venezuela y Maza, donde cantaban Gabino Ezeiza y el crédito local, un muchacho llamado José Bettinoti... Mire, este baldío lo tengo entre ojo y ojo... ¡Cómo me gustaría levantar un teatro! ¡O, por lo menos, que me prestasen una carpa para hacer funciones durante el verano! Pero vayamos hacia San Juan y dígame si el cruce le parece de arrabal... En aquella esquina tiene al Nuevo Banco Italiano, uno de los varios que atienden a los vecinos; en ésta, que sería la sudeste, el surtido almacén de Pérez y Posse; en la sudoeste la farmacia de Santo Chanelli y, en la noroeste la mejor sastrería del barrio. Son dos gallegos, de apellido Diez y Seoane que, en razón de su corta estatura, llamaron a la tienda “Los dos petizos” así, con zeta. Si quiere buenos casimires entre, pero si quiere el sobretodo de madera le aconsejo correrse hasta el 3582 de San Juan, que en la funeraria de Mordeglia y Botto le van a tomar las medidas...
–Salga, don Castillo, ¡qué dudoso sentido del humor tiene usted!
–No se me amosque. También puede encontrar el mismo destino si se le ocurre ir al consultorio del doctor Aldo Cantoni, un sanjuanino que tiene consultorio en el 3607...
–¡Cruz diablo!
–¡Pero mire que había sido fino usted! Bueno, dejemos los chistes a un lado y acompáñeme, que ahora empieza lo mejor de la función pues voy a hacerle la visita guiada.
Y allí se va el cronista, arrastrado por González Castillo, por las veredas de este Boedo de 1910.• (Continuará)
Diego Ruiz





Alfredo De la Fuente, en otras lindes


Al poeta Alfredo De la Fuente ya no le preocupan las líneas y los puntos que inventan y delimitan territorios propios de los ajenos; es posible que en la Nada omnipresente por donde ahora transita su fantasma porteño, lo haga con el mismo fervor andariego y sempiterno que lo llevaba a monologar en el conticinio de Buenos Aires. Digo, porque tal vez siga entre nosotros –sus amigos del café Margot, esos que quieren cambiar lo que tiene mala hechura– y entre palabras y risas no logramos verlo. Porque De la Fuente, poeta de impronta popular y verso simple, de las cosas pequeñas que no por mínimas dejan de alojarse en el lado humanamente izquierdo de los iguales, era antes que nada un hombre de esta ciudad, y ubicado en ella, puntualmente del Sur.
Había nacido en los altos de la esquina de México y Boedo en 1935, cuando por entonces en el local esquinero había una florería, el tranvía 84 tenía parada enfrente y México corría este-oeste. El primer estaño que conoció su sed fue el café “Gardel”, haciendo cruz con su casa. Y la escuela Martina Silva de Gurruchaga, a metros de su domicilio, le acercó las primeras letras para que comenzara a ejercitarse tempranamente en rimas y emociones que van hermanados en las líneas desparejas. Desde entonces nunca más abandonó la palabra.
Se decía boedense, como tantos otros habitantes fronterizos, pero lo cierto es que su arribo a esta costa del Mar Dulce había sucedido en Almagro, cuando Boedo aún no tenía partida de nacimiento legal, aunque el sentido de pertenencia estaba en el sentimiento de los vecinos que vivían próximos al límite. Y tampoco lo fue –lo fueron– después, porque quedaron aquende sus fronteras. Es decir, que fue –son– almagrenses. Digamos: cisboedenses. Décadas después, largas discusiones sobre este tema llevaron a De la Fuente, en rueda de compinches, a acaloradas y amicales discusiones entre cafés ya fríos y la amenaza cierta –pues se cumplía– de proseguir el tema fanáticamente recurrente y de nunca acabar.
Como toda la adolescencia de hogar inmigrante y pobre de esa época, se valió de varios trabajos a los que recurría más por necesidad manducatoria que por vocación de oficio, como el de zapatero; después vinieron otros, y aunque vestido de saco y corbata en una agencia de publicidad, tampoco estaban acordes a sus aspiraciones. Años después, en un vuelco a dúo de esfuerzo y suerte se encuentra en Radio Splendid y allí comienza el itinerario por otras: Mitre, Municipal, Nacional donde arma programas de tango –su inveterada pasión– y ya entonces, en la trama del dos por cuatro, sabe que está en sus dominios. En uno de los últimos reportaje que le realizó a Charlo, se rescatan la precisión de sus preguntas y el conocimiento que poseía en la materia.
Caminador incansable, recorrió la Corrientes de los postreros sobrevivientes cafés de tango, los peringundines de señoritas otoñales –como habría dicho González Tuñón– y aguantaderos como “El Palomar”, en la avenida, entre Talcahuano y Libertad, donde asombrado por las diversas cataduras de los especímenes que allí pernoctaban –unos de péñola en mano, otros de bufoso en la cintura– no por eso dejó de compartir un vino y de reanimar a algún viajero de regreso de su pesado e íntimo paraíso artificial. De estas incursiones nos contó en su libro de relatos Anoche murió Ramiro. Hay otros volúmenes más, y Las historias de tango tienen vieja memoria, que dejó inédito.
Si la vida no se vive sin gastarla, o permitimos que se nos escape sin estar inmersos en ella, o la dejamos para vivirla más adelante, estaremos perdidos, porque no hay un guardar para después, ya que de su substancia vital nada puede quedar para mañana: es imprescindible meterse en ella, a conciencia, y permitir que ella nos habite por necesidad de inmanencia. Y no me equivocaré si afirmo que Alfredo De la Fuente –extrañado ya de luces y sonoridades– habría compartido este pensamiento, pues él raspó la vida hasta el fondo, hasta no dejar nada, pese al prolongado dolor físico y padecimiento final. El 19 de agosto falleció en el Hospital Durand; fue incinerado en el cementerio de la Chacarita.
Como los recuerdos del alma no se queman, ni se entierran, ni se desvanecen en el aire, bastará con sólo nombrarlo para corporizar virtualmente al amigo. Silencio, en tu sepulcro deposito (Conde de Villamediana).•
Rubén Derlis






El mausoleo de Manuel Belgrano


Los mausoleos son monumentos funerarios. Uno de los mausoleos de Buenos Aires es el de Manuel Belgrano, que se encuentra en el atrio del templo de Santo Domingo (Belgrano y Defensa). El creador de la bandera nacional murió el 20 de junio de 1820 en plena crisis político-militar, en la pobreza y el olvido de sus contemporáneos. Fue amortajado con el hábito albo de la orden dominicana y enterrado en el atrio de la iglesia y convento de Santo Domingo. Una sencilla losa con la leyenda “Aquí yace el general Belgrano” cubría su sepultura. Muchas décadas después, el 20 de junio de 1903 se terminó por levantar en su honor un majestuoso monumento funerario en su memoria. El mausoleo, desde el suelo hasta la parte superior del sarcófago, mide casi nueve metros. El basamento es de mármol de Carrara. Las estatuas laterales, que simbolizan “El Pensamiento” y “La Acción”, al igual que los bajorrelieves, son de bronce. Las cuatro estatuas de los ángeles están vaciadas en aluminio y la reja que rodea al mausoleo es de hierro. En la reja, también de hierro, que circunda el atrio se encuentra la llama votiva. El sarcófago está coronado por un yelmo que tiene un águila que simboliza la potencia más elevada, el genio y el heroísmo. Atendiendo al carácter polivalente del símbolo podemos decir que el águila alude a las alturas, al espíritu identificado con el sol y al principio espiritual. Tiene el ritmo de la nobleza heroica y de la actividad guerrera. Es el principio celestial en lucha con lo telúrico o ctónico. El águila conduce a las almas a la inmortalidad. En el cristianismo representa al mensajero celestial y según Dante es el pájaro de Dios. El simbolismo de “El Pensamiento” alude al hombre comprometido con la producción intelectual, con la meditación y con el esfuerzo racional. Belgrano fue de profesión abogado, por vocación economista, siendo pionero en el desarrollo de la ciencia económica en el Río de la Plata. Ocupó el cargo de secretario del Consulado, institución económica de la que se valió para promover reformas que favoreciesen el desarrollo de la agricultura, las artesanías y el comercio. Se opuso al monopolio y reivindicó el libre comercio. Pero el imperio de las circunstancias hicieron de Belgrano un militar. “La Acción” alude a sus campañas militares. Los dos bajorrelieves evocan la creación de la bandera nacional y sus triunfos en las batallas de Tucumán (1812) y Salta (1813). Estos triunfos belgranianos permitieron a la revolución recuperar por segunda vez el Alto Perú (Bolivia) y proyectarse hacia la unidad americana. Una cinta en el mausoleo dice “Studis Provehendis” (Proveedor de Estudios) con lo cual se alude al destino que Belgrano les dio a los 40.000 pesos con los cuales el gobierno le recompensó por sus victorias: Belgrano quiso que este dinero fuese destinado a la construcción de cuatro escuelas públicas en el interior del país. “El Pensamiento” y “La Acción” nos muestran la dimensión de un hombre que conjugaba los libros con la espada para liberar la América del Sur. Porque para ser libres no basta con la independencia por medio de las armas, sino que esta se afianza y consolida con la educación y la cultura de las nuevas generaciones. En la parte inferior de la escalinata del mausoleo se colocaron, en el transcurso de los años, diversas placas conmemorativas con que las distintas instituciones lo homenajean. Entre el mausoleo y la entrada principal de la basílica se encuentra un mástil para el pabellón nacional. El Mausoleo de Manuel Belgrano fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1946. El mausoleo es una alegoría al noble guerrero y a su lucha abnegada por la libertad y la independencia.
Debemos concluir esta nota, lamentablemente, con una noticia para el disgusto. Pocos días antes del Bicentenario la empresa distribuidora del fluido de gas retiró el medidor que alimentaba la llama votiva. Esta llama permanentemente encendida simboliza el permanente honor y recuerdo que los argentinos debemos a uno de los padres fundadores de la nación. Pero parece ser que en la Argentina del Bicentenario valen más los intereses mercantiles de las empresas privatizadas que el permanente recuerdo que los argentinos debemos a quienes con su vida contribuyeron a forjar la nación. Sepámoslo para que las ganancias no valgan más que la memoria y el recuerdo. •
Miguel Ruffo






Cortavidrios, picados, y Jabulani
“Memoria no es pasado sino alas del presente”
Pepe corazón de gorrión
“Ruedo; luego, existo”
René Descart'ado

Rueda que rueda en Colombres antigua, pelota de trayectorias imprevistas entre baches y adoquines, picados cuna de grandes, grandes jugadores y grandes puteadas. ¡Krrraaash !!!! kraash …krr… Pelotazo, ventana destripada, astillas de vidrio en el aire como puntos suspensivos, enjambre de pibes zumbando, volatilizados antes que ... “La remilputa madre que los parió”...saluda cordialmente la propietaria al público ya ausente.
Colombres empedrada, ni tranvías ni ómnibus, sí vacas matinales ofreciendo leche fresca de la ubre a su mesa, sí feria dos veces por semana entre Constitución y Cochabamba, ¡a lo melooone!, ¡a lo melooone!, ¡maaadura la saaandia, maaadura!, a mi vieja le gustaba el pescado, cosas de inmigrantes; ni bien clareaba changuito en mano se dirigía al entrevero de gritos y puesteros, cuanto más temprano mejor pesca decía: a veces en ruso, a veces en yddish, a veces en castellano, y en general mezclando idiomas según su estado de ánimo, regresaba eufórica si traía como trofeo de guerra un dorado del Paraná, proclamando aromas de guefilte fish2. En el 1380, vecino a mi casa, corralón, carros y caballos, papas, ajos y cebollas esperando el día de feria. Colombres antigua, carnavales con guerra de agua, veredas en charla, picados suspendidos por pelotazos traicioneros.
Ruedan que ruedan en el caserón del tiempo, pelotas de caucho, de trapo, de cuero, ruedan que ruedan, cortavidrios, planetas, vidas, todo cambia nada cambia, existencia milagrosa de herramientas que perduran, sin pilas, sin cables, sin digitales circuitos, sólo el arte del tajo en el vidrio, del martillazo preciso en el clavo, del ojo en la gota del nivel para que ciudades crezcan aplomadas. Memorables pelotas sin enchufes, sin play station, sin teclas astuciosas enviando pases virtuales, sin sabios cálculos modelizando la trayectoria del proyectil contra resistencias del aire. Sólo el arte del chanfle y sus efectos mortales, de gambetas magistrales, de túneles y cardíacas aceleraciones, de cabezas y chilenas inflamando multitudes.
Sentado en la loma de sus sesenta noviembres un exferretero contempla el mundo con filosofía boedónica, tratando de entenderlo no a partir de grandes principios, sí a partir de pequeños detalles, entonces envía una pregunta a la olla pa’que la paisanada mastique entendederas: ¿dónde se cruzan cortavidrio, picados y Jabulani?... Pará, Josecito, ya empezás de nuevo, vos vivís afuera, el cuatro a cero fue un trauma nacional, no es tema para joder. No lo digo para joder, Mario, lo digo para pensar.
Rueda que rueda el cortavidrios, la visión de un niño asombrado se desliza acompañando la diminuta herramienta, la marca, el golpe seco y los vidrios a medida listos para devolver la vista a las ventanas. En Colombres estallaban, en la ferretería de Boedo resucitaban. Al fulbito de la calle se lo llevó el asfalto y el tráfico, a la feria se la llevaron los súper y el “progreso”, ni hablar de vacas matinales, otra calle, otra vida. Pero como dijo el filosófo “todo cambia, nada cambia”, bajo otras formas perdura el espíritu del picado y el ansia de leche fresca. Por eso, cortavidrios, picados y Jabulani no se cruzan en un punto, ruedan en mundos paralelos.
Rodó y rodó la Jabulani en Sudáfrica 2010, los pobres que habitaban cerca del gran estadio del Cabo, fueron amontonados en Blikkiesdorp, “zona de realojamiento temporario” (léase villa miseria) concebida en 2008 para evitar a turistas espectáculos desprolijos, God save the tourists. Los tradicionales vendedores ambulantes también rodaron, en las inmediaciones del estadio la FIFA sólo aceptó los “comercios autorizados”3. Luego de la euforia mundialesca, africanos que intentan evadirse de la miseria siguen ahogándose en mediterráneas pateras, amén.
Rodó y rodó la Jabulani ya ni de trapo ni de cuero, moldeada con látex, etileno-vinil acetato (EVA) y termoplástico poliuretano (TPU), concebida científicamente para Adidas por la Universidad de Loughborough-Inglaterra para mejorar aerodinámica de balones y negocios, fabricada en China con tinta china … Según plantean los filósofos boedónicos4 la trayectoria de la Jabulani está condicionada por las masas de dinero acumuladas en los polos de la FIFA. Moraleja: el deporte termina fifado5. Yo digo, no para consolar traumatizados compatriotas, digo porque así lo siento. Si hubiésemos perdido el mundial del picado sería el primero en llorar, pediría ojos secos, lágrimas prestadas, para seguir llorando, pero por cuatro Jabulanis a cero de fútbol negocios dinero, ¿por qué llorar, compañero?
Cortavidrios, picados, artistas y soñadores boedónicos, los que rodamos por el arte de rodar, seguiremos jugando con las pelotas que podemos, hechas de charlas y aliento, de contragolpe, de vez en cuando ganamos una alegría, nuestro mayor premio. Festejamos el N° 100 del periódico Desde Boedo. ¿Y si la historia caprichosa se acuerda más de éste evento que de Jabulanis en búsqueda de alma y de cuero? (Josecito de la ferretería)•

NOTAS:
1. Palabra que significa “celebrar” en lengua zulú (http://www.football360.info), utilizada para designar la pelota oficial del mundial de fútbol del año 2010, realizado en Sudáfrica.
2. Guefilte fish: literalmente pescado relleno, comida tradicional de los judíos de Europa central y oriental.
3. Nota de David Smith, “The Guardian” (Londres) publicada en “Courrier Internationale N° 1018.
4. Ver nota de Leonardo Busquet en “Desde Boedo” N° 98.
5. Expresión del lunfardo cuyo origen desconozco. En lengua castellana culta y en contexto de bolas que ruedan, podría traducirse por “sodomizado”
José Muchnik





Los 39 años de Boedo
(Nota publicada en junio de 2007)

Nuestro joven barrio todavía no ha transitado, tangueramente, el codo de los cuarenta. El 11 de junio se cumplen treinta y nueve años de la promulgación de la ordenanza Nº 23.698 que delimitó por primera vez los barrios de la ciudad hasta ese momento imprecisos y superpuestos.

Junio de 1580. Desde Asunción llega Juan de Garay y el día 11 funda Santa María de los Buenos Ayres. Una carabela y dos bergantines descienden el Paraná y el estuario para trasladar a los sesenta y cinco nuevos pobladores, los elementos de labranza y otras dotaciones de agricultura. Se reúnen con el ganado que había hecho el trayecto por tierra y conforman el nuevo asentamiento.
Rodrigo Ortiz de Zárate y Gonzalo Martel de Guzmán son nominados como alcaldes de la ciudad, que cuenta con su escudo de armas y su cabildo con seis regidores. Tanto despliegue acredita unos días de descanso en... ¡Mar del Plata! La bitácora de Garay denuncia un viajecito exploratorio, por esos días, hasta el que hoy se denomina Cabo Corrientes. De esta manera, hace cuatrocientos veintisiete años, Juan de Garay desplegaba el papiro inaugural en el trunco tronco bonaerense.
Hace mucho menos –treinta y nueve años para ser precisos– a las autoridades de la ciudad se les ocurrió que había que formalizar una circunstancia vigente de hecho: la divisoria barrial. Y nada mejor que la fecha fundacional del 11 de junio para labrar las actas. Así que, previa fundamentación, rubricaron los límites que cuatro años más tarde –1972– tendrían algún retoque y sanción definitiva.
Y había que fundamentar para acordar alambradas porque el despliegue de las patrias chicas barriales no era escaso. Hurgar y decidir sobre las chapas fundacionales, culturales y hasta deportivas que justificaran un límite barrial fue la ecléctica tarea que debieron asumir los legisladores. El discurso previo al articulado revela las dimensiones de las amistosas, y a veces no tanto, controversias “aduaneras”.

Buenos Aires, 11 de junio de 1968.
CONSIDERANDO:
Que la Ciudad de Buenos Aires, fundada por Don Juan de Garay el 11 de junio de 1580, ha ido creciendo sin tregua y sin pausa [...]
Que, dentro de su dilatada extensión, se han constituido núcleos ciudadanos [...]
Que estos barrios ostentan nombres que los distinguen y precisan su ubicación en el vasto ámbito capitalino, que ningún porteño desconoce, a pesar de tratarse de denominaciones fundadas en el uso, la costumbre o la identificación con la parroquia, o con algún edificio notable, o ser recuerdo de la “villa” inicial incorporada en el decurso del tiempo a la ciudad creciente;
Que, no obstante, los barrios porteños carecen de límites exactos, por cuanto se han formado en torno a núcleos primitivos cuyos epicentros, si bien tienen casi siempre características definidas, con su vida propia y sus actividades sociales, culturales, comerciales o industriales peculiares, al expandirse se confunden con los barrios vecinos estableciéndose zonas marginales indecisas;
Que se estima oportuno determinar los límites de los distintos barrios que componen la ciudad a fin de precisar la esfera de acción de las entidades constituidas en ellos, promover el desarrollo de la acción comunitaria en beneficio del progreso y afirmar la perdurabilidad de los nombres caros al espíritu y las tradiciones de la población;
Por todo ello; en uso de las facultades acordadas por la ley 16.897 (B. M. 12.857);
El Intendente Municipal,
SANCIONA Y PROMULGA CON FUERZA DE ORDENANZA:
Artículo 1º - Establécese que los barrios que integran la Ciudad de Buenos Aires están comprendidos entre las avenidas y calles que se detallan a continuación:
[...] BOEDO: Av. Loria, Av. Caseros, Av. La Plata, Av. Independencia.
[...] Art. 2º - La presente ordenanza será refrendada por los Secretarios de Obras Públicas y Urbanismo y de Cultura y Acción Social.
Art. 3º - Dése [...]
IRICIBAR. - Roberto J. Vernengo - Máximo A. Vázquez Llona.*
¿Pero cómo: entonces el Grupo Boedo, los poemas de Manzi y de Centeya, de qué barrio hablaban?
El concepto de pertenencia que barrio pone en juego, responde más a un análisis sociológico que geográfico. La divisoria del 68/72 se ocupó más de este último que del primero.
¿Y cómo era ese Boedo sín límites demarcados anterior a junio del 68?
El Viejo Gasómetro vibraba con los Matadores cuya pertenencia a Boedo se gritaba como nunca antes. Se cumplían veinte años del estreno de “Sur” de Manzi y Troilo. En el mapa, los límites actuales surcados por dos ejes –Boedo-Sáenz y Garay-Vernet– que partían en cuatro la superficie, asignaban a las secciones de Registro Civil de San Cristóbal Sud (sic) el fragmento de Saénz-Boedo, Garay, S. de Loria y Caseros; a la de San Cristóbal Norte: Boedo, Independencia, S. de Loria y Garay; a San Carlos Sud (sic): Garay-Vernet, Av. La Plata, Independencia y Boedo; y, finalmente, a Nueva Pompeya: Boedo-Sáenz, Caseros, Av. La Plata y Vernet-Garay.
Ese “reparto” de lo que consideramos nuestro terruño comenzó a tener polos reconocibles en ambiguos términos tales como alrededores de o la zona de Boedo; y hasta algún osado se animó con la palabreja: barrio, saliendo de la velada alusión en la que no quedaba claro si se refería a una avenida o a la zona. Todavía hay quienes discuten si Manzi escribió San Juan y Boedo antigua –por la avenida– o antiguo –por un barrio aún en ciernes.
Cierto es que la proyección hacia la primera plana la brindó, indudablemente, la irrupción del Grupo Boedo –o de Boedo como dirían los fanáticos del zonalismo– y su controversia con los de Florida. Siendo esta una calle, hay razones para suponer que la otra alusión era para la avenida.
El otro polo, que planteaba un límite insoslayable para futuros delimitadores fue el Gasómetro de Av. La Plata. Cuando en la madrugada del siglo XX el tono altisonante del Carbuña Monti imponía: San Lorenzo, sí, pero que se aclare: de Almagro, definía una identidad barrial efímera, pero identidad “barrial” al fin, del lugar de origen que sólo quedó en las actas fundacionales y en el nombre oficial de la institución.
Ya en las primitivas reuniones del “Dante” tenía vigencia el mote de Gauchos de Boedo, afincando la pertenencia barrial, para culminar la rúbrica con el visceral ¡Sí, sí, señores, yo soy de Boedo! ¡Soy de Boedo de corazón!
Y los Artistas del Pueblo, la Universidad Popular de Boedo, la Peña Pacha Camac, el Corso de Boedo; una enumeración que pecaría de taxativa si no se advierte que se alude a las de mayor conocimiento público prescindiendo, por razones de espacio, de un listado más completo.
Boedo: un barrio de estirpe, con identidad desde las primitivas épocas de indocumentado, hoy cumple treinta y nueve años desde que le entregaron los papeles.•
Mario Bellocchio

(*) Ordenanza Nº 23.698 del 25/6/1968, Boletín municipal de la Ciudad de Buenos Aires Nº 13.336, pág. 7428








Cuando Boedo era la General Paz
(Nota publicada en marzo de 2002)

Durante casi una década la calle que da nombre a nuestro barrio –por entonces sólo una ruta de arreos fragmentada por quintas y bañados– llegó a ser el límite de la Capital Federal

La ciudad llega hasta aquí... Y el dedo recorre una línea casi totalmente imaginaria sobre el plano de Sourdeaux (circa 1850). En unos pocos años más el camino Boedo-Sáenz tendría continuidad a través de chacras y bañados, pero allí el Puente Alsina todavía es el Paso de Burgos, Almafuerte-Loria el Camino de la Arena y una ignota diagonal aún no ha sido bautizada como Chiclana y le pone un “parate” de difícil cruce a la traza de Boedo, que hasta allí se anima, por ahora.
Unos años más tarde (1859) el empresario Enrique Ochoa quiere comprobar si “la tercera es la vencida” y reincide en la construcción de un puente sobre el Riachuelo –los dos anteriores habían sido arrastrados por las aguas– tomando esta vez el recaudo de afinar el diseño confiándolo al arquitecto alemán Otto Arnim von Lobbe, quien dispone de urunday, lapacho y quebracho colorado para su construcción y el no menos “fuerte” apoyo de Carlos Pellegrini. Así nace el Puente Alsina(1), que da nombre a la zona de su entorno y cuya fama trasciende en milongas y tangos clásicos de los albores del siglo veinte.
La pulpería de Gades ofrece caña de durazno, tabaco y demás a sus parroquianos –arrieros la mayoría– en la “esquina de los corredores”, (Chiclana y Loria) bautizada así por las “cuadreras” que se disputaban desde los tiempos de Rosas. No falta nada que resulte necesario para las provisiones, ni el naipe gastado en rústicas manos, ni algún entrevero de esos que el trago alimenta. La zona va afirmando su traza al compás de la necesidad de senderos para jinetes, carretas y arreos en su ir y venir a la provincia atravesando el Riachuelo. La pulpería de Gades y otras tantas son mojones de civilización que brotan en ese Boedo primitivo con más líneas punteadas que trazos continuos en los mapas de la época.
En 1872 comienzan a operar los corrales denominados “Segundo matadero del Sud” (Caseros y Monteagudo). Allí llega la hacienda desde Puente Alsina o La Tablada circulando por la calle Arena (Almafuerte), para ser faenada y distribuida para el consumo en carros abovedados con techo de chapa. Este y otros mataderos menores del entorno generan un intenso movimiento, que Ricardo Llanes describe así: “La hacienda vacuna, como las tropas de yeguarizos y los rebaños de ovejas, procedentes de los establecimientos ganaderos de la provincia, seguían esas huellas que algunos señalarían como “Camino de los huesos”, por los caballos y novillos que solían caer aplastados por la sed, bajo los banderillazos del sol que resecaba la polvareda densa y calcinante. Muertos y abandonados allí, ofrecían el cuadro de sus esqueletos, que las lluvias y los vientos se encargaban de desparramar, hasta desaparecer bajo las pezuñas de las nuevas reses y las atropellantes caballadas”. Ese “Camino de los huesos” o “de las tropas” –como también se lo solía nombrar– resulta ser la primera Boedo limítrofe que, con la continuidad de Sáenz (así llamada a partir de 1893) llega hasta Puente Alsina.
Pero en mil ochocientos setenta y pico, ni Boedo es barrio, ni Buenos Aires capital, porque la “cuestión capital” aún no se ha dilucidado. Roca y Tejedor se disputan la presidencia. Roca triunfa en el colegio electoral y Tejedor no acepta la ominosa derrota y se levanta en armas. Durante las jornadas del 20 y el 21 de junio de 1880, Puente Alsina, Corrales (Parque Patricios) y Barracas son escenarios de sangrientos combates donde los nacionales derrotan a los porteños originando la federalización de Buenos Aires como Capital a partir del 21 de setiembre. Durante siete largos años, nuestra amada avenida Boedo –aún polvoriento camino entre quintas– se da el lujo de ser límite del municipio capitalino, hasta el 28 de setiembre de 1887, cuando se incorporan al ejido Belgrano y San José de Flores.
Ciriaco Cuitiño es oficial de Rosas y jefe de la Mazorca. Como tal –señala la historia popular, nunca suficientemente desmentida– le solicita al Restaurador la donación de algunos terrenos en premio a su tarea federal. Ignoramos si hay algo de sorna en la concesión; lo cierto es que se le otorga un paraje irredimible que más vale como estanque. Cuitiño –que no es hombre de amilanarse– toma una especie de islote como base para su casa(2) y con la ayuda de sus hijos y de inmigrantes que levantan hornos de ladrillo en el predio, consigue ir secando el terreno y hacerlo cultivable. Son los comienzos de un parcelamiento que con el tiempo se intensificaría. Lo que es hoy el barrio de Boedo se convierte en lugar de quintas de verduras y frutales, muchas de ellas vigentes hasta las primeras décadas del siglo veinte. Algunas cobran notoriedad por sus dimensiones, como la de Carlos Guedes –conocido terrateniente–, cuyos dominios abarcan, orillando 1900, de Riglos a Quintino y de Pavón a Cochabamba, con su casa principal –La Constancia– perdurando hasta 1932. Otras, porque dan su predio a lugares que resultarían entrañables: la Quinta de Onetto, tierras del Camino de Gowland (hoy Av. La Plata) donde se asentaría el Gasómetro.
Aquellos hornos de ladrillos que ayudaron a secar los esteros al empeñoso Cuitiño han echado cría. Se mosaiquean con las quintas y los tambos en el patio del Boedo naciente que se va poblando, y no sólo de quinteros. Los vascos han llegado para quedarse, con sus vacas, sus ordeñes y sus juegos de pelota. Tanto, que llegarían a reunirse en la Fonda de los Vascos de Independencia y Boedo o en la formidable Plaza Euskara, un verdadero estadio de una manzana, con el infaltable frontón y comodidades de tribuna(3). Más acá de la blanca leche tambera, el negro barro hornero. Los moldes y el prolijo apilado. Sobre el hueco, la leña que el paisano enciende y aviva. Unos minutos más y el aire estará preñado de un humo denso y el acre olor de la cocción. Atardece. A lo lejos cristalea el Bañado de Flores sobre el horizonte plano, apenas interrumpido por alguna lomada. Una bandada de patos hacen una ruidosa pasada hacia el poniente rojizo. El humo de la horneada –que ya trabaja sólo con el rescoldo– forma un techo que parece al alcance de la mano en los bajíos. Hacia el centro de la ciudad, el Boedo creciente muestra en su aislado caserío la lumbre de las velas de sebo, las lámparas de querosén o de carburo, pero en la calle hoy será una noche oscura. La luz plata de la luna no alumbrará hasta la semana que viene, así que habrá que esperar que la Municipalidad apruebe el pedido de faroles a querosén para Boedo(4).
Ya sólo queda el vívido rojo de las últimas brasas. Mañana por la mañana se habrán enfriado los ladrillos y estarán listos para seguir levantando Boedo con su propia tierra horneada.•
Mario Bellocchio

NOTAS
(1) En 1910 el puente fue reemplazado por uno de hierro que permaneció hasta 1939, año en que se inauguró el “colonial” Puente Uriburu.(Hoy nuevamente Alsina)
(2) La casona de Cuitiño estuvo en pie hasta la década del 30, en Independencia 3549, vecina a la sucursal del Banco de la Nación.
(3) Desde 1882, durante más de veinte años la Plaza Euskara ocupó la manzana delimitada por Rioja, Caridad (Urquiza), Independencia y Estados Unidos. En 1904 fue parcelada y vendida.
(4) La Nación del 17 de febrero de 1886 publica una solicitud de los vecinos a la Municipalidad para la instalación de alumbrado público a querosén sobre la calle Boedo.

BIBLIOGRAFIA
* Botana, Natalio R. - La Federalización de Buenos Aires, Editorial Sudamericana, Bs. As., 1980.
* Del Pino, Diego - Ayer y hoy de Boedo, Ediciones del Docente, Bs. As. 1986.
* Autores varios - Historia visual de la Argentina, Clarín, Bs. As.,1999.
* Lomba, Aníbal y Rodríguez, Alicia N. - Manual histórico geográfico del barrio de Boedo, Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo, Bs. As.,1998.
* Martín, Luis J. - Los mataderos y el barrio, Ateneo de Estudios Históricos Pque. de los Patricios, Bs. As., 1971.
* Agradecemos la reproducción del Mapa de la Ciudad de Bs. As. de la Guía Kraft de 1885 facilitada por el Dir. del Museo Hist. de la Ciudad de Bs. As. C. Saavedra Lic. Alberto Piñeiro.




Leve disquisición: bares o cafés (II)

“Boliche del mostrador, donde nunca ha tomado un delator ni un alcagüete”
(Poema Puente Alsina, fragmento. La Crencha Engrasada / Carlos de la Púa)

Fue la pregunta obligada: ¿Dónde parás? Y siempre había un Café que, por estar a mano, se convertía en rutinaria costumbre. Nuestra idiosincrasia fue nutrida por una gran institución: la barra de la esquina. También por esas citas que aceleraban el ritmo de ciertos deseos, alguno de ellos de corte inconfesable. Todo pasaba por la esquina, la barra y el Café obligado. “Será acaso la tristeza / de mi negra soledad. / O será porque me cruzan / tan fuleros berretines / que voy por los cafetines / a buscar felicidad.”
Señala Bossio en Los Cafés de Buenos Aires “...es indudable que aun elevando el énfasis emocional que siempre genera Buenos Aires, el Café no puede ser un templo; acaso sólo pueda decirse de él que es un templo próstilo, de aquellos que en los antiguos, eran de segunda categoría y contaban con una sola columna frontal. Esa columna en el Café porteño es siempre un sentimiento: la amistad. Es que en el Café, el hombre de cualquier esquina de esta Acrópolis que es Buenos Aires, manifiesta toda la gama de sus emociones: allí ríe; allí también llora...”. Cátulo Castillo describe esa gama de emociones, talladas alrededor de mesas y abatidos pocillos, en la letra de Café de los Angelitos: “Yo te evoco, perdido en la vida y enredado en los hilos del humo, frente a un grato recuerdo que fumo y a esta negra porción de café... Rivadavia y Rincón, vieja esquina de la antigua amistad que regresa, coqueteando su gris en la mesa que está meditando en sus noches de ayer”.
Ovidio Ottaviano memora aquellas reuniones del Berna, el Café de avenida de Mayo y la forzada vueltita de Luis S. Peña, enfrentada a plaza Lorea. Neruda, Raúl González Tuñón, Federico García Lorca y Helio Romero, eran entre otros, de la partida. Ilustres practicantes de una bohemia porteña que primero recalaba en las míticas redacciones de los diarios. “Crítica” era el más cercano al Berna. Con los años aparece la amalgama del Café-bar y el aire obligado de Francia impone el bistrot. También se hacen notar las mesas de billar o las del juego de damas, aunque algunos aventuran el sesudo ajedrez. Al fondo, separado del salón principal o del otro salón, el de familias o el discreto “reservado”, aparece una puerta que divide ciertas aguas. No es para todos. En ese otro ámbito limitado al escolazo fuerte, se levanta una mesa iluminada por un raquítico destello de bombita que tajea el humo nervioso de los que pierden la partida. Cada tanto alguien daba la cana y el uniforme azul ponía el orden relativo según los edictos transgredidos. En algunos reductos un viejo piano alterado le ponía el clima: romántico, nostálgico, tristón y –excepciones a la regla– a veces alegre. Con el paso del tiempo, algunos bolichones y cafetines con olor a suburbio mantuvieron en alto su digna condición primigenia.
Los impactantes y revulsivos años 60 nos trae la fundación del llamado rock nacional en el mítico sótano de La Cueva. Cuando la policía brava del onganiato los dejaba, esos extraños pelilargos apuraban sus pasos de madrugada, Pueyrredón arriba, hasta encontrarse con La Perla del Once. Se desparramaban entre las mesas.
A veces los baños, junto a algún trajinado inodoro, servían también de inspiración. Así nació La Balsa de la mano de Tanguito, que arrinconado entre los azulejos y el sanitario en cuestión, lamentaba estar muy solo y triste en este mundo, abandonado…, Lito Nebbia hizo el resto. En el final de la década se impone el café-concert con sus emblemáticos El Gallo Cojo y La Gallina Embarazada. Se presentaban como la síntesis entre un teatro intimista con espectáculos musicales, un tanto irreverentes, y mesas para tomar algún brebaje para la ocasión. En el centro porteño, corrido casi hacia el Bajo, estaba el Bar Moderno. En Maipú al 600 se congregaban artistas y soñadores de diversa laya. Sus puertas se llamaron a silencio en 1969 pero aquellos pintores locos de la Nueva Figuración, Noé Deira, Macció y De la Vega, tozudos ellos, se corrieron más al Bajo. Primero en Reconquista al 800, y después en la cortada Tres Sargentos, fundaron el Bárbaro o Bar o Bar. El nombre goza de dos acepciones. Según los litros de alcohol en sangre se elige la que más guste. El Bárbaro, desde su origen, se presentó como un destino gastronómico-artístico-intelectual con predominio de la plástica. Por su parte, las tertulias psicobolches estaban reservadas al Café La Paz de Corrientes y Montevideo, cerca del cine Arte, donde se podía descubrir a Bergman o insistir con Morir en Madrid. En Florida al 900, el Di Tella desorientaba a más de uno (también a la dictadura de Onganía que en 1970 decide clausurarlo). Cerca aparece el Florida Garden. Era el paradero obligado de los que se aventuraban con aquella “manzana loca”. Esta es la época en que se registra el avance de la mujer en un ámbito hasta ese momento reservado para los hombres. En todos esos boliches se discute de arte, psicoanálisis, política y también de modas. La vuelta de Perón en el “avión negro” era un clásico.
En Fotomontajes, Carlos Penelas enhebra un puñado de recuerdos: “En ellos (los cafés) encontramos espíritus trágicos, bellos rostros, erudición engañosa, angustia inconsolable, un Virgilio pitagórico, narradores vencidos, vulgaridad e inapreciables tesoros, la palabra minuciosamente estudiada, categorías económicas y sociales, tertulias, grandes aflicciones, el sustento del alma... En Buenos Aires tenemos una bellísima tradición de bares y cafés. No puedo dejar de mencionar el Astral, Piazza o Clásica y Moderna. Pero siento, siempre, una íntima nostalgia por aquel que quedaba en la esquina de Chile y Bolívar”.
En los perdidos años 20, los grupos literarios –presuntamente enfrentados– Florida y Boedo (a decir del irónico Borges “Floredo”) atizaron sus debates en la confitería Richmond de Florida para los gustosos de las luces del centro. Boedo reclutaba su vicio libertario de literatura proletaria y combativa en la peña Pacha Camac, en los altos del Café Biarritz en Boedo al 800. Como se verá, antes, después y ahora, quizás siempre, el Café, el bar o sus diversas mutaciones, se han presentado como los escenarios propiciadores de la vida porteña. Cuenta en su último libro Cuadernos, Juan José Sebrelli: “Una vez salíamos de una comida con Pepe Bianco y Enrique Pezzoni y propuse ir a tomar una copa al Teleny... El 'boliche' gay de Juncal y Pueyrredón abrió sus puertas gracias a las libertades debidas al advenimiento de la democracia en 1983... El dueño del bar, Adolfo Adaro, era un ávido lector de Wilde, Proust, Truman Capote, Nancy Mitford y de biografías de divas del cine… Distintos tipos de individuos eran sus habitués. Estaban los solitarios de la noche que bebían en la barra, los fugaces que entraban, observaban el ambiente y se iban.
Otros formaban grupos diferenciados: los 'paquetes', que sólo hablaban entre ellos y miraban con desdén a los demás. Algunas mesas congregaban a escritores y artistas o que simulaban serlo.” Hoy el poeta y cantante Adolfo Adaro “de Teleny”, es un persistente trajinador de las mesas redivivas del Café bar La Poesía en la misma esquina que recordaba Penelas: Chile y Bolívar. Un año antes de la apertura del Teleny, más al sur, en San Telmo, otro poeta, Rubén Derlis, abría las puertas mágicas de La Poesía, “bar literario, café de arte y esquina de encuentro” fue y es su lema. Entre 1982 y 1988 se convirtió en un ámbito de referencia para la prolífera y diezmada generación de poetas del 60. También congregó a la nueva generación, empujada por la naciente democracia. En La Poesía se fundó el Grupo de los Siete, Horacio Ferrer conoció a Lulú, el amor de su vida, y el Mono Villegas y Hernán Oliva hicieron de las suyas cada noche de insomnios, vino y pentagramas. En la negra y extendida noche de la pasada dictadura, algunos perdidos cafés y bares sumaron debates casi en murmullo.
Hoy la cosa está un tantito mezclada y desdibujada. Se confunden bares, cafés, confiterías y unos pocos peringundines con modernosos snack-bar, pizza-café y otras estridencias globalizantes con designaciones de extramuros. En ellos aparecen mixturas de colores, fríos diseños y especialidades gastronómicas dignas de los lavados años neoliberales. Es una representación de cierta deshumanización en marcha que contrasta con el noble ejercicio de la resistencia y la buena memoria de algunos lugares que embisten contra el lado oscuro de la “modernidad”. Ahí está la larga lista de los cafés y bares “Notables”. Entre ellos aparece el recuerdo de la infancia en Barracas con los fantasmas de El Progreso de Montes de Oca y California. Y los actuales amores: El Margot, La Poesía, El Federal y el Bar de Cao… y los que vendrán.
Cuánta razón tiene Derlis: “Se metía en el bar como quien vuelve al útero”.•
Leonardo Busquet






Indiana Joits
En busca de la butaca perdida



La película bien podría comenzar con el logotipo de una gran compañía cinematográfica. Pues bien, entonces, lo más parecido al rugir del león de la Metro es el ronronear del Renó 9 que traslada a nuestros tres esperanzados protagonistas a la epopeya máxima: ver una película en un cine Della Basto un viernes por la noche.
La aventura comienza con la suerte de nuestros héroes a su favor. Si bien el estacionamiento está plagado de autos de todo estrato social imaginable (El titánico palacio Della Basto es un gran receptor de toda índole de aventureros, desde modestos taxistas, hasta taconudas señoras “bien”), luego de unas vueltas al galope del Renó, un cobarde detractor huye del establecimiento dejando espacio suficiente para que el corcel se estacione mansamente, ticket con horario de ingreso mediante.
Con heroica cortina musical, se bajan del auto los jinetes de la utopía. Su semblante es el de tres héroes esperanzados. La quimera está a un paso. Ya sólo queda llegar a abonar las entradas.
Escalan al galope las escaleras mecánicas. No hay desafíos para ellos. Están prestos a la mágica aventura de perderse en el prometedor encanto de “Vincere”, la película de Marco Bellocchio. Desenvainan billeteras. Están preparados. Ya pueden, casi, paladear el cándido aroma del pochoclo. Pero el primer gran enemigo de nuestro trío dinámico se hace presente. Muestra sus fauces. Un dragón humeante, de mirada hosca, con una cola de... ¡130 personas!
Una fugaz mirada al semblante de los numerosos aspirantes al tesoro, la entrada deseada, podría hacer desistir a más de un combatiente. La larga fila esta plagada de hombres, mujeres, señoritas de peinados en decadencia y adolescentes con acné punzante. Todos sumergidos en el pútrido fango. Pero nuestro trío, se arma de valor, aprieta los puños, no desiste. La meta quizá esté más lejana, pero ellos se sienten capaces. Se sumergen entonces en el submundo inhóspito de aguardar por su turno. Resisten los embates de los perfumes bochornosamente penetrantes de las señoras de tacos altos. Hacen oídos sordos a las conversaciones mundanas...
El tiempo se agota. La película comienza a las 22. Todavía quedan treinta aspirantes al ticket del tesoro. Restan 10 minutos. ¿Llegará nuestro trío? ¿Conseguirá las ansiadas butacas? Si así lo hace, ¿les aguardarán buenas ubicaciones o deberán desnucarse en el intento de apreciar el film?
Llegan. Nuestro prosaico trío, desorganización mediante, alcanza la boletería. No importa ya que otras 130 personas tengan que hacer la misma cola, cuando en realidad 9 verán “Vincere” y 121 “Tú, yo y las amapolas”. Esos insultos lanzados al aire ya han quedado atrás.
Ya también olvida, nuestro gallardo trío, cómo, mientras hacía la fila, un plasma les anunciaba irónicamente, que simplemente con hacer un doble click en “www.joits.com.ar” podía acceder a la comodidad de sacar las entradas desde su casa. Esa burla que parecía dedicarles el maléfico señor Joits quedaba atrás. Eran las 22. La misión imposible estaba cumplida. Las preciadas entradas en la mano. Faltaba todavía escalar hasta la sala 16 en el último piso del devaluado Monte Olimpo cinematográfico. Mas no importaba. Ya tenían los tres la llave para ingresar al mundo de “Vincere”.
Presurosos, se abren paso. Esquivan gordos señores de sudada chomba “La Coste”, pequeñas criaturas que suplican por su “Pecsi”, damas de pasos rotos que contienen sus ganas de hacer pis... Al manso trote, llegan a la meta: la sala 16.
Apretados por el hacinado y pequeño salón, se sientan a la espera. Las luces se atenúan. Ese es quizás el momento más maravilloso que les deja paladear el señor Joits. Ese instante donde la sala se sumerge en la oscuridad y un cosquilleo con sabor a infancia les invade la panza. No es ese un poder que tenga el señor Joits. Desde el comienzo del cine, siempre el momento previo antes de que la función comience genera esa dulce adrenalina.
Treinta minutos han pasado desde que el film comenzó y nuestros héroes suspiran. La película no es lo esperado. Es entonces el momento en el que aparece el segundo gran enemigo. El chicloso e impune masticar del pochoclo. ¿Quién será el infame que hinca sus muelas en ese maldito maíz “pisingallo”? Imposible, concentrarse. Un beso de la parejita de atrás que tiene la estridencia de una sopapa, el cinéfilo que elogia con su voz tenue pero disonante uno de los pocos momentos rescatables del film, todo atenta contra la historia que Marco quiere contar.
El maléfico señor Joits con su cine plastificado y prefabricado, con sus butacas encimadas y su comercial magnificencia se ha encargado de abaratar la magia que, 35 milímetros mediante, el viejo cine nos solía dar. Lo único que le resta a nuestro osado trío es poder huir lo más prontamente posible del palacio de plástico. Pero ni siquiera eso. Joits y sus secuaces los aguardan a la salida con la trampa final. Un nuevo dragón con cola de 45 personas para poder abonar el ticket del estacionamiento. Una cola que llevará treinta minutos más. Treinta minutos más que el señor Joits se encargará de cobrar.
Nuestros héroes, abatidos, apenas si alcanzan con sus últimas fuerzas a pedir el libro de quejas sin demasiada esperanzas. Joits no escucha los gritos de sus víctimas. Simplemente, se dedica a ponerles dragones con grandes colas y a darle vuelta sus bolsillos haciéndoles creer que las salas de cine siguen vivas, cuando en realidad, apenas si están dando estertores aguardando en algún barrio, disfrazadas de templos de culto, a que vayan a rescatarlas.
Mientras vuelven, bajo el tibio galope del Renó, nuestros héroes se juran no regresar al palacio del maléfico señor Joits. Y se sumergen en el recuerdo. En el recuerdo sepia del acomodador, de aquellos programas que informaban al público el reparto y la sinopsis de la película... Rescatan nuestros héroes la imagen del Cuyo, del Nilo, del Grand Splendid. Y mientras el ronroneo del Renó los aleja de Corrientes, vuelven al barrio que siempre se encarga de sanar las heridas. Así termina esta película. Con la cámara alejándose del corcel y de los tres aventureros perdiéndose entre las calles de la ambigua ciudad. Una ciudad que se debate entre lo que fue, lo que es, y lo que debe ser. Dissolve a negro. Títulos finales.
Cualquier semejanza de este relato con la realidad no es pura coincidencia. •
Pablo Bellocchio




Música del alma
Yehudi Menuhin, Estados Unidos 1916-Alemania 1999


Y optó por el compromiso con la gente tanto como por el arte. En 1994 decía a los colegas de nuestros medios: “La separación entre los que viven bien y los pobres es mayor que nunca. El arte intenta otra cosa: borrar fronteras, razas y credos. Entre nosotros, los músicos, no hay barreras. Las fronteras son líneas arbitrarias trazadas en habitaciones cerradas en las que hay un montón de humo de buenos cigarros”.
Menuhim no estaba sólo teorizando: él fue quien hizo centenares de conciertos ante las tropas aliadas para elevar su moral pero también fue el primero en ir a tocar música alemana a Jerusalén, el director de la orquesta del “concierto de unión de las dos Alemanias” tras la caída del muro de Berlín..., y uno de los que luchó decisivamente para que fuera liberado nuestro pianista Miguel Angel Estrella, que había sido secuestrado por los genocidas del 76.
De su estatura puramente musical poco queda que no sea conocido. Y magnífico. Bartok y Bloch compusieron pensando especialmente en su violín. Elgar le pidió que fuera –a los 16 años– el solista del estreno de su concierto. Amigos y admiradores suyos fueron casi todas las batutas famosas de su siglo, desde Busch hasta Toscanini y desde Enesco hasta Furtwaengler. Pero ello no lo constriñó a ser un músico exclusivo del género llamado “clásico”: su convicción de que la Música es única lo llevó, por ejemplo, a interpretar ¡y con qué gusto, concentración y alegría!, jazz junto a Stephane Grapelli o “ragas” de la India junto a Ravi Shankar. Fundador de los festivales de Bath y Gstaad, no solo interpretó como muy pocos los grandes nombres del barroco, el clasicismo y el romanticismo, sino que abordó también, aparte los ya nombrados, otros compositores del siglo XX como Maxwell Davies, Takemitsu o Schnittke.
En su penúltima visita a Buenos Aires nos recordaba la advertencia de Shakespeare de que había que “tener cuidado con quien no tuviera música en su alma”. Y agregaba: quien nunca escuchó la música de los otros –descontando, claro está, las marchas militares– es alguien que vive solo.
Los que todavía caminamos, Maestro Menuhin, volvemos a felicitarnos por haber inventado, entre tanta bobada y aún tanta porquería, la maravilla de captar el sonido, conservarlo y poder reproducirlo.
Por eso entrañablemente lo condenamos a seguir entre nosotros con su violín insuperable, su bonhomía..., y su recuerdo, ejemplar como ninguno.
Ojalá lo merezcamos.

(NB1: Decencia obliga: dos o tres detalles puntuales de la evocación están tomados, a vuelamemoria, de la necrológica firmada en su oportunidad por mi crítico de cabecera, Diego Fischerman.
NB2: Agrego que, como todo verdadero referente el afortunadamente abundante material grabado por Menuhin se halla ahora en disquerías en la gama de precios “no-abusivos-a-moderado”. Y si son obras concertísticas, siempre junto a agrupaciones que van de respetables a brillantes. Esto señala un casual pero aprovechable contrafilo positivo del provocado, aunque no por la música en sí, “prurito de la última novedad”, que sólo se calma con talco de diez euros para arriba.
Lo mismo que con los de Menuhin sucede con los DC de Gardel, o de Stan Getz…)
Mario Keegan




Marthineitz/Fogwill
Un guerrero y una pluma caídos en cumplimiento de pasiones




Pocas horas y un puñado de cuadras de diferencia en esta demoledora ciudad-caos, marcaron la débil distancia entre dos muertes que no pueden pasar por alto. Casi en un olvido penumbroso, dolido por la miseria económica y la indiferencia de muchos, se fue el “peruano parlanchín”. Y es probable que Hugo Guerrero Marthineitz haya sido responsable de la construcción de su propia derrota. El final llegó en una cama del hospital de Clínicas. Su corazón se ahogó con el último ronquido de esa risa ajada e irónica y ahora sus silencios de radio, que impuso a fuerza de demoler preconceptos, serán eternos. En su caída no estuvieron los que –tras el final– se llenaron la boca con la figura de Guerrero. Hay una fauna aduladora que busca prensa solo a la hora irremediable de la muerte. Son los que vienen a sobar la oreja de reconocimientos hipócritas en el momento de la última despedida o dicen cosas bellas cuando desde algún diario manipulador se les pide una “reflexión” por el colega muerto. Pero no se ocuparon del colega vivo cuando sufrió un desalojo, cuando se le cerraron las puertas de las emisoras, cuando tuvo que vender sus pertenencias más elementales para subsistir. Tampoco tendieron la mano solidaria cuando cayó en las garras de un neuropsiquiátrico o rondaba las plazas porteñas en busca del reparo circunstancial del sol. Es cierto, el enorme locutor-productor del Show del Minuto o el magnífico entrevistador de “A Solas”, construyó buena parte de su contradictoria derrota. Aquellas mujeres, varias, que lo lisonjearon a cambio de joyas y pieles compradas en la Quinta Avenida, tampoco estuvieron en la caída. Y sobre su familia, me permito callar. Olvidaron al negro, lo ignoraron. Insisto: mucho de lo que el negro cosechó él mismo lo sembró. Sus opiniones fueron severas, duras, destempladas, hirientes y hasta injustas, pero él era así y muchos no se lo toleraron. Tampoco toleraron la enorme capacidad profesional de un locutor que, cuando se creía que todo estaba inventado, reinventó la radio. Se sentía, pese a todo, muy de aquí. Hablaba de “nuestra tierra argentina” y a renglón seguido sobrevenía la polémica. Me produjo cierta sensación de asco leer algunas necroadulaciones vomitadas a destiempo, tarde, muy tarde. En casi todos los medios se anunció la esperada muerte consignando al “locutor peruano” o “de origen peruano”, cuando toda su carrera profesional la hizo, no sin malasangre, en nuestro país. Se adivina cierto tufillo discriminatorio en el tratamiento de alguien que se sentía tan peruano como argentino. Del Hospital de Clínicas al Hospital Italiano se contabilizan pocas cuadras, dos barrios casi vecinos. En el centro de salud de la colectividad itálica murió otro iconoclasta, tan diferente y tan parecido al negro Marthineitz. Rodolfo Fogwill también construyó su enfisema y sus contradicciones. Publicista, poeta y escritor revulsivo, dejó, como el otro, una impronta de odios y apologías sin medias tintas. Fogwill y Guerrero compartieron esa particular sensibilidad de no pasar por esta vida sin dejar una piedra justo ahí, para que el tarambana que sigue, se tropiece y se avive.
Leonardo Busquet





Abrí la puerta para salir a jugar

El número 100 del periódico Desde Boedo me toma por sorpresa; mis cuentas en esta vida son mínimas, hago las necesarias para cumplir con las exigencias de la sociedad, pero en lo que toca a mi escritura elijo que se cocine con tiempo, a fuego lento; elijo correrme de ciertas mentiras referidas a coronar objetivos, no hago proyecciones, no soy ansioso, me declaro amante de la lentitud: soy feliz cuando me siento a escribir: para contar una historia, una imagen, una idea. Ahora bien, parece que el número 100 se fue acercando (todo llega, me dijeron una vez), y finalmente llegó: y en medio de esta querida sorpresa me subo a un nuevo acrílico (escribir una novela es como pintar al óleo; escribir una nota es pintar al acrílico: la diferencia está en el tiempo de secado: años o un par de horas; lo aprendí de mi viejo). Escribí casi cien notas para Desde Boedo, empecé a hacerlo en el número cinco, casi cien veces abrí la puerta para salir a jugar, y ese bien podría ser el título que enmarca la sintonía de mi trabajo en el periódico.
En abril de 2002 apareció mi primera nota De lechuzas y lechuceos, volví a ella, leí: (…) En la oscuridad de Buenos Aires, en calle y vereda, veo cómo se acomodan los sufrientes. En la noche lenta de los que ya cayeron de esta parte del mundo y se hicieron papel de diario en los rincones, espero el grito que me trata de che, pelotudo, sí, vos, ¿sos capaz de relojear la calle? Mientras camino, las putas divinas de tristeza se pasean por Corrientes, nunca tantas putas, tantas divinas putas caminando las orillas de tanto universo agrio en busca de la moneda. Estoy parado en Montevideo y Corrientes, esperando a los amigos. Noche de amigos que un poco se había desdibujado en el tiempo. Siempre primero, siempre fui el primero en llegar a la esquina y entonces, otra vez, frente al panteón donde quizá descanse algún fantasma de la verdadera La Paz, veo cómo una tímida mujer vampiro, apenas esbozo, camina orillera calculando cada paso. Flaca, muy piba, toda de negro, vestido corto, piernas largas en formación mientras ya ofrece invitaciones. Hace calor, Buenos Aires está lenta en hambre y miserias. Pibes pidiendo, hombres y mujeres abandonados, hablando solos porque ya casi nadie escucha. Algún perdido, alguna perdida que todavía caretea una porción de bienestar, veo cáscaras luciendo cáscaras y también veo, casi en el más allá, un flaco de mi edad que come los pedazos de pan que le saca a una bolsita de plástico arrugada en su mano izquierda. Me dije: A mi Buenos Aires la voltearon de costado, un puntazo en el costado y ella se va en pus acompañando a sus criaturas, esa gente que jamás llenó formulario alguno para que hoy les pinte tanto dolor (…).
Sigo caminando Buenos Aires, la miro, la escucho, la registro en mi escritura: una manera de vivir, de ser, así fue ayer, y así es hoy, el futuro sigue siendo una zanahoria con llamador de ángeles que poco chamuya: prefiero una copa de tinto en la mesa presente, el mismo sabor que elegí ayer.
Iba de camino por San Cristóbal, saludé a Lucas, el amigo diariero; las charlas de esquina se van sumando y entonces se hace inevitable que cada vez, con mayor confianza, intentemos arreglar el mundo y comprender a las mujeres; hasta ahora no obtuvimos resultados satisfactorios, pero nada nos quita el placer de la palabra en las mañanas: un refugio, un trago de vitalidad para el espíritu. La esquina de Estados Unidos y Jujuy estaba a resguardo, entonces apunté con paso decidido hacia el mercadito chino de Independencia, casi Saavedra. Entré sin saludar, con el tiempo me acomodé a la situación, no puedo decir que sea mi chino amigo, porque nunca nadie dijo Hola; pero siempre correctos, los dueños de casa y los precios. Compré las tres o cuatro pavadas que necesito para estar cubierto en mi vida solitaria, y puedo decir que todo iba bien, o que la escena se desarrollaba en el territorio de lo imaginable: fila, mostrador, cajera, billetes, monedas, bolsitas plásticas, hasta que el señor mayor que siempre está parado en la puerta, un no chino, caminó hasta un changuito y con mucho respeto o mucha sangre fría o mucha desesperación por cuidar el laburo, entró a descubrir el tesoro que la viejita intentaba llevarse con sigilo. Ahora escribo, pero en ese momento solo presenciaba, me quedé sin reacción, terminé chupado por la pena; recuerdo que pensé: Mi abuela, era parecida a mi abuela Angela; dije: Mi vieja, esta señora podría ser mi vieja; el no chino la invitaba a que no volviera más al lugar; el hurto era evidente, triste, era hurto de desinflar el alma: no paro de pensar en la vergüenza que mi abuela, mi vieja, sentía en ese momento; no paro de sentir la mía, mi vergüenza de testigo que no hizo nada. La vieja ofrecía su casa para que fueran a revisar, trataba de acomodar su dignidad: ella buscaba hacer pie en el bondi que tiene por cabecera la humanidad desesperada. Cuando salí a San Cristóbal, el día ya pintaba distinto; suerte que al menos me quedaron las palabras.
El 168 es la línea de colectivo que en los últimos dos años me llevó a muchos destinos; hoy sé que no todos eran verdaderos, a veces la línea de la ficción y la realidad se hace demasiado delgada: pero por suerte las apariencias terminan pronto y dejan paso a la más contundente de las realidades. Hoy el bondi rojo me lleva y trae de la milonga virutera de Palermo, me lleva y trae de la casa de mi amigo Claudio, el Tano, y de Augusto, Tutti, su hijo de cuatro años y pico. Puedo decir que el 168 me lleva al trabajo, a la casa amiga, y me regresa a mi refugio de barrio. En uno de esos regresos, un regreso desde la milonga, de madrugada, el bondinero, vaya a saber uno por qué, tuerce el volante al llegar a Plaza Once y enfila por Bartolomé Mitre. Ahí bajé, yo debía caminar por Jujuy hasta mi esquina, y para hacerlo, para llegar hasta Jujuy, debía cruzar Rivadavia (hace tiempo que me lo pregunto: ¿será que todos cambiamos de nombre al cruzarla?), y para llegar hasta ella había que atravesar la Recova, que me esperaba a unos metros. Entré a la recova sin pensamiento alguno a la mano, mis ganas estaban en llegar rápido a mi cama: el cansancio finalmente había ganado la partida, había sido tablas hasta hacía unas horas; camino rápido, una costumbre, pero a los pocos pasos dentro del otro mundo, bajé dos cambios para contemplar el desastre de la detonación, porque Buenos Aires se embucha cada uno de los días junto a casi todas sus criaturas y luego se detona, se vomita: de retorcerse se trata, y parece mentira, en la acción extrema el aire nuevamente se deja y, aunque amarrete, alcanza para el arranque de la nueva mañana. No sé cuántas personas dormían en la recova: dormir sobre lo que se puede, siempre muy cerca del suelo, amontonados para matar el frío. La recova era un barco de refugiados y yo iba sobre cubierta; a mitad de camino entre la popa y proa, que es la que toca Rivadavia, vi un cerco de carritos de hipermercado, una simulación de semicírculo. En los carritos estaba la careta de todas las sobras que puede desechar una ciudad como Buenos Aires: cartones, computadoras inservibles, plásticos, trapos, sillas, latas, carritos de bebé; y era esta barrera aduanera la que protegía a una veintena de durmientes, personas, gente, semejantes. El barco flota todas las noches en el mar de Once.
En el 168, pero en Palermo, vi subir a eso de las seis de la mañana a un grupito de muchachos de unos veinte años: eran seis, dos mujeres y cuatro varones. Ellas subieron rápido y se acomodaron casi en el fondo del bondi; vi que miraban con curiosidad hacia la puerta y se reían. Subió el primero de los hombres, y al final el conjunto: el del medio no caminaba, lo arrastraban los otros dos: uno a cada lado, lo sostenían por los hombros; uno colocaba un pañuelo en la boca del nockeado por el alcohol: sobre el pañuelo se veían los últimos grumos del vómito. Salí del lugar donde iba parado, para que el grupo se acomodara contra la pared del colectivo y estuviera más cómodo en su tarea de apuntalamiento. Las chicas se reían en sintonía estúpida y se mantenían alejadas, no iba a ser cosa de que las asociaran con el impresentable; los sostenedores buscaban con mirada ansiosa a las reidoras, pero cargaban con el casi muerto. La acción notable estuvo a cargo del muchacho libre: consiguió asiento en el primero doble que está junto a la puerta de descenso; ya descansado en su trono, extrajo de la mochila su cámara fotográfica y comenzó a reír y a hacer fotos del muerto. En Plaza Once bajaron los restos de la extraña amistad solidaria; la solidaridad mal entendida se refleja en acompañamientos simples –sea a la casa o al cementerio– hay verdades que se aprenden de pibito, y hay otras que si no se practican a los veinte, desaparecen por el resto del calendario.
Escribir, ser parte de los 100 de Desde Boedo es haber estado en tránsito, de camino, mirando, registrando; Desde Boedo es una de las maneras que tengo de salir a la calle, es hacer historia, ser parte de las pequeñas grandes historias que encierran sentimientos, memoria, identidad, esas señales que hacen la vida de las personas simples; es mi oportunidad de dejar constancia de una mirada, alguno me podrá decir que distante, o hasta alguno tendrá ganas de probar mi contemplación cobarde, pero es lo que hay; mejor, peor, más o menos, es la palabra sincera de alguien que va con su oficio de escritura en la valija de su alma; sospecho que es una especie de búsqueda, y en ella transito mi lugar en el mundo: como siempre, sin tener muy en claro en qué número voy, así en 2002, así en 2010. •
Edgardo Lois





Sur, paredón y después...
Aventuras y desventuras de una plaza...


Cuando aquél que tiene sensibilidad y talento suficientes como para crear una obra de arte, elige cuidadosamente el medio por el que expresará sus sentimientos, lo que hace es generar para toda la eternidad un mensaje que siempre tendrá significado. La mayor parte de las veces, el significado lo da la misma realidad. Es cuando el artista se basa en hechos o cosas para empaparlos de belleza en un instante y, a partir de allí, convertirlos en perennes.
Vaya a saber qué imagen de las barrancas de Boedo mirando hacia el sur, tenía don Homero Manzione, cuando decidió inmortalizar en el estribillo de su famoso tango “Sur”, a un paredón..., vaya a saber. ¿No sería que llegó hasta la esquina de San Juan y Boedo, caminando por Sánchez de Loria... y allí pasó por el paredón de la vieja estación de tranvías “Vail”, que mucho tiempo más tarde, los “funcionarios” del Siglo XXI “descubrirían” como “histórico”?... Vaya a saber.
¿Y no será que al ver el muro de la estación de tranvías, pensó que más allá de ese “paredón” vendría el “después” de tantas idas y venidas, tanta militancia y tanto esfuerzo para que los vecinos del Boedo, que inmortalizara su tango, tuvieran finalmente y tantos años después... ¡una plaza!... para que jugaran los niños, para que floreciera el amor, para que sonaran los acordes de alguna melodía, para que surgiera la fragancia de una flor en medio de tanto asfalto...?
Lo cierto es que el paredón sigue allí: sólido como las pirámides de Egipto..., hierático como la Esfinge..., inabordable como la Muralla china..., entre Carlos Calvo y Estados Unidos. Una muralla gris hasta ahora solo engalanada por el arte popular y la horrible cartelería oficial de promesa de obra, más un “listón amarillo” que no tendría que haber sido pintado, si tenemos en cuenta la historicidad de tamaño monumento... Y hasta parece que quedará allí... “interpuesto” frente a las sanas intenciones vecinales de ingresar libremente a su plaza...
¿No hubiera sido mejor conservar un “paño” o a lo sumo dos de ese muro y recuperar los viejos adoquines y algún par de vías... y hasta ponerle arriba de ellas algún viejo tramway, para que los abuelos le pudiéramos mostrar a los nietos ese carro genial que te llevaba de un lado para otro traqueteante y seguro, menos contaminante que el aire puro y más pintoresco que un pizzero en una esquina?... Tal es lo que les planteábamos hace un tiempo los vecinos a los intransigentes funcionarios, que –en cambio– decidieron –concursar– el proyecto y abatir el muro...
¿Parece serio “descubrir” en la mitad de una obra en construcción un muro que tenés que ser demasiado chicato para no verlo a tres cuadras de distancia?... Sobre todo, porque está desencuadrado con el damero urbano, dada su antigua condición de entrada y salida de tranvías. Parece que no. Más bien parece que hay alguna que otra razón “de peso” que hace cambiar rápidamente de planes a los funcionarios...
Y entre tanto... sigue allí el paredón. ¿Y después?•
Aníbal Seleme





Editorial
100 veces “Desde Boedo”

De qué depende la continuidad de un periódico barrial. ¿Cómo se sustenta más allá del obvio plano económico? Los matices de las publicaciones zonales, los polifacéticos abordajes de la noticia barrial, el relato fundacional, las “plumas” y los escribas giornaleros, lo cotidiano y el trasfondo..., una larga lista de ponencias que caracterizan a cada periódico lo transforman en una pieza única, plena de características que trabajan con su entorno en un enriquecedor intercambio de vivencias.
Desde Boedo, a partir de su primer número, adoptó la particularidad, que sostiene a través del tiempo, de comprometerse con la responsabilidad de su mensaje. Y lo hace con la detenida y corroborada selección de sus fuentes, el cuidado de su diagramación, el aporte de su valioso archivo gráfico y, especialmente, con la excelencia de sus colaboradores, cuya amplia gama enriquece con sus matices al medio expresivo.
Justo es decir que el aporte periodístico genera una inestimable respuesta de los lectores de modo tal que saber escuchar, antes que decidir qué publicar, se ha transformado en una premisa inexcusable. Si lo que se despliega en las páginas contiene las necesidades del entorno barrial y enriquece a los vecinos lectores, el modo de sustento de la publicación deja de ser una preocupación cotidiana.
Claro que todas estas elucubraciones son producto de poner 100 veces el periódico en circulación. Y este ejercicio cuya descripción se resume en cuatro líneas incluye ingentes horas de esfuerzo y dedicación.
Cien veces planificar. Cien veces bocetar. Cien veces entrevistar. Cien veces seleccionar los temas propuestos. Cien veces descartar. Cien veces diagramar. Cien veces ilustrar. Cien veces corregir. Cien veces imprimir. Cien veces distribuir. Cien veces vender. Cien veces cobrar. Y todas las cien veces de las infinitas variantes que cada una de esas tareas conlleva.
Parece arduo para esta pequeña empresa minimalista que es un periódico barrial de distribución gratuita. Sin embargo, ese embarazo que culmina con el parto mensual tiene la enorme recompensa del nacimiento y desarrollo de la criatura. Cien hijos que Desde Boedo hoy celebra con legítimo orgullo.•
Mario Bellocchio




VER, LEER Y ESCUCHAR
Crítica literaria, teatral y discográfica de producciones que no cuentan con el gran circuito de difusión alguna

ORIGEN - Irene Marks
Ediciones Patagonia, Buenos Aires, 2009
Irene Marks nos dice “Somos de la Tierra y del Aire y del Agua y del Fuego y Viento nos congrega hasta que nos marchamos Hasta que nos fundimos al Gran Ojo pero hay que regresar...” y así pareciera que la autora nos invita a transitar su poemario donde lo metafísico y lo lírico se confunden en metáforas y fábulas, encantamientos e historias. Y ella le da lugar a bárbaros y herejes, a mujeres celtas y de las cavernas, a Diosas y Hechiceras, a los Mayas, a los Incas, nos remite a tiempos del deshielo, a bosques, a codicias y enfrentamientos, a razas que perecieron, a conquistadores nefastos.
Marks nos conduce al Origen del todo, toma la voz de nuestros ancestros y la hace suya, la hace poesía y sobre todo, reflexión.
Un libro que nos demuestra que la Poesia es mucho más que versos de amor.
Un poemario para leer y releer que nos ayuda a tener memoria y a recapacitar lo que somos, lo que fuimos y seremos. (G. T.)

ARTESANOS DE LA MEMORIA (Antología)
Ediciones Baobab, Buenos Aires, 2009
Esta publicación del Círculo Literario Abierto, reúne trabajos realizados en diferentes municipios de la Provincia de Buenos Aires, tanto de adultos mayores memoriosos, como de escritores y plásticos. Todos pueden expresarse a través de la palabra y, hasta de la reproducción de un cuadro propio. He seleccionado, sólo como un muestreo azaroso que no responde a un elección basada en juicio de valor, sólo algunos trabajos.
El cuento de Silvana D’Antoni (N.1965)pp.19-22, presenta una propuesta interesante. En ella el elemento onírico, casi surrealista, del texto se completa con la reproducción del cuadro “Metamorfosis”, que grafica su idea.
Otro valioso trabajo es la poesía ”Un poema en el taller” de Eduardo Blas María Allegri, (N. 1956) pp.42-45. Con un lenguaje cuidado y expresivo, el autor desarrolla las sensaciones del pintor en su universo, para sintetizar en los versos finales : “Sólo el ojo trabaja./ Y el corazón. Que espera." Por último, he seleccionado la narración de Dolores de Urquiza, “El triciclo”, pp.106-108. En este relato la autora nos va llevando, minuciosamente, por el encantador trayecto de la nostalgia.
Es admirable que existan este tipo de antologías donde podemos observar la acción, tan importante, de los talleres municipales, que rescatan la memoria de los lugares y épocas, y además, la fantasía y la creatividad de personas de diferentes edades y extracciones sociales y culturales, que se reúnen para pensar, soñar y expresarse, haciendo de sus vidas un espacio más feliz. (C. O.)

¡¡JUAN MOREIRA!! - José Massaroli
Los Duendes Editora, Comodoro Rivadavia, 2010
La novela de Eduardo Gutiérrez (1851-1899) fue escrita como folletín y apareció en el diario La Patria Argentina entre el 28/11/1879 y el 8/1/1880. Es la historia de un gaucho que se ve obligado a marginarse de la ley por los abusos y humillaciones que le infligen las autoridades. La obra está enrolada en la literatura gauchesca y en el romanticismo rioplatense, y su protagonista se erige como uno de los mitos de nuestras letras.
Jorge Massaroli (1952) dibujó para las editoriales Columba, Record, Universo (Italia), Thomson (Gran Bretaña), Bastei (Alemania) y la casa Disney (Estados Unidos y Europa). En el período 1983-1984 adaptó Juan Moreira y lo guionó y dibujó en historietas en el diario La Voz, versión que se publica ahora. En ella el artista demuestra ser tributario del gran realismo clásico, y utiliza el leit-motiv para enriquecer poéticamente la historieta: así, la luna cubierta por nubes desgarradas o esas viñetas apaisadas con planos generales lejanos que reflejan con melancolía al Moreira montado en su overo bayo y dirigiéndose hacia ninguna parte. De paso remarca la corrupción política que incluía el fraude y el matonismo de los tiempos de Alsina, Mitre y Avellaneda.
Este libro incluye una lúcida y esclarecedora presentación de Alejandro Aguado, complementada por el sagaz análisis que realiza en el prólogo Ariel Avilez.
En síntesis, ¡¡Juan Moreira!! sobresale por su brillante dinamismo narrativo y su belleza gráfica. (G. C.)




POEMA
HAY QUE COMPADECERLOS (Fragmento)

No saben
¡Perdonadlos !
no saben lo que han hecho
lo que hacen
por qué matan
por qué hieren las piedras
masacran los paisajes
......................
No creen
No creen en nada
más que en el moco hervido,
........................
Sólo piensan en cifras
en fórmulas,
en pesos,
en sacarle provecho hasta a sus excrementos.
Escupen las veredas,
escupen los tranvías,
para eludir las horas
y demostrar que existen.
..............................
Son capaces de todo con tal de no escucharse,
con tal de no estar solos.
............................
¡Hay que compadecerlos!

Oliverio Girondo




CULTURA GRATUITA
Guía de actividades culturales barriales que no requieren erogación

Programación
Bi-semana de Boedo - www.redculturaboedo.com.ar

Sábado 4:
? 11 hs.: Radio Abierta ASAMBLEA DE BOEDO. Boedo y San Ignacio.
? 11 hs.: Mesa de Publicaciones de BAIRES POPULAR Boedo y San Ignacio
? 11 hs.: Presentación Edición Nº 100 de DESDE BOEDO. Boedo y San Ignacio
? 12 hs.: La Murga del Bicentenario. Asam. de Boedo. Boedo y San Ignacio
? 16 hs.: Turismo en Boedo/ Charla - Debate Hos. LA MENESUNDA Boedo 742
? 17 hs.: Exposición de artistas plásticos: Liliana García, Daniel Acosta y Leonardo Fusaro. Org.: Hostel LA MENESUNDA. Boedo 742. Y domingo 5 hasta las 21hs.
? 19 hs.: La otra orilla. Fotografías de Montevideo por Julio Fernández. Hasta el 11/9 BAIRES POPULAR en Café Margot. Boedo y San Ignacio
? 20 hs.: Carnaval de Amigos. Con Carlos Andino & Lechu Beckerman. Espacio Cultural Julián Centeya. San Juan 3255
? 21 hs.: "Ton y Son" (Blues'n Roll) y "Fruta Verde" (Classic Rock y Blues) Com. Asoc. Banco Credicoop. Aud. Pedro Cymeryng. Av. La Plata 1435.

Domingo 5:
? 11hs.: FIESTA INAUGURAL SEMANA DE BOEDO Músicos Invit. Boedo y San Ignacio. Alejandro Santos, Alejandro Balbis, Coro Bco. Provincia, dir.: Damián Sánchez, Trío Pintó Milonga, Dos Gardenias, Maderas del Río de la Plata, Grupo de Teatro Comunitario Boedo Antiguo, Orquesta de la Escuela 12 de Música, dir: Adrián Placenti, Comparsa y Diablada Los de Salta, Banda de Sikuris El Ombligo y Rodolfo Mederos.
? 20 hs.: Teatro. Destellos de un presente imprevisible. Ni ayer, ni mañana. Hoy, una serie de hechos cotidianos toman trascendencia para convertirse en noticia. Dos actores y un músico. A la Gorra. Teatro Boedo XXI. Boedo 853. A la Gorra.

Lunes 6:
? 15hs.: Visita guiada por la Biblioteca de Borges. Biblio. M. Cané. C. Calvo 4100

Martes 7
? 18 hs.: Complete su cuento. Lectura de cuentos breves trabajados en el taller. Baires Popular Bib. M.Caiafa. Trastienda Café Margot. Boedo y San Ignacio.
? 19 hs.: Encuentro FUTSAL COPA Bicentenario / Red de Cultura 2010. Estrella de Boedo vs S. Lorenzo en Club Estrella de Boedo - Constitución 4151
? 20 hs.: Programa de Radio ENREDADOS Red Cultura Boedo: (www.fmboedo.com.ar)
? 20 hs.: Monteverdi en Boedo. Concierto (Continúa martes 7)
del Coral de Almagro con obras de Monteverdi. Asoc. Del Cascote. En El Gato Escaldado. Independencia 3548.
? 21 hs.: Clase abierta de Tango (a la gorra) y milonga posterior en Milonga Social Club Carlos Calvo 3978

Miércoles 8:
? 18 hs.: Charla Informativa con micrófono abierto, sobre la actualidad de las COMUNAS. Parroquia Santa Cruz, Estados Unidos 3150
? 20 hs.: Separación temporal. Intervenciones sonoras entre libros. En El Gato Escaldado. Independencia 3548.
? 20 hs.: Proyección "El niño de barro" basada en la historia del "Petiso orejudo" Dirigida por el realizador gallego Jorge Algora y protagonizada por Maribel Verdú, Daniel Freire, Chete Lera y Juan Ciancio. Contaremos con la presencia del actor César Bordón, uno de los protagonistas del film y vecino del barrio de Boedo. Org.: CC La Imaginería/ INCAA. Treinta y Tres Orientales 1150 (bajo autopista)

Jueves 9:
? 19 hs.: Proyecto Ley de Servicios Financieros. Charla Debate Com. Asoc. Bco Credicoop En Pan y Arte Teatro, Boedo 878.
? 19 hs.: Con ojos y voz de mujer. Exposición Iberoamericana de fotos y poemas con taller literario. Bib. Mariano Boedo. Maza 755.
? 19 hs.: Clase de Teatro Gratuita. Descubra o confirme el gusto y deseo por esta actividad o simplemente pase dos horas divirtiéndose de una manera "Extra cotidiana" en un "Lugar Otro". EE.UU 3793.
? 20 hs.: ¿Qué es el MOCASE? Charlas con representantes del Mov. Campesino de Santiago del Estero. Org.: Asoc. Del Cascote en el Gato Escaldado. Independencia 3548.
? 21 hs.: Tangos en el TRIANON. Eliana Sosa. Unión de Orquestas Típicas. Boedo 845

Viernes 10 :
? 16 hs.: Calesita Gratis. AVEFA. Placita de los Vecinos. Independencia 4200.
? 18 hs.: Homenaje a Las Abuelas de Plaza de Mayo, candidatas al Premio Nobel de la Paz. Habla: Raúl Sánchez - Comunarte
? Compañero de la Red, Alejo Ramos Padilla, abogado querellante en causas de delitos de lesa humanidad. Daniel Filmus, senador nacional de la CABA, promotor de la iniciativa Premio Nobel y Estela De Carlotto, Abuelas de Plaza de Mayo. Organiza COMUNARTE en Bar Esq. Homero Manzi, San Juan y Boedo.

Sábado 11:
? 11 hs. Radio Abierta Asamblea de Boedo. Boedo y San Ignacio
? 11 hs Mesa de Publicaciones. BAIRES POPULAR y Periódico DESDE BOEDO. Boedo y San Ignacio (Vereda del Margot)
? 11 hs. Olla popular con dúo Camandulaje y Radio Abierta de FM Boedo. Organiza CC El Surco y FM Boedo. Boedo 830, en la vereda
? 12 hs. Murga del Bicentenario. Asam. De Boedo. Boedo y San Ignacio
? 16.30 hs. Los grandes letristas del tango. Hoy: Marta Pizzo. Baires Popular invita a su ciclo Buenos Aires esquina Boedo. Charla a cargo del Dr. Miguel Gadea. Director de "Perfiles del Tango de Uruguay"
? 16 hs. Boedoscientos. Fest. de Música y Cine "Mutantes Urbanos". Maza al Sur. Maza 34.
? 21 hs. Rinconcito arrabalero Zulema Jalam y Adolfo Jalam. Com. Asoc. Banco Credicoop. F041. Auditorio Pedro Cymeryng. Av. La Plata 1435.
? 22 hs Rock con Manzana Podrida Manzana Producciones en Bar de UMPYRA Castro Barros 1250

Domingo 12:
? 16 hs. Llamada de Candombe en Plaza Boedo. Maderas Río de la Plata. De la Plaza (Loria y Carlos Calvo) a Boedo y San Ignacio
? 21 hs. Homero Manzi, un poeta en la tormenta. CC El Surco y Lo de Domingo Cine Club. Boedo 830

Lunes 13:
? 18 hs Pinturas de María Cristina Joos. Baires Popular y "Los Notables" Café Margot. Boedo y San Ignacio
? 19 hs Present. video “100 ediciones de Desde Boedo” (28 min.) Dir.: Pablo Bellocchio. Y brindis por los 100 Desde Boedo. Pan y Arte, Boedo 878
Martes 14:
? 19 hs Vení que te cuento. Narración de cuentos latinoamericanos. Baires Popular. En la Biblioteca Miguel Caiafa. Trastienda del Café Margot, Boedo y San Ignacio.
? 20hs: Acción interdisciplinaria escaldada: Danza, cuentería, canciones y textovivo a cargo de Formato living (un bailarín + un músico) Lib. El Gato Escaldado. Independencia 4264
? 20 hs.: Programa de Radio ENREDADOS Red Cultura Boedo: (www.fmboedo.com.ar)

Miércoles 15:
? 12 hs.: Simultáneas de Ajedrez. Vereda de la Escuela Almafuerte Maza 1935.
? 18 hs.: Tertulia: “El rol de los vecinos en la defensa del patrimonio barrial” Lic. Mónica Capano, Comis. Preservación del patrimonio Histórico Cultural de la ciudad. Asociación todos por la Plaza de Boedo - Ecomuseo participativo barrial. En Rincón Andaluz, Carlos Calvo 3745
? 20 hs Homenaje a los históricos Departamentos Culturales de San Lorenzo. Sub Comisión del Hincha de San Lorenzo. Sala "Antonio Scaramusso" de la Casa de la Cultura Sanlorencista. Mármol 1691.
? 20 hs. Relanzamiento del libro “América Latina, ahora o nunca”. Una recopilación de escritos de J. D. Perón realizada por la editorial Punto de Encuentro. Presentación: Yolanda Ortiz, (1er. secretaria de Ambiente y Desarrollo Humano de J.D. Perón), Carlos Benítez (director de la editorial Punto de Encuentro), Gustavo Koenig y Ramón Prades (coordinadores de la Cátedra Abierta). Org.: Centro Cultural La Imaginería/ INCAA. Treinta y Tres Orientales 1150 (bajo autopista)

Jueves 16:
? 19 hs Maratón de lectura "Homenaje a escritores de Boedo" y "Miguel Hernández visita Boedo" (Centenario de su nacimto.). Bib. Popular Mariano Boedo. Maza 755
? 21 hs: Tangos en el TRIANÓN. Mirta Braylan y Lucas Ferrara. Org.: Unión de Orq. Típicas. Boedo 845.

Viernes 17:
? 17:30hs. Cooperativismo ayer, hoy y siempre. Pres. del libro por su autor Ángel Petriella. Com. Asoc. Bco. Credicoop. F041. Bar Esq. H. Manzi. San Juan y Boedo.
? 20 hs Ciclo de cine debate para adolescentes. CC El Surco y Esc. Psicología Social Pichón Riviere. Boedo 830.
? 20 hs Mesa Redonda sobre Teatro Argentino. Los Noninos. GON. Pavón 3918
? 21 hs Certamen de Tango. El Bailarín de Boedo. Músicos invit.: Placenti -Rodríguez. Av. La Plata 1435. Org.: Buenos Ayres Danza

Sábado 18:
? 11 hs Baires Popular. Convocatoria a artistas plásticos. Traiga sus elementos y pinte en el Pasaje San Ignacio
? 11 hs Mesa de Publicaciones. BAIRES POPULAR y Periódico DESDE BOEDO. Boedo y San Ignacio (Vereda del Margot)
? 14 hs Act recreativa para los más chicos con obra de teatro. CC El Surco Boedo 830
? 21 hs Final Certamen de Tango - El Bailarín de Boedo - Buenos Ayres Danza. Audit. Pedro Cymering . Av. La Plata 1435.

Domingo 19
? 17 hs CIERRE DE LA SEMANA con Juan Vattuone y Murga La Que Se Viene Bar Esq. Homero Manzi. San Juan y Boedo


Ciclo cine argentino de hoy
en la Legislatura, Perú 160
ORGANIZAN: C. P. Patrimonio Histórico - C. Dir. de Cultura Legislatura CABA - Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken -Asoc. de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.
Fechas, salones y películas para el ciclo de cine 2010

PROGRAMACION DE SEPTIEMBRE (a las 18.30 hs.)
Viernes 10 Salón S. Martín Bolivia. Dir. Adrián Caetano
Viernes 17 Salón Intersecretarías Roma. Dir. A. Aristarain
Viernes 24 Salón S. Martín Una novia errante Dir. A. Katz

PROGRAMACION DE OCTUBRE
Viernes 1º Salón Intersecretarías Encarnación. Dir. Anahí Berneri
Viernes 8 Salón S. Martín Haroldo Conti. Homo Viator.(Documental) Dir. Miguel Matto.

Espacio Cultural Julián Centeya
San Juan 3255 - Tel: 4 931-9667 Ministerio de Cultura
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ejuliancenteya@buenosaires.gov.ar

Programación de septiembre
Sábado 14 -16hs Teatro Grupo de Teatro Comunitario y Callejero "Boedo Antiguo". Presenta la obra “Boedo Antiguo” y una aproximación a un nuevo espectáculo del Grupo. Director: Hernán Peña.
Sábado 4 - 20hs Música “CONTRACORSO AVELLANEDA” El nuevo proyecto musical de estos dos reconocidos músicos porteños,…CARLOS ANDINO y FERNANDO "Lechuga" BECKERMAN
Domingo 5 - 16 h Teatro infantil "Formato Kallejero" Compañía Lacotraka (compañía de trabajadores kallejeros). Es un espectáculo de calle fresco y ágil, para todo público
Domingo 5 - 19 a 22 h Clase abierta de tango y milonga Prof. Emiliano González y Laura Zaracho
Viernes 10 - 21 h Música Charangoentrio en concierto Continúa presentando su disco. Patricio Sullivan en Charangos; Juan Pablo Gau en Guitarra y Julián De Santis en Percusión. ¡y músicos invitados!
Sábado 11 - 16hs Teatro infantil “La manta de los cuentos”. Narración y Sombras, dos artes milenarias, tejen juntas este espectáculo. Actriz-narradora: Fernanda Gomez. Artes Visuales: Nahuel Franzetti Dirección: Fernanda Gomez.
Sábado 11 - 20hs Danza “entranSe”. Coreografía y Dirección: Julieta Eskenazi Es un viaje por la existencia humana, el despertar a la conciencia de ser únicos
Domingo 12 -16 h Teatro infantil "Formato Kallejero" Compañía Lacotraka (compañía de trabajadores kallejeros). Es un espectáculo de calle fresco y ágil, para todo público
Domingo 12 - 19 a 22 h Clase abierta de tango y milonga Prof. Emiliano Gonzalez y Laura Zaracho
Jueves 16
18hs
Muestras
Inauguración muestras de pinturas de los artistas plásticos Nicolás Ramón y Analía Romero. Analía y Nicolás viajan desde el 2006 por toda la América Andina nutriéndose de sus paisajes y cultura, logrando ampliar sus posibilidades plásticas a través de sus miradas académicamente instruidas. Descubren en cada viaje un contexto nuevo que les permite sentir el espacio y la esencia del lugar para luego en el taller, poder plasmarla en sus obras. Curador: Lic. Alejandro Gabriel Fernández. Hasta el jueves 30. Visitas de lunes a domingos de 10 a 20hs
Viernes 17
21hs
Música
“Roberto Guiet”. Continúa presentando su primer trabajo solista “Destino de cuerdas”. Acompañado por el Quinteto: Fernando Kujta en Bandoneón; Jorge Pero en Bajo eléctrico; Georgina García Fazio en Piano; Jorge Fasce en Guitarra y Soledad Montes de Oca en Flauta Traversa. Invitados especiales:
Ricardo Munich (cello): Emanuel Munich (guitarrón y voz). Parejas de baile
Sábado 18
16hs
Teatro infantil
“La manta de los cuentos”. Narración y Sombras, dos artes milenarias, tejen juntas este espectáculo. En un clima mágico, esta Manta hecha de lanas y cuentos nos propone un viaje con la imaginación. Actriz-narradora: Fernanda Gomez. Artes Visuales: Nahuel Franzetti Dirección: Fernanda Gomez.
Sábado 18
20hs
Danza
“entranSe”. Coreografía y Dirección: Julieta Eskenazi
Es un viaje por la existencia humana, el despertar a la conciencia de ser únicos
Y el llamado ancestral a una comunidad que nos nombra y nos acoge.
Es un espectáculo que explora y recrea rituales de la cultura afroamericana, entrelazados y conviviendo con algunos elementos de la danza contemporánea y sonidos electrónicos. La euforia de la música y el ritmo de los cuerpos son utilizados como vehículo para experimentar las sensaciones más extremas, como las provocadas por aquellas ceremonias. Como en los ritos sagrados, la experiencia colectiva transforma las individualidades. Así, este trance permite la entrada a ese lugar en el que se unen conciencia e inconciencia, en ese instante en el que la razón se quiebra pero la carne siente. Una catarsis necesaria para conectarse con la esencia del espíritu, con el ser.
La fuerza del caos es un orden por venir. Bienvenidos al ritual.
Domingo 19
16 h
Teatro infantil
Circo Alboroto. "Un poco de cordura en medio de tanta locura" es la última creación de la compañía Circo Alboroto. Este espectáculo, apto para todo público, gira en torno al encuentro de cuatro excéntricos personajes y sus particulares habilidades. Dos mujeres, dos hombres, una pizca de humor, otro tanto de riesgo y dos cucharaditas de sal. Pasen y vean…
Elenco: Juana Beltran, Alejandra Ceciaga, Jeremias Faganel, Federico Fernández.


Domingo 19
19 a 22 h
Clase abierta de tango y milonga
Prof. Emiliano Gonzalez y Laura Zaracho
Jueves 23
20.30hs
Música
“Malyevados” Presenta su segundo disco.
Guitarras, banjos, ukeleles, trompetas y fueyes, son algunos de los instrumentos elegidos por Malyevados para conformar su imaginario. Canciones que se escabullen de los géneros mientras invitan al baile, a la nostalgia, al recuerdo y a la emoción. Alejo Villarino en Guitarra, Acordeón y Voz; Claudio Rinaldi en Guitarra y chapa; Santiago Pedroncini: Trompeta, Banjo, Ukelele y Antonio Oyuela en Bandoneón y Coros
Viernes 24
21hs
Música
En el marco Jazz en los Barrios, dentro del Ciclo de Blues en los Barrios
se presentará SOTAVENTO BIG BAND, 25 músicos en escena recreando la época de las grandes bandas.


Sábado 25
16hs
Teatro infantil
“La manta de los cuentos”. Narración y Sombras, dos artes milenarias, tejen juntas este espectáculo. En un clima mágico, esta Manta hecha de lanas y cuentos nos propone un viaje con la imaginación. Actriz-narradora: Fernanda Gomez. Artes Visuales: Nahuel Franzetti Dirección: Fernanda Gomez.
Sábado 25
20hs
Música
“La Escuela de Blues del Collegium Musicum cumple 10 años”. Se realizará un gran evento, dentro del ciclo Blues en los Barrios, que contará con la presencia de grandes nombres del Blues Argentino tocando en vivo como Matias Cìpiliano, Gabriel Grätzer, Mauro Diana, Adrian Jimenez y Roberto Porzio, entre otros. Se recorrerá, además, la historia de la Escuela de Blues y a su vez, la del mismo Blues local tan emparentadas entre sí, con una puesta visual, un montaje multimedial y participaciones especiales de ex alumnos y profesores que han sido parte de estos 10 años, como vos. Por eso queremos invitarte para que nos acompañes en este festejo, que es una celebración de todo el Blues Argentino, el cual la Escuela de Blues ha ayudado a construir de manera fundamental.
Continúa la tercer temporada de uno de los más originales y exitosos ciclos de blues en la ciudad de buenos aires: blues en los barrios. Serán, a lo largo del 2010, doce conciertos que, de manera gratuita, acercan a los barrios, bandas y solistas de blues consagrados y nuevos artistas. Cada último sábado de mes, en el Espacio Cultural Julián Centeya, desde las 20 hs., los esperamos para compartir una excelente programación artística. Ciclo "declarado de interés cultural de la Ciudad de Buenos Aires" (Resolución 164/09)
Domingo 26
16 h
Teatro infantil
Circo Alboroto. "Un poco de cordura en medio de tanta locura" es la última creación de la compañía Circo Alboroto. Este espectáculo, apto para todo público, gira en torno al encuentro de cuatro excéntricos personajes y sus particulares habilidades. Dos mujeres, dos hombres, una pizca de humor, otro tanto de riesgo y dos cucharaditas de sal. Pasen y vean…
Elenco: Juana Beltran, Alejandra Ceciaga, Jeremias Faganel, Federico Fernández.


Domingo 26
19 a 22 h
Clase abierta de tango y milonga
Prof. Emiliano Gonzalez y Laura Zaracho
Lunes 27
17hs
Ciclo de Cine y literatura. Coordinado por la Docente Marisa Cucullu
Proyección de la película “Retrato de Juan José Saer” (1996). Dirección: Rafael Filippelli. Guión: Rafael Filippelli. Duración: 84 m
“Se va a ver una película que se llama Retrato de Juan José Saer y que hice en el año 96. Y que cuenta un viaje suyo de París a la Argentina en ese año, con la particularidad por así decirlo que tiene que es un viaje que él hacía todos los años, para la misma época, para la misma fecha, que duraba siempre lo mismo, que iba a los mismos lugares y que hablaba siempre de lo mismo", comentó el realizador Rafael Filippelli en referencia al documental que tiene como protagonista al fallecido escritor.
El film toma al escritor Juan José Saer como protagonista, y lo retrata desde su vida cotidiana: entre comidas con amigos y charlas de café. La cámara alcanza a Saer por las calles de París; en un recorrido por Buenos Aires, o camino a la casa de Serodino, pueblo donde nació, en la provincia de Santa Fe. Reuniones compartidas y largas sobremesas acontecen entre reflexiones, anécdotas y valoraciones de su obra.
Sobre el ciclo: Estas dos expresiones artísticas tienen un mismo objetivo: contar historias. Pero cada una cuenta con distintas herramientas y posibilidades: la literatura con todo el bagaje de figuras retóricas y estilísticas, y por otro lado, el cine con el trabajo de sonido, música y planos que conforman la imagen cinematográfica. El cine puede ser una nueva lectura, un modo de leer aquello que la literatura narra. En este ciclo proyectaremos mensualmente una película basada en alguna narración y debatiremos sus particularidades y las relaciones que se establecen entre estos dos géneros. Teatro infantil “TODOS A PISTA” es un espectáculo de circo contemporáneo
Sábado 14 -20hs Fena Della Maggiora Presenta Despega y vuela y ofrece una clínica sobre la creación musical.
Domingo 15 -16 h Teatro infantil Espectáculo infantil a confirmar
Domingo 15 -19 a 22 h Clase abierta de tango y milonga Prof. Emiliano Gonzalez y Laura Zaracho
Viernes 20 - 21hs Música El Arranque - El Arranque ha ganado una excelente reputación como la orquesta de tango más importante integrada por músicos jóvenes en todo el mundo.
Sábado 21 - 16hs Teatro infantil “Timbó”. Del Grupo Comadritas
Sábado 21 -20hs DanzaDía Internacional del Folklore El taller de Ballet Folklórico del Espacio Cultural “Julián Centeya”
Domingo 22 -16 h Teatro infantil “F de Firulain” de Sebastián Ricci Edad sugerida: A partir de los 5 años
Domingo 22 -19 a 22 h Clase abierta de tango y milonga Prof. Emiliano Gonzalez y Laura Zaracho
Jueves 26 - 18hs Muestras Inauguración muestra de Arte Digital de Virginia Brodowski. Hasta el jueves 9 de septiembre. Visitas de lunes a domingos de 10 a 20hs
Viernes 27 - 21hs Música En el marco Jazz en los Barrios, dentro del Ciclo de Blues en los Barrios se presentará GUSTAVO CORTAJERENA CUARTETO.
Sábado 28 - 16 hs Teatro infantil “Timbó”. Del Grupo Comadritas
Sábado 28 - 20 hs Música En el marco del Ciclo de Blues en los Barrios se presentará GABRIEL GRATZER & DOWN HOME BLUES. Apertura: Bada Blues Trío
Domingo 29 - 16 hs Teatro infantil “F de Firulain” de Sebastián Ricci Edad sugerida: A partir de los 5 años
Domingo 29 de 19 a 22 hs Clase abierta de tango y milonga Prof. Emiliano Gonzalez y Laura Zaracho
TODAS LAS ACTIVIDADES CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA. LAS ENTRADAS SE RETIRAN UNA HORA ANTES DE LA FUNCION,. Colectivos: 4,7, 23, 32, 41, 53, 56, 75, 96, 97, 101, 115, 126, 127, 128, 134, 155, 160 y 165. Subte: Linea E Estación Urquiza